Nuestro Señor por su infinita bondad se ha servido de usar conmigo, con tan larga mano, de sus misericordias que me ha puesto en estado de no poder atender a otra cosa que a su mayor servicio, al del Rey nuestro Señor y al del bien público, no habiéndome dejado en esta vida en qué poner el corazón. Y como quiera que viendo muerto cuanto Nuestro Señor me había dado en esta vida, es fuerza que llegue a pensar que cerca me hallo de hacer esta misma jornada; y querría verdaderamente este poco tiempo que me queda, asistir por mi parte, con particular desvelo, a cuanto mira a las obligaciones dichas y más particularmente a las causas de mayor piedad. Y si bien no dudo en ninguna manera que V. S. I. enteramente acude a cuanto debe al servicio de Nuestro Señor, de Su Majestad y a todos los otros ministerios que le tocan, fío tanto de la merced y favor particular que V. S. I. me hace, que por esta particular consideración espero aún que V. S. I. se servirá por darme este mérito delante de Nuestro Señor, en descuento de tantas y tan graves culpas como he cometido, para que pueda representar particulares finezas en esta parte a que aún no llega a obligar el ministerio; y así suplico a V. S. I. se sirva de hacerme favor y merced y piedad de procurar con suma instancia que se cuide infinito de la enmienda de los vicios y castigos de los pecados, particularmente a los eclesiásticos; y que la decencia y ornato del culto divino sea en la jurisdicción de V. S. I. el que debe desear; para lo cual suplico a V. S. I. se sirva de avisarme lo que será menester en materia de hacienda para que yo acuda a ello por los caminos que pudiere; y ante todas cosas suplico a V. S. I. se sirva guardar secreto de esta carta porque mi deseo es de descargar mi conciencia y ver si puedo hacer algún servicio a Nuestro Señor antes de mi muerte y no querría descaminarle con vanidades inútiles. Dios sea conmigo y guarde a V. S. I. como deseo. Madrid, a 30 de Septiembre 1628. Suplico a V. S. I. se sirva de hacerme en esto no sólo la última sino la mayor merced que en esta vida puedo recibir ni he recibido jamás de nadie y el secreto sobre esto. El Duque Gaspar de Guzmán. [La firma y las líneas de posdata, autógrafas del Conde-Duque.] Sobre escrito: Señor Arzobispo-Obispo de Sigüenza. De Señor Duque-Conde de Olivares. Madrid, 30 de Septiembre de 1628.