PERO yo estaba procurando decirles respecto a la Parroquia de la actualidad, cuando me interrumpieron, que ahora está en el sitio que ocupaba antes la vieja Merrington Abbey. Sus constructores encontraron que podían hacer su trabajo sin demoler ni el viejo Abbots Lodging ni el Gentlemen’s Rest. Estas dos casas se enfrentan, a poca distancia del Monasterio.
Abbots Lodging, graciosamente vuelto a techar y restaurado, alberga en la actualidad la biblioteca de la Parroquia (el Prior Regente ocupa habitaciones en el nuevo edificio) y está conectado a los claustros lateralmente por un sendero cubierto. Gentlemen’s Rest, igualmente restaurado y modernizado con gusto, está arrendado a un tal Roger Poynings, escritor, por setenta y ocho libras anuales, pagaderas (pero raramente pagadas) por trimestres anticipados. En resumen, siendo autor el inquilino, se atrasa en el alquiler generalmente. Pero el Padre Prior es un casero amable e indulgente, y se da cuenta (como yo deseo que a todo el mundo le ocurriera) de que si se compraran bastantes ejemplares de este espléndido libro, habría una muy grande probabilidad de que eventualmente consiguiera, por lo menos, una parte del alquiler del penúltimo trimestre.
Un último párrafo o acaso dos, y después podemos abandonar todo este asunto de arquitectura y topografía, y continuar con nuestra historia. Estos exploradores Canónigos Rojos, que eran responsables de la erección de una nueva parroquia y de la restauración de los viejos edificios, hicieron un interesantísimo descubrimiento en el curso de su trabajo. Encontraron, como ya he indicado a Bryony, que los espaciosos sótanos situados bajo Gentlemen’s Rest estaban unidos a un pequeño reservado en Abbots Lodging por un pasaje subterráneo, un túnel, demasiado moderno, evidentemente, para que hubiera existido en los lejanos días de Merrington Abbey, y, presumiblemente, construido en el siglo XVIII, relacionado con el contrabando. Falta información precisa de los detalles, pero mi propia teoría es que, en aquellos días cuando el entonces ocupante de Gentlemen’s Rest estaba probablemente baja vigilancia de las autoridades preventivas, el resquebrajado Abbots Lodging era usado como escondrijo para el contrabando, y por razones fácilmente imaginables se consideraba prudente mantener oculta la comunicación entre los dos edificios.
Sea como fuere, el túnel existe hoy en admirable estado de conservación. En verdad, yo lo uso con frecuencia para ir a la iglesia en tiempo lluvioso. Como literato se me concede graciosamente el uso de la biblioteca en todo momento. En rigor, como inquilino del monasterio (o como deudor inquilino), tengo una llave de repuesto que me permite ir desde Gentlemen’s Rest vía Abbots Lodging, y desde allí por el sendero cubierto, hasta los claustros.