Anexos

I - La democracia ateniense

La constitución que nos rige ha recibido el nombre de democracia, porque su finalidad radica en realizar aquello que es útil al mayor número y no a una minoría de ciudadanos (es el caso del régimen llamado oligarquía, que reinaba en Esparta).

PERICLES

El territorio de la ciudad-estado de Atenas comprendía no sólo la ciudad, rodeada por sus murallas de ladrillos (construidas después de las guerras Médicas) y unida a sus puertos —El Pireo y Falero— por tres «Muros Largos» también construidos después de las guerras Médicas, sino también todo el Ática (unos 4.000 km2); estaba dividido en cien circunscripciones administrativas, llamadas demos. El Estado ateniense estaba gobernado por dos asambleas que constituían el poder legislativo, la ekklesia y la boulé, y por dos colegios de magistrados que constituían el poder ejecutivo, los estrategos (asuntos militares y política extranjera), y los arcontes (asuntos civiles).

Poder legislativo

La ekklesia, o Asamblea popular, reúne casi una vez a la semana a los ciudadanos atenienses en la colina del Pnyx (en la práctica nunca había más de cuatro mil o cinco mil, mientras que la población total del Estado ateniense ascendía a unos 40.000 habitantes en la época que nos interesa), a fin de votar las leyes, elegir a los magistrados, declarar la guerra o aprobar un tratado de paz. La boulé o Consejo de los Quinientos está formado por quinientos ciudadanos elegidos por sorteo todos los años, los bouleutes; está reunida permanentemente y decide en última instancia el destino de las leyes votadas por la ekklesia (las corrige, las enmienda o las rechaza). La boulé controla también la acción del poder ejecutivo, que está en manos de diecinueve magistrados (estrategos y arcontes).

Poder ejecutivo

El colegio encargado de los asuntos civiles está formado por nueve arcontes, cuyos miembros son elegidos por sorteo todos los años entre los ciudadanos; está presidido por uno de ellos, el arconte epónimo, que da su nombre al año en curso.

El colegio encargado de los asuntos militares y diplomáticos está formado por diez estrategos, elegidos todos los años por la ekklesia y reelegibles. Acumula las funciones de Ministerio de Asuntos Exteriores y de Ministerio de la Guerra cuyos presupuestos administra (los estrategos son también jefes de ejército en tiempos de guerra).

Poder judicial

A estas instituciones se añade el tribunal de la heliée, compuesto por diez jueces elegidos por sorteo entre 6.000 ciudadanos, elegidos a su vez por sorteo entre los 40.000 ciudadanos atenienses, y que se llaman heliastes, y el del Areópago (así llamado porque celebraba sus sesiones en una colina consagrada al dios Ares), cuyos miembros, los areopagitas, eran elegidos entre los antiguos arcontes: su competencia se extendía a la vigilancia de los hombres públicos y de la administración del Estado, a las costumbres de los particulares, y tenía además a su cargo la policía, la educación y el juicio de los asuntos criminales.

II - Las guerras Médicas

Por guerras Médicas entendemos las guerras que las ciudades griegas coaligadas sostuvieron contra los emperadores persas —los Grandes Reyes— durante medio siglo (de 500 a 449 a. C.). Las conocemos en todos sus detalles por Herodoto, que fue contemporáneo de estos acontecimientos.

Las tres guerras Médicas

De manera clásica se distinguen dos guerras Médicas, pero en realidad hubo tres.

  1. La primera guerra Médica (491-490 a. C.) fue iniciada por el gran rey Darío I, que resultó derrotado por los atenienses dirigidos por el estratega Milcíades en la batalla de Maratón (3 de septiembre de 490 a. C.). Al término de esta primera guerra, los atenienses, por consejo del orador Temístocles, dedicaron todos sus recursos a dotarse de una flota de doscientos navíos (trirremes), porque los persas sólo podían atacar las ciudades griegas por mar.
  2. La segunda guerra Médica (480-479 a. C.) fue iniciada por el hijo y sucesor de Darío, el gran rey Jerjes I. Consiguió penetrar en Ática después de aplastar el ejército de los espartanos, mandados por Leónidas, que lo esperaba en el desfiladero de las Termópilas (agosto de 480 a. C.); el país fue asolado y Atenas fue tomada por los persas, saqueada e incendiada. La flota griega, formada por cuatrocientas trirremes (doscientas de ellas atenienses) se situó ante la isla de Salamina, que se encuentra frente al Pireo, el puerto de Atenas (las familias atenienses se habían refugiado allí). Jerjes envió su flota de quinientos navíos, que sufrió un desastre sin precedentes, gracias a la habilitad de los marineros griegos (29 de septiembre de 480 a. C.), y el ejército persa regresó a Asia por vía terrestre. A principios del mes de junio del año 479 a. C. volvió con la intención de invadir de nuevo el Ática: fue derrotado por los aliados griegos cerca de Platea, una ciudad de Beocia (en el territorio de Tebas).
  3. La tercera guerra Médica fue iniciada por las ciudades griegas confederadas (Confederación marítima de Atenas, también llamada Liga de Délos porque su sede y su tesoro se encontraban en el templo de Apolo, en la isla de Délos). El ateniense Arístides hizo el reglamento de esta Confederación, y el ejército fue puesto bajo el mando del ateniense Cimón, hijo de Milcíades. El ejército de la Liga de Délos expulsó a los persas de las costas de Tracia, de las islas del mar Egeo y las costas de Asia Menor. A finales del verano de 479 a. C., el ejército persa fue puesto en fuga tras la derrota de su flota ante el cabo Micale. No obstante, entonces no se firmó ningún tratado de paz.

¿Cuáles fueron las causas de las guerras Médicas?

La causa profunda de estas guerras fue la política de expansión de los emperadores persas. En África y en Asia habían alcanzado los límites extremos de sus conquistas, a saber: el océano índico, las montañas afganas y los desiertos. Por lo tanto, se habían vuelto hacia el oeste y ya había conquistado la Escitia (la Rusia meridional), la Tracia y la mayor parte de las ciudades griegas del Asia Menor: Darío sólo tenía delante de sí el mundo griego de Europa, que le parecía una presa fácil. Muchas ciudades griegas estaban divididas por rivalidades de vecindad, y muchas de ellas se desgarraban en conflictos políticos entre partidarios de la democracia (como Atenas) y partidarios de la oligarquía aristocrática (como Esparta).

El motivo ocasional fue la revuelta, en el año 500 a. C., de la ciudad jonia de Mileto, apoyada por los atenienses. Fue seguida por la sublevación general de las ciudades griegas de Asia Menor, que tomaron e incendiaron Sardes, residencia del sátrapa persa. Para vengarse de los atenienses, Darío I puso en pie una primera expedición contra Atenas en 492 a. C., pero su flota fue destruida por las tempestades al pie del monte Athos, en las costas de la Calcídica. Dos años más tarde, el Gran Rey envió embajadores a pedir «la tierra y el agua» a las ciudades griegas, es decir, su sumisión. Seguras de que la potencia de los ejércitos persas asustaba, consintieron. Sin embargo, Atenas y Esparta no vacilaron en responder a Darío matando a sus emisarios. Poco después una flota persa de seiscientos navíos desembarcó un ejército en la llanura de Maratón, en Ática, a cuarenta kilómetros al noreste de Atenas: así empezaron las guerras médicas.

¿Por qué no se firmó la paz en el año 479 a. C.?

Por dos razones.

La primera es una razón muy «griega»: para firmar un tratado de paz, hay que reunir a un vencedor y un vencido; pero si los griegos estaban de acuerdo en la identidad del vencido —era el Gran Rey—, no conseguían entenderse sobre la del vencedor. ¿Quién dictaría a los persas las condiciones de paz? ¿Atenas? ¿Esparta? ¿La coalición? Y las ciudades griegas amigas del vencido, como Tebas, ¿qué papel desempeñarían en el futuro tratado? Hay que tener en cuenta además que las ciudades no tenían los mismos intereses ni los mismos temores en este asunto. Tomemos un solo ejemplo: Esparta estaba poco dispuesta a firmar la paz; Pausanias, el vencedor de Platea, continuó la guerra por su cuenta, reconquistó Chipre y Bizancio de manos persas, trató de autoproclamarse tirano de Bizancio e intrigó luego con estos mismos persas con la finalidad —ambiciosa e insensata— de convertirse en una especie de «Gran Rey» de toda Grecia (los éforos de Esparta mandaron detenerle para que fuese juzgado, pero Pausanias se refugió en el templo de Atenea, cuyas puertas mandaron amurallar y Pausanias murió dentro de hambre).

Además, y es la segunda razón, el vencido, para firmar un tratado de paz, debe tomar conciencia de su derrota definitiva. No era ésa la sensación de Jerjes I, ni siquiera después de Salamina y Platea, y menos todavía la de su hijo y sucesor Artajerjes I (465-424 a. C.).

¿Cuáles fueron los estados griegos que se adhirieron a la Liga de Délos?

La Liga reunió al principio a las ciudades jonias directamente amenazadas por los persas: las del archipiélago de las Cicladas, cuyo centro era la pequeña isla de Délos, la de Eubea y las ciudades de las grandes islas próximas a las costas de Asia Menor (Lesbos, Quíos y Samos). Luego atrajo la de Rodas, las ciudades de las riberas del mar de Mármara (la Propóntide), las de Calcídica y las ciudades costeras de Tracia. Hecho significativo que deja presagiar conflictos futuros: Esparta y sus aliadas se negaron a adherirse a la Liga de Délos y se retiraron de la guerra contra los persas.

¿Cuáles eran los medios de la Confederación?

Cada ciudad miembro debía aportar cierto número de trirremes y tropas, pero podían librarse de estas obligaciones militares mediante el pago de una contribución anual en moneda ática. El presupuesto anual de la Liga ascendía a unos 1.500 millones de pesetas. El tesoro de la Confederación se conservaba en Délos, en el templo de Apolo, con el tesoro del dios; los tesoreros eran los magistrados atenienses que también administraban el tesoro de Atenas (se les llamaba los hellenotomes); ésta proporcionaba a la Liga su flota y la mayor parte de sus soldados.

¿Cuándo se firmó la paz?

Persia estaba agotada por tantas guerras lejanas. Artajerjes I, que había sucedido a Jerjes en 465 a. C., había quedado impresionado por las victorias de Cimón en Tracia y en el mar Egeo. A la muerte de éste (en el asedio de Citium, en el año 449 a. C.), emprendió negociaciones con Calías, un rico ateniense que se había casado con la hermana de Cimón y firmó con él, en ese mismo año, el tratado llamado paz de Calías; en sus términos el Gran Rey reconocía el mar Egeo como un mar griego, se comprometía a no enviar a él un navio de guerra y a no acercarse a las riberas asiáticas del mar Egeo a más de tres días de marcha…

III - La guerra del Peloponeso

Hasta el advenimiento de Alejandro, dos ciudades-estado rivales se disputaron la hegemonía del mundo griego continental: Atenas, paladín de la democracia y Esparta, paladín de una república basada en una oligarquía. Durante un siglo se enfrentaron ideológica, cultural y económicamente, lo mismo que en el plano de la política exterior. Esta oposición desembocó en un conflicto armado, la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.), que terminó con la victoria de Esparta y la ruina de Atenas.

La guerra del Peloponeso

Desde el año 477 a. C. era evidente, para todo el mundo griego, que la Liga de Délos estaba destinada esencialmente a servir a los intereses de Atenas, que se anexionaba las colonias por la fuerza. Estas anexiones iban acompañadas de la instalación de colonos atenienses en las islas: se les llamaba los clerouques, y los lotes de tierras que se les adjudicaban recibían el nombre de derouquías. En el 454 a. C. fue más evidente todavía: el tesoro de la Liga se transportó del templo de Délos a Atenas, en la acrópolis, donde se unió al tesoro nacional ateniense. Luego Atenas empezó a dictar a las diversas ciudades de la Confederación su organización política y constitucional, sus reglamentos administrativos e incluso algunas de sus leyes. Las ciudades confederadas tuvieron que adoptar el mismo sistema de pesos y medidas que el de Atenas (el pie, de 0,30 metros; el codo, de 0,46 metros; el estadio, de 184,98 metros; el óbolo, de 0,72 gramos; la dracma de 4,36 gramos; la mina de 436,6 gramos; el talento de 26,196 kilogramos), la misma moneda (las lechuzas de oro atenienses) y se les prohibió salirse de la Liga.

Poco a poco la Liga de Délos se transformó, en la práctica si no en los tratados, en un verdadero imperio ateniense, que alcanza su apogeo en la época de Pericles (hacia 495-429 a. C.), jefe del partido democrático, reconciliado con Cimón, jefe del partido aristocrático, y sobre el que tenemos que decir unas palabras.

Una tradición que se remonta por un lado a Tucídides y por otro a ciertos historiadores creadores de famas políticas más que de historia científica, ha hecho de Pericles una especie de divinidad de la democracia, lo mismo que otras tradiciones han visto en Luis XIV el dios de un siglo de oro. De hecho, estamos muy mal informados sobre Pericles; todo lo que sabemos con seguridad es que entró en la vida política hacia el año 461 a. C., siguiendo la estela de Enaltes, el jefe del partido demócrata, y que fue elegido estratego —la magistratura más alta del Estado ateniense— catorce veces seguidas, de 443 a 429 a. C. A juzgar por las consecuencias de su acción política, podemos preguntarnos por el valor de la estatua que le elevó a la posteridad: constructor de la democracia ateniense, también fue el hombre de la guerra del Peloponeso en sus inicios —algunos llegan a decir que la buscó—, cuyo resultado, veinticinco años después de su muerte, supuso el declive y la ruina de Atenas, que caerá en la bolsa macedonia de Filipo II entre 357 y 338 a. C. Lamentable resultado.

Sean las que fueren las responsabilidades de Pericles ante la historia, que no son nuestro propósito, ahora hemos de exponer cómo el mundo griego, al salir de cincuenta años de guerras contra los persas —frenados ahora en los límites iranios de su Imperio—, se desgarró entre los años 431 y 404 a. C. en una guerra estúpida a la que se dio el nombre de guerra del Peloponeso.

Cuando Pericles fue elegido estratego en 443 a. C., el «imperio ateniense» reunía 202 ciudades, que se habían adherido a la Liga de Délos. La prosperidad de Atenas estaba en su apogeo. Desde la paz de Calías, su nota podía dominar el mar Egeo en exclusiva, y no había villa costera ni isla cuyo puerto no estuviese atestado de navíos comerciantes atenienses; al pie de su acrópolis e incluso fuera de sus murallas florecían armadores, banqueros, comerciantes, hombres de negocios y traficantes. Asimismo, los sofistas hacían fortuna: la democracia que había triunfado en Atenas se basaba en el arte de convencer a los electores, y eran muchos los atenienses que, deseosos de emprender una carrera política, se instruían con ellos en ese arte a precio de oro. La próspera, poderosa y demócrata Atenas irritaba a Esparta, también poderosa, pero cuyo régimen, la oligarquía, estaba amenazado por el mensaje democrático que propagaba Atenas entre las ciudades griegas aliadas de Esparta, en las que predominaba el sistema oligárquico. Entre ambas ciudades, la del Ática y la del Peloponeso, una vez alejado definitivamente el peligro persa por la paz de Calías (449 a. C.), se instaló una especie de guerra fría, cuyos detalles no nos interesan aquí, que debía llevar a un conflicto armado cargado de consecuencias.

Según Tucídides, Pericles deseaba ese conflicto (para robustecer el poderío de Atenas y el futuro de la democracia, amenazada por el ejemplo espartano), pero no se sentía con fuerza suficiente para desencadenarla, temiendo que la opinión pública, que se expresaba por los votos de la ekklesia, no le siguiese. Entonces hizo como todos los jefes de Estado de los que la historia, antigua o moderna, nos proporciona cien ejemplos: aprovechó la ocasión de tres conflictos locales ocurridos en Corcira (Corfú) en 433 a. C., en Megara y Potidea en 432 a. C., para desencadenar la guerra contra Esparta. Corcira era una antigua colonia de Corinto que había llamado en su ayuda a Atenas frente a aquélla, que a su vez era aliada de Esparta. Pericles envió una escuadra que dio cuenta de la flota corintia tras un severo combate naval. Al año siguiente promulgó un edicto prohibiendo a los comerciantes de Megara —aliada de Esparta— los puertos y los mercados de África, arruinando así el comercio de esta ciudad. Al mismo tiempo, montó una expedición contra la colonia ateniense de Potidea, sublevada contra Atenas y apoyada por Corinto, que recibía así el apoyo prestado por Pericles a Corcira el año anterior.

De este modo nació la guerra del Peloponeso, en el año 431 a. C. Duró cerca de treinta años (hasta el 404 a. C.), y la lucha, que agotó a las dos ciudades rivales y sus aliadas, permaneció mucho tiempo indecisa. Pueden distinguirse en ella tres períodos:

  1. La guerra de diez años (431-421 a. C.). El plan de Pericles era despreciar las conquistas territoriales y saquear las costas del Peloponeso; el de Esparta, invadir y asolar el Ática, que fue lo que ocurrió efectivamente en los años 431-429 a. C. Luego una epidemia de peste se abatió sobre Atenas y mató a Pericles. Un hombre nuevo, Cleón, le sucedió y obtuvo algunos éxitos (sobre todo la captura de trescientos espartanos en la isla de Esfacteria). Fue luego Esparta la que cambió sus planes y ocupó, en Tracia (de donde Atenas sacaba su trigo), el puerto de Anfípolis, a fin de hacerles pasar hambre; Tucídides, que era entonces estratego y conocía bien la Tracia (había minas de oro), recibió la misión de enfrentarse a ellos, pero el general espartano Brasidas se le adelantó apoderándose de la ciudad antes de la llegada del griego: el futuro historiador de la guerra del Peloponeso fue condenado a veinte años de exilio por esa falta por las autoridades atenienses. Los dos Estados firmaron entonces la paz de Nicias (421 a. C.), por la que se devolvían mutuamente sus conquistas.
  2. Tras la muerte de Cleón bajo los muros de Anfípolis (al igual que Brasidas), en 417 a. C. los atenienses eligieron como estratego al bello y rico Alcibíades (el amado de Sócrates), para mayor desgracia de su patria, a la que embriaga con su nacionalismo ambicioso. Convence a los atenienses de que podrían derrotar a Esparta conquistando las colonias dorias de Sicilia y haciendo entrar a la Magna Grecia en la órbita ateniense. Así pues, organiza una expedición de 134 navíos y 10.000 hombres contra Siracusa; pero, durante los preparativos de partida, de noche, a la mayoría de las estatuas del dios Hermes que había en Atenas les mutilaron la cara (415 a. C.): los adversarios políticos de Alcibíades le acusaron de ese sacrilegio y, sin tratar siquiera de justificarse, Alcibíades escapa y se refugia entre los espartanos primero y luego entre los persas. Nicias continuó la campaña: asedió Siracusa sin demasiado ímpetu y finalmente fue derrotado: la nota ateniense quedó destruida, los atenienses levantaron el asedio (414 a. C.) e intentaron una retirada que se transformó en desastre (todos perecieron o fueron hechos prisioneros).
  3. Atenas parecía perdida, sin flota y sin ejército. Con la energía de la desesperación, los atenienses construyeron una nueva flota y el estratego Conón venció a los espartanos en las islas Arginusas (entre la isla de Lesbos y la costa asiática) en el año 406 a C No obstante, al mismo tiempo, eran derrotados por el general espartano Lisandro en Notion (407 a. C.) y Aigos Potamos (405 a. C.). Atenas arruinada, no tenía nada que negociar: hubo de arrasar sus murallas (los famosos Muros Largos) y las fortalezas del Pireo, entregar sus navíos (solo conservó doce) e inclinarse ante la hegemonía espartana

IV - La dinastía de los Aqueménidas

Los persas llegaron a la meseta iraní en la misma época que los medos, a los que estuvieron sometidos hasta el advenimiento de Ciro II el Grande en el año 549 a. C. Se habían asentado en el «país de Anzan» (también se transcribe Anshan), una región a orillas del golfo Pérsico que corresponde poco más o menos a la región de la actual ciudad de Chiraz. Allí Darío I fundará Persépolis.

Akhemenes ¿h. 700? Jefe del clan de los Hakkamanish (nombre persa), vasallo de los reyes medos; fundador semilegendario de la dinastía.

Teispes h. 640-590 Primer rey persa histórico, vasallo de los reyes medos Fraortes (675-653) y Ciaxares (653-584); se decía «rey del país de Anzan» (territorio donde se habían asentado los primeros clanes persas).

Ariamnes y Arsames h. 675-640 Hijo y nieto de Tespes. Son los primeros en tomar el título de «Rey de Reyes, rey Parsu-mash» (del país de los persas), vasallos del rey medo Ciaxares (625-584). No parece que hayan reinado verdaderamente.

Ciro I h. 640-600 Tercer hijo de Teispes, que reinó con el título de «Rey de Reyes, rey Parsumash» (del país de los persas), vasallo del rey medo Astiages (584-549).

Cambises I h. 600-558 Hijo del anterior; se casa con la hija de Astiages, su soberano medo.

Ciro II el Grande h. 558-528 Hijo del anterior, por lo tanto nieto (por su madre) de Astiages, contra el que se rebela; tunda entonces el Imperio persa (en 550); conserva como capital la capital de los medos, Ecbatana, y conquista Babilonia y Lidia. Los medos salen de la historia.

Cambises II 528-522 Hijo del anterior; lleva a cabo la conquista de Egipto.

Darío I 521-486 Usurpador del trono de Persia después de haber hecho matar al pretendiente legítimo (el hijo menor de Ciro II, asegurando que no es hijo suyo, sino un mago que habría ocupado su lugar). Extiende su imperio desde el Danubio al Indo, refuerza el poder real, reprime las sublevaciones e instaura el régimen de las satrapías. Toma la iniciativa de castigar a las ciudades griegas de las satrapías de Asia Menor, lo que desencadenará la primera guerra Médica, que concluye con la derrota de los persas en Maratón.

Jerjes I 486-465 Hijo del anterior. Vencido por los griegos en Salamina y en Platea durante la segunda guerra Médica (480-479), después de haber tomado e incendiado Atenas.

Artajerjes I Longímano 465-424 Hijo del anterior. Inicio del declive del Imperio persa.

Jerjes II 424 Asesinado por su hermanastro Sogdianos; sólo reinó 45 días.

Darío II el Bastardo 424-405 Emprende la guerra contra Atenas.

Artajerjes II Mnemón 404-358 Guerra civil contra su hermano Ciro el Joven.

Artajerjes III Oco 358-330 Renacimiento temporal del poderío persa, que es amenazado por Filipo II de Macedonia.

Darío III Codomano 336-330 El adversario de Alejandro, que le derrota en Isos en 333, luego en Gaugamela en 331.

Enero de 330 Alejandro destruye Persépolis mediante el fuego.

Julio de 330 Darío III Codomano, que huye de Alejandro, es asesinado en Partia por el usurpador Beso y los oficiales que huían con él. Los Aqueménidas salen de la historia.

V - Organización del Imperio persa

La obra de Ciro 11 el Grande (558-528 a. C.)

Ciro II el Grande, cuyo abuelo paterno, Ciro I, era persa, y cuyo abuelo materno era el rey medo Astiages, fue el fundador del Imperio persa: primero reunió en el pequeño «país de los persas» (la región de Chiraz, hasta el golfo Pérsico) los territorios del Imperio medo, que correspondían aproximadamente a la parte occidental del actual Irán; luego agrandó su imperio mediante sus conquistas (Mesopotamia y Babilonia, vecinas de Media, más tarde Lidia en Asia Menor, hacia las riberas del mar Egeo, Siria-Palestina y Egipto), por último dio una unidad a ese vasto imperio, cuyos territorios abarcaban entonces los de Irak, Irán, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania y Egipto modernos, porque tuvo la inteligencia y la habilidad de respetar los sentimientos nacionales y religiosos de los pueblos del Oriente Medio así conquistados, dominados durante tanto tiempo por los semitas de Nínive (asirios) y de Babilonia (el Imperio neobabilonio), lo que le hizo ser recibido como un liberador en numerosas comarcas.

El gesto político más célebre de Ciro fue la liberación, en 539, de los descendientes de los judíos que habían sido llevados en cautiverio a Babilonia cincuenta años antes por el rey neobabilonio (caldeo) Nabucodonosor II. Dicen que autorizó a 40.000 a volver a Palestina, a instalarse allí y a reconstruir una comunidad nacional y religiosa bajo control persa; devolvió incluso los vasos de oro y de plata procedentes del Templo de Jerusalén. Fue suficiente para que los últimos profetas exaltasen el nombre del Gran Rey, en quien veían un verdadero mesías.

La realidad política era sin duda menos mística: a Ciro, el Templo y la religión de los judíos no le preocupaban más que las creencias religiosas de los pueblos sometidos a su dominación. La suerte del pueblo judío fue que Ciro estaba interesado en Egipto, que será conquistado por su hijo, Cambises II (528-522), y el camino a Egipto pasaba por Palestina: consiguiendo partidarios en Judea, el Gran Rey se había preparado una base de invasión o, al menos, una parada favorable.

La obra de Darío I el Grande (521-486 a. C.)

El sucesor de Ciro el Grande también fue un gran conquistador, dado que llevó los límites del Imperio persa por Oriente hasta el Indo, y por Occidente hasta el Danubio (en el momento de su mayor extensión, hacia el año 480 a. C., los persas controlaban en Europa Tracia y Macedonia, así como la costa occidental del mar Negro, donde fondeaba su flota). Con él, Asia introducía un pico en Europa y amenazaba a todas las ciudades griegas, que se coaligaron y lucharon contra el Gran Rey y sus dos sucesores (Jerjes I, 486-465 a. C.; Artajerjes I, 465-424 a. C.) durante los cincuenta años de guerras Médicas. Terminaron, como se sabe, tras muchas batallas memorables que pervivieron en la memoria de los griegos, tras el tratado de paz firmado en Susa por Calías, embajador extraordinario de las ciudades griegas, y que se llama la «paz de Calías».

Darío comprendió rápidamente, aunque sólo sea por las revueltas que tuvo que combatir al principio de su largo reinado (treinta y cinco años), que el gigantismo de ese Imperio impedía cualquier centralización y creó para este mosaico de pueblos, ciudades y reinos sobre los que reinaba el sistema de satrapías, es decir, la regionalización administrativa del Imperio aqueménida. Sus principales características fueron las siguientes:

  1. Las diferentes provincias del Imperio tienen distintos estatutos políticos y cada uno vive bajo un régimen particular determinado: por ejemplo, las ciudades fenicias y ciertos territorios son vasallos directos del Gran Rey; Judea, adonde han vuelto los judíos, y las ciudades griegas de Jonia, como Esmirna, Focea, Abidos, etc., son políticamente independientes (se administran a su manera) y están simplemente sometidas a un tributo; otras comarcas, como Egipto, Babilonia y Media, son tratadas como estados aliados; y lo mismo para el resto.
  2. Culturalmente cada provincia es libre de profesar la religión que tenía antes de ser sometida, y se respetan las lenguas locales; sin embargo, la lengua administrativa de los escribas, la de las leyes y los decretos, la del ejército y los impuestos, es el arameo (que ya era la lengua de las cancillerías desde los tiempos de Babilonia). Los documentos oficiales son por regla general trilingües: en antiguo persa, en babilonio y en elamita, lenguas transcritas con caracteres cuneiformes, como ocurría en todo el universo mesopotámico, salvo en las ciudades de las satrapías occidentales donde se conocía la escritura alfabética (en Asia Menor y en la costa sirio-fenicia).
  3. Cada satrapía (habrá más de cincuenta en todo el Imperio) tiene al frente un sátrapa, que representa la autoridad del Gran Rey. Siempre es un persa, cumple las funciones de gobernador civil y judicial y se encarga de los impuestos y la policía de su provincia. Juzga al mismo tiempo de acuerdo con las leyes locales y las leyes nacionales promulgadas por Darío en el año 519 a. C., en una Ordenanza de buenos reglamentos, al parecer basada en parte en el Código de Hammurabi.
  4. El mando militar de cada satrapía está en manos de un oficial persa. Y como siempre es posible un acuerdo, e incluso una alianza, entre estos dos poderes, el civil y el militar, Darío les había adjuntado un tercer alto funcionario que realizaba funciones de secretario de Estado, llamado «el ojo y la oreja del Rey», que tenía sin duda bajo sus órdenes una especie de policía secreta.
  5. Las satrapías están relacionadas con la administración central de Susa, la capital del Imperio, gracias a un sistema postal sin precedentes en la Antigüedad, que imitarán más tarde los emperadores romanos: una vía real de 2.700 kilómetros de longitud, dotada de 111 postas (una posta cada 25 kilómetros aproximadamente), une Susa, la capital administrativa, con Sardes, en Lidia; los correos del Gran Rey podían recorrerla (a caballo) en quince o veinte días.
  6. Cada satrapía debe asegurar al Estado persa una provisión regular de un contingente de hombres para la guerra, así como la recogida de impuestos que son fuertes (unos 75.000 millones de pesetas cada año), que se pagaban en moneda acuñada: en 516 a. C. aparecen en el Imperio persa los dáricos de oro.

En conjunto, si exceptuamos a Ciro el Grande, fundador del Imperio, y a Darío I, su organizador y gran constructor (mandó construir la famosa apadana de Persépolis, gigantesca ciudadela de 130.000 m2 al pie de una montaña), los soberanos aqueménidas no brillaron mucho ni por el genio político ni por el genio militar, y cuando tuvieron frente a ellos a un adversario avisado (como Milcíades, Temístocles, Arístides el Justo, Cimón o Alejandro), perdieron prestigio. Además, cada vez que uno de ellos moría, se abría de forma casi ineluctable una crisis sucesoria. Casi todos los reinados (salvo el de Ciro el Grande) empezaron o terminaron con un asesinato político; Cambises II hizo asesinar a su hermano, Bardiya; Artajerjes I mandó matar a todos sus hermanos; su hijo, Jerjes II, sólo reinó 45 días, siendo asesinado por el hijo de una de las concubinas de su padre; Artajerjes II no llegó al poder sino después de haber vencido a su hermano, cuyo cadáver mutiló, y Artajerjes III tomó la precaución, al subir al trono, de hacer desaparecer a sus hermanos y hermanas. Su muerte en el año 338 a. C. es, si puede decirse, ejemplar: fue envenenado por uno de sus consejeros, el eunuco Bagoas, que sienta sobre el trono a un nuevo rey al que también envenena lo mismo que a sus hijos; finalmente es Darío III Codomano, biznieto de Darío II, quien toma el poder, pero, insaciable, Bagoas trata de envenenar de nuevo a este tercer soberano. No lo consigue, y es él quien perece, obligado a beber el veneno que destinaba a su víctima.

Bien sopesado todo, el Imperio persa era un verdadero monstruo político. Las diversas provincias que conquistaron nunca estuvieron realmente asimiladas, sin duda porque la conquista fue demasiado rápida y, al mismo tiempo, demasiado heteróclita. Además, a las querellas sucesorias hay que añadir las secesiones de ciertas provincias, las revueltas y los caprichos del carácter de los sátrapas, grandes señores feudales que a veces se consideran iguales al Gran Rey. Lo más sorprendente en la historia de los Aqueménidas no es que hayan creado un imperio tan vasto, sino que su poder haya durado tanto tiempo: dos siglos. La razón profunda de ello es la ausencia de enemigo exterior suficientemente poderoso. Resulta notable que las únicas guerras hechas por los persas (contra los griegos) se hayan saldado con repetidos fracasos, a pesar de su enorme superioridad numérica. En resumen, el ejército persa es terrorífico sólo por su número: el primer ejército extranjero importante y organizado que lo atacó, el de los macedonios, lo destrozó sin mayores dificultades.

A partir de las conquistas de Ciro el Grande y de Cambises vemos que Persia avanza hacia el mundo europeo. Las victorias de los dos primeros Grandes Reyes se debían, desde luego, a la excelencia y la importancia de su ejército (una caballería numerosa, buenos arqueros), pero también a la ausencia casi completa de resistencia de parte de sus enemigos; en particular, Mesopotamia, de la que se apoderan entre los años 550 y 530 a. C. (toma de Babilonia en 539 a. C.), había perdido de todas sus fuerzas vivas tras dos siglos de guerras asirias.

VI - Cronología general

Observación: La casi totalidad de las fechas de la historia de la Grecia antigua son aproximativas, y pueden variar incluso de un autor a otro en función de los sistemas de referencia adoptados. Así la fecha de la guerra de Troya, para los autores que no niegan su historicidad, ¡hace sólo cincuenta años (poco más o menos) que la conocemos! Para el período que nos ocupa (los siglos V y VI a. C.), la incertidumbre es menor: en general es de uno o dos años para los sucesos mal conocidos, del orden del mes o de la estación (primavera, etc.), para los demás. En líneas generales, siempre que era posible, hemos seguido la Chronologie des Civilisations de Jean Delorme (París, PUF, 3.a edición, 1969).

I. El tiempo de los persas (558-336 a. C.)
Fechas Sucesos
h. 557-530 Reinado de Ciro II el Grande, fundador del Imperio persa de los Aqueménidas.
539 Ciro pone fin al Cautiverio de Babilonia.
528-522 Reinado de Cambises II, hijo del anterior; conquista Egipto.
521-486 Reinado de Darío I.
499 Expedición de los persas contra la isla de Naxos. Revuelta de las, ciudades jonias contra los persas.
498 Atenienses y jonios aliados destruyen Sardes, capital persa de Johiá.
494 493 Darío somete Caria y toma Mileto.
491 490 Fin de la revuelta de las ciudades jonias.
Primera guerra Médica: derrota de Darío en Maratón.
486-465 Reinado de Jerjes 1, hijo de Darío.
Atenas: Temístocles manda construir una flota de guerra para luchar contra los persas; inicios del poderío marítimo.
483 Segunda guerra Médica; alianza de Esparta y Atenas contra Jerjes.
480-479 Jerjes desembarca en Grecia: vence a los espartanos en el desfiladero de las Termopilas; victorias navales de los griegos en Salamina, sobre los persas, y en Himera (Sicilia) sobre los fenicios, aliados de los persas.
479 478-477 Victoria de los griegos sobre los persas en Platea y en el cabo Micale.
474 473 Formación de la Liga de Délos, alianza de las ciudades griegas contra el peligro persa bajo la dirección de Atenas.
Atenas: ostracismo (condena a exilio) de Temístocles, jefe del partido aristocrático; preponderancia de Cimón, adversario político de Temístocles.
469-399 Vida de Sócrates.
467-465 Victoria de Cimón sobre los persas, en la desembocadura del río Eurimedonte.
Asesinato de Jerjes I; Artajerjes I Larga Mano le sucede.
465-424 Reinado de Artajerjes 1 Longímano.
Atenas: ostracismo de Cimón.
461 Traslado a Atenas del tesoro de la Liga de Délos.
454-449/448 Paz de Calías (por el nombre del negociador) entre Atenas y los persas.
447-438 446 Atenas: construcción del Partenón. Herodoto en Atenas.
443-429 Atenas: Pericles, jefe del partido democrático, reelegido primer estratego (prácticamente: jefe del Estado) cada año. Sófocles: Antígona.
442 431 Inicio de la guerra del Peloponeso (431-404) entre Atenas y Esparta: las dos ciudades se disputan la hegemonía sobre las ciudades griegas. Esta guerra termina mediante la paz de Nicias: caída provisional de la democracia en Atenas y régimen llamado de los Treinta Tiranos.
430 429 Epidemia de peste en Atenas. Condena de Pericles. Reelección y muerte de Pericles. Victoria de los atenienses sobre los espartanos en Potidea, tras un asedio memorable.
428-348 Vida de Platón.
423-404 Reinado de Darío II el Bastardo (otras fechas propuestas: 424-405).
424 421 Los atenienses penetran en Beocia (en el marco de la guerra del Peloponeso) y son vencidos por los beocios en Delión.
413-404 404 Paz de Nicias (un político y un general ateniense), que pone fin a la primera fase de la guerra del Peloponeso, que ha durado diez años (empezó en 431). Segunda fase de la guerra del Peloponeso. Derrota definitiva de Atenas: abolición de la democracia e institución de la oligarquía de los Treinta Tiranos.
404-358 Reinado de Artajerjes II Mnemón, hijo de Darío II.
384-322 Vida de Aristóteles.
Filipo II, regente de Macedonia.
358-338 Reinado de Artajerjes III Oco, hijo de Artajerjes II.
21 julio 356 Nacimiento de Alejandro, hijo de Filipo II.
338-337 Reinado de Arses, sucesor de Artajerjes III Oco.
336 Asesinato de Filipo II y advenimiento de Alejandro II de Macedonia.
336 Advenimiento de Darío III Codomano, que será el adversario de Alejandro.
II. La vida y las guerras de Filipo II de Macedonia (382-336 a. C.)
Fechas Sucesos
413-351 Demóstenes: Primera Filípica. 334. Aristóteles funda el Liceo. Reinado de Arquelao II.
398-369 Reinado de Amintas II (tras un período de anarquía).
369-367 Reinado de Alejandro II; hijo mayor del anterior.
365-359 Reinado de Perdicas III, hermano del anterior.
382 Nacimiento de Filipo II de Macedonia, tercer hijo de Amintas II y de la lincéstida Eurídice.
368-365 Filipo, que no está llamado a reinar, es enviado como rehén a la Tebas de Epaminondas y Pelópidas.
359 Filipo regente por su sobrino Amintas III; hijo de Perdicas III.
357 Filipo emprende la tarea de extender el territorio macedonio hasta el mar; se apodera de Anfípolis (que conserva su autonomía bajo control macedonio), en la costa tracia, en la desembocadura del Estrimón.
Filipo se casa con Olimpia, hija del epirota Neoptólemo, rey de los molosos, que le dará como hijo a Alejandro.
356 Toma de Pidna (que pertenece a los eubeos), en el golfo de Tesalónica.
Toma de Potidea, que Filipo II destruye y cuyo territorio devuelve a Atenas.
En Pela, nacimiento de Alejandro de Macedonia, hijo de Filipo y de Olimpia.
La noticia del nacimiento de Alejandro llega a Filipo, que está guerreando en Tracia.
Filipo continúa su avance en Tracia. Toma de Crénides. Victorias de su general Parmenión sobre los ilirios.
356 Campañas de Filipo en los Balcanes. Asedio y toma de Metone, a orillas del golfo de Tesalónica; Filipo pierde un ojo durante la batalla.
354 Filipo prosigue su política de expansión por el litoral tracio: toma Abdera y Maronea, y avanza hacia el Helesponto. Intervención de Filipo en la tercera guerra sagrada que enfrenta a Delfos y a los focenses. Toma de Larisa, de Feres y de ciudades de Fócida.
353 Fracaso de Filipo en las Termopilas, contra Atenas, Esparta y la Liga Aquea.
348 Filipo derrota a los focenses y se apodera de las Termopilas. Campaña hacia las ciudades de Tracia: Filipo cruza el Hebro y se acerca al Helesponto. Demóstenes pronuncia la Primera Filípica. Alianza de Atenas y Olinto.
Tentativa de Esquines con vistas a un acercamiento entre Atenas y Macedonia.
Asedio y toma de Olinto por Filipo.
347 Primera embajada de los atenienses a Pela (Demóstenes, Esquines) con vistas a un tratado de paz.
346 Atenas aprueba los términos del tratado de paz propuesto por Filipo (paz de Filócrates).
Atenas: los atenienses juran la paz con Macedonia.
Partida de la segunda embajada ateniense hacia Pela.
Regreso de los embajadores a Atenas; partida de Filipo hacia las Termopilas y Fócida.
Atenas: ratificación definitiva del tratado de paz con Macedonia. Filipo pasa el desfiladero de las Termopilas sin tener que combatir: le ha bastado comprar a los mercenarios focenses que lo guardan.
Guerra de Delfos (tercera guerra sagrada). Filipo se apodera de veintitrés ciudades fortificadas de Fócida, que destruye. Fin de la guerra de Delfos (paz anfictiónica); Filipo entra en el Consejo anfictiónico. Delfos le proclama salvador (evergeta) y protector (proxene) de la ciudad sagrada.
345 Guerra en los Balcanes (hacia el Adriático). Arreglo de los asuntos del Epiro, sobre el que Filipo extiende su dominio.
344 Acuerdo con los tesalios. Demóstenes: Segunda Filípica.
343 Embajada persa a Atenas (¿contra Filipo?). El ateniense Hegesipo es enviado a Pela, para modificar las cláusulas del tratado de paz de 346. Filipo elige a Aristóteles como preceptor de su hijo Alejandro. Atenas se alía con Megara y restaura sus murallas (los «Muros Largos») abatidos después de la guerra del Peloponeso.
342 Filipo decide extender sus territorios hasta el Bósforo. Envía columnas al Quersoneso (banda de tierra que bordea lestrechos del Bósforo y el Helesponto).
341 La guerra por el Quersoneso parece inminente. Alianza de Atenas con Eubea, Quíos y Rodas.
La escuadra ateniense recupera Eubea, que devuelve a los eubeos, aliados suyos (su jefe es Calías).
340 Congreso de Atenas: la guerra contra Filipo, que marcha sobre el Quersoneso, está decidida. Fracasos de Filipo ante Perinto y Bizancio. Alianza de Tebas y Atenas contra Filipo. Los atenienses y sus aliados declaran la guerra a Filipo.
338 Filipo toma Elatea (en Fócida) por sorpresa.
Campaña de Queronea; los atenienses y sus aliados tebanos son derrotados por Filipo el 1 de septiembre (Alejandro, su hijo, mandaba el ala enfrentada a los tebanos). Paz de Démades.
Filipo invita a todos los estados helénicos a unirse a la Liga panhelénica (contra la amenaza persa), la Liga de Corinto, bajo su control.
337 Filipo arrastra a la Liga panhelénica de Corinto a una guerra contra Persia (donde ahora reina Darío III Codomano). Filipo se casa con Cleopatra, nieta de Átalo (no confundir a este gran señor macedonio con el general de Alejandro de ese mismo nombre. Incidente grave con Alejandro durante las bodas, que desembocan en una ruptura entre padre e hijo.
336 Asesinato de Filipo en Aigai, la antigua capital (histórica) de Macedonia, durante las bodas de Cleopatra, hija de Filipo y de Olimpia (y hermana por tanto de Alejandro) y Alejandro, rey de Epiro.
III. Alejandro Magno (356-323 a. C.)
Fechas Sucesos
355 Nacimiento de Alejandro de Macedonia en Pela, capital de Macedonia.
Alejandro educado por su madre Olimpia y su nodriza Lanice, hija de Dropides. Kleitos el Negro (Clito), hermano de Lanice, joven oficial, es su primer héroe. Su padre está en la guerra.
Filipo vuelve a cuidar sus heridas a Pela: ha perdido un ojo en el sitio de Metone.
354 Nacimiento de la hermana de Alejandro, Cleopatra, segundo vástago de Filipo y Olimpia.
349 Alejandro confiado a un preceptor, Lisímaco, al que Olimpia une al austero y rígido Leónidas.
344 Conversaciones entre atenienses y macedonios en Pela. El pequeño Alejandro sorprende a los embajadores por su seriedad. Recita versos de Homero a Demóstenes. Filipo regala Bucéfalo a Alejandro.
343 Filipo invita a Aristóteles a Pela para que se haga cargo de la educación intelectual de Alejandro. Le explica y hace admirar a Homero y le enseña gramática, música, geometría, retórica y filosofía. Alejandro se identifica con Aquiles, su héroe preferido.
342 Alejandro con su padre en Perinto, donde asiste a su primer combate.
340 Alejandro combate a las tribus medarianas, rebeladas contra Filipo. Fundación de la primera Alejandría, cerca de la actual Sofía.
339 Filipo observa el poco interés que el joven Alejandro presta a las mujeres.
337 Batalla de Queronea, en la que participa Alejandro.
Alejandro festeja sus dieciocho años en Atenas.
Agravamiento del conflicto conyugal latente que existe entre Filipo (que ha regresado a Pela recientemente) y Olimpia.
Filipo desposa, como segunda mujer, a Cleopatra, sobrina de un gran señor macedonio. Escándalo durante sus bodas. Alejandro y su madre huyen al Epiro.
336 Regreso de Alejandro y Olimpia a Pela tras la intervención de Demates, viejo amigo de Filipo. Cleopatra encinta.
Asesinato de Filipo en Aigai: Alejandro, rey de Macedonia.
Alejandro hace matar a los pretendientes a la corona de Macedonia.
335/4 Congreso de Corinto: Alejandro elegido comandante en jefe de los ejércitos helénicos para dirigir la cruzada contra los persas.
Campaña en los Balcanes: el Danubio, frontera natural de Macedonia.
Defección de Atenas: revuelta, sitio y destrucción de Tebas.
Segunda reunificación de la Hélade.
Preparativos con vistas a la expedición a Persia.
333 Partida del Gran Ejército, desde Anfípolis (Parmenión lugarteniente). Travesía del Helesponto; Alejandro en Troya.
Victoria de Alejandro en las orillas del Gránico.
Rendición de Sardes y toma de Éfeso.
Estancia de Alejandro en Éfeso.
Asedio y toma de Mileto.
Alejandro licencia su flota. Encuentro de la princesa Ada (septiembre). Memnón nombrado comandante en jefe de los ejércitos persas.
Asedio y toma de Halicarnaso.
Partida de un primer contingente de soldados con permiso para Macedonia.
Alejandro en Fasélida. Conspiración de Alejandro el Lincéstida.
332 Sumisión sin combate de Licia, Panfilia, Pisidia. Sumisión sin combate de la Gran Frigia. Llegada de Alejandro a Gordio. Muerte de Memnón. Alejandro corta el nudo gordiano. Sumisión sin combate de Capadocia. Alejandro se baña en el Cidno y cae enfermo. Llegada de Darío a Socos (campo de batalla ideal para él). Cruce con Alejandro. Llegada de Darío a Isos. Vuelta de Alejandro hacia Isos.
Batalla de Isos. Victoria de Alejandro y huida de Darío. Esbozo de una organización del Imperio macedonio. Marcha sobre Fenicia.
Asedio de Tiro, que cae en julio. Asedio y toma de Gaza.
Alejandro llega a Pelusa y penetra en Egipto, donde es acogido como un liberador en Menfis.
331 Peregrinación de Alejandro al oráculo de Zeus-Amón, en Siwah.
Partida de Alejandro hacia Babilonia.
Alejandro y su ejército a orillas del Tigris. Darío está en Gaugamela.
Batalla de Gaugamela, victoria de Alejandro; huida de Darío a Arbela al día siguiente.
Estancia de Alejandro en Babilonia.
Entrada de Alejandro en Susa.
330 Alejandro somete a los uxios.
Entrada de Alejandro en Persépolis.
Incendio del palacio de Darío.
Conquista de Media y toma de Ecbatana.
Alejandro persigue a Darío, acompañado en su fuga por Beso, sátrapa de Bactriana.
Alejandro alcanza a Darío, al que Beso acaba de asesinar.
Llegada de Alejandro y de su ejército al mar Caspio, en Zadracarta.
Conquista de Hircania (a orillas del mar Caspio) y sumisión de los mardos.
Alejandro conquista Partía y Ada, con la esperanza de pasar a Bactriana en invierno.
Sumisión de la Aracosia. Conspiración (real o imaginada por Alejandro) y ejecución de Filotas, Parmenión y Alejandro el Lincéstida, hijo de Aéropo; Alejandro sueña con una monarquía universal.
Reorganización del ejército macedonio y partida para Bactriana en persecución del usurpador Beso, que se refugia al otro lado del Oxo (el Amu-Daria).
329 Descanso en Aracosia; fundación de Alejandría de Aracosia (Kandahar).
Alejandro franquea el Hindu-Kush.
Ocupación de Bactriana; Alejandro cruza el Oxo.
Toma de Maracanda (Samarcanda) y principio de la campaña de Sogdiana; Alejandro marcha sobre el Jaxartes (el Sir-Daria).
Primeros encuentros con los montañeses de Sogdiana.
Rebelión nacional en Sogdiana, dirigida por Espitámenes, aliado de los escitas.
Fundación de Alejandría Extrema.
327 Victoria de Alejandro sobre los escitas.
Alejandro monta sus cuarteles de invierno en Bactra-Zarias-pa, que se convierte en el centro del Imperio. Orientalización de su comportamiento; impone el rito de la prosternación, que choca a los macedonios y a los griegos. En Bactra: juicio de Beso, condenado a muerte, mutilado al modo persa y enviado a Ecbatana para ser ejecutado. Alejandro recibe embajadas escitas.
Oposición entre Alejandro y sus allegados. Asesinato de Cli-to. Conjura de los pajes.
Alejandro monta sus cuarteles de invierno en Sogdiana, en Nautaca. Se informa sobre los países indios vecinos (el actual Pakistán) y prepara su expedición a India.
326 Renuevo de la agitación en Sogdiana con Oxiartes, que controla la Roca de Sogdiana.
Rendición de Oxiartes. Alejandro se casa con su hija, la bella Roxana.
Bactra: partida de Alejandro para India, con su gran ejército.
Estancia en Alejandría del Caucase
Alejandro y su ejército entran en India (de hecho en el moderno Pakistán) por el paso de Khaybar (el Khyber Pass). Sumisión militar de los montañeses del Gandhara: aspasios, gureos y asácenos; toma de la Roca de Aornos. Toma de Dirta. Invierno en la orilla derecha (occidental) del Indo.
326 Paso del Indo: el rey indio Taxiles. Batalla en el río Hidaspes contra el rey indio Poro. Llegada de Alejandro a la orilla derecha del Hífasis: amotinamiento de su ejército (soldados y oficiales), que se niega a seguir adelante.
Alejandro ordena el gran retorno.
Alejandro de nuevo a orillas del Hidaspes; prepara el retorno de su Gran Ejército a Susa y manda construir a este efecto una flota. Confía su mando a Nearco, ascendido a almirante. Partida de la flota macedonia; descenso del Hidaspes, hacia el Indo.
De paso: campaña contra los oxídracos y los malios; Alejandro es herido en un combate contra los malios. Fundación de Alejandría de la Confluencia.
325 Llegada de Alejandro y de su flota a Pátala, a la cima del estrecho del Indo.
Exploración del delta, con vistas a pasar al océano índico. Plan de regreso hacia el estrecho de Ormuz (entrada del golfo Pérsico); los tres itinerarios: 1) marítimo (Nearco), bordeando la costa del océano índico; 2) terrestre (Crátera) por Ara-cosia (la actual provincia de Kandahar, en Afganistán) hasta Alejandría de Aracosia, luego por Carmania (la meseta iraní); 3) también terrestre (Alejandro y Hefestión), pero difícil, por Gedrosia (el actual Beluchistán). Cita general para dentro de seis meses en Ormuz.
Partida de Crátera. Su periplo acaba sin demasiadas pérdidas a finales de diciembre de 325.
Partida de Alejandro y de Hefestión. Su periplo —que fue particularmente penoso (debido a la falta de agua y víveres)— acabará a finales de diciembre de 325 con una auténtica bacanal de Pura a Ormuz.
Partida más tardía de Nearco (debido al régimen de los monzones), que llega a finales de diciembre a Ormuz y que seguirá hasta Susa por el golfo Pérsico y el río Pasitigris (finales de enero-febrero de 324).
Reencuentro de la flota y de los dos cuerpos de ejército en Ormuz.
324 Reencuentros generales en Susa, donde se celebran las bodas de Susa: 10.000 macedonios se casan con 10.000 muchachas persas (iniciativa de Alejandro, que de este modo pensaba realizar la fusión de los dos pueblos). El propio Alejandro desposa a dos hijas de Darío, Estatira y Parisátide. También piensa integrar a 30.000 persas (los epígonos) en su Gran Ejército, en igualdad con los veteranos macedonios.
En Susa: muerte voluntaria, sobre la hoguera, del gimnosofista Cálano.
En Opis (cerca de la moderna Bagdad): sedición de los soldados macedonios, descontentos al ver llegar al ejército 30.000 epígonos persas.
Alejandro en Ecbatana; muerte de Hefestión, dolor de Alejandro. Alejandro abandona Ecbatana por Babilonia; entre sus objetivos figuran: someter a los coseos que se sublevan en Media; llegar a Babilonia para organizar grandiosos funerales a Hefestión; poner en marcha otros proyectos (sin duda la conquista de la península Arábiga y la organización de comunicaciones marítimas entre el océano Índico y el Mediterráneo).
323 Llegada a las orillas del Tigris; salen a su encuentro embajadores llegados de Occidente (de Cartago, del sur de Italia, de Galia, de Roma, etc.).
Alejandro en Babilonia; explora los alrededores desde el Eufrates, así como las regiones costeras del golfo Pérsico; proyectos de circunnavegación alrededor de Arabia.
Funerales grandiosos de Hefestión, honrado como un semidiós tras consultar con el oráculo del santuario de Zeus-Amón, en Siwah.
Alejandro ofrece un banquete en honor de Nearco, banquete que termina, como es lo habitual, en una borrachera que se prolonga en casa de uno de los invitados, Medio.
Segundo banquete-borrachera en casa de Medio. Alejandro se siente fatigado; se queda en casa de Medio todo el día, luego se hace trasladar a la suya. Alejandro guarda cama; su estado se degrada día a día, con síntomas como fiebre constante, dolores de cabeza, cansancio extremo; no obstante, nunca pierde el sentido y duerme con frecuencia.
Su última jornada, rodeado de sus amigos. Ya no habla, pero hace algunos gestos. A la pregunta que se le formula para que designe a aquel al que lega su imperio, murmura una palabra que puede entenderse como «el mejor» o como «Heracles» (el nombre de su hijo).
Muere a la puesta del sol.