Instrucciones para las páginas en blanco
Os habréis fijado en que las últimas páginas de este libro están en blanco. A no ser que los dependientes de la librería se hayan dedicado a hacer el gracioso con el rotulador, estarán libres de garabatos, graffiti, gráficos, listas de la compra y comentarios soeces. No os sintáis engañados: estas páginas no son un timo, sino una oportunidad de oro.
Las páginas en blanco de un libro son el equivalente literario a los minutos en blanco de vuestra agenda. Siento, pues, que mi deber sería sugeriros algunos posibles usos instructivos para estas páginas: anotando pensamientos filosóficos, o tomando notas para ese ciclo de sonetos épicos que revolucionará la historia de la poesía, etcétera… No obstante, creo que se puede hacer un uso más simple y efectivo de estas páginas.
Por ejemplo:
- Puede que estés leyendo este libro un día de calor y vayas vestido con prendas de abrigo que te pusiste esta mañana pensando que por la tarde refrescaría En tal caso, estas páginas resultarán ideales para secarte el sudor de la frente. No dudes en hacerlo, ya que una cara sudorosa se asocia normalmente con los luchadores de sumo y no queda muy bien que digamos. Te aseguro que no vas a ligar nada si andas por ahí sudando como un cerdo (y yo no voy a vender nada si la gente te ve leyendo mi libro).
- Si arrancas las páginas podrás usarlas para confeccionar posavasos o para hacer confeti casero.
- Tal vez quieras emplear estas hojas para escribir una lista de todo lo que has aprendido en las páginas precedentes. Cada mañana puedes levantarte, silbar alegremente y repasar los consejos utilísimos que te he dado. No pienso hacerte un resumen de lo que deberías haber aprendido, pero sí puedo apuntar algunas sugerencias:
- Cuando la vida te dé un mango, úsalo para preparar sangría.
- Si no quieres ser tonto, deja de hacer tonterías.
- La vida es como una caja de bombones: cuesta mucho, si te la zampas demasiado rápido te pones enfermo y si te ven con ella, siempre te piden una parte.
- Piensa antes de hablar. Lee antes de pensar. Lávate las manos antes de leer.
- Una puntada a tiempo ahorra cincuenta, o sesenta como mucho.
- Yo estoy bien.
- No pierdas tiempo pensando si el vaso está medio lleno o medio vacío. Si el vaso va más o menos por la mitad, pide otra ronda.
- En la vida, como en las tertulias de sobremesa, sólo los sinvergüenzas dicen todo lo que sienten y sólo los pelmazos sienten todo lo que dicen.
- No te creas lo del «Just do it» (simplemente, hazlo). Las cosas hay que pensarlas. Más bien di: «Ya veremos» o «Puede que lo haga o puede que no». O mejor no digas nada.
- Y Vete de la fiesta cinco minutos antes de que se te acaben los temas de conversación.
Os deseo lo mejor, amigos. Si notáis que os fallan las fuerzas, hojead este libro de nuevo y recordad: «Todo se puede fingir».