Este libro está dedicado a Adela Nacmías, a su hermano Davide, y a sus padres Rafael y Margarita, perseguidos y escapados de la opresión nazi.

También está dedicado al Pueblo de Israel y a todas las víctimas de la barbarie nazi, especialmente a aquellos que con su sacrificio nos dejaron un precioso ejemplo: no rendirse jamás ante la injusticia y la opresión.