He aquí que hubo terribles augurios en la tierra de Northumbría que afligieron miserablemente a sus gentes; hubo grandes relámpagos y se vieron impetuosos dragones en el aire, y fueron seguidos por una gran hambruna, y después de eso, en ese mismo año, los paganos devastaron vilmente la iglesia de Dios en la isla de Lindisfarne mediante el saqueo y la carnicería.

Crónica anglosajona, Anno Domini 793

Esta novela, aunque inspirada en hechos reales, es solo eso, una novela. Y, aunque hay en ella mucho de verdad e historia, también hay partes donde solo mi imaginación podía servir de fuente, y otras en las que ella misma cobró vida y modeló la narración a su conveniencia. Ahora bien, he intentado ser riguroso en todos sus aspectos, no solo el histórico; de modo que, y vaya por adelantado, mis más sinceras disculpas por cualquier error que se me haya pasado por alto. De todos ellos soy enteramente responsable.

Por otro lado, para aquel que sienta inquietudes existen algunas referencias al final del texto.