AGRADECIMIENTOS

Mi gratitud a Hilary Ross, desde hace mucho tiempo editora de mis libros, por haberme sugerido que escribiera un libro acerca de la prehistoria y por haber insistido tenazmente en que siguiera adelante con la idea. De no haber sido por ella, el libro no hubiera existido.

Gracias también a mi agente, Olga Wieser, por su incansable apoyo en todos mis proyectos.

Y por último, aunque en absoluto desdeñable, un millón de gracias a mi amiga Edith Layton Felber, cuya atención y buenos consejos son uno de los mayores consuelos en la vida de esta atormentada escritora.