Como siempre, debo una gratitud inmensa a:
Mi maravillosa familia, por todo su apoyo y su amor inigualable.
Mi perspicaz y encantadora publicista, Elizabeth Eulberg, por crear a STEPHENIE MEYER a partir de la burda arcilla que una vez fue sólo la tímida Steph.
Todo el equipo de Little, Brown Books for Young Readers por cinco años de entusiasmo, fe, apoyo y un trabajo duro increíble.
Todos los fantásticos creadores y administradores de las páginas web aficionadas de la saga Crepúsculo. Me asombra lo estupendos que sois.
Mis magníficos e inteligentes fans, con vuestro incomparable buen gusto en música, películas y libros, por seguir queriéndome más de lo que merezco.
Las tiendas de libros, por hacer de esta serie un éxito con sus recomendaciones. Todos los escritores están en deuda con vosotros por vuestro amor y vuestra devoción por la Literatura.
Los numerosos grupos y músicos que me mantuvieron motivada. ¿Ya he mencionado a Muse? ¿No, de verdad? Qué mal. Muse, Muse, Muse…
Debo dar las gracias también a:
La mejor banda de todos los tiempos: Nich y las Jens, con la participación de Shelly C. (Nicole Driggs, Jennifer Hancock, Jennifer Longman y Shelly Colvin). Gracias por ampararme bajo vuestra gran ala, chicas. Me habría quedado encerrada en casa de no ser por vosotras.
Mis amigos Cool Meghan Hibbett y Kimberly «Shazzer» Suchy, que están muy lejos, pero son fuentes de cordura.
Mi mentora Shannon Hale, por entenderlo todo y por darle alas a mi amor por el humor «tipo zombi».
Makenna Jewell Lewis por el uso de su nombre, y su madre, Heather, por su apoyo al Arizona Ballet.
Las nuevas incorporaciones a mi playlist (lista de reproducción) de «inspiración literaria»: Interpol, Motion City Soundtrack y Spoon.