[1] El inglés y el galés contiene pasajes de naturaleza técnica. Estaba dirigido a «estudiosos de la Filología» (p. 223). <<
[2] Mi padre dio como fecha inicialmente 1940, y después 1938, fecha que aparece todavía posteriormente en la Nota Introductoria para Árbol y Hoja. Humphrey Carpenter ha establecido la fecha que aquí se ofrece (Biografía, p. 113). <<
[3] The Shrine, p. 4. <<
[4] Así, en la gran bibliografía del profesor Chambers (en su obra Beowulf: An Introduction), encontramos una sección, la § 8, «Cuestiones de historia literaria, fecha y autoría; Beowulf a la luz de la historia, la arqueología, la leyenda heroica, la mitología y el folklore». Resulta impresionante, pero no hay ninguna sección que nombre la poesía. Como ponen de manifiesto algunos de los campos de estudio incluidos, se considera a la poesía parte de todos ellos, y por tanto se entierra, sin nombre, en la § 8. <<
[5] Beowulf translated into modern English rhyming verse, Constable, 1925. <<
[6] A Short History of English Literature, Oxford Univ. Press, 1911, pp. 2-3. Escojo este ejemplo porque es precisamente a las historias literarias generales a las que generalmente debemos volver nuestra mirada en busca de juicios literarios sobre Beowulf. Los expertos en Beowulfiana rara vez tienen en cuenta tales juicios. Y es en las historias muy comprimidas, como ésta, donde descubrimos lo que el proceso de digestión hace de la «literatura» especial de los expertos. Aquí está el producto destilado de la Investigación. Este compendio, con todo, resulta muy útil, y ha sido escrito por un hombre que había leído el poema en sí (a diferencia de algunos otros autores de obras semejantes) con atención. <<
[7] No incluyo nada que no haya sido dicho en alguna otra parte por alguien, si bien no con mis palabras exactas; pero, desde luego, no intento representar todos los dicta, sabios o no, que se han manifestado. <<
[8] The Dark Ages, pp. 151-253. <<
[9] Sin embargo, Ker modificó su opinión en una importante reseña aparecida en English Literature, Mediæval, pp. 29-34. En general, aunque en diferentes términos, más vagos y menos incisivos, se repite a sí miaño. Todavía se nos dice que «el relato es un lugar común y el planteamiento es endeble»; o que «la historia es floja y pobre». Pero también leemos al final de su reseña que «Aquellas alusiones que distraen nuestra atención a cosas distintas de la historia central contribuyen a darle un mayor sentido de la proporción. Dan una sensación de realidad y peso; el relato no queda en el aire (…) es parte de un mundo sólido». Admitiendo una razón artística de tanto peso para el procedimiento del poema, el mismo Ker comenzó a socavar su propia crítica de la estructura. Pero no parece haber llegado más allá en 1o referente a esta idea. Probablemente fue este mismo pensamiento el que hizo que esta posterior reseña de Ker sobre Beowulf tienen un tono más vago y menor influencia. <<
[10] Prólogo a la traducción de Strong, p. XXVI; cfr. nota 3. <<
[11] También ha sido favorecida por el resurgimiento de las «escuelas inglesas», en cuyos planes de estudio Beowulf ocupa, inevitablemente, un cierto lugar, y la consiguiente producción de compendios de historia literaria. Porque éstos abastecen (de hecho, si no en la intención) a aquéllos que buscan información y las valoraciones de otros de obras que no tienen tiempo o, más probablemente, deseo de conocer de primara mano. El escaso valor literario de tales prontuarios es a veces reconocido en el acto de entregarlos. Así, Strong (op. cit,) da uno bastante completo, aunque señala que «el breve resumen hace escasa justicia al poema». Ker, en E. Lit. (Med.) afirma: «Contada así, en abstracto, no se trata de una historia particularmente interesante». Evidentemente se dio cuenta de lo que debía ser la réplica mordaz, ya que intenta justificar el procedimiento en este caso, al añadir: «Contada de este modo la historia de Teseo o de Hércules tendrían mucho más interés». Disiento, Pero no importa, ya que la comparación de dos tramas «contadas de este modo» no puede ser guía hacia los méritos de las versiones literarias contadas de modos bastante diferentes. No es necesariamente mejor el poema que pierde lo mínimo en el proceso de abstracción. <<
[12] Es decir, el uso de éste en Beowulf, tanto desde el punto de vista dramático en la descripción de la sagacidad de Beowulf el héroe, como al considerarlo parte esencial de la tradición referente a la corte skyldinga, que es el escenario de leyenda en el que se propone el surgimiento del héroe, de la misma manera que en una época posterior se habría escogido la corte del rey Arturo. También la probable alusión en la carta de Alcuino a Speratus: cfr. la obra de Chambas, Wídsith, p. 7S. <<
[13] De hecho, esta expresión muy bien puede haber sido empleada por eald geneat, pero aun así (o, quizás, habría que decir de modo más preciso, a cara de eso) debe ser saludada no como de nuevo cuño, sino como una antigua y honrada gnome [sabiduría] de larga descendencia. <<
[14] Porque las palabras hige sceal þe heardra, heorte þe cenre, mod sceal þe man þe ure mægen lytlað [el pensamiento será el más tenaz, el corazón más vehemente, coraje el más grande mientras nuestra fuerza se debilita], no son, evidentemente, una exhortación a la simple valentía. No son recordatorios de que la fortuna favorece al osado, o de que el que se obstina puede arrebatarle una victoria a la denota. (Tales pensamientos eran familiares, aunque se expresaban de otro modo: wyrd oft nereð unfægne eorl, þonne his ellen deah [el destino perdona con frecuencia al hombre que no está destinado, cuando su valentía es lo bastante grande].) Las palabras de Byrhtwold fueron compuestas para el día postrero y sin esperanza de un hombre. <<
[15] Prólogo a la traducción de Strong, p. XXVIII. Cfr. nota 3. <<
[16] Esto no es cierto en sentido estricto. No se hace referencia al dragón en tales términos, que son aplicados a Grendel y a los primitivos gigantes. <<
[17] Difiere en aspectos importantes, a los que se hace referencia posteriormente. <<
[18] Preferiría decir que se mueve en una edad heroica nórdica imaginada por un cristiano, y que tiene por tanto una cualidad noble y gentil, si bien concebida para ser pagana. <<
[19] Es, por ejemplo, desechado sin contemplaciones —y un tanto despectivamente— en el reciente (y un tanto despreciativo) ensayo del doctor Watson, The Age of Bede, en Bede, His Life, Tima, and Writings, ed. por A. Hamilton Thompson, 1935. <<
[20] The Dark Ages, p. 57. <<
[21] Si consideramos el período como un todo. No es, desde luego, necesariamente cierto referido a los individuos. Éstos mostraron sin duda alguna desde el principio múltiples gradaciones, desde la profunda instrucción y comprensión cabal, a la superstición incoherente, o la ignorancia absoluta. <<
[22] La evitación de los evidentes anacronismos (tal y como se encuentran en Judit, por ejemplo, donde la heroína hace referencia en sus parlamentos a Cristo y la Trinidad), y la ausencia total de nombres y términos claramente cristianas, es natural e intencionada. No se debe perder de vista que hay una diferencia entre los comentarios del autor, y las cosas dichas en estilo indirecto por sus personajes. Los dos caracteres centrales, Hrothgar y Beowulf, son una vez más diferenciados. Así, las únicas referencias claramente definidas a las Escrituras, a Abel (108) y a Caín (10S, 1261), aparecen cuando el poeta interviene a modo de comentarista. La teoría del origen de Grendel es desconocida para los actores: Hrothgar niega cualquier conocimiento de los antepasados de Grendel (1355). Los gigantes (1688 y ss.), es verdad, son representados pictóricamente, y en términos bíblicos. Pero esto sugiere más bien que el autor identificó narraciones autóctonas y de las Escrituras, y otorgó a su cuadro un color escriturístíco, puesto que de las dos narraciones las Escrituras era la más verdadera. Por tanto, su relato se acercaría más a lo dicho en la remota antigüedad en que fue forjada la espada, especialmente porque los wundorsmiþas que la trabajaron fueron de hecho gigantes (1558, 1561, 1679): ellos conocerían la verdadera historia. Cfr. nota 30. <<
[23] Sigelhearwan: el diccionario ofrece como traducción «Ethiopuns» [etíope], y por lo general se considera correcto en inglés antiguo; pero Tolkien no quiere decir eso, y llegó más lejos para demostrar por qué creía que era un significado equivocado: en realidad se trata de los Balrogs. (N. del t.) <<
[24] De hecho, la verdadera semejanza entre la Eneida y el Beowulf descansa en la presencia constante de una sensación de antigüedad desdoblada en múltiples relatos, junto con su natural acompañamiento de implacable y noble melancolía. En esto el parecido es evidente, y juntas difieren de la lisonja superficial de Homero, si bien más resplandeciente. <<
[25] He elegido este ejemplo, al igual que hizo Chambers, debido a la semejanza que se puede apreciar entre las dos especies, la de Grendel y la del Cíclope. Pero se podrían aducir otros ejemplos: Caco, por ejemplo, el retoño de Vulcano. O se podría considerar el contraste entre las leyendas de la tortura de Prometeo y de Loki: el uno por ayudar a los hombres, el segundo por hacer lo propio con los poderes de la oscuridad. <<
[26] De hecho no hay un principio claro en las legendarias hostilidades que conforman la mitología clásica. Para el tema que nos ocupa, eso es lo único que nos interesa: no pretendemos buscar orígenes mitológicos más remotos, en el Norte o en el Sur. Los dioses, de la corte de Cronos u olímpicos, los titanes y otros grandes poderes naturales, y los variados monstruos, incluso horrores locales menores, no se distinguen claramente en su origen o en su entronque con el pasado. No sería posible una política permanente de guerra, dirigida por el Olimpo, a la que el coraje humano pudiera dedicarse entre razas mitológicas tan promiscuas. Por supuesto, no se espera que se pueda mantener una rígida distinción, porque en cierto sentido el enemigo está siempre tanto dentro como fuera; la fortaleza debe caer por medio de la traición a la vez que por el asalto. De ese modo Grendel tiene una apariencia humana pervertida, y los gigantes o jötnar, aun cuando (como los titanes) poseen una estatura supra-divina, son parodias de la forma humano-divina. Incluso en Noruega, donde la distinción es más rígida, Loki habita en Asgarðr, aunque es un espíritu malvado y mentiroso, y fatales monstruos proceden de él. Porque lo cierto es que el hombre, creador de los mitos, ha dejado una parte de sí en Grendel y el Dragón, con toda su lujuria, avaricia y maldad de corazón. Pero, concebidos bajo un aspecto mítico, los dioses no reconocen ningún vínculo con Fenris úlfr, no más que los hombres lo reconocen con Grendel o la serpiente. <<
[27] Interpretación de los mitos como narraciones tradicionales sobre hechos y personas reales, acontecidos en la historia. (N. del t.) <<
[28] «Infierno» en inglés y noruego antiguos. (N. del t.) <<
[29] El Génesis que ha llegado hasta nosotros es una copia posterior a partir de un original deteriorado, pero ciertamente es todavía en sus partes más antiguas un poema cuya composición debe situarse en el período primitivo. Generalmente se reconoce que el Génesis A es más antiguo que el Beowulf, como la interpretación más probable de las evidencias existentes. <<
[30] Realmente el poeta pudo haber sabido —es algo razonable— que los temas sobre la creación eran también antiguos en el Norte. Völuspá describe el Caos y la elaboración del sol y la luna, y encontramos un lenguaje muy parecido en el fragmento en alto alemán antiguo conocido como el Wessobrunner Gebet. El canto del trovador Iopas, que obtuvo sus conocimientos de Atlas, al final del primer libro de la Eneida, es también en parte un canto sobre los orígenes: hic canit errantem lunam solisque labores, unde hominum genus et pecudes, unde imber et ignes. En cualquier caso, la idea del poeta anglosajón era sencillamente que en los tiempos antiguos (cuando los hombres no eran engañados por el Diablo) se tenía un verdadero conocimiento; al menos conocían al único Dios y Creador, aunque no el Cielo, pues estaba perdido. Cfr. nota 22. <<
[31] Es en los errores cometidos en el Antiguo Testamento más que en cualquier suceso acaecido en Inglaterra (de la cual no está hablando) en los que el poeta está pensando en los versos 175 y ss., y con ello alude de un modo colorista a unos conocimientos que tal vez le llegaron a través de la tradición autóctona sobre los daneses y la especial significación pagana del escenario de Heorot (Hleiðrar, æt hærgtrafum, los tabernáculos); se trataba probablemente de un asunto que la enemistad entre daneses y heathobardos. De ser así, es éste otro punto en que lo viejo y lo nuevo aparecen fundidos. Sobre la especial importancia y dificultad para la crítica del pasaje 175-188, cfr. el Apéndice. <<
[32] Aun cuando sólo haya hecho referencia a ella aquí para mostrar mi desacuerdo, esta edición es, desde luego, de gran autoridad, y todos cuantos la han utilizado han aprendido mucho de ella. <<
[33] No me preocupan las pequeñas incongruencias que puedan encontrarse en algún punto del poema. No son prueba de una autoría compartida, ni siquiera de una autoría incompetente. Es muy difícil, incluso en una historia recién inventada de cualquier extensión, evitar tales defectos; más aún cuando se retoman antiguos relatos que son narrados con frecuencia. Los puntos que están comprendidos en el estudio, con una copia que puede ser elaborada en forma de índice y que puede manejarse con facilidad (si bien no leerse de principio a fin, como debía ser), son generalmente aquéllos que pueden fácilmente escapar a un autor y todavía más fácilmente a su audiencia habitual. Ciertamente Virgilio no escapa a tales faltas, aun dentro de los límites de un único libro. En las historias impresas modernas, que presumiblemente han tenido la ventaja de las pruebas de imprenta, se pueden observar incluso vacilaciones con el nombre de la heroína. <<
[34] El arreglo menos satisfactorio posible es, así, leer sólo de los versos 1 a 1887, y no el resto. Este procedimiento ha sido, sin embargo, dirigido de vez en cuando o ensalzado por más de un plan de estudios de lengua inglesa. <<
[35] Equivalente, pero no necesariamente igual; por supuesto, no a la manera en que tales cosas pueden ser medidas por las máquinas. <<
[36] Que el Dragón, portador de la enemistad en este relato, también muera es importante fundamentalmente para Beowulf. Beowulf fue un gran hombre. No muchos, ni siquiera a la hora de la muerte, pueden conseguir matar a un canalla, u obtener la salvación temporal para su familia. Dentro de los límites de la vida humana Beowulf ni vivió ni murió en vano, asa lo dirían los hombres valientes. Pero no hay indicio, es más, los hay —y muchos— en contra, de que la suya fuera una guerra que pudiera acabar con todas las guerras, o de que con su lucha contra el Dragón fuera a acabar con todos los dragones. El fin de Beowulf es el fin de la esperanza de su pueblo. <<
[37] Sin embargo, aprendemos de pasada muchas cosas de este período: no es cierto, estrictamente hablando, incluso en la forma en que el poema ha llegado a nosotros, decir que tras las hazañas en Heorot, Beowulf «no tiene nada más que hacer». Los grandes héroes, al igual que los grandes santos, deben mostrar que son capaces de enfrentarse a los avatares de la vida cotidiana, aun cuando puedan hacerlo con más energía de lo corriente. Es posible que nos interese saber si el héroe es capaz de tal cosa (y, en efecto, el poeta nos lo confirma), sin necesidad de que el autor lo convierta en el centro de la historia, ya que no es ése su interés principal. <<
[38] La primera cita dice: «No creo que los bienes del mundo duren para siempre. En cualquier caso, siempre ocurre una de estas tres cosas, que vendrá sin duda antes de su día señalado: la enfermedad, o la edad o el arma odiada terminarán con la vida del hombre, destinado y mortal.» Las palabras de Hrothgar son: «A menudo ocurre pronto que la enfermedad o el filo [de un arma] te privan de la fuerza, o bien el dominio del fuego o el oleaje del mar, o la mordedura de la espada o el vuelo del venablo, o la temblé vejez; o el brillo de tus ojos decae y se apaga. Guerrero, vendrá dentro de poco la muerte que te vencerá.» (N. del t.) <<
[39] Por lo que nosotros sabemos, no tiene adscrita localización física alguna. Es posible que encontremos detalles de la concepción nórdica original, equiparados y mezclados con los de la Escritura, que dan colorido a las referencias al infierno cristiano. Un ejemplo ilustre es la referencia en Judit a la muerte de Hokrfernes, que evoca señaladamente ciertos rasgos del Völuspá. Cfr. Judit 115: wyrmum bewunden [cercada de serpientes]; y 119: or ðam wyrmsele (desde la estancia de las serpientes] con Vol. 36 sá’s undinn salr orma hryggjum [la estancia está cercada por los vientres de las serpientes]; que, traducido al inglés antiguo sería se is wunden sele wyrma hrycgum. <<
[40] Como en 168-169, probablemente un pareado torpemente introducido, del que la única cosa cierta que se puede decir es que interrumpe (aunque su sentido fuese llano) la conexión natural entre 165-167 y 170; la cuestión de la expansión (hábil, al menos, en este caso, y no falta de destreza) del giedd de Hrothgar, en 1724 a 1760; y más claramente en los versos 175 a 188. <<
[41] Es evidente que el empleo de palabras equivalentes en mayor o menor medida a «destino» continuó con el paso de los siglos. Los poetas más cristianos se refieren al wyrd, por lo general en relación con hechos desafortunados; pero también en alguna ocasión se aplica a cosas buenas, como en Elene, 1047, donde la conversión de Judas se atribuye al wyrd. Allí descansa el grueso de los trabajos de la Providencia (Metod) que son inescrutables, y que por razones prácticas se denominaba o «destino» o «suerte». Metod es el vocablo en inglés antiguo que más se acerca al sentido de «destino», aunque se emplea como sinónimo de dios. Tal empleo se debe probablemente a que antiguamente en inglés tenía una significación agente (así como un sentido abstracto), al igual que en noruego antiguo, donde mjötuðr posee los sentidos de «dispensador, regidor» y «destino, fatalidad, muerte». Pero en inglés antiguo, metodsceaft quiere decir «destino» o «muerte». Cfr. 2814 y s., donde wyrd es más activo que metodsceaft. En sajón antiguo, metod es usado de modo semejante, inclinándose también hacia la idea de lo inescrutable (e incluso hostil) de la elaboración del mundo. Gabriel en el Hêliand dice de Juan el Bautista que no probará el vino: so habed im uurdgiscapu, metod gimarcod endi maht godes (128); cuando el esposo de Ana muere se dice de ella: that sie thiu mikila maht metodes todelda, uured uurdigiscapu (511). En sajón antiguo metod(o)giscapu y metodigisceft, equivalen a Destino, como metodsceaft en inglés antiguo. <<
[42] Compárese, por ejemplo, el comentario que aparece en la Fóstbræðra saga en la descripción de un torvo personaje pagano: ekki var hjarta hans sem fóarn í fugli, ekki var þat blóðfult, svá at þat skylfi af hræðslu, heldr var þat hert af enum hæsta höfuðsmið i öllum hvatleik [Su corazón no era como el corazón de un pájaro, no estaba lleno de sangre, de modo que temblara ante el miedo; más bien fue endurecido por el más diestro de los maestros herreros en toda valentía] (cap. 2); y de nuevo Almáttigr er sá sem svá snart hjarta ok ókrætt lét i brjóst þorgeiri; ok ekki var hans hugpryði af mönnum ger né honum í brjóst borin, heldr af enum hæsta höfuðsmið [Es el Todopoderoso quien colocó un corazón tan intrépido y audaz en el pecho de Thorgeirr, y su orgullo no fue hecho por hombres, ni colocado en su pecho por ellos, sino por el más alto de los maestros herreros] (ibid.). Aquí, la idea aparece expresada de modo evidente (si bien de manera inoportuna y absurda). <<
[43] No es del todo cierto decir, como hace por ejemplo Hoops, que a él se lo «identifica» con su dios pagano. La teoría cristiana era que tales dioses no existían y eran invenciones del Diablo, y que el poder de los ídolos se debía al hecho de que el Diablo —o alguno de sus emisarios— con frecuencia habitaban en ellos, y podían ser vistos en su auténtica horripilancia si se apartaba el velo de la ilusión. Compárense las homilías de Aelfrico sobre san Bartolomé y san Mateo, en las que por medio del poder de un ángel o de un santo, el demonio que poseía a los ídolos era revelado como un negro silhearwa. <<
[44] De manera semejante es el ya muy marcado carácter que el poeta otorga a Hrothgar lo que ha inducido y hecho posible sin daño serio la probable revisión y ampliación de su sermón. Bien construido como de hecho lo está el propio pasaje, el poema sería mejor con la escisión de, aproximadamente, los versos 1740-1760; y estos versos están, por muy distintas razones, bajo fuerte sospecha de ser el fruto de una revisión y adición posteriores. Si esto es cierto, el intercalado se ha llevado a cabo con una competencia técnica tan buena como la que le reconozco al pasaje anterior. <<
[45] Kommentar zum Beowulf, p. 39. <<
[46] Varías de ellas se pueden hallar en la p. 25 de ese libro: es destacable la célebre «jefe de horrores» para fyrena hyrde, en el verso 750, traducida aquí como «maestro de crímenes»; y «excelsa morada» para winsele, en el 771, aquí vertida como «sala del vino». La sugerencia de Grand Guignol y menos estimable «pubs» es del todo ajena al original. <<
[47] Los que tienen acceso a textos y ediciones encontrarán fácilmente numerosos ejemplos. Nombres tales como guma, «hombre», son el tipo más amplio, pero son también frecuentes palabras de otra clase, como ongeador, en 1595, «junto»; gamol, en 58, etc., «viejo»; sin, en 1236, etc., «su» [de él]. En estos cuatro casos las antecesoras de los vocablos modernos normales, mann, togædere, ald, his, eran ya las palabras habituales en la época del poeta. <<
[48] En inglés antiguo, bera; en noruego antiguo, biörn, «bear» [oso]. <<
[49] Literalmente «voraz»; en noruego antiguo freki, wolf [lobo]. <<
[50] Es costumbre de muchos glosarios a textos en inglés antiguo registrar, además de una traducción genuina, también aquella palabra moderna que es (o que se supone es) la derivada del término en inglés antiguo, e incluso imprimir este intruso etimológico en caracteres especiales, de modo que está impreso a la vista para desventaja de la traslación correcta. El hábito es pernicioso. Puede encantar a los comentaristas, pero supone un derroche de espacio por algo que está en el terreno de lo circunstancial e irrelevante. Ciertamente no ayuda a la memoria de los estudiantes, quienes demasiado a menudo tienen que aprender que el comentario etimológico es peor que inútil. Los estudiantes deberían disponer de tales glosarios con suspicacia. La lectura de Beowulf es una oportunidad de aprender el inglés antiguo y dominar una forma de expresión poética. Las lecciones sobre la historia tardía del inglés sería mejor reservarlas para otras ocasiones. <<
[51] No todos éstos son estrictamente sinónimos. Ceorl, mann y wer eran también palabras normales con sentidos propios (hombre libre, ser humano, varón adulto o esposo). <<
[52] El «portador de mund», es decir, uno que ha tomado a un hombre inferior o sin amigos bajo su mund o tutela. <<
[53] Boat-ward, en su forma norteña batward, está registrada en la Crónica de Wyntoun, del siglo XV —probablemente creada entonces y no derivada del inglés antiguo—. <<
[54] Sobre swanrad, véase supra. Beado-leoma, «rayo de luz en la batalla» es una espada (desenvainada y centelleante); woruld-candel, «luminaria del mundo» es el sol; goldwine, «amigo de oro», es un señor o rey (generoso en dádivas del tesoro a su familia y caballeros leales); y ban-hus, «la casa cuyas maderas son los hueso»», es el cuerpo. <<
[55] middangeard. <<
[56] garsecg. <<
[57] læne lif, 2845. <<
[58] metodsceaft, 1180 y 2815. <<
[59] Debe hacerse referencia a las ediciones y otros detalles en la escueta bibliografía [es decir, la facilitada por la edición «Clark Hall»]. A éstos puede añadirse el ensayo del profesor R. W. Chambers, ‘Beowulf’ and the Heroic Age, que sirvió como prefacio a la traducción métrica de Strong (1925), reimpresa en Man’s Unconquerable Mind (1939). <<
[60] Se puede dar un valor 4 para un punto de elevación completo. Los acentos subordinados (reducidos en fuerza y entonación) que aparecen en compuestos como híghcrèsted pueden recibir un valor 2. Pero esa reducción también se da en otros casos. Por ejemplo, el segundo de los acentos opuestos en una frase, o de dos palabras yuxtapuestas (de igual significado cuando están separadas), tales como nombres y adjetivos, tiende a reducirse a un valor aproximado de 3. Utilizando estos rígidos valores vemos que el valor total normal de cada modelo es 10; C tiende a ser un poco más Ligero, y E, un poco más pesado. <<
[61] Y por tanto no puramente fonética, ni cuantificable de modo exacto en cifras (como las empleadas arriba) o por medio de una máquina. <<
[62] Véase la traducción al final del capítulo, p. 93. (N. del t.) <<
[63] Pero E en el verso 210 y Db en el verso 227 no se consideran sobrecargadas, puesto que pàssedd y thèn no son palabras fuertes. <<
[64] Desde un punto de vista fonético. Así ph aliterará con f, pero sh no lo hará con s; yes aliterará con use. En inglés antiguo st, sp y sc son considerados como «diptongos consonánticos», teniendo cada uno un carácter individual. Cada uno tan sólo puede aliterar consigo mismo, como stone con stiff o strong. En otros casos sólo la primera de un grupo de consonantes iniciales se repite de manera obligatoria. <<
[65] Esto se puede observar claramente en el verso aliterado decadente del inglés medio, donde esta regla se incumple con frecuencia. <<
[66] Tras los puntos y aparte, como los de los versos 216 y 228, esto no siempre ocurría así. El siguiente verso que encabezaba un período o transición a menudo comenzaba con un punto de descenso o acento débil y se elevaba al final. Así, después del 216 tenemos gewat. siendo el punto más alto en 217 wæg. Después del 228 el siguiente período comienza con el, en comparación, extraño elevamiento del modelo B: así, el verso 229 es ða o wélle geséah, «then from clíff behéld». <<
[67] En este caso hrysedon tiene probablemente valor transitivo, con el sujeto leode. Pero la inserción sin relación es frecuente en casos indudables. Por ejemplo, en 402, donde esa traducción ofrece «the warrior guiding them» (construcción subordinada), el original dice «they hastened —man guided— under Heorot’s roof». De forma similar, en el 405, donde la traducción reproduce la inserción no relacionada original «—corslet shone—». <<
[68] Este nombre, pentáculo, es él el primero en emplearlo en lengua vernácula, y el único que lo emplea en inglés medieval. Con todo, proclama que los ingleses lo llaman en todas partes el Nudo Interminable. Una cosa está clara: la falta de otros testimonios sobre el uso de dicha palabra debe de ser accidental, ya que la forma que usa el poeta, penta(u)ngel, muestra ya claras trazas de empleo popular, estando alterada respecto a la forma correcta en lengua culta pentaculum, por asociación con angle. Además, aunque muy interesado por el simbolismo, habla como ñ su audiencia pudiera visualizar la forma de la figura. <<
[69] El intento de describir la compleja figura y su simbolismo fue de hecho demasiado, incluso para la considerable habilidad de nuestro poeta con el largo verso aliterado. En cualquier caso, ya que parte de su significado era la inundación de la fe religiosa, la piedad y la cortesía en las relaciones humanas, el intento de enumerar virtudes descubre la arbitrariedad de su división y el flujo constante del significado de estos nombres (como pité o fraunchyse) de una época a otra. <<
[70] Quiero contaros ahora, aunque esto demore mi historia, porqué ostentaba el pentáculo tan noble príncipe. (27. 623-614) <<
[71] Aunque pienso que se ha tendido de hecho a complicar en la tarea critica. Sólo un aspecto ha quedado olvidado, al menos hasta donde alcanza mi ciencia: el autor ha tenido cuidado de mostrar que el propio señor en persona, no la cacería en general, mató y obtuvo la waith [presa] que rindió ante Gawain. Esto es evidente en los casos del jabalí y el zorro. Pero incluso en la primera cacería se indica: «Cuando el sol comenzó a declinar había muerto ya tal número / de gamos y otras clases de venado, que parecía cosa de maravilla» (53. 1321-1322). Pero, puesto que parecen no haber estado otras personas de rango en la cacería, el señor del castillo es probablemente el mejor del verso 1325, que supervisa el descuartizamiento de su propia «presa» selecta. En este caso didden, en el 1327, es uno de los muchos errores del manuscrito, con un plural sustituido por un singular de acuerdo con la inmediata sugerencia de un contacto no del todo claro para el copista. Fue el señor quien escogió lo más gordo de su propia «matanza» y dio órdenes para su apropiado acondicionamiento de cara a presentarlo adecuadamente ante his venysoun (1375). Esto puede parecer un aspecto insignificante, ajeno a las cosas que aquí habría que considerar; pero creo que está relacionado con el tópico de la lewté y el mantenimiento de la palabra, tópicos que vamos a considerar hoy. <<
[72] Excepto, claro está, en las mentes de aquéllos con demasiada experiencia literaria. Sin embargo incluso ellos deben caer en la cuenta de que se supone que debemos ver las cosas con los ojos de Gawain, y sentir el aire con sus sentidos; y él sencillamente no alberga sospecha alguna. <<
[73] Me explico: si hubiéramos planteado al autor esta cuestión, él habría dispuesto de una respuesta, ya que había concebido la trama completa, especialmente todo lo que tenía un aspecto moral; y creo que su respuesta habría sido, en el idioma de su tiempo, la que yo estoy intentando ofrecer. <<
[74] Así, su resistencia redunda de hecho aún más en su crédito, porque se muestra ajeno a cualquier peligro salvo al del pecado, y resiste en los territorios de la simple moral, solo, y no por miedo a los poderes mágicos o incluso al descubrimiento. <<
[75] El texto mecanografiado decía así: «no podía alcanzar. O no debería. Porque ésta [es] una manera de hacer vivida la tensión real que uno debería sentir en una narración sobre la lucha moral». Cuando «no podía alcanzar» fue cambiado por «difícilmente podría alcanzar», la siguiente frase fue puesta entre corchetes como si se tratase de una exclusión. [Ed.] <<
[76] Esta afirmación es del autor. Sobre este asunto cfr. el Prólogo. [Ed.] <<
[77] Escrito a lápiz en la copia mecanografiada: «un sacrificio que no está aún preparado para realizar» —había de colocarse bien al final de la frase o después de «sin romper su palabra». [Ed.] <<
[78] Un grosero y un mal educado. <<
[79] La referencia es al Sir Gawain and the Green Knight editado por sir Israel Gollancz, Early English Text Society, 1940, p. 123, nota al verso 1880. [Ed.] <<
[80] Y que además, se puede añadir, más allá de toda duda real escribió también Pearl, por no mencionar Purity y Patience. <<
[81] Puesto que la validez de la confesión depende totalmente de la disposición del penitente, y no hay palabras del sacerdote que puedan mudar las malas intenciones, o el ocultamiento voluntario del pecado recordado. <<
[82] No afirmo, por supuesto, que un pacto genuino, incluso en el deporte, nunca tenga ciertas implicaciones morales y que nunca implique ciertas obligaciones. Lo que quiero decir es que desde la perspectiva del autor los juegos de Navidad, tales como los practicados por el señor y Gawain, no son de ese tenor. Volveré sobre ese punto. <<
[83] Que Gawain añada al synne una consideración que hace el pecado algo más horrible u odioso, la traición de un huésped a su anfitrión, es tan éticamente sano como fiel al personaje. Es también muy propio de este poema que trata de la lealtad a cualquier escala. Aquí encontramos a Gawain rechazando una deslealtad que habría sido realmente pecaminosa, de modo que podemos ver la falta de lealtad de la que es acusado más tarde a su escala adecuada. <<
[84] Así cuenta Chaucer de su perfit gentil knight que he neuer yet no vileinye ne sayde (…) vnto no maner wight; y más tarde se defiende de modo engañoso contra un cargo de vileinye (precisamente palabras bajas y soeces) contra sus innobles cuentos y personajes. <<
[85] Si debería haber llamado vileinye a la invitación de la dama es otro asunto. Las acciones del señor y la dama no son en absoluto juzgadas. Es tan sólo la conducta de Gawain, como representante de la Cortesía y la Piedad, la que es sometida a análisis. Las hazañas y palabras de otros son como mucho utilizadas solamente para facilitar las situaciones en las que se manifestarán su carácter y comportamiento. <<
[86] Que más tarde expía, con el mismo espíritu, contándolo a todo el mundo. <<
[87] Aunque nos podría dar la impresión —o estuviéramos dispuestos a someter este detalle de cuento de hadas a un examen que no tiene la suficiente consistencia para aguantar— de que un beso no puede ser regalado; y que de todos modos, a la fuente no es nombrada, entonces el beso de una esposa no puede rendirse al marido. Pero ni siquiera este punto ha pasado desapercibido al autor. Los dos golpes ficticios pueden haber sido boute scaþe (94. 2353), al menos para la carne de Gawain, pero fueron dolorosos de encajar. El Caballero Verde (o sir Bertilak) no parece haberse dado cuenta de que recibir besos de su esposa era asunto totalmente despreciable, aun cuando la «cortesía» fuera la razón de su aceptación. <<
[88] En los sentidos mundanos corrientes. Si nuestro autor escribió también Pearl (como se me antoja seguro), ha complicado los asuntos para aquéllos que desean considerar su mente y puntos de vista como un todo, por medio de la utilización de la cortesía en un sentido mis elevado: los modales no de las cortes terrenales, sino de la Corte Celestial; la Generosidad y Gracia Divinas, y la pura humildad y caridad del Bienaventurado; el espíritu, en definitiva, del que incluso la cortesía mundana debe proceder, si ha de seguir vivo y ser sincero, y también puro. Hay una pista de esto probablemente, que se puede ver en la conjunción de clannes y cortaysye (21. 653) en el «quinto cinco» del Pentáculo, que tiene que ver con la virtud en las relaciones humanas. <<
[89] Esto puede parecer de entrada un defecto, aun cuando se trate del único defecto serio de este poema. Creo que está puesto en efecto en una forma difícilmente acomodable a Gawain, de manera que se lee más bien como una frase de auctor, un fragmento de pedantería erudita. Pero fundamentalmente y de un modo general puede decirse que es fiel al carácter de Gawain tal y como es descrito, y creíble ante su reacción en ese momento concreto. Gawain tiende siempre a ir un poco más allá de lo que el caso requiere. Tan sólo necesita decir: muchos hombres más grandes que yo han sido burlados por mujeres, así que yo tengo cierta disculpa. No necesita continuar diciendo que sería muy del provecho de los hombres si pudieran amar a las mujeres y sin embargo nunca fiarse del todo de ellas. Pero él lo hace. Y eso no es sólo muy de este Gawain, sino muy normal en cualquier cortesano cuya cortesía y orgullo han sido utilizados para exponerle a la deshonra. ¡Dejemos que se quede en mero juego y pretensión, pues!, grita —en ese momento—. <<
[90] Aunque cabe reflexionar que esta cuasi-perfección no habría sido alcanzada a menos que no se hubiera puesto a sí mismo antes como ideal la perfección absoluta o matemática simbolizada por el Pentáculo. <<
[91] Cuanto más caritativa, más amplia es con frecuencia la divergencia, como se puede ver en los santos que se han tratado con severidad a sí mismos. <<
[92] Por el vocablo kynde en el original el autor puede dar a entender el carácter natural de Gawain; pero el sentido menos introspectivo, «mi clase», el comportamiento adecuado de los miembros de su orden (los caballeros) es quizá más adecuado. <<
[93] El orden probablemente es poco significativo (ni posible en sentido estricto), excepto la reserva del Ceñidor para el final. <<
[94] No siempre fue una palabra tan fuerte como ahora, sin embargo, cuando la asociación con «traición» y traidor, (originalmente sin relación) la ha hecho aplicable solamente a actos de gran vileza y perjuicio. <<
[95] A menos que ella misma obedezca alguna ley más alta que ella, o que el «amor». <<
[96] En la traducción de mi padre de Pearl estos versos dicen así:
La gracia puede el hombre recibir ahora mismo |
El que peca otra vez, si se arrepiente; |
Mas implorándola debe suspirar y dolerse |
Y soportar las penas que vengan. [Ed.]. << |
[97] Chaucer, en The Squire’s Tale, versos 95-96. El pasaje en el que aparecen estos versos constituyó la base (en parte) en la que se apoyaba la opinión de mi padre, mencionada al principio de esta conferencia (p. 95), de que Chaucer conocía Sir Gawain and the Green Knight. [Ed.] <<
[98] Citados más arriba traducidos, pág. 111-112. <<
[99] Aunque el instrumento de Dios bien podría ser el Ceñidor, en un mundo donde tales cosas fueran posibles, y lícitas. <<
[100] Se trata de un aspecto interesante, que no pudo dejar de ser intencionado por parte del poeta, que el cinto por el que Gawain rompió las reglas de su juego y causó de esa manera la única falta en la perfección de su conducta a todos los niveles nunca fue, de hecho, de ninguna utilidad para él, ni tan siquiera como una esperanza. <<
[101] Se podría considerar rechazable en la novela artúrica como un todo. Personalmente no creo que el empequeñecimiento del rey (como sumquat childgered, y otros semejantes) haga ningún bien. <<
[102] Me refiero aquí a una evolución anterior al desarrollo del interés por el folklore de otros países, las palabras inglesas, como en el caso de elf, han sido largamente influidas por el francés (del que derivan fay, faërie y fairy); pero en tiempos aún recientes, y en función de su presencia en traducciones, tanto fairy [hada] como elf [elfo] han adquirido buena parte de la aureola de los cuentos alemanes, escandinavos y célticos, así como muchas características de los huldu-fólk, daoine-sithe y tylwyth teg. <<
[103] Para la probabilidad de que el irlandés Hy Breasail jugara una parte en la denominación del Brasil, véase Nansen, In Northern Mists, II, pp. 123-230. <<
[104] Su influencia no quedó limitada a Inglaterra. El alemán Elf, Elfe parece derivar de El sueño de una noche de verano en la traducción de Wieland (1764). <<
[105] Confessio Amantis, vv. 7.065 y siguientes. <<
[106] Salvo en casos especiales, como las colecciones de cuentos galeses o gaélicos. En ellos se distingue a veces con el nombre de «cuentos de hadas» a los relatos sobre la «Hermosa Familia» o pueblo de las hadas, diferenciándolos de aquellos «cuentos populares» que hacen referencia a otros hechos prodigiosos. Los «relatos tradicionales» o «cuentos de hadas» casi siempre son en este sentido breves descripciones de las apariciones de estos seres o de sus intromisiones en los asuntos humanos. Pero esta diferenciación es sólo fruto de las traducciones. <<
[107] Cosa que también es verdad, aun cuando sólo sean creaciones de la mente del Hombre, y «verdad» sólo en cuanto que reflejan de forma especial una de las visiones que el Hombre tiene de la Verdad. <<
[108] Véase más adelante, p. 174. <<
[109] Beowulf, vv. 111-112 <<
[110] Nota A.
La auténtica raíz (no sólo el uso) de sus «maravillas» es la sátira, una burla de la sinrazón; y el elemento «sueño» no es sólo una mera estructura de comienzo y fin, sino que es inherente a la acción y a las transiciones. Sino seles influye, los niños pueden percibir y apreciar estas cosas. Pero a muchos, como a mí me ocurrió, se les dice que Alicia es un cuento de hadas y, mientras dura este malentendido, se advierte su disgusto por el artificio del sueño. No hay ninguna mención al sueño en El viento en las sauces. «El topo había estado trabajando con ahínco toda la mañana, haciendo en su casa la limpien de primavera.» Tal es el comienzo, y este tono formal se mantiene. Por lo que es muy llamativo que A. A. Milne, tan gran admirador de este excelente libro, abriera el prefacio de su versión dramatizada con un comienzo caprichoso en el que aparece un niño usando un narciso como teléfono. O quizá no resulte tan llamativo, porque un admirador sensible de esta obra (a diferencia de un gran admirador) nunca hubiera intentado dramatizarla. Es evidente que sólo los componentes más sencillos, la pantomima y los elementos satíricos de la fábula, admiten este tipo de presentación. La citada obra es, a un nivel ínfimo de teatro, aceptablemente graciosa, sobre todo para los que no han leído el libro; pero algunos niños a los que llevé a ver El sapo de Villasapo se trajeron como principal recuerdo la aversión que les produjo el comienzo. En cuanto al resto de la función, preferían sus recuerdos del libro. <<
[111] El que tal vez se acerque más sea El sastre de Gloucester. Si no fuera por el intento de explicación onírica, también estaría muy cerca La señora Tiggywnkle. De igual forma, yo incluiría entre las fábulas El viento en los sauces. <<
[112] Como es el caso, por ejemplo, de The Géant that had no Heart, en Popular Tales from the Norse, de Dasent; o The Sea-Maiden, en Popular Tales of the West Highlands, de Campbell (n.º IV; véase también el n.º 1); o más remotamente, Die Kristallkugel, de Grimm. <<
[113] Budge, Egyptian Reading Book, p. xxi. <<
[114] Véase Campbell, op. cit., vol. 1. <<
[115] Popular Tales from the Norse, p. xviii. <<
[116] Salvo en casos particularmente afortunados; o bien en unos pocos detalles ocasionales. De hecho es más fácil desenmarañar un solo hilo (un incidente, un nombre, un tema) que rastrear la historia de un dibujo cualquiera en función de los muchos hilos que lo componen. Porque con el dibujo ya en el tapiz, un nuevo elemento ha entrado en juego: la escena es mayor que la suma de los hilos que la integran, que además no ayudan a su explicación. En eso reside el punto débil característico del método analítico (o «científico»): hace muchos descubrimientos sobre las cosas que acontecen en los cuentos, pero pocos o ninguno sobre sus efectos en un cuento determinado. <<
[117] Christopher Dawson, por ejemplo, en Progress and Religion. <<
[118] Esto queda corroborado con un estudio más detallado y amable de los pueblos «primitivos»; es decir, pueblos que siguen viviendo en un paganismo ancestral, que no están, como nosotros decimos, civilizados. Lo único que un rápido examen descubre son sus relatos más chocantes; un estudio más detallado saca a la luz sus mitos cosmológicos; sólo la paciencia y un saber profundo describen su filosofía y su religión: aquello en verdad venerable, de lo que los «dioses» no son necesariamente encarnaciones o lo son sólo en dosis variables (dispensadas a menudo por el propio individuo). <<
[119] No se les debería ahorrar tal cosa; a menos que se les impida el acceso al cuento completo hasta que dispongan de estómagos más resistentes. <<
[120] Nota B.
Es evidente que por lo general estos detalles se integraban en los cuentos, incluso cuando todavía eran práctica común, porque poseían un valor que ayudaba a su creación. Si yo fuese a escribir un relato en el que se ahorca a un hombre, ese detalle podría dar a entender en épocas posteriores (suponiendo que el cuento se conservase, lo que en sí mismo sería ya una señal de que poseía algún valor más permanente que los meramente locales o temporales) que se escribió cuando ahorcar a las personas era una práctica legal. He dicho podría, aunque está claro que la deducción hecha a posteriori también podría ser errónea. Para estar seguro, el futuro investigador habrá de saber con certeza cuándo se castigaba con la horca y cuándo viví yo. Podría suceder que yo hubiese tomado el episodio de otros tiempos y lugares, de otros relatos, o simplemente habérmelo inventado. Pero incluso aceptando que la deducción fuese acertada, el incidente del ahorcamiento sólo aparecería en el relato porque: a) yo fuese consciente de la fuerza dramática, trágica o macabra de este episodio de mi cuento, y b) porque aquéllos por cuyas manos pasó apreciaron esta fuerza con suficiente intensidad como para conservar el incidente. La distancia en el tiempo, la simple antigüedad y lo inusitado del caso podrían con los años agudizar el filo de la tragedia o del horror; pero el filo ha de estar ya allí para que puedan afilarlo incluso en la piedra de la antigüedad élfica. La pregunta más banal que los críticos literarios pueden plantearse o contestar sobre Ifigenia, hija de Agamenón, es: ¿la leyenda de su sacrificio en Áulide proviene de una época en que los sacrificios humanos eran práctica común?
Y digo sólo «por regla general», porque puede suceder que lo que ahora se considera un relato tuviese en otros tiempos una intencionalidad distinta; por ejemplo: la crónica de un suceso o de un rito. La crónica estricta, quiero decir. Una historia inventada para explicar un ritual (fenómeno que a veces se supone que se ha dado con frecuencia) no deja de ser básicamente una historia. Adopta esa forma y sobrevivirá sólo en razón de sus valores narrativos (por mucho más tiempo que el ritual, evidentemente). En algunos casos, detalles que ahora resultan llamativos por el único hecho de ser extraños pueden haber sido tan cotidianos y normales en otros tiempos que se llegó a mencionarlos por pura casualidad. Como si dijésemos hoy de una persona que nos saluda «sombrero en mano» o que «ha tomado el tren». Son detalles insignificantes que no perduran mucho más allá del cambio en las costumbres cotidianas. No al menos en una época de transmisión oral. Con la literatura escrita (y rápidos cambios en las costumbres), una narración puede conservarse inalterada el tiempo suficiente para que incluso sus detalles menos significativos adquieran el valor de lo extraño y singular. Gran parte de la obra de Dickens presenta ahora este aire. Puede abrirse hoy la edición de una de sus novelas, que se compró y se leyó cuando reflejaba exactamente la vida diaria; y, sin embargo, aquellos hábitos cotidianos resultan en estos momentos tan distantes de nuestras costumbres como los del período isabelino. Bien es cierto que ésta es una situación típica de la actualidad. Los antropólogos y folkloristas no imaginaron nunca condiciones de este tipo. Pero si lo que manejan son elementos de simple transmisión oral, deberían con mayor razón darse cuenta de que están tratando con materiales cuyo primer objetivo fue la creación de narraciones, que es a su vez la razón principal de su supervivencia. El rey de las ranas (véase p. 186) no es un Credo ni un manual de preceptos totémicos: es un cuento muy especial con una sencilla moraleja. <<
[121] En el caso de los cuentos infantiles entra también un nuevo elemento en juego. Las familias pudientes empleaban a mujeres que cuidaran a los niños, y eran estas ayas, que en ocasiones estaban en contacto con una sapiencia rústica y tradicional ya olvidada por sus «señores», quienes suministraban los cuentos. Hace ya largos años que esta fuente se agotó, al menos en Inglaterra; pero en cierta época tuvo su importancia. Lo cual, en cambio, no es a su vez prueba de que los niños estén especialmente preparados para la recepción de este «folklore» en extinción. De la misma forma (o mejor) podría haberse dejado a las niñeras la elección de los cuadros y muebles. <<
[122] Nota C.
Por lo que mi experiencia me dicta, los niños que manifiestan un temprano interés por la literatura no sienten una atracción especial por escribir cuentos de hadas, a menos que éste sea el único tipo de literatura que hayan conocido; y cuando lo intentan, fracasan de la forma más lamentable. No es un género fácil. Si hacia algo se inclinan los niños de forma especial, es hacia las fábulas, que a menudo los adultos confunden con cuentos de hadas. Los cuentos mejores que he visto escritos por niños eran «realistas» (lo intentaban) o tenían por protagonistas a bestias y pájaros, que no eran por lo general sino los habituales humanos de las fábulas bajo formas animales. Supongo que esta fórmula se adopta tan a menudo principalmente porque admiten un abundante realismo: la recreación de los acontecimientos y del lenguaje doméstico que el niño de hecho conoce. Sin embargo, por lo general son los adultos quienes sugieren o imponen esta forma, que tiene una curiosa preponderancia en la literatura (la buena y la mala) que hoy en día se suele ofrecer a los niños. Supongo que la idea es que se da la mano con la Historia Natural, esos libros se miden tíficos sobre bestias y pájaros que también pasan por lectura apropiada para muchachos. Idea reforzada por los osos y conejos que en los últimos tiempos casi parecen haber desplazado de los cuartos infantiles a los muñecos, incluidos los de las niñas. Los niños se inventan historias, a veces largas y complicadas, sobre sus muñecos. Y si éstos tienen el aspecto de osos, osos serán los protagonistas de los cuentos; pero hablarán como personas. <<
[123] Lang y sus colaboradores lo hicieron. No se puede, en cambio, decir lo mismo de la mayor parte del material en su forma original (o en la más antigua que conservamos). <<
[124] A mí me han preguntado con mucha mayor frecuencia: «¿Era bueno? ¿Era malo?» Es decir, que estaban más interesados por deslindar el lado Bueno del Malo. Y ésa es una pregunta importante tanto en Historia como en Fantasía. <<
[125] Del prefacio a Violet Fairy Book. <<
[126] Nota D.
Mis contactos con la zoología y la paleontología («para niños») fueron casi tan tempranos como con el mundo de Fantasía. Solía mirar grabados de animales actuales y de animales prehistóricos auténticos (así decían). Los «prehistóricos» me gustaban más: al menos habían vivido hacía mucho tiempo, y una hipótesis (basada en datos un tanto someros) nunca puede ahogar el resplandor de la fantasía. Pero no me gustaba que me dijeran que aquellos animales eran dragones. Aún puedo sentir la irritación que de niño me producían las afirmaciones de algunos de mi familia (o de los libros que me regalaban) cuando para instruirme decían cosas como éstas; «Los copos de nieve son las joyas de las hadas», o «son más hermosos que las joyas de las hadas»; «los prodigios de la profundidad del océano son más admirables que el País de las Hadas». Los niños esperan que los adultos les expliquen, o cuando menos reconozcan, las diferencias que ellos intuyen pero no pueden analizar, no que las ignoren o las nieguen. Yo era muy sensible a la belleza de las «Cosas Reales», pero me parecía un error confundirla con la admiración por las «Otras Cosas». Estaba ansioso por estudiar la Naturaleza; ansioso en realidad que de leer muchos de los cuentos de hadas; no estaba, empero, dispuesto a salir engañado de Fantasía y dejarme llevar confundido a la Ciencia por aquéllos que parecían aceptar que, debido a algún tipo de pecado original, yo tenía que preferir los cuentos de hadas, si bien, en aras de cierta clase de nueva religión, me debían inducir al gusto por las ciencias. Sin duda, la Naturaleza precisa de toda una vida de estudio o de un estudio (para los más dotados) de toda una eternidad; pero hay en el hombre una parte que no es «Naturaleza», que no se siente por lo tanto competida a estudiarla y que de hecho se muestra totalmente insatisfecha con ella. <<
[127] Naturalmente, esto es lo que muchas veces quieren decir los niños cuando preguntan: «¿Es verdad?» Ellos quieren deán «Esto me gusta, pero ¿pasa en nuestros días?» Y la única contestación que quieren oír es: «Claro que no hay dragones hoy en Inglaterra». <<
[128] Del prefacio a Lilac Fairy Book. <<
[129] Es decir, que dicta y provoca la Creencia Secundaria. <<
[130] Esta afirmación no es válida para todos los sueños. En algunos si parece que interviene la Fantasía. Pero son los menos. La Fantasía es una actividad racional, no irracional. <<
[131] Nota E.
En el surrealismo, por ejemplo, es habitual hallar una morbidez o un desasosiego que es mucho menos frecuente en la fantasía literaria. A menudo nos hace pensar que la mente que pintó esas imágenes ya estaba enferma, aunque ésta no sea necesariamente la explicación en todos los casos. Con frecuencia, el simple hecho de plasmar este tipo de cosas suscita una curiosa forma de desequilibrio mental, un estado de características y síntomas semejantes a los que se producen en estados febriles agudos, cuando el cerebro desarrolla una inquietante fecundidad y facilidad para crear figuras y percibe formas grotescas o siniestras en todos los objetos circundantes.
Con ello me refiero, claro, a la plasmación primaria de Fantasía en las artes «pictóricas», no a las «ilustraciones», ni al cine. Aunque en sí mismas las ilustraciones sean buenas, benefician poco a los cuentos de hadas. La diferencia básica entre (as artes que ofrecen una presentación visible (incluido el teatro) y la verdadera literatura radica en que ésta impone una sola forma visual. La literatura actúa desde una mente a otra y tiene, por tanto, mayor poder de generación. Al mismo tiempo, es más universal y más dolorosamente particular. Si habla de paño vino, de piedra o árbol apela a la totalidad de esos objetos, a su idea; sin embargo, cada oyente les otorgará en su mente una corporeidad peculiar y personal. Si el cuento dice: «Comió pan», el director de escena o el pintor sólo podrán mostrar «un trozo de pan» que vaya de acuerdo con sus gustos o su magín, pero el oyente del relato captará la idea general de pan y le dará en su mente una forma personal. Si la narración dice: «Subió a una montaña y abajo, en el valle, vio un río», el ilustrador podrá plasmar, o casi plasmar, su particular visualización de la escena; pero uno de los que oigan esas palabras trazará su propio paisaje, que estará formado por todos los montes, ríos y valles que ha conocido, y en especial por el Monte, el Río o el Valle que en su caso dieron por primera vez cuerpo a estas palabras. <<
[132] Nota F.
Me refiero, desde luego, de modo principal a la fantasía de las formas y figuras visibles. Puede hacerse teatro con el impacto que sobre los personajes humanos ejercen algunos acontecimientos de Fantasía o del País de la Ilusión, acontecimientos que no requieren tramoya, que pueden ser asumidos o narrados como hechos que en verdad sucedieron. Pero en cuanto a resultados dramáticos, eso no es fantasía; los personajes humanos llenan la escena y la atención se centra en ellos. Este tipo de teatro (y buen ejemplo de él son algunas obras de Barríe) puede usarse con frivolidad, con intención satírica o para transmitir los «mensajes» que el autor quiera hacer llegar a los demás. El teatro es antropocéntrico. Fantasía y los cuentos de hadas no necesitan serlo. En muchos cuentos, por ejemplo, se habla de que hombres y mujeres desaparecieron y vivieron entre las hadas sin advertir el paso del tiempo ni dar señales de envejecimiento. Mary Rose es una obra de Barrie con este tema. No hay en ella hadas. Seres cruelmente atormentados están todo el tiempo en escena. A pesar de la estrella sentimental y de las voces angélicas del final (en la versión impresa), es una obra penosa y puede con facilidad convertirse en diabólica: basta sustituir al final (como yo he visto hacerlo) la llamada de los elfos por «voces angélicas». Los cuentos de hadas no dramatizables pueden también resultar patéticos u horribles cuando se ocupan de víctimas humanas. Pero no tienen por qué hacerlo. En la mayoría de ellos las hadas también están allí, en un plano de igualdad. En algunos otros, ellas son el centro de interés. Gran parte de los cuentos folklóricos cortos sobre estos temas pretenden ser sólo «testimonios» sobre las hadas, muestras de un longevo acopio de «conocimientos» sobre ellas y sus formas de vida. Los sufrimientos de los mortales que con ellas se relacionan (las más de las veces de forma voluntaria) se ven entonces desde una perspectiva por completo diferente. Puede escribirse un drama sobre los sufrimientos de una víctima de la investigación radiológica, pero difícilmente sobre el radio como tal. Es posible, con todo, sentir un especial interés por el radio (no por los radiólogos)… o un interés especial por Fantasía, no por los atormentados mortales. El primer caso dará ocasión a un libro científico; el segundo, a un cuento de hadas. El teatro no puede ocuparse bien ni de lo uno ni de lo otro. <<
[133] Christopher Dawson, Progress and Religion, pp. 58-59. Posteriormente añade; «Toda la pompa victoriana de los sombreros de copa y levitas se consideró, sin ninguna duda, esencial para la cultura del XIX, y con esa cultura se ha extendido por todo el mundo como nunca había ocurrido con ninguna otra moda en el vestir. Es posible que nuestros descendientes reconozcan en ella una especie de adusta belleza asiria, símbolo muy adecuado de la época grande y despiadada que la creó; sea, sin embargo, como sea, no ofrece la belleza directa e inevitable que todo vestido ha de tener, porque, al igual que la cultura de la que deriva, no estaba en contacto con la vida de la naturaleza ni en contacto tampoco con la naturaleza humana». <<
[134] Nota G.
La carencia de este sentimiento no es una mera hipótesis por lo que se refiere a los hombres de un pasado desconocido, cualquiera que sea la desordenada confusión que los hombres de hoy en día, degradados o engañados, puedan sufrir. Que este sentimiento fue en otras épocas más fuerte es también una hipótesis igualmente legítima y más en consonancia con los pocos testimonios que se conservan sobre la forma de pensar de aquellos hombres del pasado. El hecho de que sean antiguas las fantasías que mezclaban la forma humana con los animales o vegetales, o que concedían facultades humanas a las bestias, no es desde luego, en absoluto, prueba de confusión. En todo caso, sería prueba de lo contrarío. La fantasía no difumina los claros límites del mundo real, porque depende de ellos. Por lo que respecta a nuestro mundo occidental y europeo, no ha sido la fantasía, sino la teoría científica, la que ha atacado y debilitado en los tiempos modernos este «sentimiento de diferenciación». No las historias de centauros, hombres lobos y osos encantados, sino las hipótesis (o suposiciones dogmáticas) de escritores científicos que clasifican al hombre no sólo como animal (esta vieja clasificación es válida), sino como «únicamente animal». Se ha producido, en consecuencia, una distorsión de la apreciación. El afecto natural por los animales en los hombres no del todo corrompidos y el deseo humano de «identificarse» con los seres vivientes se ha salido de sus cauces. Hoy encontramos hombres que aman más a los animales que a sus semejantes; que sienten tanta compasión por las ovejas que llaman Lobo al pastor; que hacen duelo por un corcel despanzurrado y vilipendian a los soldados muertos. Es ahora y no en los tiempos en que nacieron los cuentos de hadas cuando apreciamos una «carencia de este sentido de diferenciación». <<
[135] O grupos de cuentos similares. <<
[136] The Queen who sought drink from a certain Well and the Lorgann (Campbell, xxiii); Der Froschkönig; The Maid and the Frog. <<
[137] Nota H.
La fórmula final «y vivieron felices» (considerada por lo general tan típica para acabar un cuento como el «érase una vez» lo es para el comienzo) es una creación artificial. No engaña a nadie. Este tipo de finales pueden compararse a los márgenes y marcos de los cuadros: no ha de considerárselos auténticos finales de unos fragmentos concretos de la Túnica inconsútil de los Cuentos, de la misma forma que una escena imaginada no termina en el marco ni el Mundo Exterior acaba entre las jambas de una ventana. Estas frases hechas pueden ser sencillas o complicadas, corrientes o extravagantes, tan artificiosas y tan necesarias como los marcos lisos, los tallados o los dorados. «Y si aún no se han ido, todavía deben seguir allí.» «Colorín colorado, este cuento se ha acabado.» «Y vivieron felices.» «Fueron felices y comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron.»
Finales así cuadran bien en los cuentos de hadas porque aprecian y captan que el mundo de los cuentos no tiene límites, y lo hacen mucho mejor que las modernas obras «realistas», restringidas ya a los estrechos confines de su propio y corto tiempo. Cualquier fórmula, incluso las cómicas y grotescas, puede marcar de forma apropiada un corte repentino en el interminable tapiz. Fue el crecimiento abrumador de las modernas ilustraciones (en tan gran medida fotográficas) lo que llevó a prescindir de los márgenes y a ocupar con el «cuadro» todo el papel. Este método puede ser válido para las fotos, pero es totalmente inadecuado para los dibujos que ilustran o se inspiran en los cuentos de hadas. Un bosque encantado necesita un margen, incluso una orla primorosa. Es una estupidez y un abuso imprimirlo con las mismas dimensiones de la página, como una foto de las Rocosas en el Picture Post, como si en realidad se tratase de una instantánea del País de las Hadas o de un «apunte al natural, por nuestro artista».
Por lo que hace al comienzo de los cuentos de hadas, difícilmente se podrá mejorar la fórmula Érase una vez. Tiene un efecto inmediato. Efecto que puede apreciarse, por ejemplo, cuando en el Blue Fairy Book se lee The Terrible Head. Es la adaptación que Andrew Lang hizo de la leyenda de Perseo y la Gorgona. Comienza con Érase una vez, sin mención del año, país o personas. Este tratamiento consigue lo que calificaríamos de «conversión de la mitología en cuento de hadas». Yo preferiría decir que conviene un prestigioso cuento de hadas (que eso es el relato griego) en otra forma específica que es hoy muy familiar a nuestro mundo: la de los cuentos para la infancia o los «cuentos de la abuela». La ausencia de datos no es una virtud, sino una casualidad que no debería haberse imitado; porque en este aspecto la vaguedad es una imperfección, una corruptela causada por la falta de memoria y de habilidad. No creo, en cambio, que la intemporalidad lo sea. Un comienzo así no resulta pobre, sino significativo. Crea de golpe la sensación de un mundo temporal grandioso y desconocido. <<
[138] Tal cosa es característica del inestable equilibrio de Lang. Aparentemente, el cuento está en la línea del conte francés «cortesano» con una vena satírica; y en particular en la línea de Rose and the Ring, de Thackeray. Este género, superficial e incluso frívolo por naturaleza, no produce ni busca producir nada tan profundo. Pero bajo la línea de flotación yace el espíritu más profundo del Lang romántico. <<
[139] De la clase que Lang denominaba «tradicional», y que era la que él realmente prefería. <<
[140] El toro negro de Norroway. <<
[141] Pues puede que todos los detalles no sean «verdaderos»: pocas veces la «inspiración» es tan fuerte y duradera que dé fermento a la totalidad de la masa; suele quedar mucho que no es sino mera «inventiva» carente de inspiración. <<
[142] El Arte reside aquí en el relato mismo mis que en la forma de narrarlo; porque los evangelistas no fueron el Autor del relato. <<
[143] Parte de su obra se incluye en el Manumito Add. 33922 del Museo Británico, junto a composiciones de Enrique y tus amigos. <<
[144] Cabe suponer que los nombres de los que derivaban Cerdic y Ceadwalla tuvieron alguna forma tardía británica como Car[a]dic y Cadwallon. En las formas del sajón occidental el acento fue trasladado para concordar con el normal acento tónico inicial germánico. En Ceadwalla, y probablemente en Cerdic, la c inicial sido palatalizada, y la pronunciación que se intentaba conseguir estaba probablemente más cerca de la ch del inglés moderno que de la k. La genealogía comienza con Cerdic en el sentido de que se da este nombre al antepagado de los reyes posteriores, que desembarcó en Britania en 495 (de acuerdo con la Crónica) en un lugar llamado Cerdices ora. La relación entre esta crónica y los hechos reales es discutible. El préstamo de nombres debe indicar al menos contactos estrechos. Si Cerdic existió de veras, la familia a la que pertenecía difícilmente puede haber pisado Britania por vez primera en su época. Pero cuando nos topamos con Cadda en la cuarta generación después de Cerdic, y Ceadualla en la sexta (a finales del siglo VII), la situación es bastante distinta. <<
[145] Tras la batalla de Thetford en 1004: hi naefre wyrsan handplegan on Angelcynne ne gemetton þonne Ulfcytel him lo brohte [Nunca encontraron en Inglaterra peores cosas hechas por mano alguna que las que Ulfcytel trajo contra ellos.] (Crónicas C y D). <<
[146] Escocia presenta problemas distintos, que no nos conciernen, salvo porque nos proporcionan un vislumbre del hecho de que hacer el idioma de esta isla más céltico fue un proceso al menos tan complicado como el que con el tiempo dio tugar al inglés. Sobre la supervivencia de un idioma p re céltico y no indoeuropeo en «el país de los pie tos», la aportación más reciente es la del profesor Jackson, en el capítulo VI de The Problem of the Picts (ed. por F. Wainwrigbt, 1955). <<
[147] Jackson, op. cit., p. 156. <<
[148] La invasión belga no se asemejó a las invasiones escandinavas en sus rutas o puntos de impacto. De hecho, en estos aspectos es tremendamente parecida a la invasión de aquellos elementos de la inmigración anglosajona a quienes se da el discutible nombre de «jutos». <<
[149] En época de Ulfilas el idioma de Escandinavia debía de ser en muchos aspectos bastante más arcaico. <<
[150] Especialmente desde el punto de vista estético. En gótico disponemos de ejemplares de un idioma real, y aunque desafortunadamente éstos no representan su empleo libre y natural, podemos percibir en ellos una lengua de vocablos cuya forma es hermosa y bien ordenada, adecuada al uso litúrgico al que fue dedicada en un tiempo. <<
[151] Los cambios del idioma naturalmente no presentan fronteras definidas entre períodos, pero este período segundo o «medio» del inglés finalizó en el siglo XIII, tras el cual comenzó el tercer período. Aunque no es ésta la división que generalmente se hace. <<
[152] Estos rasgos están ejemplificados en ciwdod (ciutat-em), ciwed (ciuitas), gem (gemma); pader (Päter noster) junto a yscawl, ysgol (scäla); ffydd (fides) junto a swydd (sedes). <<
[153] Mientras que el britano vuelto a emigrar, el bretón de Armórica, ha cambiado la þ (th) por s y más tarde por z. <<
[154] Aunque se puede señalar que muchas de las características del galés que le parecen insuperablemente extrañas y complicadas al moderno sajón no tienen importancia para los días de los primeros contactos entre el idioma británico y el inglés. Entre éstas son principales, supongo, la alteración de las consonantes iniciales de las palabras (que indigna a su sentimiento germánico de que el sonido inicial de una palabra es el rasgo principal de su identidad), y los sonidos de ll (sorda) y ch (fricativa posterior sorda). Pero las alteraciones de consonantes se deben a un uso gramatical de los resultados de un proceso fonético (mutación suave o lenición) que probablemente estaba tan sólo comenzando en los días de Vortigern. El inglés antiguo disponía tanto de la l sorda como de la ch fricativa posterior sorda. <<
[155] Alfredo era sin duda una persona excepcional. Pero vemos en él un caso que demuestra de qué modo incluso una guerra encarnizada no puede destruir del todo el deseo de saber. Estaba comprometido en un conflicto desesperado con un enemigo que estuvo muy cerca de robarle todo su patrimonio, y sin embargo narra sus conversaciones con un noruego, Ohthere, sobre la geografía y la economía de Noruega, una tierra que ciertamente no tenía intención de invadir, y queda claro a partir de la narración de Ohthere que el rey le planteó también algunas cuestiones sobre idiomas. <<
[156] Esto puede parecer bastante probable. Pero no garantiza una investigación sencilla para el filólogo histórico. Se encontrará de frente con el latín incorporado al galés y al inglés (cada uno con su propia historia fonética), y con distintos tipos de latín a una y otra orilla del Canal. <<
[157] Vemos aquí la palabra aplicada a una lengua que aunque céltica, no era británica. Wealhstod se convirtió en el término habitual en el inglés antiguo tanto para un intérprete como para un traductor, pero eso ocurrió en fecha mucho más tardía. Sin embargo, parece que nunca fue aplicada a las comunicaciones con los daneses. <<
[158] Latin Life, capítulo XXXIV. «Lo que sigue sucedió en los días de Coenred, rey de los habitantes de Mercia [704-709], cuando los pestilentes británicos, enemigos de los sajones, sembraban la confusión entre los ingleses mediante incursiones piratas y devastación organizada. Una noche, a la hora del canto del gallo, cuando de acuerdo con su costumbre el héroe Guthlac, de bendita memoria, comenzaba su duermevela, de repente, como si estuviese en trance, le pareció oír el rugir de una muchedumbre embravecida. Al instante se alzó de su ligero sueño y salió presuroso de la celda que ocupaba. De pie, aguzando el oído, reconoció las palabras y el habla nativa de los soldados británicos que venían del techo; porque cuando en tiempos pasados se había encontrado aislado entre ellos en sus múltiples expediciones, había aprendido a entender su cacofónica forma de expresarse. Justamente se había asegurado de que venía de las pajas del techo, cuando en ese momento todo el lugar pareció estallar en llamas.» Entonces los demonios atraparon a Guthlac con sus lanzas. <<
[159] Su origen carece de importancia en este contexto. Normalmente se supone que es el mismo que el nombre de la tribu celta representado en fuentes latinas como Volcat, que deriva de él en una época suficientemente temprana como para permitir que fuese germanizada en su forma. <<
[160] Sobreviven trazas del sentido «romanos». Wídsith, que contiene numerosos recuerdos de los días anteriores a la migración, posee una forma arcaica, mid Rumwalum, y menciona Wala rice como el reino regido por Casere (César); weala sunderriht y reht Romwalla aparecen en dos glosas sobre el ius Quiritum. Pero éstos no son usos corrientes. La posterior aplicación a la Galia (Francia) probablemente no deriva de la tradición inglesa.
Los hombres que se establecieron en el castillo de Ricardo en Hereford en 1052 fueron llamados Normanni, y þa Frencyscan, pero en la Laúd Chronide son þa welisce (waelisce) men. Y cuando Eduardo el Confesor regreso, la misma Crónica dice que venía of Weal-lande, refiriéndose a Normandía. Pero éstos no son usos naturales ingleses, y de hecho son simplemente aspectos de la influencia del noruego en el inglés del período tardío. En noruego, valskr y Valland se habían continuado aplicando específicamente a la Galia. Existe otra evidencia de la influencia del noruego en la misma sección de la misma Crónica: woldon raedan on hi (siempre mal traducido como «conspirar contra») es una forma anglicanizada del noruego raða á, «ir a por, atacar». <<
[161] Generalmente se suponía que así era; pero se ha demostrado que de hecho muchos contienen o bien weall, «wall» (muro], o bien weald, «forest» [bosque). Pero como reacción, probablemente el escepticismo ha llegado demasiado lejos. En ningún caso, hay que admitir que un cierto número de estos nombres contienen watt, entre ellos varios en el este, lejos de Gales: Surrey, Hertfordshire, Norfolk y Suffolk. Cuando estos nombres fueron acuñados por primera vez debían de hacer referencia a grupos de población que no eran considerados ingleses, pero que eran reconocidos como británicos; y el idioma debe de haber sido la característica principal por la que esto se juzgaba. Pero cuánto se prolongó esta situación es otro asumo. <<
[162] Para mi propósito poco importa que fuera sir Gavin o su reseñador el autor de la observación: ambos se las daban de especialistas. <<
[163] La asociación de estas dos funciones diferentes es una vez más digna de mención. El irlandés antiguo emplea formas -b para estas dos funciones, pero distingue entre el futuro y el consuetudinario en la flexión. El tiempo galés (byddaf, etc.) en general comparte ambas funciones, aunque la lengua más antigua poseía también una forma de 3.ª del sing., bid (bit), limitada al uso consuetudinario. La diferencia de función no es del todo comprendida por tos estudiosos del anglosajón. Los diccionarios y gramáticas más antiguos la ignoran, e incluso en gramáticas recientes no queda claramente definida; el consuetudinario es, por regla general, pasado por alto, aunque perviven trazas de él en el inglés hasta época tan tardía como la del idioma de Chaucer (en beth como sing. y pl. consuetudinarios). <<
[164] Las formas irlandesas, galesas e inglesas emparentadas con el más antiguo bi, bî (cfr. el latín fis, fit, etc.). La evolución a partir de biî —hasta bið— en galés se debe al refuerzo consonántico de la î, que comenzó mucho antes en el británico. Cuándo iî alcanzó el estadio ið no se sabe, aunque parece probable una fecha circa 500. <<
[165] La influencia de la i breve en las formas de presente verdadero se podría considerar como la responsable. En un estadio preinglés éstas pudieron haber sido im, is, ist (is). <<
[166] La adición de una terminación de plural (que normalmente pertenecía al tiempo de pasado) a una forma inflexionada de la 3.ª del sing. De este modo, biðun difiere de la forma extendida sindun formada a partir del antiguo plural, sind. Esta última era ya plural y su terminación -nd no podía ser reconocida como una inflexión, mientras que la ið de bið era la terminación normal de la 3.ª del sing. <<
[167] Algunos filólogos (p. ej., Förster, en Der Flussname Thenise) sostienen ahora que el proceso inglés se produjo en el siglo VII y no se completó hasta comienzos del ve; por tanto perteneció del todo a Britania y no comenzó hasta después de completarse la primera etapa de la afección británica de la i (la «afección de la i final»). Pero ningún asunto lingüístico es sencillo en esta región. Los comienzos del proceso en el inglés han de retrotraerse hasta tiempos anteriores a la invasión, sin importar lo que sea cierto sobre sus resultados, o sobre cualquiera de sus efectos vocálicos suficiente para ser reconocido en la ortografía de las palabras. Porque este proceso no es exclusivo del dialecto inglés del germánico, transferido desde su suelo nativo hada el oeste, a la Britania céltica. Es más, el suelo nativo del inglés parece haber sido un foco de esta alteración fonética (que en principio afectó sobre todo a las consonantes). Hacia el norte se encuentra atacando los dialectos escandinavos con idéntica severidad; si bien hacia el sur sus efectos fueron más limitados o tardíos. Ciertamente desplazándonos hacia el oeste, dentro del área de la alteración, el proceso no se retrasó en el inglés —qué habría ocurrido si se hubiera desplazado hada el sur es otra cuestión— y en el proceso el inglés se convirtió en el idioma de la mutación de la i par excellence, y sus resultados fueron mucho más extensos que en cualquier otra forma de británico. En británico, por ejemplo, las vocales largas no se vieron afectadas; pero en inglés casi todas las vocales largas y los diptongos sufrieron la mutación. <<
[168] En general. El idioma culto escrito de Gales ha estado, naturalmente, menos abierto a la invasión en todas las épocas. Como tampoco el inglés culto ha sido la fuente principal de los préstamos. <<
[169] Probablemente en su origen una disimilación donde la raíz verbal contenía nasales: como en tincian / tincial (inglés medio, tinken); mwmial, mwmlian, «mumble» [mascullar]. <<
[170] También posee, en el Manuscrito Jesus College Oxford 29, una copia del Owl and Nightingale, en inglés medio primitivo, que ilustra en su historia, con otros términos, el progreso de las palabras inglesas. Escrito en el sudeste, pasó a las Westmidlands y allí recibió una vestimenta dialectal occidental; pero fue conservado en Gales, y llegó al Jesus College en el siglo XVII desde Glamorgan. <<
[171] Porque hay un placer para los ojos concomitante a una ortografía que se ha desarrollado en el país a la par que un idioma, aunque la mayoría de los reformadores de la ortografía se muestran insensibles a éste. <<
[172] Una proporción difícil de descubrir sin conocer su historia pasada a lo largo de un número indeterminado de generaciones. Hijos de los mismos padres pueden diferir profundamente en este extremo. <<
[173] Me refiero al francés moderno; y estoy hablando principalmente de las formas de las palabras y de éstas en relación con el significado, en especial en palabras básicas. Incomprehensibiliy [incomprensibilidad] y sus afines son tan sólo formas de arte en un grado diluido en cualquier idioma, no sólo en el inglés. <<
[174] Cada una, por supuesto, con un «sentido» inmediatamente correlativo. <<
[175] Si se me permite hacer referencia una vez más a mi obra El Señor de los Anillos como prueba: los nombres de personajes y lugares en esta historia fueron creados principalmente a partir de modelos galeses (bastante semejantes, aunque no idénticos). Este elemento de la historia ha proporcionado quizá más placer a muchos lectores que cualquier otra cosa en ella. <<
[176] Dyscwch nes oesswch Saesnec / Doeth yw e dysc da iaith dec. <<
[177] En lo que era un borrador para el pasaje de inicio de este ensayo, o (lo que es más probable) un borrador para su reescritura, mi padre escribió que ya no estaba «en absoluto tan seguro de que [un idioma artificial] fuera una cosa buena», y decía que «actualmente creo que haríamos mejor en conseguir un idioma inhumano, sin ningún cocinero, siendo ocupado su lugar por expertos en nutrición y deshidratadores». <<
[178] Busbecq fue un flamenco que registró algunas palabras del gótico de Crimea, un idioma germánico oriental todavía hablado en Crimea en el siglo XVI. <<
[179] «más de veinte años» era la lectura original del manuscrito, cambiada con lápiz por «casi cuarenta años»; cfr. el Prólogo. <<
[180] La referencia es a la palabra en las lenguas germánicas que aparece en inglés antiguo como guma, «man» [hombre]. <<
[181] El signo fonético s = sh en la ortografía inglesa; el signo æ = a en «scratch». <<
[182] Coetánea y congénita, no relacionada como lo están la enfermedad y la salud, o como un derivado respecto a la manufactura principal. [Nota del autor.] <<
[183] La frase de conclusión es parte del texto original; cfr. nota 178. <<
[184] Esta versión en inglés no es parte del texto manuscrito, sino un texto mecanografiado incluido en el ensayo en este punto. El título que aparecía mecanografiado era El último navío, «Navío» fue sustituido por «Arca» más tarde, y al mismo tiempo, sobre el título en inglés se escribió Oilima Markirya. En otro texto de esta versión inglesa, las «rocas verdes» y «cielos rojizos» del último verso fueron corregidas más tarde como «rocas oscuras» y «cielos en ruina». Se ofrecen otras versiones del poema en ambos idiomas al final de estas notas. <<
[185] La doncella Nieliq(u)i, Nielikki aparece (sólo) en la forma más primitiva de la mitología, El Libro de los Cuentos Perdidos, donde es la hija de los Valar Oromë y Vána; también aparecen «los Oarni y los Falmaríni y los de largas trenzas Wingildi, espíritus de la espuma y de las rompientes del océano». <<
[186] Este poema es una copia mecanografiada insertada en el manuscrito en este punto. En otro texto del poema aparecen correcciones posteriores: «cantando salvajes canciones» > «acelerando el barco», y «el viento recio» > «el viento del este». <<
[187] El nombre Nebrachar no aparece en ningún otro sitio, y sea cual fuere la historia atisbada en este poema, no puede ser identificada de ninguna forma a partir de la mitología de que disponemos. El poema y sus traducciones también se encuentran en un borrador previo: en el poema, Luithien aparece como Lúthien, y en la traducción los «Rostros de Piedra» son identificados como «Orcos», y Nebrachar como «un lugar de [¿trasgos?]». <<
[188] Una alternativa podría ser la provisión, aparte del examen Preliminar ordinario, de un examen English Honour Moderatums, que capacitaría a los mejores o más ambiciosos para pasar cuatro años estudiando. Creo que sería menos útil en la English School, cuya oferta y radio de acción es poco mostrado o comprendido en los estadios iniciales. Necesitamos más bien facilitar las cosas a quienes, por vez primera en una universidad, descubren lo que hay que saber y hacer, y cuáles son sus verdaderas inclinaciones y talentos. [Se sugiere que, además del Preliminary Examination (en aquella época se hacía tras dos semestres de trabajo) debería existir como opción un examen más severo («Honour Moderations», según el cual clasificar a los aspirantes), que se haría tras dos años. El curso completo, para esos candidatos, supondría así cuatro años. En el asunto, se tomó la ingeniosa decisión de que todos los estudiantes que estudiaban inglés debían hacer un examen llamado «Honour Moderations» después de un año, empleando para todo el curso tres años como antes. [Ed.] <<
[189] Los Cursos I y II: opciones en la Escuela de Inglés en Oxford que permitían al alumno concentrarse en períodos más tempranos. Estos cursos, que relativamente pocos seguían, son muy Lang; mientras que el Curso III, seguido por la gran mayoría, es muy Lit. [Ed.] <<
[190] «Gramática salpicada de estrellas»: hace referencia a la investigación sobre las formas de las palabras antes de los testimonios escritos más primitivos; en esos estudios la práctica convencional es colocar un asterisco ante las formas hipotéticas o deducidas. [Ed.] <<
[191] fród in ferðe: teniendo en el corazón la sabiduría de la experiencia. <<
[192] vánier fue la lectura del texto de Namárië (el lamento de Galadriel en Lórien) en la primera edición de El Señor de los Anillos. Fue cambiada por avánier en la segunda edición (1966). [Ed.] <<
[193] Estos versos provienen de The Seafarer. Los otros versos y referencias anglosajones están tomados de The Wanderer. [Ed.] <<
[194] dugud: la compañía noble (en la estancia de un rey). dréam: el sonido de sus alegres voces y la música de sus fiestas. <<