LO IMPREVISTO

De: Presidente.

A: Secretario, Consejo de Científicos.

He sido informado del hecho que los habitantes de la Tierra han conseguido liberar la energía atómica y han estado experimentando con propulsión de cohetes. Esto es extremadamente grave. Remítanme inmediatamente un informe completo. Y esta vez que sea breve.

K. R. IV.

De: Secretario, Consejo de Científicos.

A: Presidente.

Los hechos son como sigue: Hace algunos meses nuestros instrumentos registraron una intensa emisión de neutrones desde la Tierra, pero un análisis de los programas de radio no proporcionó entonces explicación alguna. Hace tres días se produjo una segunda emisión, y poco después todas las transmisiones de radio de la Tierra anunciaron que se estaban empleando bombas atómicas en la presente guerra. Los traductores no han terminado aún su interpretación, pero parece ser que las bombas son de considerable potencia. Hasta ahora se han utilizado dos. Se han revelado algunos detalles de su construcción, pero los elementos utilizados no han sido todavía identificados. Proporcionaremos un informe más completo tan pronto como sea posible. De momento todo lo que se sabe con certeza es que los habitantes de la Tierra han liberado, efectivamente, potencia atómica, hasta ahora solamente en forma explosiva.

Se sabe muy poco referente a la investigación sobre cohetes en la Tierra. Nuestros astrónomos han estado observando cuidadosamente el planeta desde que se percibieron emisiones de radio, hace una generación. Es evidente que cohetes de largo alcance de alguna especie existen en la Tierra, pues en recientes transmisiones militares ha habido numerosas referencias a ellos. Pero no se ha verificado intento serio alguno de alcanzar el espacio interplanetario. Cuando termine la guerra, es de esperar que los habitantes del planeta efectúen investigaciones en esa dirección. Prestaremos muy cuidadosa atención a sus emisiones de radio, y se observará la vigilancia astronómica.

Por lo que hemos podido deducir acerca de la tecnología del planeta, deberán transcurrir unos veinte años para que la Tierra pueda desarrollar cohetes atómicos capaces de cruzar el espacio. En vista de eso, parece que ha llegado la hora de establecer una base en la Luna, a fin de poder observar de cerca tales experimentos, cuando comiencen.

TRESCON

(Añadido en manuscrito).

Ha terminado ya la guerra sobre la Tierra, según parece debido a la intervención de la bomba atómica. Eso no afecta a los anteriores argumentos, pero puede significar que los habitantes de la Tierra pueden dedicarse nuevamente a la investigación pura más rápidamente de lo que era de esperar. Algunas emisiones de radio ya han indicado la aplicación de la potencia atómica a la propulsión de cohetes.

T.

De: Presidente

A: Jefe de la Oficina de Seguridad Extra-Planetaria (JOSEP)

Ya ha visto el informe de Trescon.

Equipe inmediatamente una expedición al satélite de la Tierra. Deberán mantener estricta vigilancia sobre el planeta, e informar inmediatamente sobre si se están verificando experimentos con cohetes.

Debe ponerse el mayor cuidado en mantener secreta nuestra presencia en la Luna. Será usted personalmente responsable de ello. Infórmese a intervalos de un año, o más a menudo si fuese necesario.

K. R. IV.

De: Presidente

A: JOSEP

¿Dónde está el informe sobre la Tierra?

K. R. IV.

De: JOSEP

A: Presidente.

Lamentamos el retraso, que ha sido debido a avería en la nave que traía el informe.

No ha habido señales de experimentos con cohetes durante el pasado año, ni referencia a ellos en las emisiones de radio del planeta.

RANTHE

De: JOSEP

A: Presidente.

Habrá usted podido ver mis informes anuales a su respetado padre sobre este asunto. No ha ocurrido nada de interés durante los pasados quince años, pero ahora acabamos de recibir el siguiente mensaje de nuestra base sobre la Luna: «Proyectil cohete, al parecer a propulsión atómica, salió a través de la atmósfera de la Tierra, partiendo de la masa terrestre del norte, y se desplazó en el espacio por un cuarto del diámetro del planeta antes de regresar gobernado».

RANTHE

De: Presidente

A: Jefe del Estado

Ruego comente.

K. R. V.

De: Jefe del Estado

A: Presidente.

Eso significa el fin de nuestra política tradicional.

La única esperanza de seguridad consiste en evitar que los terrestres realicen nuevos adelantos en esa dirección. Por lo que sabemos de ellos, se requerirá una amenaza avasalladora.

Como la elevada gravedad del planeta hace que nos sea imposible a nosotros aterrizar en él, nuestra esfera de acción es restringida. El problema fue discutido hace casi un siglo por Anvar, y yo estoy de acuerdo con sus conclusiones. Tenemos que actuar inmediatamente según aquellas directrices.

F. K. S.

De: Presidente

A: Secretario de Estado.

Informe al Consejo que se convoca reunión de emergencia para mañana a mediodía.

K. R. V.

De: Presidente

A: JOSEP

Veinte naves de guerra serán suficientes para poner en práctica el plan de Anvar. Afortunadamente, no es necesario armarlas todavía. Infórmeme semanalmente sobre el progreso de la construcción.

K. R. V.

De: JOSEP

A: Presidente.

Se han completado diecinueve naves. La vigésima está aún retrasada debido a defecto en el casco, y no estará a punto hasta dentro de por lo menos un mes.

RANTHE.

De: Presidente

A: JOSEP

Bastarán diecinueve. Mañana repasaré con usted el plan de operaciones. ¿Está ya a punto el borrador de nuestra proclama?

K. R. V.

De: JOSEP

A: Presidente.

Se incluye borrador:

¡Pueblo de la Tierra!

Nosotros, los habitantes del planeta que ustedes llaman Marte, hemos venido observando desde hace muchos años vuestros experimentos para resolver los viajes interplanetarios. Tales experimentos deben cesar. Nuestro estudio de vuestra raza nos ha convencido del hecho que ustedes no deben salir de vuestro planeta en el presente estado de vuestra civilización. Las naves que ahora ven flotando sobre vuestras ciudades, son capaces de destruirlas por completo, y lo harán a menos que suspendan vuestros intentos de cruzar el espacio.

Hemos instalado un observatorio en vuestra Luna, y podemos percibir inmediatamente cualquier violación de estas órdenes. Si obedecen, no volveremos a interferir con ustedes. De lo contrario, destruiremos una de vuestras ciudades cada vez que observemos que un cohete sale de la atmósfera de la Tierra.

Por orden del Presidente del Consejo de Marte.

RANTHE.

De: Presidente

A: JOSEP

Aprobado. Procédase a la traducción.

Después de todo, no zarparé con la flota. Infórmeme detalladamente a su regreso.

K. R. V.

De: JOSEP

A: Presidente.

Tengo el honor de informarle del completo éxito de nuestra misión. El viaje a la Tierra transcurrió sin incidentes; los mensajes de radio del planeta indicaron que fuimos detectados a una distancia considerable, y que se produjo un gran revuelo ante nuestra llegada. Se dispersó la flota de acuerdo con lo planeado, y yo radié el ultimátum. Partimos inmediatamente, y no fuimos hostilizados en forma alguna.

Informaré detalladamente dentro de dos días.

RANTHE.

De: Secretario Consejo de Científicos

A: Presidente.

Los psicólogos han completado su informe, que incluimos:

Como era de esperar, al principio nuestras demandas enfurecieron a esa raza exaltada y testaruda. El golpe a su orgullo debió ser considerable, pues se creían ser los únicos seres inteligentes del Universo.

Sin embargo, al cabo de pocas semanas se produjo un cambio inesperado en el tono de sus manifestaciones. Habían comenzado a darse cuenta que interceptábamos todas sus emisiones de radio, y nos han dirigido directamente algunos mensajes. Dicen que están de acuerdo en prohibir toda clase de experimentos con cohetes, de acuerdo con nuestros deseos. Eso es tan inesperado como satisfactorio. Incluso si tratan de engañarnos, estamos perfectamente a salvo ahora que hemos establecido nuestra segunda estación justo fuera de la atmósfera. No pueden en modo alguno desarrollar naves espaciales sin que las veamos o percibamos su radiación de tubo.

De acuerdo a las instrucciones, se continuará vigilando estrictamente a la Tierra.

TRESCON.

De: JOSEP

A: Presidente.

Sí, es efectivamente cierto que no ha habido más experimentos con cohetes durante los últimos diez años. ¡Ciertamente, no esperábamos que la Tierra capitulase tan fácilmente!

Estoy de acuerdo en que la existencia de esa raza constituye ahora una amenaza permanente para nuestra civilización, y estamos verificando experimentos según las directrices que sugiere. El problema es difícil, debido al gran tamaño del planeta. Los explosivos serían totalmente inadecuados, y parece ser que nuestra mayor probabilidad de éxito sería alguna forma de veneno radiactivo.

Afortunadamente, ahora tenemos tiempo indefinido para contemplar esa investigación; le informaré regularmente.

RANTHE.

(Fin del documento)

De: Comandante Henry Forbes, Servicio de Información, Cuerpo Especial del Espacio.

A: Profesor S. Maxton, Departamento Filológico, Universidad de Oxford.

Ruta: Retransmisor II (vía Shenectady).

Los papeles que anteceden, junto con otros, fueron hallados en las ruinas de lo que se cree fue la principal ciudad marciana. (Red de Marte KL302895.) El uso frecuente del ideógrafo de «Tierra» sugiere que pueden ser de especial interés, y se confía en que puedan ser traducidos. Otros documentos seguirán en breve.

H. FORBES. CTE.

(Añadido en manuscrito)

Querido Max:

Siento no haber tenido tiempo de ponerme antes en contacto contigo. Te veré tan pronto como regrese a la Tierra.

¡Marte está hecho un desastre! Nuestras coordenadas eran absolutamente exactas, y las bombas se materializaron justo sobre sus ciudades, tal como habían predicho los chicos de Monte Wilson.

Enviamos mucho material por medio de las dos pequeñas máquinas, pero hasta que se materialice el gran transmisor, estamos algo restringidos, y, como es natural, ninguno de nosotros puede volver. ¡De modo que ya pueden apresurarse!

Me alegra que podamos volver a trabajar sobre cohetes. Quizá sea anticuado, pero, la verdad, es que esto de ser exprimido a través del espacio a la velocidad de la luz, no me acaba de gustar.

Tuyo, con prisa,

HENRY.