LADY M: ¡Oh, vamos! Vuestra Eminencia es demasiado amable. Vuestra caridad os oscurece el juicio. Ella era una joven ligera, una buena pieza, un desecho…
CARDENAL: Sin embargo, también tenía virtudes. Y, suceda lo que suceda, no puedo admitir que la simple ligereza, per se, pueda justificar el asesinato.
BAZALGETTE.
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