XII

Amada, el aura dice

tu pura veste blanca…

No te verán mis ojos

¡mi corazón te aguarda!

El viento me ha traído

tu nombre en la mañana;

el eco de tus pasos

repite la montaña…

No te verán, mis ojos;

¡mi corazón te aguarda!

En las sombrías torres

repican las campanas…

No te verán mis ojos;

¡mi corazón te aguarda!

Los golpes del martillo

dicen la negra caja;

y el sitio de la fosa,

los golpes de la azada…

No te verán mis ojos;

¡mi corazón te aguarda!