1.- Mejilla a la sal

Bernard van Leer, el director del Congreso Mundial de Cocina, se sienta frente a los micrófonos que esperaban al Chef.

Pero sólo está él. Solo.

Los cámaras, por si acaso, comienzan a grabar.

El director respira hondo, abre la boca y baja los ojos.

Ni una sola palabra.

El sonido se ahoga en su garganta.

Sube el cuello y estira hasta el flequillo.

Más de seiscientos ojos le observan. Periodistas de todo el mundo que han venido a la inauguración especialmente para ver al Chef.

Van Leer aprieta los puños bajo la mesa y acerca la cara al micrófono:

—Señores, el Chef ha muerto.

Una lágrima de sal resbala por su mejilla.