[1] Con posterioridad a la primera edición de este libro, el autor ha dedicado una larga investigación a este mito. Véase El surco del tiempo. Meditaciones sobre el mito platónico de la memoria y escritura. Crítica, Barcelona, 1992. <<
[2] Johann J. Rambach, ed. de E. E Neubauer. Giessen, 1738, UT, pág. 375. <<
[3] Véase Manfred Funrmann, Dos systematische Lehrbuch: Ein Beitrag zur Geschichte der Wissenschaften in der Antike, Vandenhoeck-Ruprecht Gotinga, 1960, págs. 58 y sigs. Herbert Hunger y otros, Die Textüberlieferung der untiken Literatur und der Bibel, DTV, Munich, 1975. <<
[4] Véase Martin Grabmann, Geschichte der scholastischen Méthode, II, Akademie Verlag, Berlín, 1957, págs. 323 y sigs. <<
[5] Véase h. G. Gadamer, Gesammelte Werke, Mohr, Tubinga, 1986,1, págs. 446 y sigs.; II, págs. 149 y sigs. P. Ricoeur, «Der Text ais Modell: hermeneutisches Verstehen», en Verstehende Soziologie, Grundzüge und Entwicklungstendenzen, ed. de W. L. Bühl, Munich. 1972, págs. 252 y sigs. <<
[6] H. G. Gadamer, Gesammelte Werke II, Mohr, Tubinga, 1986, pág. 63. <<
[7] Alfred North Whitehead, Process and Reality, Nueva York, 1941, página 63. «The safest general characterization of the European philosophical tradition is that it consists of a series of footnotes to Plato.». <<
[8] Eric A. Havelock, Origins of Western Literacy, The Ontario Institute for Studies in Education, Toronto, 1976, págs. 52 y sigs. <<
[9] E. A. Havelock, op. cit., pág. 52. <<
[10] Véase W. Iser, DerAki des Le sens, Fink. Munich, 1984. págs. 175 y sigs. (hay traducción castellana). <<
[11] Véase Jack Goody y Jan Watt, «The Consequences of Literacy», en J. Goody (éd.), Literacy in Traditional Societies. Cambridge University Press. 1968, pág. 29. Los trabajos de Goody han tenido una gran influencia en el análisis de este proceso que va de la oralidad a la literacy. Véase, p. e. de este autor, The Domestication of the Savage Mind, Cambridge University Press. 1977. También de Goody, «Mémoire et apprentissage dans les sociétés avec et sans écriture: la transmission du Bagre», en L’Homme. Revue Française d’Anthropologie, XVII (1977), Nr. 1, págs. 30-51. <<
[12] La bibliografía sobre el proceso de transformación de una cultura oral en escrita es muy extensa. Por lo que se refiere al ámbito de lo que se podría llamar cultura occidental, ha sido muy bien estudiado, en sus primeros pasos, por el excelente libro de Lilian Hamilton Jeffrey, The Local Scripts of Archaic Greece: A Study of the Origin of the Greec Alphabet and its Development from the Eighth to the Fith Centuries B. C. Clarendon Press, Oxford, 1961. Véase, además, David Diringer, The Alphabet, a Key to the History of Mankind, Hutchinson’s Scientific and Technical Publications, Londres-Nueva York, 1949. También de D. Diringer, The Hand-Produced Book, Hutchinson’s Scientific and Technical Publications, London-Nueva York, 1953, y de H. J. Chaytor, From Script to Print, An Introduction to medieval Vernacular Literature, W. Heffer and Sons. Cambridge, 1945. <<
[13] Hans Jensen, Sign, Symbol and Script: An Account of Man’s Efforts to Write, 3.a ed. corregida y aumentada, trad, del alemán al inglés por George Unwin, George Allen and Unwin. Londres, 1970. István Hajnal, L’enseignement de l’escriture aux universités médiévales, 2.a ed. corregida y aumentada por Laszló Mesey, Académie des Sciences de Hongrie, Budapest, 1959. <<
[14]K Hermann Fránkel puso de manifiesto en su trabajo «EPHEMEROS, ais Kennwort für die mcnschliche Natur», el sentido de ese adjetivo que aparece ya en la lírica griega. El estudio de Fránkel, publicado en inglés en 1946, está ahora recogido en Wege und Formen frühgriechischen Denkens. Literarische und philosophiegeschichtliche Studien, ed. por Franz Tietzc, Beck, Munich, 1960, págs. 23-39. <<
[15] Véase David Diringer, The Hand-Produced Book, Hutchinson’s Scientific and Technical Publications, Londres-Nueva York, 1952, págs. 29 y sigs., citado anteriormente con otra obra del mismo Diringer. <<
[16] Con la escritura, en primer momento, y con los modernos medios de reproducción y comunicación de mensajes, hemos llegado a crear el espacio sin espacio —sin cuerpo—, el tiempo sin tiempo —sin sucesión y sin memoria—. En el mito de Theuth y Thamus, en el Fedro, se hace una concreta alusión a «precipitar» el tiempo, con la simbología de los Jardines de Adonis. Sin embargo, no se puede acortar el tiempo de la escritura. No se puede «precipitar». Por supuesto se puede prolongar, se puede leer y releer, como también se puede escuchar y repetir lo escuchado. Todo es hoy repetible. Los modernos sistemas de reproducción permiten escuchar de nuevo (¿de nuevo?) lo escuchado. <<
[17] El problema consiste, pues, en la repetición de la temporalidad. Puedo hacer repetir lo oído; pero tengo que disponerlo completamente a mí tiempo, al idéntico tiempo necesario para oír su tiempo en el mío, para recuperar otro tiempo en el propio.
En la contemplación visual de la obra de arte, el fenómeno se plantea en otros términos. No hay un tiempo, una sucesión, que precisa manifestarse en la obra y ser asumido por nuestro tiempo. La obra pictórica es fundamentalmente espacio. Ocupa un mismo lugar. Para verla, en principio, tengo que buscarla y, una vez encontrada, tengo que aportar mi tiempo, mis sentidos, para, efectivamente, poderla ver. Pero el tiempo de la obra en el espacio está ya, todo él, recogido en esa inmediata y plena espacialización.
Un problema de la sucesión temporal se percibe en la diferencia entre pintura y música. Puedo ver la obra pictórica o escultórica en el tiempo que quiera y verla el tiempo que quiera. Sólo mi tiempo es el que cuenta. Para que la obra esté en su espacio sólo fue necesario el antes y el después del tiempo, en los sucesivos estados de su creación. Pero, una vez ahí, ya únicamente está supeditada a mi tiempo, al tiempo y vida del contemplador. La música, sin embargo, es tiempo. Para oírla tengo que esperar ese tiempo que la obra acompasa y acomodarme a él, fluir con él. De la misma manera también la escritura es tiempo; su ser ahí no tiene que ver con el ser de la significatividad hacia el que los rasgos sobre el papel nos desplazan. <<
[18]18 Véase Eugen Rosenstock-Huessy, Soziologie: II, Die Vollzahl der Zeiten, Kohlhammer, Stuttgart, 1965, pág. 33. Esta cita constituye el lema del libro de Walter J. Ong, The Presence of the World. Some Prolegomena for Cultural and Religious History, Yale University Press, New Haven y Londres, 1967. Véase también, de Ong, Orality and Literacy: The Technologizing of the World, Methuen, Londres-Nueva York, 1982, pág. 31. <<
[19] Richard Rorty. Consequences of Pragmatism (Essays: 1972-1980).
The Harvester Press, Brighton, Sussex, 1982, págs. 132-159. <<
[20] También el término historia está relacionado con esta etimología. Véase E. Fránkel, Geschichte der griechischen Nomina agentis aufter, -tor, -tés, I, II, Verlag Karl J. Trübner, Estrasburgo. 1910-1912. La raíz Fid ha dado lugar a dos campos semánticos. En primer lugar, el relacionado con la realidad objetiva y que expresa aquello que perciben los ojos. Pero además, esta raíz ha creado otro dominio en el que ya no es el ver, sino el saber, lo decisivo. Algo así como una elaboración interior, intelectual, de esa originaria visión. La visión de lo real supone, pues, su estructuración. «Ver» es «saber que se ha visto», y «saber lo que se ha visto». Véase E. Lledó, Lenguaje e Historia. Taurus. Madrid. Pags. 95 y sigs. <<
[21] Véase Rorty. op. cit., pág. 139. <<
[22] Reiner Warning, Rezeptionsasthetik. Théorie und Praxis. Fink. Munich, 1972, pág. 23. <<
[23] Northrop Frye. Fearful Symmetry, A Study of William Blake, Boston, 1967, pág. 427. <<
[24] Hans G. Gadamer. Wahrheit und Méthode, J. C. B. Mohr (Paul Siebeck), Tubinga, 1960, pág. 180 (hay traducción castellana). <<
[25] Wilhelm Dilthey, Gesammelte Schriften, V, Die geislige Well Einleitung in die Philosophie des Lebens, B. G. Teubncr, Leipzig-Berlin, 1924, págs. 317-331. <<
[26] «Über den Begriff der Hermeneutik mit Bezug auf F. A. Wolfs Andcutungcn und Asts Lehrbuch», leída en la sesión plenaria de la Academia de Ciencias de Berlin, 13 de agosto de 1829, recogida en Friedrich Schleiermacher’s Sammtliche Werke, III, Zur Philosophie, G. Reimer. Berlin, 1835, pág. 362. <<
[27] Schleiermacher, op. cit., pág. 362. <<
[28] Schleiermacher, op. cit., pág. 359. La relación de Schleiermacher con Schlegel y su influencia en la hermenéutica ha sido estudiado en el trabajo de Hermann Patsch, «Friedrich Schlegel “Philosophie der Philologie” und Schleiermacher frühe Entwürfe zur Hermeneutik: Zur Frühgeschichte der romantischen Hermeneutik», en Zeitschriftfiir Théologie und Kirche, 63, 4 (1966), págs. 434-472, donde se exponen distintas versiones de la «fórmula» en Schlegel y Schleiermacher. Heinrich Nüsse, Die Sprachtheorie Friedrich Schlegels. Winter, Heidelberg, 1962, ha expuesto también con erudición, en el capítulo octavo de este libro, la historia del besser verstehen en relación con el Geist und Buchstabe de la hermenéutica romántica. Entre otros textos se recoge un pasaje de Lucinda en el que se encuentra una variante personal de la fórmula: «Viele würden mich besser verstehen ais ich selber, aber nur eine ganz, und die bist du» (op. cit., pág. 93). Una interesante variación de la fórmula hermenéutica puede verse en Friedrich Schlegel. Schriften und Fragmente. Ein Gesamtbild seines Geistes, ed. de Ernst Behler, Kroner, Stuttgart, 1956, pág. 158. <<
[29] Por supuesto, me refiero, sobre todo, a la creación literaria o filosófica, y no a un autor en el que su escritura esté fundamentalmente orientada a describir, dentro de una determinada metodología científica, los fenómenos de la naturaleza, o el contenido de una documentación histórica. De todas formas, aun en estos casos, se pueden plantear algunos problemas sobre esta obra peculiar forma de ser autor.. <<
[30] August Boeckh, Encyklopadie und Méthodologie der philologischen Wissenschaften, ed. de Ernst Bartuschcck; 2.a ed. al cuidado de Rudolf Klussmann, Teubner, Leipzig, 1886, pág. 86. <<
[31] August Boeckh. op. cit., págs. 87-88. <<
[32] Estos textos han sido recogidos y comentados brevemente por o. Fr. Bollnow, Das Verstehen. Drei Aufsdtze zur Théorie der Geisteswissenschaften, Verlag Kirchheim, Mainz, 1949, págs. 10-11. <<
[33] J. G. Fichte, Werke, VI, Zur Politik und Moral, ed. de Immanuel Hermann Fichte. W. de Gruyter. Berlín, 1971, pág. 337. <<
[34] J. G. Fichte, op. cit., pág. 346. <<
[35] I. Kant, Kritik der reinen Vernunft, ed. de W. Weischedel, Suhrkamp, Frankfurt, 1977, vol. Ill, págs. 321-322, B. 369; traducción de José Rovira Armengol. Editorial Losada, Buenos Aires, vol. II, pág. 59, en la edición castellana de la Crítica de la razón pura. <<
[36] I. Kant, op. cit., B 370 (pág. 62, levemente modificada, de la traducción citada). <<
[37] O. Fr. Bollnow, op. cit., pág. 10. <<
[38] I. Kant, op. cit. B 371. <<
[39] 1. Kant, Werke III, ed. de W. Weischedel, Suhrkamp, Frankfurt, 1977, pág. 373. <<
[40] Richard Rorty, Consequences of Pragmatism. Essays: 1972-1980, Harvester Press, Brighton, Sussex. 1982, págs. 132-159. <<
[41] Véase la síntesis que ofrece, a propósito de la obra de Derrida, Fish y Bloom: M. H. Abrams, «How to Do Things With Texts», en Partisan Review, 4 (1979), págs. 566-588. <<
[42] Manfred Naumann (éd.), Gesellschaft, Literatur, Lesen: Literaturrezeption in theoretischer Sicht, Aufbau Verlag, Berlin-Weimar, 1973, págs. 83-97. <<
[43] Op. cit., pág. 35. Este término ha dado lugar a una discusión, en la que se pretende precisar los aspectos de esta polaridad. Véase Wolfgang Iser, Der Akt des Lesens; Théorie asthetischer Wirkung, Fink, Munich, 19842, págs. 175 y sigs. <<
[44] Dilthey, op. cit., pág. 317. <<
[45] Op. cit., pág. 334. <<
[46] La teoría del círculo hermenéutico adquiere con Heidegger una perspectiva nueva al destacar el carácter metodológico cuanto el ontológico del «Verstehen». Véase h. G. Gadamer, Wahreit un Méthode: Grundzüge einer philosophischen Hermeneutik, J. C. B. Mohr (Paul Siebcck), Tubinga, 1960, págs. 277-278. <<
[47] Dilthey, op. cit., pág. 331: «Das letzte Ziel des hermeneutischen Verfahrcns ist, den Autor besser zu verstehen, ais er sich selber verstanden hat. Ein Satz, welcher die notwendige Konsequenz der Lchre von dem unbevvussten Schaffen ist». <<
[48] Friedrich Schlegel, Schriften und Fragmente. Ein Gesamtbild seines Geistes. Aus den Werken und dem handschriftlichen Nachlass zusammengestellt und eingeleitet von Ernst Behler, Kroner, Stuttgart, 1956, pág. 158. <<
[49] La relación de Schlegel con Schleiermacher y su influencia en el desarrollo de la hermenéutica ha sido estudiada por Hermann Patsch en «Frie drich Schlegel “Philosophie der Philologie” und Schleiermacher frúhe Entwürfe zur Hermeneutik: Zur Frühgcschichte der romantischen Hermeneutick», en Zeilschriftfiir Théologie und Kirche, 63, 4 (1966). págs. 434-472, anteriormente citado. <<
[50] Fr. Nüsse, op. cit. pág. 89. Nüsse toma este texto de los manuscritos no publicados aún en la «Kritische Friedrich Schlegel-Ausgabe» editada por Ernst Behler, con la colaboración de Hans Eichner y Jean Jacques Anstett, Verlag Ferdinand Schôningh Munich. Paderborn, Viena; Thomas-Verlag, Zurich, 1963. El fragmento completo dice: «Buchstabe ist fixierter Geist.
Lescn heisst, gebundnen Geist frei machen, also eine magische Handlung». Entre tanto ha aparecido ya el volumen XVIII, que en pág. 296 lo recoge, Nr. 1229. <<
[51] Fr. Nüsse, op. cit., pág. 90. <<
[52] Fish, cit. por M. H. Abrams, «How to Do Things With Texis», en Partisan Review, 46, 4 (1979), pág. 576. Véase también M. Naumann (éd.), Gesellschaft, Literatur, Lesen: Literaturrezeption in thcoretischer Sicht, Aufbau Verlag, Berlin-Weimar, 1973, págs. 83-97. donde se habla del sujeto activo en el presupuesto de recepción. <<
[53] Wolfgang Iser, op. cit., págs. 177 y sigs. <<
[54] Ibidem, pág. 90. <<
[55] W. Iser, op. cit., págs. 50 y sigs. <<
[56] Los jardines de Adonis constituían un rito funerario por Afrodita en honor de Adonis. En vasijas con tierra se plantaban semillas que, regadas con agua caliente, florecían en pocos días y, en pocos días también, se marchitaban. <<
[57] Ronna Burger. Plato’s Phaedrus: A Defense of a Philosophic Art of Writing, University of Alabama Press, 1980, ha estudiado estas relaciones entre las formas de la cultura egipcia y la griega, entre el hieratismo que se manifiesta en su escritura y la escritura alfabética de los griegos. Véase también G. R. F. Ferrari. Listening to the Cicadas, Cambridge University Press, 1988. <<