Salen Emiliano y Florencio
Emiliano:
Hame dado, Florencio, gran contento
que esté don Pedro allá tan admitido.
Florencio:
1875¿Quién os lo ha dicho? Que en el alma siento
que sepan que lo tengo retraído.
Emiliano:
De que le honréis con tan honesto intento
estoy, como es razón, agradecido.
Florencio:
Antes quiero dejaros satisfecho
1880que sólo el conde Próspero lo ha hecho
y todo fue temor de la justicia.
Emiliano:
¿Qué temor, qué justicia y a qué efeto?
Florencio:
Ciertas heridas son, y la malicia
fue bien temer que es el contrario inquieto.
Emiliano:
1885¿Qué contrarios, qué heridas, si codicia
sólo serviros?
Florencio:
Que pensé, os prometo,
que sabíades todo lo que pasa.
Como trataste de que está en mi casa
yo anduve necio. Cosas son de mozo;
1890ya sabéis que los años juveniles
traen estos disgustos y alborozos;
que celos tienen siempre efetos viles,
nunca prometen muy seguros gozos,
la vida y el honor roban sutiles.
1895El conde le honra, en fin, como a pariente
y por él le servimos yo y mi gente.
¿Qué me mandáis?
Emiliano:
No tengo qué advertiros.
Florencio:
El cielo os guarde.
(Vase Florencio)
Emiliano:
Vuestro bien deseo.
Para tanta vejez tan flacos tiros…
1900Necio, don Pedro, en conservarme os veo;
tras desto de mis canas encubriros
no fue respeto, y a fin deseo
adonde le hallare… Pero allí viene.
Pues, ¿cómo sale si enemigos tiene?
(Sale don Pedro)
Don Pedro:
1905Amor, que nunca das lo que prometes
y como niño pides lo que has dado,
que no hay segura edad, que no hay estado
que no turbes, derribes e inquietes.
Amor que no hay libranza que no acetes
1910y al tiempo de pagarla ya has quebrado,
tú que luego te rindes despreciado
y siempre a los cobardes acometes.
Amor, vestido de inconstantes lunas,
hijo de la esperanza y del desprecio,
1915necio mil veces y discreto algunas,
¿quién de discreto te ha de dar el precio,
pues donde cansas más, más importunas?
Importunar es condición de necio.
Emiliano:
Quisiera hallarte en más secreta parte
1920para dar el castigo a tus locuras,
Pedro, que como padre puedo darte,
pues ya conozco que mi fin procuras.
Mas ya que heriste a un hombre, que guardarte
de la justicia y de otras desventuras
1925supiste en una casa tan honrada,
que no es milagro no sacar la espada,
dime: ¿por qué saliste de esta suerte,
y más teniendo tantos enemigos?
Pues, ¿no era padre yo para tenerte
1930más guardado entre deudos o entre amigos?
Dícenme que el herido está a la muerte;
pues si te prenden faltarán testigos.
¡Oh, Pedro, tú caminas a matarme!
Don Pedro:
Ni acierto a responderte ni a enojarme.
¿Yo? ¿Herido? A nadie.
Emiliano:
1935¡Qué gentil silencio!
Pregúntale a Florencio lo que pasa…
Don Pedro:
Es verdad que en su casa de Florencio
hallé un mancebo, aunque es tan noble casa;
mas de un mármol por Dios no diferencio
1940—si bien con celos el amor me abrasa—
porque él tuvo la mano puesta al puño
y yo también, señor, la espada empuño.
Mas ni me acometió ni dijo nada;
así nos estuvimos escondidos.
Emiliano:
1945¿Ninguno de los dos sacó la espada?
Pues, ¿quién son los que están de muerte heridos?
Porque sin sangre ni pendencia honrada,
¿quién ha visto los hombre retraídos?
Tú niegas y tú mientes; mas responde,
1950¿por qué te ayuda y favorece el conde?
Don Pedro:
Porque sirve a Luciana y le parece
que yo he de ser marido de Violante,
y yo sé que Violante me aborrece
y debe de tener secreto amante.
Emiliano:
1955¿Esa sospecha, Pedro, te enloquece
y te ha puesto en peligro semejante?
Vuelve, vuélvete a casa de Florencio
y guarda el retraimiento y el silencio.
Don Pedro:
Eso haré yo, por lo que amor codicia:
1960conquistar el desdén de aquella ingrata.
Emiliano:
Mira que no te tope la justicia…
Don Pedro:
¿A mí, señor?
Emiliano:
¿No han de prender quien mata?
Don Pedro:
¡Pues prendan a Violante!
(Vase don Pedro)
Emiliano:
¡Qué malicia!
¡Qué mal en las costumbres me retrata!
1965¡Ay, hijos! Cuando buenos, duráis poco;
cuando malos, volvéis a un padre loco.
(Entran el conde, Riselo y criados)
Riselo:
¿Nunca te ha escrito Teodoro?
Conde:
Debe de estar enojado,
que estará desengañado
1970de que a su Luciana adoro,
pues fío de mi sobrino
que le sepa entretener.
Riselo:
En fin, ¿él no ha de volver?
Conde:
Que será tarde imagino.
Emiliano:
1975No por cumplimientos vanos,
que en mi edad nunca lo son,
hallando tal ocasión
os quiero besar las manos;
muy poco he dicho: los pies
1980me dé vuestra señoría.
Conde:
Levantaos, por vida mía,
no me hagáis ser descortés.
Emiliano:
Padre de don Pedro soy
a quien Florencio ha contado
1985lo que allí le habéis honrado
y en la obligación que estoy.
¡Mil años os guarde el cielo
para que a todos nos deis
tanto favor!
Conde:
Vos podéis
1990perder cualquiera recelo
que del peligro tengáis
adonde está retraído.
Yo, a lo menos, le he servido
—no porque lo agradezcáis—
1995lo más que posible fue,
pues dije públicamente
que es don Pedro mi pariente,
y aun mi primo le llamé.
Emiliano:
Pues crea vueseñoría
2000que no habrá perdido honor,
supuesto que su valor
serlo del Rey merecía,
porque Pedro es muy hidalgo;
que en el valle de Carriedo
2005tengo un solar con que puedo,
por noble, tenerme en algo,
y no me faltan dineros,
que es la más cierta hidalguía
que ofrezco a vueseñoría.
Conde:
2010Mucho debo agradeceros
tal voluntad, tal intento.
Emiliano:
De todo sois dueño vos.
Riselo:
(¡No lo ofrezca, que por Dios
que acepte el ofrecimiento!).
Emiliano:
2015Pues ya, Señor, que sabéis
los pasos de este rapaz,
y su intento pertinaz
tan noble favorecéis,
pedid a Florencio guste
2020de casarle con Violante,
que de otro secreto amante
recelo que se disguste;
que os juro que la nobleza
que, como primo, le dais
2025no perdéis ni deslustráis,
porque puede ser cabeza
de algún linaje de España
estimado por el nombre.
Conde:
Yo le tengo por un hombre
2030cuya persona acompaña
tanta virtud como honor,
y así a Florencio hablaré
y la respuesta daré.
Emiliano:
Mil años viváis, Señor,
2035que yo voy muy confiado
de la merced que le hacéis.
Conde:
En el efeto veréis
si he puesto amor y cuidado.
(Vase Emiliano)
Riselo:
A grandes cosas te obliga
de Luciana el amor.
Conde:
2040Creo
que me ha de hacer el deseo
que mil imposibles siga;
más, pues con esta ocasión
de tratar el casamiento
2045de don Pedro, a mi tormento,
a mi engaño, a mi prisión
daré alivio con hablar
a Luciana. Ven, Riselo,
que, de otra suerte, recelo
2050que pueda el vivir durar.
(Claridán y Violante)
Claridán:
Con razón me lamento,
bellísima Violante, de mi suerte,
pues por Teodoro siento,
supuesto que por él merezco verte,
2055las muchas dilaciones
que para el fin de nuestro intento pones.
Él, con aqueste enredo
que Luciana ha fingido, retraído
goza de ver, sin miedo
2060del conde, el bien que tuvo ya perdido,
mas yo voy dilatando
el bien que voy perdiendo y deseando,
que don Pedro porfía
y el engañado conde favorece
2065su intento y su osadía.
Y en fin un largo amor premio merece,
casaráse Teodoro
y yo te perderé porque te adoro.
Violante
¡Qué villanas sospechas,
2070qué malnacidos pensamientos vanos
si no es que te aprovechas
de la ocasión que tienes en las manos!
Pues los aborrecidos
suelen dar celos, pero son fingidos.
Claridán:
2075¿Fingidos son, Violante?
¿Quién ama con verdad que finja celos?
(Entra don Pedro)
Don Pedro:
(¿Siempre he de hallar delante
la injusta causa de mis celos? ¡Cielos!
¿No es este el que escondido
2080espantó mis principios de marido?
¿Qué haré, que estoy muriendo?)
Claridán:
En fin, Violante, yo he de ver mi muerte.
Don Pedro:
(Y yo, ¿qué estaré viendo?)
Claridán:
Que quieres que Teodoro desconcierte
2085todas mis esperanzas.
Don Pedro:
(Con este son, ¿qué amor no hará mudanzas?)
Violante
¡Qué sin razón te quejas!
Claridán:
¿Cuándo has visto razón en los celosos?
Don Pedro:
(Con harta a mí me dejas.)
Claridán:
2090Violante, entre dos novios enfadosos,
¿hay más razón que pidas?
Don Pedro:
(Más, que han de ser verdad estas heridas).
Violante
¡Don Pedro es este!
Claridán:
¡Ay, cielos!
Don Pedro:
(Ya me han visto). ¡Oh, señora, Dios os guarde!
Claridán:
2095(Notablemente, celos
hacen valiente al hombre más cobarde).
Violante
Vos seáis bienvenido.
Don Pedro:
¿Qué hacéis ociosa aquí?
Claridán:
(¡Yo estoy perdido!)
Violante
Por el conde, su dueño,
2100al señor Claridán le preguntaba.
Claridán:
(Si con este me empeño
y la paciencia la razón acaba,
gran mal espero). Es tarde,
señora, ¿qué mandáis?
Violante
Que Dios os guarde
(Vase Claridán)
Don Pedro:
2105Por que no os canséis de mí,
sobre lo que estáis, señora,
no me atrevo a pedir celos
de este galán, de esta sombra.
En fin, me tenéis de suerte
2110que de lo que me acongoja
apenas oso advertiros.
Callo, aunque razón me sobra.
Violante
Nunca os he visto discreto,
don Pedro, si no es ahora.
Don Pedro:
¿Tan necio fui?
Violante
2115Pues, ¿no es necio
quien visita a quien enoja,
quien quiere a quien le aborrece,
quien presta de quien no cobra,
quien sigue a quien huye de él,
2120responde a quien no le nombra
y se burla con los filos
de la espada que le corta?
Don Pedro:
¿No dicen que amor, entonces,
merece lauro y corona
2125cuando persevera firme
y los agravios adora?
Violante
Es verdad, pero eso es
cuando esperanzas le exhortan,
cuando favores le animan
2130que por imposibles rompa;
pero si nuestro concierto
es obligación forzosa
para desenamorarnos
daros términos por horas,
2135¿quién os ha de agradecer
que compitáis con las rocas
en firmeza y con los polos
en que la máquina toda
del cielo sus cursos mueva?
Don Pedro:
2140Para tan difícil cosa
como es desenamorar
a quien de vos se enamora
quisiera algunas lecciones.
Porque yo no he de ir por rosas
2145a las plantas de Tesalia[80],
ni donde la luna llora,
suplícoos que me las deis.
Violante
Por lo que veros me asombra,
por lo que me cansa hablaros
2150y que me dejéis me importa,
oíd algunas lecciones.
Don Pedro:
Este libro de memoria
sacaré para escribillas,
¡ea!
Violante
¡Vaya!
Don Pedro:
Diga…
Violante
Ponga:
2155es el primer argumento
no pensar en la persona
que se quiere…
Don Pedro:
Está muy bien…
Violante
… porque si despacio toma
sus partes el pensamiento
2160volveráse un alma loca.
La segunda es no la ver…
Don Pedro:
Esa tiene mucha costa…
Violante
… pues viéndola no es posible,
si este edificio se apoya
2165en privarse de la vista;
que en viendo una cosa hermosa
el más firme bambolea
y el más fuerte se trastorna.
La tercera —esta es más fácil—…
Don Pedro:
Diga, a ver…
Violante
2170… buscar a otra,
y si es su dama discreta
—por lo menos no sea tonta—,
aquí pondrá sus deseos;
si es noble, fingirá historias,
2175y si trata de interés,
hará plato de la bolsa,
que tras ella se irá el alma;
que mil hombres se apasionan
mucho más de lo que gastan
2180que de los gustos que gozan.
Bastarán estas lecciones.
Don Pedro:
Tres puntos son que me tornan
loco; repetillos quiero
por que mejor me disponga.
2185Lo primero es no pensar.
Dad licencia que responda
contra la primer lección.
Violante
Don Pedro:
Razón será que el maestro
a los discípulos oiga.
Yo me pongo a no pensar
porque el olvido socorra
2195mi amor; si en no pensar pienso
que pienso es cosa notoria,
luego no pensar no puedo.
Violante
Don Pedro:
A la lección del no ver,
que no es justo que me corra,
responde el alma que tiene
esas dos ventanas solas,
2205que Dios hizo para ver
la hermosura de las cosas,
por donde el entendimiento
de su calidad se informa.
Al amar otra mujer
2210pienso que el amor se dobla,
porque dice quien lo sabe
que el amor no se soborna,
pues si se ha de acrecentar
amor mudándole en otra,
2215toda la lección es falsa.
Violante
Pues señor, Dios le socorra,
que no hallo más en mis libros.
Don Pedro:
Vuestro entendimiento forja
remedios que me destruyen,
2220porque si se abrasa Troya
y decís que le den nieve,
la de los Alpes es poca.
(Entra Lope)
Lope:
Un poco tengo que hablarte
si estas sola.
Violante
Sola estoy.
Don Pedro:
2225Bien dice, pues yo me voy
y cansado de cansarte,
¡oh, larga desdicha mía!
Violante dice verdad,
porque no hay más soledad
2230que una necia compañía.
(Vase don Pedro)
Lope:
¿Qué quiere este tonto aquí?
Violante
Quiere olvidar y querer.
Lope:
¿Dos contrarios pueden ser?
Violante
Es necio y piensa que sí.
Lope:
2235Así, señora, te veas
casada con Claridán,
hidalgo noble y galán
—que yo sé que lo deseas—,
que quites, pues tú podrás,
2240a Inés, del entendimiento,
de Martes el casamiento,
pues no fue bueno jamás.
Porque si no ha sido treta
con que me quiere matar,
2245que con él se ha de casar
me dice en cada estafeta,
y Martes, que es tan cruel,
¿cómo a Inés le regocija?
¡Pues no se ha de casar, hija,
2250ni aun urdirse tela en él!
Si quieres a Claridán,
hazme, señora, este bien.
Violante
Lope:
Plega a los cielos que goces
a tu marido sin voces,
sin disgustos y sin celos;
no veas necesidad,
2260plata ni vestido empeñes;
duermas segura y no sueñes
ni prisión ni enfermedad;
de la seda y tela fina
en vestidos te fastidies,
2265y nunca en la iglesia envidies
las galas de tu vecina;
no veas tus enemigos
soberbios de sus venganzas,
ni te engañen con fianzas
2270de tus mayores amigos;
cubras de plata el chapín[84],
y tengas casa que sea
con sol en la azotea
y con sombra en el jardín;
2275nunca de ir donde quisieres
tu esposo se sobresalte,
y jamás coche te falte,
que es centro de las mujeres;
no dure tu suegra un mes,
2280y en lo que toca a enviudar
llores, no des que llorar,
y holanda[85] cubra tus pies.
Violante
Escóndete, Lope, allí,
que pienso que viene.
Lope:
El cielo
2285te guarde y me dé consuelo.
(Entra Inés)
Inés:
No sé que piensa de sí
esta mi ama inconstante,
pues no han de durar mil años
estos sus locos engaños.
Violante
Inés…
Inés:
2290Señora Violante…
Violante
¿Qué hace mi hermana?
Inés:
Allá está
con su don Pedro fingido.
Violante
¿Claridán es ido?
Inés:
Es ido.
Violante
¿Ha mucho llegaste acá?
Inés:
2295Ahora, en aqueste instante.
Violante
Inés, Lope se ha quejado,
celoso y desesperado,
de que Martes se adelante
a pretender fiesta en ti.
2300Si quieres tener buen año
sácale de aqueste engaño.
Inés:
¿Lope se queja de mí
de manera que me arguyas
de tan injustos efetos?
2305¿Húrtole yo sus concetos?
¿Vendo mis cosas por suyas?
¿Canto yo con otros grillos
y en su fin al cisne agravio?
¿Sustento yo, por ser sabio,
2310que es ignorante en corrillos?
¿Cuándo procuré, envidiosa,
que su opinión se consuma?
¿Cuándo murmuré su pluma
ni dije mal de su prosa[86]?
2315¡No tiene Lope razón!
Violante
De Martes sólo se queja,
por quien dice que le deja
tu mal fundada opinión.
Inés:
¡Ay, Violante! Aunque es verdad
2320que le doy celos con Martes
todas son fingidas artes
para cazar voluntad.
Así procuro tener
más seguros sus cuidados,
2325que quieren ser maltratados
los hombres para querer.
Pero si verdad te digo,
por él me consumo.
Lope:
(¿Así?
Pues yo sabré desde aquí
2330cómo habéis de andar conmigo.)
Violante
Siendo de esa suerte, Inés,
no tengo que te rogar.
A mi hermana voy a hablar.
Inés:
Quiero que segura estés
2335de que toda soy de Lope.
(Vase Violante, sale Lope)
Lope:
¿Está, Señor, por aquí?
Inés:
(¡Es Lope!)
Lope:
¡Pienso que sí!
Inés:
En hora buena te tope.
Lope:
Eso de tope es muy propio
2340para ramiros[87], Inés,
y aunque por propio le des
quisiérale Lope impropio.
¿Con quién hablabas?
Inés:
¿Ahora?
Con Violante.
Lope:
¿Y esperabas
2345algún Martes con octavas?
Inés:
Ya le he dicho a mi señora
el estado de mi amor,
porque de ti me asegura
que el tuyo mi bien procura.
Lope:
2350Fue de mi señora error,
y no debe de saber
que me traen un casamiento.
Inés:
¿Casamiento?
Lope:
No te miento.
Inés:
¿Con quién?
Lope:
Con una mujer.
Inés:
¿Tú te casas?
Lope:
2355¿Por qué no?
¿Qué defetos ves en mí?
Inés:
No lo digo yo por ti,
que por mí lo digo yo.
Lope:
¡Oh, si vieses…! La mujer
2360es un puro escarramán[88].
¡Una noche de san Juan
no tiene tanto placer!
Tierna como una zamboa[89];
la ceja la tinta excede;
2365con una boca que puede
alcanzar de popa a proa;
pestañas como de raso;
ojos como dos ojales;
dientes parecen de iguales
2370sonetos de Garcilaso;
la garganta y los gargueros
que exceden la nieve pura;
por lo de cisne y blancura
se pueden llamar cisneros;
2375manos como de papel,
y toda, si no te pesa,
como tapador de inglesa[90],
o como hojuelas con miel.
Inés:
¡Que con desvergüenza igual
2380en que te casas me hables…!
Lope:
¿No tiene partes notables?
Inés:
¡Desmáyome!
Lope:
No hagas tal.
Inés:
Pues dejaréme caer.
Lope:
(Así estaremos vengados,
2385«que quieren ser maltratados
los hombres para querer»).
(Entra Martes)
Martes:
Inés:
¡Es Martes!
Martes:
2390Un tiempo fui
martes de carnestolendas[92],
pero ya…
Inés:
Calla, que vienes
a tiempo. Que darme tienes
el valor de ciertas prendas.
Martes:
2395¿En qué puedo servir?
Lope:
Inés, aunque venga Martes,
no es bien que con él te apartes
y que me dejes morir;
que todo ha sido burlando…
Martes:
2400¡Hágase el lacayo allá,
que cuando conmigo está
la estoy como dueño honrando!
Lope:
Inés:
2405¡Aquí no ha de haber quistión[95]!
Martes:
Pues, hombre de Peralvillo[96],
¿tú tienes atrevimiento
contra quien en la naval
se halló detrás de un fanal
2410por ponerse en salvamento?
¡Hoy morirás sin remedio!
Lope:
¡Sin remedio, extraño caso!
Inés:
¡Caballeros, paso, paso,
miren que estoy de por medio!
Lope:
2415Pues, ¿qué es lo que se ha de hacer?
Inés:
Que, proponiendo él y Martes
méritos, servicios, partes,
juzgue de quien he de ser.
Martes:
Yo digo que soy hidalgo
2420como un caballo alazán;
franco como un gavilán
y ligero como un galgo;
soy como un gallo cantor
y diestro como un tahúr,
2425y no hay desde el norte al sur
más reverendo amador.
Mis servicios personales
Inés los diga por mí.
Lope:
¿Ha dicho…?
Martes:
Cuido que sí.
Lope:
¡Oiga!
Martes:
¡Diga!
Lope:
2430En casos tales,
tengo de ser Mandricardo
de la bella Doralice[97].
Martes:
Veamos lo que nos dice…
Lope:
Soy por extremo gallardo:
2435el sombrerito en los ojos
sirviéndole puntales
los bigotes criminales
—negros, porque no son rojos—
es negocio temerario.
2440Lo que es la fisonomía,
de extraordinaria podía
hacer un vocabulario.
Soy saludador[98]…
Martes:
¿Él?
Lope:
Sí,
que tengo salud ahora
2445y saludo a cualquier hora
a quien me saluda a mí.
Canto como un sacristán
y bebo como una esponja.
Higüelo como, toronja
2450o hierba de por san Juan.
Mato cosas de comer
y como lo que otros matan.
Trato de aquello que tratan
y callo si es menester.
2455Por que sepan que estudié,
sé latín y griego niego,
porque si yo lo sé en griego,
¿cómo sabrán lo que sé?
Inés:
Visto por mi tribunal
2460lo probado y alegado,
fallo que Lope ha ganado.
Lope:
¿Yo? ¡Vítor![99]
Martes:
Tal para tal,
la sentencia ha sido en fin
como tuya.
Inés:
Eso la abona.
Martes:
2465¿Por qué sea tal persona
de lacayo tan ruin?
Lope:
Corrido va…
Martes:
¿Yo? ¿Por qué?
Antes libré de ser toro.
(Vase Martes; entran Luciana y Teodoro)
Luciana:
Presumiendo voy, Teodoro,
2470que te cansa tanta fe.
Teodoro:
De esperar estoy cansado,
pero no de estar aquí
favorecido de ti,
pero, en efeto, encerrado.
2475El conde, con la ocasión
que tú le diste, aquí viene,
conque celoso me tiene
de tanta conversación.
Pienso que me has encerrado
2480para sólo hablar con él,
que ha sido industria cruel
en que yo he sido engañado.
Luciana:
Aquí están Lope e Inés.
¡Hola, salid allá fuera!
Lope:
2485Mas, ¿qué hay? ¿Alguna quimera?
Inés:
Celillos son.
Lope:
Eso es.
(Vanse)
Luciana:
Hermoso pago me das
de engañar a un padre viejo
y a un Señor.
Teodoro:
Ese es consejo
2490que yo no te di jamás,
pues cuando yo me partía
la carta me hiciste abrir,
porque estorbarme el partir
fue industria tuya y no mía.
2495El conde, de que no pudiera
verte una vez en un año,
viene mil con este engaño,
que ha sido linda quimera.
Él te visita, y aun sé
2500que viene a hablarte de noche;
tú sales y él en el coche
ya por el Prado te ve,
ya por la calle Mayor,
y como que es para mí,
2505te regala el conde a ti
que ha sido extraño primor,
de suerte que vengo a ser
de estas cartas la cubierta
y el Tántalo[100] de esta huerta
2510donde no puedo comer.
Líndamente me encerraste
y al conde a casa trajiste.
Luciana:
Siempre, Teodoro, loco fuiste;
siempre ingrato me pagaste.
2515¿Yo por ver al conde aquí
tracé este engaño, Teodoro?
¿No dirás porque te adoro
y no apartarte de mí?
¡Cuáles sois los hombres todos!
2520Cuando ya locas nos veis,
u os cansáis, u os ofendéis,
u os vais con tan bajos modos.
Teodoro:
¿El lienzo a los ojos llegas,
esta es ocasión de llanto?
2525No ha sido el agravio tanto.
Deja el lienzo, que los ciegas.
Mira que ya me avergüenzo…
Luciana:
Fuiste a los ojos ingrato
y como a muertos los trato,
2530que los amortajo en lienzo.
Teodoro:
¡Oh, nunca yo te dijera
mis celos y mis verdades!
Luciana:
¡Di celosas necedades!
Teodoro:
Vuelve a mirarme siquiera…
2535Mira que no puedo estar
tanto tiempo en tu desgracia.
¡Mírame o mata!
Luciana:
¡Oh, qué gracia!
¿Yo te tengo de matar?
Teodoro:
Sí, con dejarme morir.
Luciana:
2540Si yo te he de dar perdón
ha de ser con condición:
que te has…
Teodoro:
¿Qué?
Luciana:
… de desdecir.
(Lope entra alborotado)
Lope:
¡El conde queda aquí fuera!
Luciana:
¡Huye, Teodoro!
Teodoro:
¿Y ahora?
2545¿No tengo razón, señora?
Lope:
Mira, señora, que espera…
Teodoro:
¡Oh, lágrimas de mujer!
¡Mentiras como verdades!
¡Qué de injustas amistades
2550sabéis y podéis hacer!
(Sale el conde, vase Teodoro)
Conde:
Pásolo tan mal sin vos
que no me excuso de veros,
aunque sé que he de ofenderos.
Luciana:
¡Buena disculpa, por Dios!
Conde:
2555Igual a vuestro decoro
y a mi justa cortesía.
Luciana:
¿No sabe vueseñoría
cómo supe de Teodoro?
Conde:
¿Que hubo de entrar aquí?
2560¿En fin él os escribió?
Luciana:
Si no le respondo yo,
¿qué importa?
Conde:
¿Y es eso así?
Luciana:
El eco os ha respondido.
Conde:
¿Cómo dice que le va?
Luciana:
2565Bueno me dice que está,
aunque de vos ofendido,
que en vivos celos se abrasa
porque dice que me habláis
y que a lo seguro entráis
2570hasta de noche en mi casa.
Quéjase de que en el coche
causa de verme os ha dado
la calle Mayor y el Prado.
Conde:
¿Cuándo os hablo yo de noche?
Luciana:
2575Celos de ausente, en efeto.
Conde:
Bien holgáis de hablar en[101] él.
Pero no seáis cruel
con un hombre tan sujeto
que os sufre estas sinrazones.
2580Y mirad que tiempo es ya
de pagarme.
Luciana:
¿Quién podría
con tantas obligaciones?
Porque yo podré quereros,
pero no podré pagaros.
Conde:
2585Pues yo tengo de obligaros
cuando fui dichoso en veros…
Luciana:
¡Tened las manos, Señor!
¿Qué descompostura es esta?
Conde:
Pesar le dé ver compuesta
2590vuestra crueldad a mi amor.
(Entra Florencio)
Florencio:
¿Pondrás la mesa y cenara temprano?
Luciana:
¡Mi padre!
Florencio:
¡El conde es este!
Conde:
¡Oh, buen Florencio!
Florencio:
¡Señor, tantas mercedes!
Conde:
Vine a hablaros
sobre cierto negocio de importancia.
Luciana:
Pues yo, Señor, os dejo.
Conde:
2595El cielo os guarde.
Luciana:
(¡Qué bien he satisfecho a mi Teodoro
de que aborrezco al conde y que le adoro!)
(Vase)
Conde:
Los mozos —ya pasaste por ser mozo—
tienen, Florencio, furias en el alma,
2600y es que la voluntad que entonces reina
resbala fácilmente por la sangre.
Sabed, para que os hable claramente,
que don Pedro, viviendo en vuestra casa,
se ha inclinado a Violante de tal suerte,
2605que está de amor no menos que a la muerte.
Con lágrimas me pide que os lo diga
para que se la deis en casamiento,
y yo recibo de ello gran contento
porque sé que mi primo se ha empleado
2610en personas de méritos tan grandes
que, con ser él tan noble caballero,
aun no merece descalzarla.
Florencio:
Quiero
echarme a vuestros pies tan obligado
que desde hoy más, mis hijas, yo y mis deudos
2615tendremos como esclavos vuestro nombre
y nos han de llamar vuestro apellido.
Conde:
Don Pedro quedará favorecido
y nuestra casa honrada con Violante.
Florencio:
¿Quién ha tenido dicha semejante?
Conde:
2620Pues bien será, Florencio, que esta noche,
porque yo mismo le traeré en mi coche,
el desposorio alegre se prevenga,
que él me irá a ver por que conmigo venga
galán de pensamientos, seda y oro.
Florencio:
2625Pues yo le avisaré para que os vea
luego, conde y Señor, que noche sea.
Conde:
El cielo os dé mil nietos de tal yerno.
(Vase)
Florencio:
Y aumente vuestra vida un siglo eterno.
¿A quién ha sucedido tanta dicha?
2630¿Cuál hombre en tanta edad fue tan dichoso?
¡Oh, amor casamentero de los cielos,
que a ti mismo te das en dote sólo!
¡Norabuena del conde el noble primo
estas heridas dio, y en norabuena
2635en mi dichosa casa le escondimos!
En fin nietos tendré, de un conde primos.
¡Hola! ¡Lope, Fabricio! ¡Hola! Llamadme
luego al señor don Pedro.
(Entra Teodoro)
Teodoro:
Siempre dicen
que oye mejor su nombre el mismo dueño.
2640Mirad en lo que os sirvo, que deseo
saber la causa por que alegre os veo.
Florencio:
El conde Próspero aquí,
señor don Pedro, contento
me ha tratado un casamiento,
2645puedo decir para mí,
porque lo mucho que os quiero
casi me obliga a pensar
que soy quien se ha de casar.
Teodoro:
El conde es gran caballero
2650y quiere favorecerme
en que vuestro yerno sea,
porque si bien me desea,
¿qué mayor bien puede hacerme?
Florencio:
No me respondáis así
2655que esta casa no merece
tanto bien.
Teodoro:
Ella enriquece
la nuestra al conde y a mí.
Y, ¿cuándo se concertó?
Florencio:
Ahora y para esta noche,
2660que aquí vendrá con su coche
en que os quiere traer.
Teodoro:
Y yo
le aguardaré en vuestra casa
porque aún no estoy muy seguro,
aunque amistades procuro.
Florencio:
2665Voy a decir lo que pasa
a mis hijas y sospecho
que locas se han de volver.
(Entra Claridán, vase Florencio)
Claridán:
¿Qué fin intentas poner
a los enredos que has hecho?
2670Que en este punto, Teodoro,
envía el conde a llamar
a don Pedro.
Teodoro:
No hay guardar
al conde, a nadie, decoro.
En llegando la ocasión,
2675Claridán, para casarme,
¿él no quiso desterrarme
y no buscó su invención?
Pues yo también, Claridán,
la contracifra busqué.
¿Yerro fue de amor?
Claridán:
2680Sí fue.
Teodoro:
Pues disculpados están.
Claridán:
Aquesta noche perdemos
al conde.
Teodoro:
Sí, mas ganamos
rica hacienda, y nos casamos
2685donde en efeto queremos.
Cuando un Señor se disgusta,
¿qué hace?
Claridán:
Despide luego,
donde no le vale el ruego
aunque sea la causa injusta.
Teodoro:
2690Pues la misma libertad
podrá tener el criado
si otro dueño le ha llamado
con mayor comodidad.
Claridán:
Perderemos la opinión
con el pueblo.
Teodoro:
2695Eso es locura.
Su gusto el conde procura,
pero no lo que es razón,
y por un vicioso gusto
no han de perder dos criados,
2700que él sabe que son honrados,
un remedio que es tan justo.
Vámonos a prevenir,
que el conde, en fin, es quien es
y nos ha de honrar después.
Claridán:
2705Ahora bien, si del servir
tal vez hay mal galardón,
sigamos nuestra fortuna,
pues no hay que esperar ninguna
si se pierde la ocasión.
(El conde, Riselo y criados)
Conde:
2710¿Ha venido ya don Pedro?
Riselo:
Ya lo estamos aguardando,
porque para más presteza
llevó tu coche Ricardo.
Conde:
¿Disjístele que viniese
2715con galas de desposado?
Riselo:
Ya sabe su buena dicha.
Conde:
Yo por mi interés le caso;
por obligar a Violante,
de cuyas manos aguardo
2720la posesión de Luciana.
Riselo:
Pues ya don Pedro ha llegado…
(Don Pedro muy galán, de novio)
Don Pedro:
Perdone vueseñoría
si he tardado; si esperando
ya el sastre, ya el zapatero,
no pude más.
Conde:
2725Disculpado
estáis conmigo, don Pedro,
sólo en venir tan gallardo.
Don Pedro:
No menos me prometía
vuestro generoso amparo
2730en cuyas alas, señor,
merezco del sol los rayos.
Conde:
Haberos hecho mi primo
a toda la casa ha dado
materia para serviros.
Don Pedro:
2735No pudo favor tan alto
ser de menos noble pecho.
Conde:
Paréceme que nos vamos.
Riselo:
¡Hachas[102]! ¡Hola, hachas!
Conde:
Oíd,
señor don Pedro, de paso…
Don Pedro:
2740Ya entiendo lo que queréis;
que me lo digáis me agravio.
Y Luciana ha de ser vuestra
o he de vivir mal casado
con Violante.
Conde:
(¡Estoy perdido!)
Don Pedro:
2745(¡Vive Dios que si me caso
que no ha de entrar por mis puertas!)
Conde:
Llega el coche.
Riselo:
¡Hachas!
Conde:
¡Partamos!
(Violante y Luciana de boda, muy gallardas, Inés y Lope)
Violante
Descoge[103] ese estrado bien.
Inés:
Esta sí que es noche.
Luciana:
En tanto
2750que no llegare el efeto
estaré con sobresalto.
Violante
Ya no tienes qué temer,
porque habemos concertado
declararnos con el conde.
Lope:
2755¡Que intenten estos bellacos,
Inés, rebelarse al pan
que han comido de sus amos,
y estotras darles favor!
Inés:
Lope, a lo viejo te hallo;
2760mal conoces los enredos
de mujeres y criados.
Lope:
¡Qué sentadas y compuestas
están las dos en sus[104] estrados!
Inés:
Dos días tienen las mujeres
2765que los celebran entrambos
con notable ostentación,
aunque riendo y llorando:
uno el de casarse y otro
el de enviudar.
Lope:
Habla bajo
2770que vienen Señor y el novio.
Inés[105]:
Novios dirás, que son cuatro.
(Entran Florencio, Teodoro y Claridán)
Teodoro:
Es camarero del conde
Claridán, y el que ha tratado
todas mis cosas con él.
Florencio:
2775Ya sé que ha venido a honrarnos.
Claridán:
A serviros, como tengo
la obligación.
Florencio:
Asentaros
podéis los dos mientras viene
quien os ha de dar las manos.
Luciana:
2780Aquí, señor Claridán.
Claridán:
No fuera razón quitaros
el lugar de vuestro esposo.
Lope:
¡El conde y Emiliano
con don Pedro!
Violante
¡Aquí fue Troya!
Teodoro:
¡Muerto estoy!
Claridán:
2785Yo estoy temblando…
(Entran el conde y don Pedro de novio, Emiliano, Riselo, Martes y criados)
Conde:
Aquí, Florencio, a mi primo,
al señor don Pedro os traigo.
Don Pedro:
Yo, señor, vengo a serviros
y a ser de Violante esclavo.
Emiliano:
2790Ya Florencio somos deudos;
ya nuestra sangre juntamos.
Florencio:
¿Que don Pedro y primo vuestro,
a quien yo mi hija he dado,
aquí está? ¡Que no es don Pedro,
2795el hijo de Emiliano,
sino aqueste caballero!
Conde:
¿Cómo es eso? Haceos a un lado.
¿Otro don Pedro?
Lope:
(¡Este ha sido
de don Pedros muy buen año[106]!)
Conde:
2800¿No es este que miro aquí
Teodoro, mi secretario?
Teodoro:
Sí, señor, yo soy Teodoro.
Florencio:
Luego hay en aquesto engaño.
Teodoro:
Señor, cuando me enviaste
2805al marqués, vine turbado
a despedirme a esta casa,
donde habrá más de seis años
que sirvo a Luciana, y ella,
sospechosa de mi daño,
2810abrió la carta y leyendo
tu crueldad y mis agravios,
sin darme parte trazó
el engaño en que has estado:
que Florencio me ha tenido
2815por don Pedro, y tú, pensando
que era el don Pedro el que traes,
con Violante le has casado.
De tu invención aprendió:
ya estoy casado. Si acaso
2820de mi remedio te ofendes,
más quiero morir honrado
a los filos de tu espada
que en un destierro tan largo
estar ausente seis meses.
Conde:
2825¡Pues vive el cielo, villano,
que ha de ser así verdad!
Violante
Señor, ¿un príncipe claro,
que es ejemplo a todo el mundo,
intenta un hecho tan bajo?
2830¡Vos, contra un criado vuestro
la espada!
Conde:
Si es él tan malo,
de mi nobleza es indigno.
Florencio:
¿Que no es don Pedro? ¡Matadlo!
Don Pedro:
Señor, ya es hecho. No es justo,
2835pues fue su delito amando,
que le castiguéis de culpa
en que vos estáis culpado.
Con Luciana se casó.
Si por mí estáis enojado
2840aquí Violante me queda.
Claridán:
No queda, señor hidalgo,
que Violante es mi mujer.
Don Pedro:
¡Eso es poco y mal hablado!
¡Mataré yo!
Claridán:
¡No matéis
a nadie!
Conde:
2845¡Mirad si ando
bien vendido entre los dos!
¡Pues hoy moriréis entrambos!
Luciana:
Violante os rogó, Señor,
por Teodoro y me ha obligado
2850a rogar por Claridán.
Conde:
¡Linda libertad!
Florencio:
¿Qué aguardo,
que no vuelvo por[107] mi honor?
Emiliano:
¡Amigo Florencio, paso[108]!
No incitéis al conde así.
2855Vuestras hijas se han casado
con dos hidalgos muy nobles
y de un gran Señor criados;
peor fuera… Oíd aparte.
Lope:
Los dos están consultando
2860qué harán de estos palominos.
Inés:
¿Y cuántos pares son?
Lope:
Cuatro.
Florencio:
Conozco que esto es mejor
y que quedo más honrado.
Señor conde, yo fui dueño
2865de este suceso, y pensando
que de no acabarle aquí
me resulta mayor daño,
os pido tengáis por bien
que criados tan honrados
2870como vuestros sean mis deudos.
Conde:
Si vos lo queréis yo callo.
Florencio:
Vos habéis de ser padrino,
vos habéis de perdonarlos.
Conde:
Yo los perdono por vos
2875y a los dos les doy los brazos,
y usando de ser quien soy
les doy doce mil ducados
de dote a esas dos señoras.
Lope:
¿Y a mí, que también me caso
2880con Inés, no hay cualquier cosa?
Conde:
A ti doscientos te mando.
Lope:
Declare vueseñoría
si son ducados o palos,
que es mal número doscientos…
Conde:
Martes lo diga.
Martes[109]:
2885Pues fallo
que le den doscientos priscos[110].
Lope:
¡Priscos! Sin dote me caso.
Don Pedro:
La burla viene a ser mía.
Teodoro:
Fin de la tercera jornada de Mujeres y criados. Acabóse de trasladar en Barcelona, a 8 de diciembre, día de Nuestra Señora de la Concepción de este año de 1631.
Copista: Pedro de Valdés