Gracias a todos los historiadores, los bibliotecarios, los lingüistas, los escritores, los amigos… Son tantos los nombres que no habría modo de citarlos al completo. Gracias a todos los que me ayudaron a concluir la epopeya de Assur.
Gracias, querido lector, por darme esta oportunidad.
Gracias, querido librero, por prestarme atención.
Y gracias a mi familia, a toda, y muy especialmente a mi madre. Todos han luchado conmigo desde mi primera novela, ella más que nadie, infatigablemente.