XII. La canción de Amergin

Sugiero en la primera parte de esta demostración que las series de «Yo soy» y «Yo he sido», frecuentes en la antigua poesía galesa e irlandesa, son todas ellas variantes del mismo tema calendario. He aquí, por ejemplo, la Canción de Amergin (o Amorgen) que, según se dice, cantó el bardo principal de los invasores milesios cuando puso pie en el territorio de Irlanda en el año del mundo 2736 (1268 a. de C.). Por desgracia, la versión que sobrevive es sólo una traducción al irlandés familiar del goidélico antiguo. El Dr. Macalister lo declara «una concepción panteísta de un Universo donde la divinidad está en todas partes y es omnipotente» y sugiere que era un himno litúrgico de uso tan corriente como, digamos, los primeros capítulos del Corán o el Credo de los Apóstoles. Dice: «¿Era en este himno, o en lo que le habían dicho del contenido de este himno, en lo que César pensaba cuando escribió: “Los druidas instruyen acerca de las estrellas y sus movimientos, el mundo, el tamaño de los países, la física y la naturaleza de los dioses”?» Observa que el mismo poema, «mutilado», es puesto en boca del bardo niño Taliesin cuando relata sus transformaciones en existencias anteriores. Sir John Rhys señaló en sus Hibbert Lectures que muchos de los «Yo he sido» de Gwion significan «no una transformación real, sino un mero parecido, por medio de la formación primitiva de un predicado sin la ayuda de una partícula correspondiente a una palabra como “igual”».

La Canción de Amergin comienza con trece declaraciones, acompañadas con glosas medievales. A las trece declaraciones siguen seis preguntas, también con glosas. En la versión del profesor John MacNeill les sigue un envoie en el que el druida aconseja al Pueblo del Mar que invoque al poeta del fuerte sagrado para que les dé un poema. El mismo proveerá al poeta el material necesario y los dos juntos compondrán un conjuro.

LA CANCIÓN DE AMERGIN

(Dios habla y dice) (Glosas)
Yo soy un viento del mar, por la profundidad
Yo soy una ola del mar, por el peso
Yo soy un sonido del mar, por el horror
Yo soy un buey de siete peleas, por la fuerza
o Yo soy un ciervo de siete astas,
Yo soy un grifo en un risco, por la destreza
o Yo soy un halcón en un risco,
Yo soy una lágrima del sol, «una gota de rocío», por la claridad
Yo soy bello entre las flores,
Yo soy un jabalí, por el valor
Yo soy un salmón en un estanque, «los estanques del conocimiento»
Yo soy un lago en una llanura, por la extensión «y conocimiento»
Yo soy una colina de poesía,
Yo soy una lanza combatiente,
Yo soy un dios que forma fuego para una cabeza, (es decir que da «inspiración»: Macalister)
o Yo soy un dios que forma humo de un fuego sagrado para una cabeza «Para matar con él»

* * *

1. ¿Quién aclara la escabrosidad de las montañas? ¿Quién sino yo conoce las reuniones de la casa del dolmen en la montaña de Slieve Mis? ¿Quién sino yo resolverá todas las cuestiones?
2. ¿Quién sino yo sabe dónde se pondrá el sol?
3. ¿Quién predice las fases de la luna?
4. ¿Quién trae el ganado de la Casa de Tethra y lo separa? (i. e. «los peces», Macalister, «las estrellas», MacNeill)
5. ¿A quién sonríe el ganado de Tethra?
o ¿A quién sino a mí dan la bienvenida los peces del sonriente océano?
6. ¿Quién forma las armas de colina en colina? «de ola en ola, de letra en letra, de punto en punto»

* * *

Invoca, Pueblo del Mar, invoca al poeta, para que pueda componer un hechizo para ti.

Pues yo, el Druida, que puse las letras en el Ogham,

yo, que separo a los combatientes,

me acercaré al rath de las Sidhe en busca de un poeta hábil para que juntos podamos componer encantamientos.

Yo soy un viento del mar.

Tethra era el rey del país submarino del que se suponía posteriormente que provenía el Pueblo del Mar. Es tal vez una masculinización de Tetis, la diosa del mar pelasga, llamada también Thetis, con quien, como un Dux, el aqueo Peleo se casó en Yolcos, Tesalia. A las Sidhe se las considera ahora popularmente como hadas, pero en la poesía irlandesa primitiva aparecen como un pueblo real, una nación muy culta y en decadencia de guerreros y poetas que vivía en los raths, o fuertes redondos con empalizadas, el más célebre de los cuales es New Grange en el Boyne. Todos tenían ojos azules, rostros pálidos y larga cabellera rubia rizada. Los hombres llevaban escudos blancos y estaban organizados en compañías militares de cincuenta soldados. Les mandaban dos reyes nacidos de virgen y eran sexualmente promiscuos, pero «sin culpa o vergüenza». Eran, en realidad, pictos (hombres tatuados) y todo lo que se puede saber acerca de ellos se debe a las observaciones de Jenofonte en su Anabasis sobre los primitivos mosinecos o mosinos («habitantes de castillos de madera») de la costa del Mar Negro. Los mosinecos estaban hábilmente tatuados, llevaban largas lanzas y escudos en forma de hoja de hiedra hechos con piel de buey blanco, habitaban en los bosques y realizaban el acto sexual públicamente. Vivían en fortalezas con empalizadas de las que tomaron su nombre, y en la época de Jenofonte ocupaban el territorio asignado en la leyenda griega primitiva a las amazonas matriarcales. Considero que los «ojos azules» de las Sidhe eran anillos azules entrelazados tatuados alrededor de los ojos, por los que se conocía a los tracios en la época clásica. Tal vez la palidez era también artificial: «pintura bélica» blanca hecha con tiza o yeso en polvo, en honor de la Diosa Blanca, como la que conocemos por una escena de Las nubes de Aristófanes en la que Sócrates blanquea a Estrepsiades; era utilizada en los ritos de iniciación órficos.

Slieve Mis es una montaña de Kerry.

«De siete astas» significa probablemente de siete puntas en cada cuerno, catorce en total, lo que hace un «ciervo real». Pero la realeza se concede también a un ciervo de doce puntas, y como un ciervo debe tener siete años de edad para que pueda poseer doce puntas, «siete peleas» puede referirse a los años.

Es muy improbable que se permitiese revelar el significado esotérico de este poema a todos y cada uno; habría sido «empastelado», como Gwion empasteló sus poemas, por razones de seguridad. En consecuencia, permítasenos modificar el orden de las declaraciones en la forma de un calendario de trece meses, de acuerdo con el Beth-Luis-Nion, aprovechando lo que hemos aprendido acerca del significado mítico de cada letra-mes:

Dios habla y dice: Árboles del mes
24 de dic. - 20 de enero B Yo soy un ciervo de siete astas o soy un buey de siete peleas Abedul Beth
21 de enero - 17 de feb. L Yo soy una extensa inundación en una llanura Fresno silvestre Luis
18 de feb. - 17 de marzo N Yo soy un viento en las aguas profundas Fresno Nion
18 de marzo - 14 de abril F Yo soy una lágrima brillante del sol, Aliso Fearn
15 de abril - 12 de mayo S Yo soy un halcón en un risco, Sauce Saille
13 de mayo - 9 de junio H Yo soy bello entre las flores Espino Uath
10 de junio - 7 de julio D Yo soy un dios que hace arder la cabeza con humo, Roble Duir
8 de julio - 4 de agosto T Yo soy una lanza combatiente, Acebo Tinne
5 de agosto - 1 de sept. C Yo soy un salmón en el estanque, Avellano Coll
2 de sept. - 29 de sept. M Yo soy una colina de poesía, Vid Muin
30 de sept. - 27 de oct. G Yo soy un jabalí cruel, Hiedra Gort
28 de oct. - 24 de nov. NG Yo soy un ruido amenazador del mar Caña Ngetal
25 de nov. - 22 de dic. R Yo soy una ola del mar, Saúco Ruis
23 de diciembre ¿Quién sino yo conoce los secretos del dolmen de piedra no labrada?

Apenas se puede poner en duda lo apropiado de esta ordenación. B es el ciervo (o toro salvaje) Hércules que inicia el año. Las siete peleas, o siete puntas de sus astas, son meses futuros o pasados, pues Beth es el séptimo mes después de Duir, el mes del roble, y el séptimo mes desde Beth es otra vez Duir. El «Boibalos» del hechizo de Hércules contenido en el Boibel-Loth era un antílope. El «buey de siete peleas» órfico está indicado en Isis y Osiris, de Plutarco, donde describe cómo en el solsticio hiemal llevan la vaca dorada de Isis, envuelta en un paño negro, siete veces alrededor del santuario de Osiris, a quien identifica con Dioniso. «Al circuito se le llama “La búsqueda de Osiris” porque en el invierno la diosa anhela el agua del Sol. Y da siete vueltas a su alrededor porque él termina su paso del invierno al solsticio de verano en el séptimo mes.» Plutarco cuenta meses de 28 días y no de 30, pues de otro modo el paso terminaría en el sexto.

L es la estación de las inundaciones de febrero.

N se concentra en la primera mitad de marzo, que «llega como un león» con vientos que secan las inundaciones.

F queda explicado en el conocido villancico medieval:

He came all so still
Where bis mother toas,
Like dew in April
That falleth on grass.

(Se acercó a donde estaba su madre tan suavemente como el rocío que en abril cae sobre el césped.) Pues éste es el verdadero comienzo del año sagrado, cuando la cierva y la vaca cimarrona paren sus crías y cuando nace el niño Hércules, engendrado en las orgías del solsticio estival. Hasta ahora ha estado navegando en su barquilla por las aguas y ahora se acuesta resplandeciente en la hierba.

S es el mes en que anidan las aves. En Can y Meirch («Canción de los caballos») de Gwion hay una serie parcial de «Yo he sido» como una interpolación. Uno de ellos es: «Yo he sido una grulla en una pared, una visión maravillosa». La grulla estaba consagrada al Apolo de Delos y, antes de Apolo, al héroe solar Teseo. También aparece, en tríada, en un bajorrelieve galo de París, y en otro de Tréves, en asociación con el dios Esus y un toro. ¿Grulla, halcón o buitre? Ésta es una pregunta importante, porque la procedencia del poema depende de la respuesta. El halcón, sí no era el regio del egipcio Horus, tenía que ser el milano consagrado a Bóreas, el Viento Norte; en la leyenda griega sus hijos tracios Calais y Zetes llevaban plumas de milano en su honor y poseían el poder de transformarse en milanos. Estas dos aves están vinculadas mitológicamente en el jeroglífico egipcio que representa al Viento Norte, que es un halcón. En galés la palabra es barcut, y en iranio barqut, lo que apoya la sugerencia de Plinio (Historia natural, XXX, 13) de que existía una gran relación entre los cultos del sol persa y británico. Otra señal de una estrecha semejanza es que Mithra, el dios Sol persa, cuyo nacimiento se celebraba en el solsticio de invierno, era adorado como un toro de siete peleas: sus iniciados tenían que pasar por siete grados antes que les pusieran en la frente el sello de «soldados probados de Mithra». El mitraísmo era el culto favorito de los legionarios romanos en la época imperial, pero nunca llegaron a Irlanda, y la Canción de Amergin es evidentemente mucho más antigua que la invasión claudiana de Britania. El buitre sería el grifo consagrado a Osiris, ave también muy importante para los augures etruscos y cuyas alas se extendían más que la del águila de oro. En el Cántico de Moisés (Deuteronomio, XXXII, 11) se identifica a Jehová o Yavé con esta ave, lo que prueba que su «impureza» en la lista levítica significa santidad, no asquerosidad. El grifo heráldico es un león con alas y garras de buitre y representa al dios Sol como rey de la tierra y el aire. El nombre galés ordinario del halcón es gwalch, afín del latino falco, halcón, y los bardos cortesanos comparaban siempre con él a sus regios patronos. Los nombres místicos Gwalchmai («halcón de Mayo»); Gwalchaved («halcón de verano»), más conocido como Sir Galahad; y Gwalchgwyn («halcón blanco»), más conocido como Sir Gáwain, se comprenden mejor en función de esta fórmula calendaria.

H, que comienza en la segunda mitad de mayo, es la estación de las flores, y la gobierna el espino blanco o árbol de mayo. Ya se ha mencionado a Olwen, la hija del «gigante Hawthoni». Su cabello era rubio como la retama, sus dedos pálidos como las anémonas del bosque, sus mejillas rosadas y de las huellas de sus pies brotaba el trébol blanco; el trébol para mostrar que era el aspecto estival de la antigua Diosa Triple. Esta peculiaridad le dio el nombre de Olwen, «La de la Senda Blanca». El trébol, dicho sea de paso, era celebrado por los bardos galeses con elogios fuera de proporción con su belleza. Homero lo llamaba «loto» y decía que era buen pienso para los caballos.

D es regida por el roble del solsticio estival. El significado es, según creo, que el humo penoso del roble verde inspira a los que bailan entre los fuegos sacrificiales gemelos encendidos en la noche de San Juan. Compárese la Canción de los árboles del bosque:

La que da el calor más vehemente de todas las maderas es la de roble;
de ella nadie puede escapar indemne.
Por el amor a ella la cabeza queda dolorida,
sus chispas picantes irritan los ojos.

T es el mes de la lanza, el mes del tanista; la letra bárdica T tenía la forma de una lanza con púas.

C es el mes de la nuez. El salmón era, y sigue siendo, el rey de los peces de río, y la dificultad de pescarlo, cuando se introduce en un estanque, lo hace un símbolo útil del retiro filosófico. Por eso Loki, el dios escandinavo de la astucia, se ocultaba a los otros dioses disfrazándose de salmón y sólo se le podía sacar del estanque con una red especial ideada por él mismo. Ya se ha explicado la relación del salmón con las nueces y la sabiduría.

M es la inicial de Minerva, la diosa latina de la sabiduría e inventora de los números; de Mnemosine, la madre de las Musas griegas; y de las Musas mismas; y de las Moiras, o Parcas, a las que algunos mitógrafos atribuyen la primera invención del alfabeto. La vid, el árbol principal de Dioniso, se asocia en todas partes con la inspiración poética. El vino es la bebida adecuada de los poetas, como sabía muy bien Ben Jonson cuando pidió que le pagaran con vino blanco generoso sus honorarios como poeta laureado. El vil Colley Cibber pidió que le pagaran con dinero en vez de vino, y desde entonces ningún poeta laureado ha sido lo suficientemente poeta para exigir que se volviera al antiguo sistema de pago.

G, el mes de la hiedra, es también el mes del jabalí. Set, el dios solar egipcio, disfrazado de jabalí, mata al Osiris de la hiedra, el amante de la diosa Isis. Apolo, el dios Sol griego, disfrazado de jabalí, mata a Adonis, o a Tammuz, el sirio, el amante de la diosa Afrodita. Finn Mac Cool, disfrazado de jabalí, mata a Diarmuid, él amante de la diosa irlandesa Grainne (Greine). Un dios desconocido disfrazado de jabalí mata a Anceo, rey de Arcadia y devoto de Artemisa, en su viñedo de Tegea y, según el Gannat Busamé («Jardín de Delicias») nestoriano, el Zeus cretense fue muerto del mismo modo. Octubre era la estación de la caza del jabalí, y también la estación de las orgías de las basárides o bacantes enguirnaldadas con hiedra. El jabalí es el animal de la muerte y la «caída» del año comienza en el mes del jabalí.

NG es el mes en que el terrible estruendo de las rompientes y el gruñir de los guijarros en la costa del Atlántico llena de terror los corazones y en que el viento silba lúgubremente en los cañaverales de los ríos. En Irlanda se creía que el rugido del mar profetizaba la muerte de un rey. También la anunciaba el grito bronco del búho. Los búhos son muy vocingleros en las noches de luna de noviembre y luego guardan silencio hasta febrero. Es esta costumbre, con su vuelo silencioso, el olor a carroña de sus nidos, su comida consistente en ratones y el brillo de sus ojos en la oscuridad lo que hace a los búhos mensajeros de la diosa de la muerte, Hécate, o Atenea, o Perséfone, a la que, como fuente suprema de la profecía, deben su fama de sabiduría.

R es el mes en el que la ola vuelve al mar, y el final del año a su comienzo acuoso. En la poesía irlandesa y galesa una ola del mar es una «cierva marina», por lo que el año comienza y termina con la corza blanca. En la leyenda irlandesa dioses del año como Cuchulain y Fionn luchan contra las olas con la espada y la lanza.

El texto correspondiente en el Romance de Taliesin está disperso más bien que mutilado.

B He sido un toro feroz y un gamo amarillo.
L He sido una barca en el mar.
N Huí impetuosamente… por la espuma del agua.
F He sido una gota en el aire.
S Viajé como un águila.
H Dios me hizo de capullos.
D He sido un tronco de árbol en una pala
T Huí como una punta de lanza de dolor a los que desean el dolor.
C He sido un salmón azul
M He sido una serpiente moteada en una colina.
G Huí tan rápidamente como un jabalí descubierto en una barranca.
NG He sido una ola que se rompe en la playa.
R En un mar sin límites me dejaron a la deriva.

La clave del ordenamiento de este alfabeto se encuentra en la referencia de Amergin al dolmen; es un alfabeto que se explica mejor a sí mismo cuando se le ordena como un dolmen de consonantes con un umbral de vocales. Los dólmenes se relacionan estrechamente con el calendario en la leyenda de la huida de Grainne y Diarmuid de Finn Mac Cool. La fuga duró un año y un día y los amantes se acostaban juntos cada noche junto a un nuevo dolmen. Numerosos «lechos de Diarmuid y Grainne» se ven en Cork, Kerry, Limerick, Tipperary y el oeste, cada uno de ellos señalado por un dolmen. Por consiguiente, este alfabeto de dólmenes servirá también como calendario, con un pilar para la primavera, el otro para el otoño, el dintel para el verano y el umbral para el Día de Año Nuevo. Así:

Inmediatamente vemos la referencia a S como un halcón, o un grifo, en el risco; y a M como la colina de la poesía o la inspiración, una colina que tiene sus raíces en las letras de la muerte R e I y coronada por la C de la sabiduría. Por tanto, el texto de la primera parte de la canción de Amergin puede ampliarse así:

Dios habla y dice:

Yo soy el ciervo de siete puntas,
sobre el mundo inundado
me lleva el viento.
Desciendo llorando como el rocío, me acuesto resplandeciente,
vuelo por el aire como un grifo a mi nido en el risco,
florezco entre las flores más bellas,
soy el roble y el rayo que lo destruye.
Yo animo al lancero,
enseño a los consejeros su sabiduría,
inspiro a los poetas,
recorro las montañas como un jabalí voraz,
bramo como el mar en invierno,
vuelvo como la ola que retrocede.
¿Quién sino yo puede descubrir los secretos del dolmen de piedras no labradas?

Pues si el poema se compone realmente de dos estrofas, cada una de dos tríadas, y termina con una sola afirmación positiva, entonces el primer «¿Quién sino yo?» (con que no terminan los otros cinco) es la conclusión de la segunda estrofa y lo pronuncia el Dios del Año Nuevo. Este Niño está representado por el umbral sagrado del dolmen, la tríada central de vocales, O.U.E. Pero se debe leer O.U.E. hacia atrás, en la dirección del sol, para que tenga sentido. Resulta el nombre sagrado de Dioniso, EUO, que en inglés se escribe habitualmente «EVOE».

Es evidente que «Dios» es otra vez el Hércules Celestial y que el poeta niño Taliesin es una persona más apropiada que Amergin, el jefe de los milesios, para decir la canción, a menos que Amergin hable como portavoz de Hércules.

Hay un misterio relacionado con el verso «Soy una lágrima brillante del sol», porque Deorgreine, «lágrima del Sol», es el nombre de Niamh, la del cabello dorado, la bella diosa mencionada en el mito de Laegaire Mac Crimthainne. Cuando Hércules Celestial pasa al mes F, el mes del aliso de Bran, se convierte en doncella. Esto recuerda las fábulas de héroes solares como Aquiles[44], Hércules y Dioniso, quienes vivieron durante un tiempo disfrazados de muchachas en los alojamientos de las mujeres de un palacio y manejaban la rueca. Explica también el «He sido una doncella» de una serie correspondiente al ciclo de Amergin atribuida a Empédocles, el filósofo místico del siglo V a. de C. El significado es que el Sol se halla todavía bajo tutela femenina durante la mitad de este mes —a los niños cretenses que no tenían todavía la edad suficiente para llevar armas los llamaban scotioi, o sea miembros de los alojamientos de las mujeres—; luego, como a Aquiles, se le dan armas y vuela regiamente como un grifo o halcón a su nido.

Pero ¿por qué un dolmen? Un dolmen es una cámara mortuoria, un «seno de la tierra», consistente en una piedra de coronamiento apoyada en dos o más verticales, donde se entierra al héroe difunto, en cuclillas como un feto en el seno materno, a la espera del renacimiento. En el castillo en espiral (cementerio de tránsito) la entrada a la cámara interior es siempre estrecha y baja en representación de la entrada del útero, pero los dólmenes son utilizados en Melanesia (según el profesor W. H. R. Rivers) como puertas sagradas por las cuales el iniciado del clan totémico se arrastra en una ceremonia de renacimiento; si, como parece probable, eran utilizados con el mismo propósito en la antigua Britania, Gwion relata las fases de su existencia anterior y anuncia las de su existencia futura. En Slieve Mis hay una hilera regular de dólmenes. Se alzan entre dos betilos con marcas de Ogham consagrados tradicionalmente a la diosa milesia Escota, de la que se dice que está enterrada allí; alternativamente, en el relato conservado por Borlase en su Dolmens of Ireland, «a Bera, una reina que vino de España». Pero Bera y Escota parecen ser la misma persona, pues los milesios provenían de España. A Bera se la llama también la Bruja de Beara.

Las cinco preguntas que quedan corresponden a las cinco vocales, pero no las hace la diosa quíntuple de la hoja de hiedra blanca, como se podía esperar. Tienen que haber reemplazado a un texto original que se refería al Nacimiento, la Iniciación, el Amor, el Reposo y la Muerte, y puede ser asignado a un período bárdico posterior. En realidad, coinciden con el envoi de la primera sección del Saltair Na Rann irlandés del siglo X, que parece ser una versión cristianizada de un epigrama pagano.

Para cada día cinco items de conocimiento
se exigen a todas las personas inteligentes—
a todas las que, sin apariencia de jactancia,
pertenecen al orden sacerdotal.
El día del mes solar; el período de la luna;
el estado de la marea del mar, sin error;
el día de la semana; el calendario de las fiestas de los santos perfectos
en exacta claridad con sus variaciones.

En vez de «santos perfectos» léase «divinidades bienaventuradas», y no es necesaria otra alteración. Compárese esto con lo que dice Amergin:

¿Quién sino yo sabe dónde se pondrá el sol?

¿Quién predice las fases de la luna?

¿Quién trae el ganado de la casa de Tethra y lo separa?

¿A quién sonríe el ganado de Tethra?

¿Quién forma las armas de colina en colina, de ola en ola, de letra en letra, de punto en punto?

Las dos primeras preguntas de la Canción de Amergin, acerca del día del mes solar y de los períodos de la luna, coinciden con los dos primeros items del conocimiento en el Saltair: «¿Quién sabe cuándo se pondrá el sol?» significa «¿Quién conoce la longitud de las horas de luz natural en cualquier día determinado del año?», problema que resuelve con minuciosidad exhaustiva el autor del Libro de Enoch; y «¿Quién sabe en cualquier día determinado cuánto durará el mes solar particular al que pertenece ese día?»

La tercera pregunta es: «¿Quién lleva el ganado de Tethra (los cuerpos celestes) fuera del océano y pone cada uno de ellos en él lugar debido?» Esto supone el conocimiento de los cinco planetas, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, los que, con el Sol y la Luna, tienen asignados días de la semana en la astronomía babilónica, y todavía los conservan en todos los idiomas europeos. Por tanto, corresponde a: «el día de la semana».

La cuarta pregunta, como explica el glosador, equivale a: «¿Quién es afortunado en la pesca?» Esto corresponde al «estado de la marea del mar», pues un pescador que no sabe qué marea puede esperar no será afortunado en la pesca.

La quinta pregunta, leída a la luz de su comentario, equivale a: «¿Quién ordena el calendario desde la ola que avanza B hasta la ola que retrocede R, desde un mes del calendario hasta el siguiente, desde una estación del año hasta la que le sigue?» (Las tres estaciones de la Primavera, el Verano y el Otoño están separadas por puntos o ángulos en el dolmen.) Por consiguiente, corresponde al «calendario de las fiestas de los santos perfectos».

Otra versión del poema que se encuentra en El libro de Leacan y El libro de los O’Clerys, cuando se la ordena adecuadamente, dice lo que transcribimos a continuación. Las glosas son semejantes en ambos libros, aunque las de los O’Clerys son más verbosas.

B Yo soy siete batallones o Yo tengo la fuerza de un buey — por la fuerza.
L Yo soy una inundación en una llanura — por la extensión.
N Yo soy un viento en el mar — por la profundidad.
F Yo soy un rayo del sol — por la pureza.
S Yo soy un ave de presa en un risco — por la astucia.
H Yo soy un navegante sagaz —
D Yo soy dioses por el poder de transformación — Soy un dios, un druida y un hombre que crea fuego con humo mágico para la destrucción de todo y hace magia en las cumbres de las montañas.
J Yo soy un gigante con una espada afilada y destruyo un ejército — para vengarse.
C Yo soy un salmón en un río o estanque — por la velocidad.
M Yo soy un artista hábil — por la facultad.
G Yo soy un jabalí feroz — por la valentía como caudillo.
NG Yo soy el bramido del mar — por el terror.
R Yo soy una ola del mar — por el poder.

Esta parece una versión posterior, pues al mes T se le otorga una espada y no la lanza tradicional; y la redacción original del verso D es recordada en un comentario; y se omite: «¿Quién sino yo conoce los secretos del dolmen de piedras no labradas?» Otro cambio importante consiste en que el mes H es descrito en función de la navegación y no de las flores. El 14 de mayo comenzaba la pesca en alta mar en la antigua Irlanda, cuando los fuertes vientos equinocciales se apaciguaban y se podía salir al mar con seguridad en un curragh de cuero de buey; pero el significado ascético del espino blanco es un recuerdo de la prohibición de llevar a las mujeres en una excursión de pesca. Las adiciones al poema muestran, todavía más claramente, que el texto de Macalister, que se le conservaba como un encantamiento para la pesca afortunada tanto en el río como en el mar. Los pescadores pagaban a los druidas para que lo repitieran y amenazaran al agua con vengarse con sus venablos si se perdía alguna embarcación:

¿Adónde iremos? ¿Deliberaremos en el valle o en la cumbre?

¿Dónde viviremos? ¿En qué tierra más noble que la isla del Ocaso?

¿En qué otra parte andaremos en paz, de un lado a otro, por terreno fértil?

¿Quién sino yo puede llevaros adonde la corriente fluye o cae más clara?

¿O quién, sino yo puede deciros las fases de la luna?

¿Quién sino yo puede traeros el ganado de Tethra desde los lugares recónditos del mar?

¿Quién sino yo puede llevar el ganado de Tethra hacia la costa?

¿Quién puede cambiar las colinas, montañas o promontorios como puedo hacerlo yo?

Soy un poeta hábil que invoca la profecía a ruego de los navegantes.

Los venablos serán esgrimidos para vengar la pérdida de nuestros barcos.

Canto alabanzas, profetizo la victoria.

Al terminar mi poema deseo otras promociones, y las obtendré.

El apéndice de cinco versos original del poema podía decir algo parecido a esto:

A Soy el seno de todos los montes,
O soy la fogata de todas las colinas,
U soy la reina de todas las colmenas,
E soy el escudo de todas las cabezas,
I soy la tumba de todas las esperanzas.

Cómo y por qué este alfabeto de trece consonantes fue reemplazado por el alfabeto de quince consonantes es otra pregunta para responder, a la cual ayudará el estudio de las leyendas relacionadas con los alfabetos latino y griego.

El hecho de que el primer verso de la Canción de Amergin tenga los significados variantes de «ciervo de siete puntas» y «buey de siete peleas» indica que en Irlanda, durante la Edad de Bronce, lo mismo que en Creta y Grecia, tanto el ciervo como el toro estaban consagrados a la Gran Diosa. En la Creta minoica el toro se hizo dominante como el Minotauro, «el Toro Minos», pero había también un Minelaphos, «Ciervo Minos», que figuraba en el culto de la diosa Luna Britomartis, y un Minotragos, en el culto de la «Cabra Minos». Las astas encontradas en el cementerio de New Grange indican que el ciervo era el animal regio de los danaenos irlandeses y figura destacadamente en el mito irlandés: un episodio de The Cattle Raid of Cuailgne, parte de la saga de Cuchulain, muestra que una corporación de sacerdotes del venado llamados «Las Arpas Bellas y Afortunadas» tenía su sede en Assaroe, Donegal. Oisin nació de la diosa cierva Sadb, y al final de su vida, cuando montó en el corcel-hada de Niamh, la del cabello dorado, y corrió entre los lamentos de los fenianos a su isla paradisíaca, tuvo una visión: un cervatillo sin cuernos perseguido en las aguas del mar por los sabuesos blancos con orejas rojas del Infierno. El cervatillo era él mismo. Hay algo semejante en el Romance de Pwyll Príncipe de Dyfed: Pwyll sale a cazar y se encuentra con Arawn, el rey de Annwm, montado en un caballo pálido y persiguiendo a un ciervo con sus sabuesos blancos con orejas rojas. Agradeciendo la cortesía de Pwyll, Arawn, aunque lo envía a Annwm —pues el ciervo es el alma de Pwyll—, le permite reinar allí en su lugar. Otra leyenda análoga hay en el Romance de Math, el hijo de Mathonwy: Llew Llaw, en compañía de la infiel Blodeuwedd, ve un ciervo acosado por los perros hasta que muere: es su alma, y casi inmediatamente después le mata Gronw, el amante de Blodeuwedd.

El destino del rey astado —del que Cernunnos, «el cornudo», de Galia, es un ejemplo conocido— es puesto de manifiesto en el mito griego primitivo de Acteón, a quien Artemisa metamorfoseó en ciervo y persiguió hasta darle muerte con sus perros. Hacía esto en su anodos, o reaparición anual, cuando renovaba su virginidad bañándose desnuda en una fuente sagrada, después de lo cual tomaba otro amante. La Garbh Ogh irlandesa, con su jauría, era la misma diosa: se alimentaba con carne de venado y pechugas de águila. El antiguo mito del rey ciervo traicionado sobrevive curiosamente en el convencionalismo, tanto británico como continental, que atribuye al marido cornudo un par de cuernos bifurcados. Las máscaras de ciervo del 1.º de mayo en Abbot’s Bromley, en el condado de Stafford, son semejantes a las de Siracusa en la Sicilia antigua, y a juzgar por un fragmento épico relacionado con Dioniso, una de las máscaras disfrazada como el ciervo Acteón era perseguida y devorada originalmente. En el recinto Licaonio de Arcadia la misma tradición del hombre vestido con piel de ciervo que es perseguido y devorado sobrevivía en la época de Pausanias, aunque se explicaba la cacería como un castigo por transgresión. De Cerdeña proviene una figurita de la Edad del Bronce que representa a un hombre-ciervo con cuernos que se parecen al follaje de un roble, un rabo corto, una flecha en una mano y en la otra un arco que se ha convertido en una serpiente enroscada. Su boca y sus ojos expresan un terror excusable ante la visión, pues la serpiente es la muerte. Que el ciervo era parte del culto oracular elíseo lo muestra la leyenda de la visita del troyano Brut a la isla de Leogrecia, donde recibió el oráculo de la luna mientras dormía en la piel recién desollada de un venado blanco cuya sangre había sido derramada en el fuego del sacrificio.

El culto del ciervo es mucho más antiguo que el del cretense Minelaphos: puede verse en las pinturas paleolíticas de la cueva española de Altamira y en la Caverne des Trois Frères de Ariège, en los Pirineos franceses, las que datan por lo menos de 20.000 años a. de C. Las pinturas de Altamira son obra de los aurignacenses, que dejaron también registrados sus ritos en las cuevas de Domboshawa y otras partes de Rodesia del Sur. En Domboshawa la pintura de un «bosquimán» que contiene veintenas de figuras muestra la muerte de un rey que tiene una máscara de antílope y está fuertemente encorsetado; al morir, con los brazos extendidos y una rodilla levantada, eyacula y su semen parece formar un montón de cereal. Una anciana sacerdotisa que se halla desnuda junto a una caldera remeda su agonía o tal vez la induce por medio de la magia simpática. En las cercanías unas sacerdotisas jóvenes danzan junto a un arroyo, rodeadas por muchos frutos y montones de cestos; conducen animales cargados con frutas y una sacerdotisa acompañada por una pitón erguida apacigua a un gran bisonte. Los cultos del ciervo y del toro estaban evidentemente combinados en Domboshawa, pero es probable que el ciervo fuera el animal más reglo, pues al rey moribundo se le da la mayor preeminencia. Los aurignacienses combinaban también esos cultos. En una pintura de la cueva de Dordoña aparece un hombre-toro danzando y tocando un instrumento musical que tiene forma de arco.

El culto a la cabra Minotragos en Creta parece haber sido intermedio entre los cultos de Minelaphos y el Minotauro. Amaltea, la nodriza del Zeus cretense, era una cabra. La diosa Atenea llevaba una aegis (égida, escudo de piel de cabra) hecha, según se decía, con la piel de Amaltea que anteriormente había utilizado su padre Zeus como chaqueta profiláctica. La diosa Libia se le apareció en tríada a Jasón en las orillas del lago Tritón, el lugar de nacimiento de Atenea, cuando el Argos quedó varado allí, y estaba vestida con pieles de cabra, con lo cual se identificó a sí misma con Ega, hermana de Helice («rama de sauce») e hija de un rey de Creta —Ega era el doble humano de la cabra Amaltea— y con Atenea misma. La tradición del origen libio de Atenea se confirma si se comparan los métodos de augurio griegos y romanos. En Libia el año comienza en el otoño con las lluvias invernales y la llegada de las aves desde el norte, pero en la Europa septentrional y la región del Mar Negro comienza en la primavera con la llegada de las aves desde el sur. En la mayoría de los Estados griegos comenzaba en el otoño y los augures griegos miraban hacia el norte cuando observaban las aves, presumiblemente porque su tradición provenía del lugar de nacimiento de Atenea, patrona del augurio. Por otra parte, los augures romanos miraban hacia el sur, presumiblemente porque los dardanios (cuyos descendientes patricios eran los únicos a los que se permitía hacer augurios en la república romana primitiva) habían emigrado de la región del Mar Negro, adonde las aves llegan desde Palestina y Siria en la primavera. El año romano comenzaba en la primavera. La cabra Dioniso, o Pan, era una divinidad poderosa en Palestina. Podía haber llegado allí desde Libia por Egipto o dando la vuelta por la ruta del norte a traves de Creta, Tracia, Asia Menor y Siria. La víctima propiciatoria del Día de la Expiación era un sacrificio disimulado en honor de ese dios con el nombre de Azazel, y la fuente del Jordán era una gruta consagrada a él como Baal Gad, el rey cabra, antepasado epónimo de la tribu de Gad. La prohibición que se hace en Deuteronomio XIV de que se hierva un cabrito en la leche de su madre es enigmática sólo si se la interpreta sentimentalmente; está claramente escrita en el estilo severo del resto del capítulo, que comienza con la prohibición de desfigurarse a sí mismo en los funerales y está dirigido contra un rito eucarístico que no toleraba ya el sacerdocio de Jehová. La clave se encuentra en la conocida fórmula órfica:

Como un cabrito he caído en la leche

que era una contraseña para los iniciados cuando llegaban al Hades y les salían al paso los guardianes de los difuntos. Se habían identificado con El Cabrito, es decir, con el Dioniso inmortal, originalmente el cretense Zagreo o Zeus, al participar de su carne, y, con la diosa Cabra, su madre, en la caldera y la leche en la cual había sido hervido[45]. Una canción acerca del nacimiento de los dioses en una de las tabletas descubierta en Ras Shamra contiene la prohibición expresa de hervir un cabrito en la leche de su madre.

La prohibición del Deuteronomio explica el mito voluble y obviamente artificial de Esaú, Jacob, Rebeca y la bendición de Isaac, introducido en el Génesis XXVII para justificar la usurpación por la tribu de Jacob de las prerrogativas sacerdotales y regias pertenecientes a los edomitas. La representación religiosa ofrecida iconotrópicamente[46] en apoyo del mito parece haber ilustrado la ceremonia de la comida del cabrito en honor de Azazel. Se ve a dos celebrantes vestidos con piel de cabra junto a una caldera hirviente presidida por la sacerdotisa (Rebeca), uno de ellos con arco y aljaba (Esaú) y el otro (Jacob) siendo iniciado en los misterios por el anciano jefe de la fraternidad (Isaac), quien murmura en su oído la fórmula secreta, le bendice y le entrega —más bien que recibe de él— un trozo de cabrito para que lo coma. La ceremonia incluía probablemente una muerte ficticia y la resurrección del iniciado, y esto explicaría el pasaje del final del capítulo, donde Esaú amenaza con la muerte a Jacob. Rebeca aconseja a éste que huya a casa de su hermano Labán y se menciona a las orgiásticas «hijas de Jet». Los dos cabritos son probablemente un error: el mismo cabrito es mostrado dos veces, primeramente arrebatado a su madre y luego sumergido en la caldera de leche.

Nono, el escritor órfico, explica el cambio realizado en Creta del sacrificio de la cabra al del toro diciendo que Zagreo, o Dioniso, era un infante cornudo que ocupó el trono de Zeus durante un día. Los Titanes lo despedazaron y comieron después de haber cambiado varias veces de forma: Zeus con el vestido de piel de cabra, Cronos haciendo llover, un joven inspirado, un león, un caballo, una serpiente con cuernos, un tigre y un toro. Los Titanes lo comieron como toro. El Mitra persa fue comido también en la forma de toro.

Parece haber existido un culto de la cabra en Irlanda antes de la llegada de los danaenos y milesios, pues en un pasaje del Libro de las Dun Cow, las «cabezas de cabra» son una clase de demonios asociados con los leprechauns, pigmeos, y los fomorianos o aborígenes africanos[47]. En la época del héroe ulsteriano Cuchulain, la fecha tradicional de cuya muerte es el año 2 d. de C., estaba ya bien consolidado el culto del toro regio. Su destino se hallaba ligado con el de un ternero pardo, hijo del famoso toro pardo de la reina Maeve. La Morrigan, o sea la diosa del Destino, cuando se encontró por primera vez con Cuchulain le advirtió que seguiría viviendo solamente mientras el ternero siguiera siendo añal. El episodio central de la saga de Cuchulain es la Guerra de los Toros, librada entre los ejércitos de Maeve y de su marido el rey Ailell como consecuencia de una vana disputa acerca de dos toros. Al final de ella, el Toro Pardo, el otro yo de Cuchulain, mata a su rival, el Blanco, el que considerándose demasiado noble para servir a una mujer, había abandonado el rebaño de Maeve por el de Ailell; luego enloquece de orgullo, embiste a una roca y se rompe la cabeza. Le sucede su ternero, y Cuchulain muere.

El culto del toro se estableció también en Gales en una fecha temprana. En un diálogo poético galés contenido en el Libro Negro de Carmarthen, Gwyddno Garanhir, el padre de Elphin, describe al héroe Gwyn como: «un toro de lucha, que dispersa rápidamente a un ejército en orden de batalla», y «toro de lucha», en este y en otros poemas posteriores parece haber sido un título sagrado más bien que una metáfora lisonjera, como lo eran también «halcón» y «águila».

La guerra de los toros contiene un ejemplo del lenguaje intrincado del mito: el Toro Pardo y el Blanco eran en realidad porquerizos regios que poseían el poder de cambiar de forma. Parece que en la Antigüedad los porquerizos ocupaban una posición enteramente distinta de la que aparece en la parábola del Hijo Pródigo: ser un porquerizo era originalmente ser un sacerdote al servicio de la diosa de la Muerte, cuyo animal sagrado era un cerdo[48]. La guerra de los toros es presentada por las Actas de la Gran Academia Bárdica, sátira del siglo VII contra la codicia y la arrogancia de la casta de bardos gobernante, compuesta al parecer por algún miembro de una fraternidad oracular anterior que había sido desposeído con el advenimiento del cristianismo. El personaje principal es Marvan, porquerizo del rey Guaire de Connaught; se puede identificar con Morvran («cuervo negro»), hijo de Cerridwen, la diosa Cerda Blanca, que aparece como Afagddu en la sátira galesa análoga titulada El romance de Taliesin. En venganza por la pérdida de un verraco blanco mágico, que era al mismo tiempo su médico, su músico y su mensajero, al que había matado Guaire inducido por los bardos gobernantes, los vence en un combate de ingenio y los reduce al silencio y la ignominia; Seanchan Torpest, el presidente de la Academia, le llama «Principal Profeta del Cielo y la Tierra». En el Romance de Branwen se insinúa que los porquerizos de Matholwch, rey de Irlanda, eran magos, con la facultad de prever el futuro. Y esta insinuación se amplía en la Tríada 56, que atribuye a Coll ap Collfrewr, el mago, uno de «los tres poderosos porquerizos de la Isla de Britania», la introducción en ésta del trigo y la cebada. Pero ese mérito no se le debía en realidad. El nombre de la Cerda Blanca a la que servía en Dallwr, Cornualles, y que recorrió Gales haciendo donaciones de grano, abejas y lechones, era Hen Wen, «la Blanca Vieja». Su donación a Maes Gwenith («Trigal») en Gwent consistió en tres granos de trigo y tres abejas. Era, por supuesto, la diosa Cerridwen disfrazada de animal. (La fábula figura en tres series de Tríadas publicadas en la Myvyrian Archaiology.)

El aspecto desagradable de su índole lo pone de manifiesto su don a los habitantes de Arvon de un gatito feroz que al crecer se convirtió en una de las Tres Plagas de Anglesey, «el gato Palug». Cerridwen es, por tanto, una diosa Gato, así como una diosa Cerda. Esto la vincula con el gato-como-espíritu-del-cereal, que, según Sir James Frazer, sobrevive en los festivales de la cosecha en el norte y el nordeste de Alemania y en muchas partes de Francia, y con el monstruo Chapalu de la leyenda de Arturo francesa.

Había también un culto al gato en Irlanda. Una «gata negra delgada, que se recostaba en una silla de plata vieja», tenía una cueva-santuario oracular en Connaught, en Clogh-magh-righ-cat, ahora Clough, antes de la llegada de San Patricio. Esta gata daba respuestas muy vituperadoras a los inquisidores que trataban de engañarla, y era, al parecer, la equivalente irlandesa de la diosa Gata egipcia Pasht. Los gatos egipcios eran delgados, negros, de patas largas y cabeza pequeña. Otra sede del culto del gato irlandés era Knowth, un cementerio en el condado de Meath de alrededor de la misma época que New Grange. En las Actas de la Gran Academia Bárdica se dice que la cámara del cementerio de Knowth fue el hogar del rey-gato Irusan, que era tan grande como un buey, y en una ocasión se llevó a Seanchan Torpest, el jefe de los ollaves de Irlanda, en su lomo en venganza por una sátira. En su Astronomía poética Higinio identifica a Pasht con la Diosa Blanca recordando que cuando Tifón apareció de pronto en Grecia —aunque no está claro si se refiere a una invasión o a una erupción volcánica como la que destruyó la mayor parte de la isla de Thera— los dioses huyeron disfrazados de animales: «Mercurio de ibis, Apolo de grulla, ave tracia, y Diana de gata».

La donación de la Vieja Cerda Blanca a los habitantes de Rhiwgyverthwch fue un cachorro de lobo que también se hizo famoso. El lobo-como-espíritu-del-cereal sobrevive en aproximadamente la misma zona que el gato-como-espíritu-del-cereal; y en la isla de Rügen a la mujer que ata la última gavilla la llaman «El Lobo» y tiene que morder al ama de casa y a la despensera, quien la aplaca con un gran pedazo de carne. Por consiguiente, Cerridwen era también una diosa-lobo, como Artemisa. Parece que llegó a Britania entre 2500 y 2000 a. de C. con los agricultores dolicocéfalos de la Nueva Edad de Piedra provenientes del norte de África.

No es difícil averiguar por qué el gato, el cerdo y el lobo eran considerados particularmente consagrados a la diosa Luna. Los lobos aúllan a la luna y se alimentan de carroña, sus ojos brillan en la oscuridad y frecuentan las montañas boscosas. Los ojos de los gatos también brillan en la oscuridad, se alimentan con ratones (símbolo de pestilencia.), se aparean públicamente, andan sin que se les oiga, son prolíficos, pero comen a sus propias crías y sus colores varían, como los de la luna, entre el blanco, el rojizo y el negro. Los cerdos también varían entre el blanco, el rojizo y el negro, se alimentan con carroña, son prolíficos, pero devoran a su propia prole y sus colmillos tienen la forma de media luna.