Agradecimientos

Antes de empezar a escribir este libro tuve que investigar cómo funcionaban la policía y la judicatura españolas y entrevisté a una serie de personas que me fueron de gran ayuda. Deseo dar las gracias al magistrado juez decano de Sevilla, Andrés Palacios; a los fiscales de Sevilla y al inspector jefe del Grupo de Homicidios de Sevilla, Simón Bernard Espinosa, que también me proporcionó información sobre su forma de enfocar los casos de asesinato. Los personajes que aparecen en este libro con estos cargos no son de ningún modo representativos de las personas reales, ni las relaciones profesionales entre ellos son las habituales.

También quiero dar las gracias al doctor Fernando Ortiz Blasco, quien no sólo trató mi cadera sino que me informó sobre la cría y las corridas de toros.

Por lo que respecta a Tánger, tuve la suerte de que Frances Beveridge me presentara a Patrick Thursfield, quien a su vez me puso en contacto con Mercedes Guitta, que vivió en Tánger durante la segunda guerra mundial. A todos ellos, gracias por su ayuda.

Mi amiga Bindy North tuvo la amabilidad de revisar profesionalmente los diálogos psicológicos y darme su opinión, por lo cual le estoy agradecido.

Escribí este libro por mis dos amigos Mick Lawson y José Manuel Blanco Marcos, que viven en Sevilla. Con los años me han ido ofreciendo, consciente e inconscientemente, enormes cantidades de información acerca de España, Andalucía y Sevilla.

También me han apoyado de una forma admirable en mi carrera como escritor, obligándome a seguir cuando me desanimaba y alegrándose conmigo cuando las cosas iban bien. Les he dedicado el libro, lo cual es una forma modesta de reconocer que nadie podía tener unos amigos mejores.

Finalmente, quiero dar las gracias a mi esposa, Jane, que apenas me ve cuando estoy enfrascado en mi mesa pero que, como siempre, me ha ayudado en la investigación, ha contribuido con sus conocimientos editoriales y me ha librado de mis frecuentes dudas. No puedo imaginarme escribiendo sin ella, lo que sin duda la convierte en mi musa.