XXIX

Arde en tus ojos un misterio, virgen

esquiva y compañera.

No sé si es odio o es amor la lumbre

inagotable de tu aljaba negra.

Conmigo irás mientras proyecte sombra

mi cuerpo y quede a mi sandalia arena.

—¿Eres la sed o el agua en mi camino?

Dime, virgen esquiva y compañera.