NOTICIAS DEL CANAL TREX
—Supongo, Nora, que la entrevista que viene a continuación te agrada más.
—Por supuesto que sí. El profesor fue medio colega nuestro, aunque dejase hace tiempo su programa divulgativo sobre ciencia.
—Me alegra ver que vuelve la sonrisa a tu rostro.
—Es que todo lo que me rodea me deprime y me da muy malas vibraciones.
—Eres demasiado aprensiva. Nada horrible va a ocurrir.
—Espero que tengas razón.
—Preparada. Vega del Bierzo. Exteriores.
TRES, DOS, UNO…
Dejamos al teniente de alcalde con su amargura. Él representa el espíritu que aún queda vivo en estas cuencas mineras, el de la necesidad de levantarlas, de no ver cómo las abandonan sus habitantes, de crear puestos de trabajo, de buscar su lugar en un mundo al que le dieron todo y no recibieron más que enfermedades como la silicosis y muertes. Un espíritu del que es difícil comprender su génesis en un mundo que dicen poblado de gentes toscas, ignorantes, con un lenguaje soez, además de violentas y pertenecientes a una baja extracción social; gentes de las que han escrito que son iguales que su paisaje negro y hermético, en el que hasta el sol parece que se vuelve de espaldas para no presenciar un río sucio que transporta todos los residuos del carbón o para no ver las montañas cubiertas de escombreras. Y qué les voy a decir de sus pueblos destartalados, donde siempre se habla de las mismas cosas y sólo se escuchan las mismas quejas.
Hoy nuestros televidentes han tenido suerte. Nos han informado de que el profesor Adrián Llago, natural de esta zona, está aquí de visita. Suponemos que todos se acuerdan de él y de su programa, con el que aprendimos algo más sobre el cosmos. Gracias a él, el universo dejó de ser ese gran desconocido y fuimos conociendo, bajo su didáctica explicación, lo que eran los agujeros negros, la materia oscura, los agujeros gusano, la vida y muerte de las estrellas…
Él fue testigo y víctima de los sucesos que acontecieron meses atrás en este pueblo y que muy amablemente se ha prestado a comentar. Él fue uno de esos privilegiados que consiguieron huir de esta hecatombe.
«Se equivocan. Yo no huí jamás de ninguna hecatombe. Yo me amamanté en este valle, crecí en él. Y me alimenté, todavía me alimento, de las almas que lo pueblan, de los sueños que se perdieron, de los miles de cadáveres que tienen sus entrañas. Todo ello me dio fuerzas para caminar en este mundo. Me enseñó a no doblegarme, a no sentirme uno más en el cosmos. Ustedes no pueden entenderlo, piensan con otra cosmovisión de la realidad.
»De pequeño quisieron que huyera, pero yo les dije que no, que este era mi mundo y que en él moriría, junto a mis amigos, a mis padres. Sé que el paisaje ya no guarda nada, salvo para los que hemos sentido el látigo de miles de almas que nos llamaron a convertirnos en sus representantes, más allá de la nostalgia.
»Ustedes preguntan por Ramalho: él es otro más de los seres que crecieron en estos valles y se alimentaron de la sangre minera. Es policía, pero de una estirpe muy especial, él es un policía de las víctimas. De vez en cuando veo su programa, suelen citar ustedes mucho a Machado, incluso tuvieron una época en la que la canción de Alberto Cortez basada en el poema Las Moscas de Machado servía de sintonía. Pues si quieren comprender a Ramalho, vuelvan ustedes a Machado, busquen los últimos versos que el poeta le dedicó a Líster y verán cómo sirven para él:
Ay, si mi pluma valiera tu pistola
de capitán, contento moriría.
»El “Ay” es mío, no de Machado».
—Dani, no vamos a encontrar a nadie en todo este marasmo que nos diga algo malo de Ramalho.
—Mira que eres pesada. ¿Para qué quieres encontrar alguien que nos hable mal de él?
—Se supone que hacemos este programa para mostrar a todos que el desastre de Madrid en la detención de Cero tuvo un culpable claro: Ramalho.
—¿Y si estamos equivocados?
—Entonces es que se equivocan todos.