Notas

[1] El autor parece ignorar que las tropas españolas de Filipinas estaban compuestas de indígenas. Sólo un cuerpo —el regimiento de artillería— estaba formado por peninsulares. (Nota del traductor). <<

[2] Aquí tiene razón el autor. Los españoles solemos llamar moros a los mahometanos, sean de donde quieran, siendo así que el nombre de moro sólo es aplicable propiamente a los naturales de aquella región septentrional de África conocida con el nombre de Mauritania, Los mahometanos del archipiélago filipino son gente de raza malaya, sin el más remoto parentesco con los moros. (Nota del traductor). <<

[3] Las espingardas a que en este y otros pasajes de la obra elude el autor, parecen ser, no armas manuales, sino esos cañoncitos de pequeño calibre llamados «lantacas» muy usados por los naturales de Joló y otros puntos del archipiélago filipino (N. del T.) <<

[4] Este caudillo, que cayó más adelante en manos de los españoles y que pudo evadirse casi milagrosamente del Blak-Hole de Manila, vive al presente refugiado en Hong-Kong. <<

[5] Estas disensiones entre los jefes insurrectos habían de convertirse más adelante en odio mortal. Dos meses después hacía asesinar Aguinaldo a los hermanos de Andrés Bonifacio por recelos de su demasiada influencia sobre las partidas. <<

[6] La noticia era exactísima. El general Polavieja dimitió hacia mediados de marzo a causa de la enfermedad que padecía; pero después, encontrándose algo mejorado, continuó ejerciendo el mando hasta fines de abril, cuando ya estaba casi vencida la insurrección. <<