All saints revile her and all sober men |
Ruled by the God Apollo’s golden mean — |
In scorn of which I sailed to find her |
In distant regions likeliest lo hold her |
Whom I desired above all things to know, |
Sister of the mirage and echo. |
It was a virtue not to stay, |
To go my headstrong and heroic way |
Seeking her out at the volcano’s head, |
Among pack ice, or where the track had faded |
Beyond the cavern of the seven sleepers: |
Whose broad high brow was white as any leper’s, |
Whose eyes were blue, with rowan-berry lips, |
With hair curled honey-coloured to white hips. |
Green sap of Spring in the young wood a-stir |
Will celebrate the Mountain Mother, |
And every song-bird shout awhile for her; |
But I am gifted, even in November, |
Rawest of seasons, with so huge a sense |
Of her nakedly worn magnificence |
I forget cruelty and past betrayal, |
Careless of where the next bright bolt may fall. |
[Todos los santos la vilipendian y todos los hombres graves que se rigen por el justo medio del dios Apolo, despreciando a los cuales navegué en su busca a lejanas regiones, donde era más probable encontrar a la que deseaba conocer más que todas las cosas, la hermana del espejismo y del eco.
Era una virtud no detenerse, seguir mi obstinado y heroico camino, buscando en el cráter del volcán, entre los témpanos de hielo; o donde se borraba la huella, más allá de la caverna de los siete durmientes, a aquélla cuya frente ancha y alta era blanca como la del leproso, y sus ojos azules, y sus labios como bayas de fresno, y su cabello rizado del color de la miel hasta las blancas caderas.
La verde savia de la primavera que en el árbol joven se agita celebrará a la Madre de la Montaña, y todos los pájaros canoros la aclamarán un día, pero yo estoy dotado, inclusive en noviembre, la más desapacible de las estaciones, con una sensación tan grande de su claramente raída magnificencia que olvido la crueldad y la traición pasadas, indiferente a dónde puede caer el próximo rayo]