[1] Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, op. cit., II-II, qu. 78, art. 5, resp. El texto latino dice: «Pecunia autem, secundum philosophum, prindpaliter est inventa ad commutationes faciendas». <<

[2] Domingo de Soto, De Iustitia et Iure, op. cit., lib. III, cuestión V, art. 4. <<

[3] Ibíd. <<

[4] Martín de Azpilcueta, Manual de confesores y penitentes, op. cit., p. 70, con el actual papel moneda sin respaldo, de valor intrínseco despreciable, este análisis cambia en forma total. <<

[5] Ibíd. <<

[6] Ibíd., p. 71. <<

[7] Martín de Azpilcueta, Manual de confesores y penitentes, op. cit., p. 219. <<

[8] Ibíd., p. 220. <<

[9] Ibíd., p. 74. <<

[10] Ibíd. <<

[11] Ibíd. <<

[12] Ibíd., p. 67. <<

[13] Ibíd., p. 75. <<

[14] Ibíd. <<

[15] Ibíd., p. 82. <<

[16] Bartolomé de Albornoz, op. cit., f. 131 <<

[17] Ibíd., f. 132. <<

[18] Ibíd. <<

[19] Luis de Molina, De Iustitia et lure, Maguncia, 1614, disp. 406, cois. 704-705. <<

[20] Ibíd. <<

[21] Ibíd. <<

[22] Trat. 2, disput. 348; Luis de Molina, La teoría del justo precio, edición de Francisco G. Camacho, Editora Nacional, Madrid, 1981, pp. 167-168; Restituto Sierra Bravo, op. cit., p. 695. <<

[23] Tomás de Mercado, Suma de tratos y contratos, Editora Nacional, 1975, pp. 331-332. <<

[24] Juan de Mariana, Tratado sobre la moneda de vellón, op. cit., p. 587. <<

[25] En la jerga económica se habla de una disminución en los saldos reales. <<

[26] Juan de Mariana, Tratado sobre la moneda de vellón, op. cit., p. 587. <<

[27] Ibíd. <<

[28] Tomás de Mercado, Suma de tratos y contratos, op. cit., p. 327. <<

[29] Domingo de Soto, De Iustitia et lure, op. cit., lib. VII, qu. 5, art. 2. Citado también por Grice-Hutchinson, El pensamiento económico en España, Crítica, Barcelona, 1982, p. 143. <<

[30] Domigo de Soto, op. cit., lib. III, qu. V, art. 4. <<

[31] Juan de Lugo, De Iustitia et Iure, Lyon, 1642, dis. 26, secc. 4, párrs. 41-44, citado en Grice-Hutchinson, El pensamiento, op. cit., pp. 146-147. <<

[32] Diego Covarrubias y Leiva, Opera Omnia, op. cit., lib. 1, cap. 7, p. 1055. <<

[33] Juan de Medina, De Contractibus, op. cit., p. 148. <<

[34] Ibíd. El oro era la mejor moneda en este sentido ya que «quia melius domi conservatur aurea quam alia moneta». <<

[35] Ibíd. «Quia una universalius est distrahibilis, quia in pluribus regnis & locis currit & expenditur quam alia». <<

[36] Ibíd. «Quia not ita facile valor legalis bonae pecunie variatur, sicut valor aliarum pecuniarum inferiorum, quae magis sunt periculo diminutionis exponiter». <<

[37] Ibíd. La cita en latin dice: «Itaque non solum aurea pecunia valet plus quam alia inferior moneta: ratione materias, sed etiam quatenus pecunia est, & talis qualitatis dicitur plus valere ob praefatas & alias utdlitates, in quibus una moneta aliis monetiis est praeferenda: ideo dicunt hac ratione posee pecuniam vendi carius, quam sit valor eius legalis». <<

[38] Pedro de Navarra, De Restitutione, Toledo, 1597, lib. E, p. 177. El texto latino versa: «Sed illi liberi sunt, ut si moneta diminuta sit in materia, & pondere, ipsi etiam de valore et aestimatione diminuant, eam sic redpendo, et expendendo». <<

[39] Cristóbal de Villalón, Provechoso tratado de cambios y contrataciones de mercaderes y reprobación de usura, Valladolid, 1542, fol. XI. <<

[40] J. M. Domínguez, Discursos jurídicos sobre las aceptaciones, pagas, intereses, y demás requisitos, y qualidades, de las letras de cambio, Madrid, 1732, p. 65. El autor era oriundo de Sevilla y el libro fue dedicado al arzobispo de Valencia. La obra fue aprobada por la Inquisición «por no contener cosa que se oponga a nuestra Santa Fe Catholica y buenas costumbres». <<

[41] Ibíd. <<

[42] Tomás de Mercado, Suma de tratos, op. cit., p. 264. <<

[43] Ibíd., pp. 265-266. Este párrafo demuestra que este autor no cometió el error de la rama «chicaguense» de la escuela keynesiana de pensar que los cambios monetarios no afectan, en el largo plazo, los precios relativos. Asimismo es claro también que aprobaba el enriquecimiento material y el derecho a la herencia. <<

[44] Juan de Mariana, Tratado sobre la moneda de vellón, op. cit., p. 586. <<

[45] Ibíd., p. 587. <<

[46] Ibíd., p. 588. <<

[47] Ibíd., p. 581. <<

[48] Ibíd. <<

[49] Ibíd. «Omnis æstimado sido sanctuari ponderatur». <<

[50] Juan de Mariana, Tratado sobre la moneda de vellón, op. cit., p. 581. <<

[51] Santo Tomás, De Regim. Princ., op. cit., lib. 11, cap. 14. <<

[52] Ibíd., p. 581. Estos males mayores son los controles de precios. Estos controles generalizados son «un remedio que empeoró la llaga y no se pudo llevar adelante, porque nadie quería vender». Ibíd., p. 586. <<

[53] Ibíd. <<

[54] Ibíd. p. 582. <<

[55] Ibíd. <<

[56] Ibíd., p. 583. <<

[57] Ibíd., p. 585. Unas páginas más adelante, Juan de Mariana analiza lo que sucedería con las monedas no degradadas: «Si corre por el mismo precio que la nueva, será injusto, pues vale más y tendrá más plata y todos la querrán y no la nueva». Ibíd., p. 589. <<

[58] Ibíd., p. 586. <<

[59] Ibíd. <<

[60] Ibíd. <<

[61] Ibíd., p. 588. <<

[62] Ibíd. <<

[63] Ibíd., p. 589. <<

[64] Ibíd., pp. 590-591 <<

[65] Ibíd. <<

[66] Diego de Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político-cristiano, en Biblioteca de Autores Españoles, Rivadeneyra, vol. 25 (última ed. Editorial Maxtor Librería, Valladolid, 2004). <<

[67] Ibíd. p. 593. <<