[385]
Es muy probable que la «segunda etapa» de escritura, que comienza con la quinta versión de «Una reunión muy esperada» (el capítulo XIV de este libro), haya perdido su impulso inicial, y que mi padre haya comenzado a escribir desde un comienzo toda la obra. La «tercera etapa» consiste en una larga serie de manuscritos homogéneos que abarcan desde la sexta versión de «Una reunión muy esperada» hasta la llegada a Rivendel. Aunque posteriormente se escribió encima de estos manuscritos, se les intercalaron páginas, se tacharon o se «desintegraron» para convertirlos en textos posteriores; originalmente eran manuscritos claros y ordenados, y la caligrafía característica y pareja permite reconstruir la serie con bastante precisión pese al maltrato que recibió más adelante, y a pesar de que una parte quedó en Inglaterra mientras otra fue enviada a Marquette University. En realidad se trata de copias en limpio de textos caóticos ya existentes, y se introdujeron pocos cambios importantes en la narración. Pero en estos nuevos textos «Bingo» fue sustituido finalmente por «Frodo» y «Frodo Tuk» pasó a ser «Folco Tuk», que hasta entonces había sido el nombre de su padre (véanse las págs. 315, 363). En la descripción de estas versiones correspondientes a la tercera etapa me limito casi exclusivamente a su forma original, e ignoro la extrema complejidad que adquirieron después.
Disponemos de tres elementos que nos permiten determinar cuándo fueron escritas. Uno de ellos es la carta escrita por mi padre el 13 de octubre de 1938, en la que decía que el libro «ha llegado al capítulo XI (aunque en un estado más bien ilegible)» (Cartas, n.º 34). El segundo es una carta del 2 de febrero de 1939, en la que mi padre indicaba que, aunque no había podido trabajar en él desde el mes de diciembre del año anterior, «[la nueva historia] había llegado al capítulo 12 (ha sido reescrito varias veces) con lo que alcanzaba a cubrir más de 300 páginas manuscritas del tamaño de este papel y por lo general escritas con igual densidad». El tercero es una serie de notas, esbozos de la trama y breves borradores de la narración fechados «agosto de 1939»; como se observará más adelante, éstos demuestran que ya se había pasado a la tercera etapa.
Mi deducción —que difícilmente podría ser sino eso— es que en [386] octubre de 1938 aún no se había comenzado a escribir la tercera etapa
oque no se había avanzado mucho en la escritura, puesto que el libro se encontraba en un estado «más bien ilegible»; por otra parte, cuando mi padre dijo que había tenido que dejar el libro a un lado en diciembre de 1938, se refería a la tercera etapa; por eso decía que «había sido reescrita varias veces» (además, en el «capítulo XII» de esta etapa se relata la llegada a Rivendel, y a mi juicio en ese punto se interrumpió la nueva versión).
La tercera etapa puede describirse rápidamente hasta el final de «Niebla en las Quebradas de los Túmulos»; pero antes de eso debemos presentar un interesante nuevo texto. Mi padre lo tituló Introducción (antecedente del Prólogo de la obra publicada). No se conserva ningún material preliminar, pero hay un fragmento que se basa en el episodio de la segunda versión de «Un atajo hacia los hongos» en el que se habla de la arquitectura de los hobbits, al lado del cual mi padre anotó «Ponerlo en la Introducción» (véanse las págs. 368-369).
Se hicieron muy pocos cambios en este pasaje para incluirlo en la Introducción, pero se añadió una referencia a las «Torres de los Elfos», que proviene de la primera versión del pasaje sobre el tema incluida en el capítulo original (págs. 120-121), en el que Bingo decía que había visto las torres en una oportunidad.
Se introdujeron diversos cambios en el manuscrito de la Introducción, pero, con la excepción de los que parecen haber sido hechos cuando se lo estaba escribiendo, los ignoro y presento el texto escrito en un comienzo.
INTRODUCCIÓN
De los Hobbits
Este libro trata principalmente de los hobbits, y en él se puede descubrir mucho acerca de su vida actual (o sobre su pasado), y si vale la pena oír hablar de ellos. Pero es muy agotador ir descubriendo cosas mientras se avanza penosamente por un camino o se lee pausadamente un relato, aun cuando (como ocurre a veces) sea interesante o emocionante. Aquellos que deseen comprender todo claramente desde un comienzo encontrarán valiosa información en el breve relato sobre la gran Aventura del señor Bilbo Bolsón, que es el origen de las aventuras más difíciles y peligrosas narradas en este libro. Ese relato se llama [387] El hobbit o Historia de una ida y una vuelta, porque en él se habla sobre todo del más famoso de todos los hobbits legendarios de antaño, Bilbo, y porque llegó hasta la Montaña Solitaria y regresó a su hogar. Pero es posible que los lectores prefieran una sola historia o no tengan tiempo para leer más de una. Por lo tanto, a continuación presentaré algunos datos de interés.
Los hobbits son un pueblo muy antiguo que, por desgracia, fue más numeroso en otros tiempos que en la actualidad, cuando (al menos ésos son los tristes rumores que he oído) van desapareciendo rápidamente, porque los hobbits gustan de la paz y la quietud, y de la tierra bien cultivada: no hay para ellos pareja mejor que un campo bien ordenado y aprovechado. Entienden muy poco de maquinarias más complicadas que una fragua o un molino de agua; aunque son bastante hábiles en el uso de herramientas. Siempre desconfiaron de la Gente Grande (como nos llaman), y es indudable que ahora nos temen.
Y sin embargo es evidente que son parientes nuestros: están más cerca de nosotros que los elfos, y aun que los enanos. En primer lugar, hablaban una o varias lenguas similares a las nuestras, y tenían casi las mismas preferencias y aversiones que nosotros. Pero es difícil saber con precisión en qué consiste la relación. Para saberlo habría que redescubrir gran parte de la historia ya perdida y de las leyendas de los Días Primeros;[311] y es poco probable que eso ocurra, porque sólo los Elfos conservan algunas tradiciones de los Días Primeros y, como es natural, se refieren casi exclusivamente a ellos: los Elfos eran el pueblo más importante en esos tiempos. Pero aun esas tradiciones son incompletas: los Hombres sólo aparecen ocasionalmente, y a los Hobbits ni siquiera se los menciona. Los Elfos, los Enanos, los Hombres y otras criaturas sólo llegaron a saber de la existencia de los Hobbits cuando ya llevaban muchas edades de lento y plácido andar. Y, en general, siguieron moviéndose pausadamente, llevando una vida retirada y manteniéndose apartados de las historias. En los días de Bilbo (y de Frodo, su heredero) fueron muy importantes por un tiempo, por lo que suele llamarse una casualidad, y los grandes personajes del mundo, incluso el Nigromante, se vieron obligados a tenerlos en cuenta, como lo demuestran estos relatos. Aunque los Hobbits ya tenían una larga (y apacible) historia, eso sucedió en [388] tiempos muy antiguos, y los lugares donde vivían (y muchas otras cosas) eran muy diferentes entonces. Pero aunque las tierras donde vivían han cambiado, tienen que haber estado en el mismo lugar que las tierras donde viven hoy en día: el noroeste del viejo mundo.
Los hobbits son (o eran) gente diminuta, más pequeña que los enanos; menos corpulenta y fornida, aunque en realidad no mucho más baja. Como ocurre con nosotros, la Gente Grande, la estatura de los Hobbits era variable, entre dos y cuatro pies de nuestra medida: la mayoría tenía unos tres pies. Muy pocos hobbits tenían tres pies y seis pulgadas, con la excepción de los personajes de las leyendas más fantásticas. Bandobras Tuk, hijo de Isengrim Primero, conocido como Toro Bramador, fue el único en toda la historia de los hobbits cuya altura sobrepasaba los cuatro pies. Medía cuatro pies y cinco pulgadas y montaba a caballo.[312]
En la vida de los hobbits hay, y siempre ha habido, poca o ninguna magia. Poseen, por supuesto, un poder que a veces se confunde con la verdadera magia; en realidad sólo es una especie de habilidad profesional, que ha llegado a ser sobrenatural gracias a una larga práctica, a la que ha contribuido su íntima amistad con la tierra y todo lo que crece en ella: pueden desaparecer rápidamente y en silencio cuando gente grande y estúpida como nosotros se acerca sin mirar por dónde va, haciendo un ruido de elefantes que pueden oír a una milla de distancia. Aun en tiempos remotos su mayor deseo era evitar cualquier problema, y tenían el oído agudo y la mirada penetrante. Y se movían con habilidad y destreza, aunque solían tener vientres abultados, y nunca se apresuraban si no era necesario.
Vestían de colores brillantes, y preferían el verde y el amarillo; pero no usaban zapatos, pues tenían en los pies suelas naturales de cuero y un pelo espeso y abrigador de color castaño, rizado como el pelo castaño que les crecía en la cabeza. Por esa razón el único oficio que no practicaban era el de zapatero; pero tenían dedos largos, de piel oscura y habilidosos y podían fabricar muchos otros objetos útiles. Tenían rostros bonachones, porque en general eran bondadosos, y reían larga y profundamente, pues les gustaban las bromas sencillas en todo momento, [389] especialmente después de las comidas (comían dos veces al día siempre que podían). Les gustaba hacer regalos, y daban muchos regalos y los aceptaban de buena gana.
Todos los hobbits habían vivido en un principio en agujeros hechos en la tierra, o eso es lo que creían; aunque lo cierto es que ya en tiempos de Bilbo sólo los hobbits más ricos y los más pobres lo seguían haciendo. Los más pobres continuaron viviendo en agujeros muy primitivos, en realidad simples agujeros, con una sola ventana, o bien ninguna. Las familias más importantes continuaron viviendo (siempre que podían) en versiones lujosas de las simples excavaciones de tiempos antiguos. Pero los terrenos adecuados para esos grandes túneles ramificados no se encontraban en cualquier parte. En Hobbiton, en Alforzada en las Tierras de Tuk, e incluso en la única aldea realmente populosa de la Comarca, Cavada Grande en Quebradas Blancas, había muchas casas de piedra y madera y ladrillo. Por lo general eran las preferidas por molineros, herreros, carreteros y otros de su clase; porque aun cuando vivían en agujeros, los hobbits tenían la costumbre de construir cobertizos y graneros para talleres y depósitos.
La costumbre de edificar granjas y casas dicen que comenzó entre los habitantes de las regiones ribereñas (especialmente en Marjala, a orillas del Brandivino), donde la tierra era llana y húmeda; y donde quizá la raza de los hobbits era menos pura. Algunos de los hobbits de Marjala, en la Cuaderna del Este, eran más bien grandes y de piernas fuertes; y a algunos les crecía algo de vello en las barbillas (ningún hobbit puro tenía barba); y uno o dos incluso usaban botas en los días de barro.
Es posible que la idea de construir, como muchas otras cosas, proviniera de los Elfos. En la época de Bilbo aún había tres Torres de los Elfos poco más allá de las fronteras occidentales de la Comarca. Las torres brillaban a la luz de la luna. La más alta de todas era la más lejana, que se elevaba solitaria en una colina. Los hobbits de la Cuaderna del Oeste decían que desde lo alto de esa torre podía verse el Mar, pero no se tiene noticia de que alguno de ellos haya subido a la torre. Pero aunque la idea de construir hubiese provenido de los Elfos, los hobbits la aplicaban a su manera. No les interesaban las torres. Las casas de los hobbits eran generalmente largas y bajas, y cómodas. [390] En realidad, las más antiguas eran agujeros artificiales de barro (y I más adelante de ladrillo), techadas con pasto seco o paja o turba, y de paredes algo combadas. Pero, por supuesto, ese tipo de construcciones corresponden a una época remota. El arte hobbit de la edificación cambió (y tal vez mejoró) mucho desde entonces, con técnicas aprendidas de los enanos e incluso de la Gente Grande, y de otras gentes que no vivían en la Comarca. La principal peculiaridad que subsistió de la arquitectura hobbit fue la afición a las ventanas redondas y también (aunque menos) a las puertas redondas.
Tanto las casas como los agujeros de los hobbits eran generalmente grandes y estaban habitados por familias numerosas. (Como en muchas otras cosas, Bilbo y Frodo Bolsón eran excepcionales en este sentido.) A veces, como en el caso de los Brandigamo de Casa Brandi, muchas generaciones de parientes vivían en paz (relativa) en una mansión ancestral con ramificaciones. Todos los hobbits eran, de cualquier modo, gente aficionada a los clanes y llevaban cuidadosa cuenta de sus parientes. Dibujaban grandes y detallados árboles genealógicos con numerosas ramas. Cuando se trata con los hobbits es muy importante recordar quién está relacionado con quién, y cómo y por qué.
Sería imposible presentar en este libro un árbol genealógico, aunque sólo incluyera a los miembros más importantes de las familias más destacadas de la Comarca en la época de la que hablamos. Habría que escribir todo un libro sobre el tema, que a nadie le parecería interesante salvo a los hobbits. (A los hobbits les fascinaría, siempre que contuviera datos precisos: les encanta tener libros colmados de cosas que ya saben, expuestas sin contradicciones y honradamente.) Los hobbits llamaban «la Comarca» a ese apacible rincón del mundo en el que vivían en los tiempos de Bilbo los hobbits más numerosos, puros y representativos. En verdad, en esos tiempos era la única región del mundo cuyos habitantes de dos piernas eran todos Hobbits, y en la que los Enanos, la Gente Grande (e incluso los Elfos) eran simplemente forasteros que llegaban allí de cuando en cuando. La Comarca se dividía en cuatro distritos, denominados las Cuatro Cuadernas, las Cuadernas del Norte, del Sur, del Este y del Oeste; y también se dividía en regiones que llevaban [391] el nombre de algunas de las familias más importantes, aunque en ese entonces esos nombres no se encontraban sólo en las regiones respectivas. Casi todos los Tuk vivían aún en las Tierras de Tuk, lo que no era tan común en otras familias, como los Bolsón o los Boffin. En este libro se incluye un mapa de la Comarca con la esperanza de que sea útil (y de que los hobbits aficionados a la historia lo consideren correcto). Para completar la información, se presentan también algunos árboles genealógicos (abreviados), en los que se indican las relaciones de parentesco entre los hobbits mencionados, y la edad que tenían al comienzo del relato. Esto aclarará al menos el parentesco entre Bilbo y Frodo, y entre Folco Tuk y Meriadoc Brandigamo (apodado generalmente Merry) y los demás personajes destacados.[313]
Frodo Bolsón se convirtió en heredero de Bilbo por adopción, no sólo heredó lo que aún quedaba de la abundante riqueza de Bilbo, sino también su tesoro más misterioso: un anillo mágico. Ese anillo provenía de una cueva de las Montañas Nubladas, en el remoto este. Había pertenecido a una desdichada y desagradable criatura llamada Gollum, de quien se hablará más en este relato, aunque espero tener tiempo de leer en El hobbit la descripción del juego de los enigmas en el que se enfrentó a Bilbo. Es importante en esta historia, como Gandalf trató de explicárselo a Frodo. El anillo podía hacer invisible a quien lo usara. También tenía otros poderes, que Bilbo no descubrió sino mucho después de regresar e instalarse nuevamente en casa. Por esa razón, no se habla de esos poderes en el relato de su viaje. Pero este relato posterior se relaciona sobre todo con el anillo, y por tanto no es necesario hablar más de ellos ahora.
Se dice que Bilbo «se sintió muy feliz hasta el fin de sus días, que fueron extraordinariamente largos». Así es. Ya descubriréis cuán largos fueron, y también sabréis que el hecho de que haya sido feliz no significa que haya vivido por siempre jamás en Bolsón Cerrado. Bilbo regresó a casa el 22 de junio de su quincuagésimo segundo año, y desde entonces nada excepcional ocurrió en la Comarca hasta sesenta años después, cuando Bilbo comenzó a hacer los preparativos para celebrar su cumpleaños centesimodecimoprimero. Y es entonces cuando comienza este relato sobre el Anillo.
[392]
Capítulo I: «Una reunión muy esperada»
Al comienzo de esta sexta versión del capítulo inicial se eliminó el pasaje revisado en el que se hablaba del libro de Bilbo (pág. 253, nota 3) y se lo sustituyó por: «Se suponía que estaba escribiendo un libro en el que relataba todas las misteriosas aventuras que había vivido durante ese año, y no le permitía a nadie verlo».
La conversación en La Mata de Hiedra proviene de la versión preliminar descrita en las págs. 306-307, y ahora pasa a ser casi idéntica al texto presentado en la CA; pero en esta etapa el narrador también relata ante todo lo que el Tío Gamyi sabe acerca de Bilbo y Frodo y sus antepasados.[314]
Los «carros de extraño aspecto cargados con bultos de extraño aspecto», conducidos por «elfos o enanos encapuchados», que habían sobrevivido de la segunda versión del capítulo (pág. 32), se redujeron a un solo vehículo, conducido por enanos, y no se menciona a los elfos (véase la pág. 295); sin embargo se conservó la marca de Gandalf en los fuegos de artificio, descrita aquí como «una runa», y Gandalf sigue siendo «un pequeño anciano». Se continúa manteniendo a los «Boboger» entre los huéspedes, pero se eliminó el comentario en el que se decía que los Tejonera venían de Combe-bajo-Bree (pág. 297). El joven Tuk que bailaba sobre una mesa deja de llamarse Próspero para convertirse en Everardo (al igual que en la CA), pero su compañera todavía sigue siendo Melissa Brandigamo (Melilot en la CA).
Se adoptó el añadido hecho a lápiz en la quinta versión (pág. 308, nota 213), que demuestra que Bingo/Frodo sabía perfectamente lo que Bilbo se proponía hacer (pero, al igual que en la CA, Frodo se queda junto a la mesa el tiempo suficiente para saciar la sed de Rory Brandigamo: «¡Eh, Frodo, haz circular esa garrafa otra vez!»); y también se adoptó el pasaje en el que Bilbo se llevaba a Dardo consigo (pág. 309, nota 214). En este texto (al igual que en la CA), Bilbo saca un manuscrito encuadernado en cuero de una caja grande (no es «un atado envuelto en viejos trapos»), pero le entrega el abultado sobre, en el que escribe el nombre de Frodo y guarda el Anillo, al enano Lofar, y le pide que lo lleve al cuarto de Frodo.
Gandalf aún se encuentra con Bilbo al pie de la Colina después de que se va de Bolsón Cerrado con los Enanos (que siguen llamándose Nar, Anar y Hannar) y la conversación entre los dos casi no se modificó (págs. 300-302): cuando Gandalf le dice «Supongo que [Frodo] sabe de su existencia», Bilbo responde «Sabe que tengo un Anillo. Ha leído mis memorias íntimas (es el único a quien le he permitido leerlas)». Se incorporó el texto poco elaborado del pasaje en el que Gandalf regresa [393] a Bolsón Cerrado después de despedirse de Bilbo, que formaba parte de la quinta versión (pág. 310, nota 221), con una sola diferencia: ahora Frodo está leyendo la carta de Bilbo sentado en la sala.
La lista de regalos de despedida de Bilbo (pág. 310, nota 222) sufrió un nuevo cambio con la desaparición de Caramella Redondo y el reloj que recibía y de Primo Cavada y su juego de cubiertos (supervivientes del borrador original, pág. 29, en el que eran Caramella Tuk e Inigo Cavada-Tuk); Colombo Corneta y el barómetro también desaparecieron. Lofar sigue desempeñando el papel de Merry Brandigamo al día siguiente de la Fiesta, y la conversación que sostienen Gandalf y Frodo ese mismo día no sufre ningún cambio, aunque se repiten algunas incorporaciones y omisiones posteriores correspondientes a la quinta versión (págs. 311-312, notas 24-26, 28-30); por lo tanto, evidentemente se eliminó el comentario en el que Bingo decía que Bilbo había usado el Anillo para huir de los Sacovilla-Bolsón, en vista de que se incorporó el episodio a «Conspiración desenmascarada» (pág. 376), y también se eliminó el comentario de Gandalf de que Bingo podría ponerse en contacto con él, si fuera necesario, por intermedio de los «enanos que estén más cerca».
Genealogía de los Tuk
En el dorso de una de las páginas de este manuscrito de «Una reunión muy esperada» se encuentra la genealogía más completa de los Tuk desarrollada hasta entonces.
A primera vista, las cifras que acompañan a los nombres son muy desconcertantes: evidentemente, no corresponden a las fechas de otro calendario, ni a la edad de los personajes en la fecha de su muerte. La clave de la genealogía se encuentra en la indicación «Bilbo Bolsón III» y en el comentario que aparece en la Introducción (página 391) en el que se dice que en los árboles genealógicos (de los cuales sólo se conserva éste o es el único que se hizo en esa época) se indica «la edad que tenían al comienzo del relato». La base (cero) es el año en que se celebra la Fiesta; y las cifras corresponden a la edad de las personas en la fecha de la Fiesta. Si se comparan dos cifras, se puede determinar la diferencia de edad entre dos personas. Por lo tanto, como la cifra que aparece junto a Ferumbras es 311 y la que aparece junto a Fortinbras es 266, esto significa que Ferumbras nació 45 años antes que su hijo; Isengrim I nació 374 años antes que Meriadoc Brandigamo, nacido ocho generaciones después; Drogo Bolsón tenía 23 años menos que Bilbo, y si no hubiese muerto ahogado en el Brandivino y hubiese podido asistir a la Fiesta habría tenido 88 años; y así sucesivamente. [394] Las cruces, como es natural, indican que las personas ya habían muerto cuando se celebraba la Fiesta.
En el manuscrito se modificaron algunas de las cifras, las primeras de las cuales son las siguientes: Isengrim II 172, Isambard 160, Flambard 167, Rosa Bolsón 151, Bungo Bolsón 155, Yolanda 60, Folco Tuk 23 Meriadoc 25, Odo 24.
Como se observará, aunque no hay una estructura cronológica externa, la estructura interna o relativa no presenta grandes diferencias con respecto al árbol genealógico de Los Tuk de Grandes Smials que aparece en el Apéndice C del SA. En el SA se indica que Meriadoc nació 362 años después de Isengrim II (= Isengrim I en el antiguo árbol) y ocho generaciones después.
En este árbol genealógico Bandobras, el Toro Bramador (véanse la pág. 388 y la nota 312), es hijo de Isengrim, el primero del linaje de los Tuk incluido en el árbol genealógico; y en el Prólogo del SA (pág. 10) también se dice que era hijo de ese Isengrim (II). Cuando se hizo el árbol genealógico definitivo no se tomó en cuenta esto, porque Bandobras pasó a formar parte de la siguiente generación y a ser el hijo (no el hermano) de Isengrim, hijo de Isumbras (III).[315]
En este caso el Viejo Tuk pasa a llamarse Gerontius, al igual que en el SA (antes era «Frodo Primero», pág. 315). Aquí se indica que tuvo cuatro hijos; en el SA tenía nueve. Rosa Bolsón, la esposa de uno de ellos (Flambard), aparece en la breve genealogía incluida en Dudas y cambios (pág. 280), donde es la hermana de Bungo Bolsón y está casada con el «Joven Tuk». Aquí se repite lo indicado en las páginas 334-335 en lo que respecta a los padres de Merry; Frodo Tuk se ha convertido en Folco Tuk, y su padre es Folcard (véase la pág. 385). Anteriormente (pág. 315) se decía que Odo, al que aquí se le da un nombre compuesto, Tuk-Bolger, era hijo de una Tuk y primo tercero de Merry y Frodo (Folco), como se indica en este árbol genealógico.
Aquí se menciona a Donnamira Tuk, la segunda hija del Viejo Tuk, esposa de Hugo Boffin, al igual que en el SA, pero en ese árbol genealógico no tienen descendientes; en relación con esto véanse las págs. 479-48o.
Por último, Mirabella Tuk y Gorboduc Brandigamo tienen cinco hijos además de Prímula (seis en el SA); uno de ellos es Rory Brandigamo (véase la pág. 334, nota 238), cuyo nombre verdadero es Roderick en este caso (Rorimac en el SA); los otros hijos tienen nombres visigodos que no se parecen en absoluto a los nombres de los Brandigamo que aparecen en el árbol genealógico del SA.
[396]
Capítulo II: «Una historia antigua»
Las versiones anteriores de este capítulo se presentan en las páginas 101 y ss. y 314 y ss. En algunos puntos es difícil interpretar la versión correspondiente a la tercera etapa, porque se introdujeron muchos cambios cuando se la estaba escribiendo y numerosas modificaciones posteriores, y no es fácil distinguir los distintos «estratos»; además este texto se dividió y algunas de sus páginas quedaron en Inglaterra en tanto que otras fueron enviadas a Marquette University.
En general, el contenido de la narración es muy similar al de la versión anterior; no cabe duda de que mi padre tenía el texto delante de él y, en la mayoría de los casos, se conformó con ir modificando la redacción, en muchos puntos a la vez, pero sin hacer demasiados cambios en el relato que ya había escrito.
Los principales hobbits jóvenes que acompañaban a Frodo en sus andanzas son ahora Meriadoc Brandigamo, Folco Tuk y Odo Bolger (véase el comentario sobre la sustitución de Frodo por Folco en la página 385); no se presenta información genealógica sobre ellos (véase también la pág. 315). No se dice que Frodo «recorría toda la Comarca» ni que «solía ausentarse de casa», sino que «nunca iba muy lejos, y después de que Bilbo se fue sus paseos se fueron haciendo cada vez más cortos y más restringidos a los alrededores de su agujero». Cuando Frodo empezaba a pensar en irse de la Comarca, y se preguntaba qué había más allá de las fronteras, «la mitad de él no quería partir, y los largos paseos empezaron a atemorizarlo, por temor a que el barro que tuviera en los pies lo arrastrara lejos». Ya no se dice que se sentía «estirado» como en la versión anterior (pág. 316), «como si hubiese vivido demasiados días y semanas y meses, pero no estuviera realmente presente», y Gandalf tampoco se refiere a esa sensación más adelante en el capítulo (véase también la pág. 333).
En la descripción de las visitas de Gandalf a Hobbiton se cambió de lugar el pasaje de la versión anterior en el que se describían sus misteriosas apariciones y los golpes que daba en la ventana, de modo que se refiere al período anterior en el que iba a menudo a Hobbiton (compárese con la CA, pág. 69), antes de su larga ausencia de siete años (pág. 335, nota 240). El mago reaparecía «unos quince años después de la partida de Bilbo» y «en el último año había regresado a menudo y se había quedado por un largo tiempo». La conversación en El Dragón Verde tiene lugar en «la primavera del cuadragésimo noveno año de Frodo» (al comienzo del siguiente capítulo escrito en esta etapa Frodo decide irse de Bolsón Cerrado en septiembre de «ese [su quincuagésimo] año»; véanse la pág. 318 y la nota 242).
En el pasaje en el que se habla de los rumores de dificultades y de [397] las migraciones por el ancho mundo, la antigua fortaleza de Sauron en el sur ya no está «cerca del centro del mundo de esa época» (página 318) > sino «cerca del centro de la Tierra Grande», pero se tachó en seguida esa frase; y en el pasaje sobre los gigantes ahora dice: «En todas partes había nuevos trolls y gigantes aún más maléficos; ya no eran torpes, sino muy astutos y conocedores de la magia». En la conversación en la posada ahora aparece el pasaje sobre los Puertos Grises y toda la conversación varía hasta adquirir una forma muy similar a la de la CA (págs. 67-69); pero José Botón sigue siendo quien ha visto a los «hombres-árboles» más allá de los Páramos del Norte, aunque ahora trabaja para el «señor Fosco Boffin», y más adelante se añadió «de Nortada» que luego fue sustituido por «en Sobremonte». Fosco Boffin, primo segundo de Bilbo, aparece en el árbol genealógico de los Tuk presentado en la pág. 395; véanse las págs. 479-480.
Se modificó el comienzo de la conversación entre Gandalf y Frodo en Bolsón Cerrado, probablemente mientras se la estaba escribiendo o muy poco después, a partir de un texto muy similar al de la versión anterior (págs. 320-321), y en ella Gandalf aún menciona sus dos visitas a la tierra del Nigromante. En la nueva versión dice lo siguiente:
—Dices que el anillo es peligroso, mucho más peligroso de lo que supongo —dijo Frodo al fin—. ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Y lo sabía Bilbo? Me gustaría que ahora me contaras más.
—En un comienzo sabía muy poco —respondió Gandalf lentamente, como si tratara de recordar. Los días del viaje y del Dragón y de la Batalla de los Cinco Ejércitos empezaban a parecerle vagos y lejanos. Quizá incluso él comenzaba a sentir el paso de los años; y en todo caso había vivido desde entonces muchas aventuras misteriosas y extrañas—. Cuando regresé del sur y del Concilio Blanco, empecé a preguntarme qué clase de anillo mágico tenía; pero no le dije nada a Bilbo. Parecía estar bien, y pensé que ese poder no podía dominarlo. Eso fue lo que pensé; y en cierto sentido tenía razón; aunque no estaba del todo en lo cierto. Tal vez tendría que haber averiguado más, y entonces podría haberle prevenido. Pero antes de que se fuera le dije todo lo que podía; para entonces ya había empezado a sospechar la verdad, pero no estaba completamente seguro.
—Estoy seguro de que hiciste todo lo que podías —dijo Frodo—. Has sido un buen amigo, y un sabio consejero de los dos. Pero la desaparición de Bilbo debe de haber sido un duro golpe para ti. [398]
Cuando Gandalf describe los Anillos (págs. 324-326) ahora dice: «Los ha venido buscando lentamente a lo largo de los años, con la esperanza de recuperar su poder, y siempre esperando encontrar el Único»; y desde un comienzo se modificó el comentario de Gandalf sobre los Tres Anillos que aparecía en la segunda versión (pág. 326, y se sustituyó «la tierra, el aire y el cielo» por «la tierra, el mar y el cielo»):
No sé qué uso les dan a los Tres Anillos de la Tierra, el Mar y el Cielo, como tampoco sé qué ha ocurrido con ellos. Hay quienes dicen que los Reyes de los Elfos ocultos aún los conservan en lugares recónditos de la Tierra Media, pero pienso que ya en tiempos lejanos los llevaron muy lejos por sobre el Gran Mar.
Otro cambio, también hecho de inmediato o poco después de escribir el texto, hace que Gandalf concluya los comentarios sobre los Siete Anillos de los Enanos, que según dicen algunos fueron destruidos por el fuego de los dragones, con estas palabras: «Sin embargo, es posible que eso no sea del todo cierto»; a continuación no se refiere a la creencia de que aún se conservan algunos de los Siete Anillos, pero sin duda lo da a entender (compárese con el primer borrador del Concilio de Elrond, pág. 493).
Cuando mi padre escribió por primera vez aquí el pasaje sobre Gil-galad, comenzó prácticamente copiando el texto anterior, y escribió «Valandil, el Rey de la Isla» (véanse la pág. 326 y la nota 260), pero mientras iba escribiendo lo cambió por «y concertó una alianza con Valandil, el Rey de los hombres de Númenor, que en esos días regresó a la Tierra Media desde Oesternesse cruzando el mar». Luego sustituyó Valandil por Elendil, posiblemente muy poco después, y también sustituyó el nombre en todos los casos en que aparecía posteriormente en el pasaje. Ahora dice Isildur en lugar de Isildor, el nombre escrito en el segundo texto. La hueste de Isildur no era derrotada por los «Trasgos», sino por los «Orcos» (véase la pág. 541, nota 425).
No se añadió nada ni se hicieron cambios en la versión anterior (véase la pág. 327) de la historia de Gollum relatada por Gandalf, con la excepción de «la abuela, que dominaba a toda la familia, lo echó del agujero».
El tenor de la descripción del carácter de Gollum que hace Gandalf y de lo que se proponía hacer con respecto al Anillo es idéntico al de la segunda versión, aunque por supuesto la redacción siguió sufriendo ligeras transformaciones, y se ampliaron considerablemente algunos pasajes. Se omitió la frase «Sólo los Elfos lo soportan, e incluso ellos van declinando» (pág. 328). Ahora se aclara la respuesta de [399] Gandalf al comentario de Frodo en el que decía que Gollum nunca le había dado el Anillo a Bilbo:
—Pero Gollum nunca le dio el Anillo a Bilbo —dijo Frodo—. Bilbo ya lo había encontrado en el suelo.
—Lo sé —replicó Gandalf—, y siempre he pensado que ésa es una de las cosas más extrañas de la aventura de Bilbo. Por eso dije que el origen de Gollum sólo explica en parte lo que sucedió…
Gandalf sigue siendo quien encuentra a Gollum, aunque posteriormente se sustituyó la exclamación de Frodo, «¡Encontraste a Gollum!» (pág. 329) por «¡Has visto a Gollum!», y la respuesta de Gandalf a la pregunta de Frodo, «¿Es allí [en el Bosque Negro] dónde lo encontraste?» (pág. 330), fue sustituida por «Lo vi allí, pero algunos amigos míos le siguieron el rastro, con la ayuda de los Elfos de los Bosques». Compárese esto con la primera versión del Concilio de Elrond, pág. 497 y la nota 376. La descripción que hace Gandalf de la historia de Gollum es más extensa:
—Lo que te he contado es lo que Gollum estaba dispuesto a decir, aunque, claro está, no con las mismas palabras. Gollum es un mentiroso, y hay que desbrozar lo que dice. Por ejemplo, tal vez recuerdes que le dijo a Bilbo que el Anillo era un «regalo de cumpleaños». Algo muy poco probable a primera vista e increíble cuando se sospecha qué clase de anillo era en realidad. Lo dijo solamente para que Bilbo lo aceptara como una especie de juguete inofensivo; fue una de esas ideas de Gollum que se parecen a las de los hobbits. A mí me dijo el mismo disparate, pero me reí de él. Entonces me contó la verdadera historia, entre lloriqueos y rezongos. Se sentía incomprendido y maltratado…
Curiosamente, en este texto Gandalf también dice que Gollum «por supuesto, al fin había descubierto que Bilbo se había adueñado de alguna manera de su Anillo, y cómo se llamaba, y de dónde venía» (véanse la pág. 330 y la nota 266); de hecho, esto se expresa aún más enfáticamente: «Y las noticias de lo que sucedió después se conocieron en todas las Tierras Ásperas, y el nombre de Bilbo se repetía en todas partes».
Cuando Gandalf hace una pausa después de decir «fue arrastrándose [400] paso a paso, años atrás, hasta llegar a la Tierra de Mordor», se produce el pesado silencio mencionado en la CA, pág. 87, y «no se escuchaban los tijeretazos de la podadora de Sam». Se conserva la frase «en realidad, creo que Gollum es la causa de los problemas que hoy tenemos»; véase la pág. 340, nota 267.
A partir de «Y bien —dijo Frodo—, si no podía matar a Gollum», en un comienzo mi padre conservó gran parte del texto anterior (página 332), pero luego lo reescribió dándole otra forma.
—Y bien —dijo Frodo—, si no podía matar a Gollum, preferiría que Bilbo no hubiese conservado el Anillo. ¿Por qué lo hizo?
—¿No lo entiendes después de todo lo que te he dicho? —respondió Gandalf—. Recuerdo haberte oído decir, cuando lo recibiste, que el Anillo tenía algunas ventajas y te preguntabas por qué Bilbo no se lo había llevado [véase la pág. 304]. Lo había tenido en su poder mucho tiempo antes de descubrir que era muy importante. Y cuando lo hizo ya era muy tarde: había que estar pendiente del Anillo. Tiene poderes y propósitos propios que enturbian los sabios consejos. Ni siquiera Bilbo podía escapar del todo a su influencia. Comenzó a ponerse sentimental. Aunque sabía que provenía del Nigromante, quería conservarlo como un recuerdo…
Finalmente, se modificó y amplió el pasaje que comienza con «¡De veras quiero destruirlo!» (pág. 333):
—¡De veras quiero destruirlo! —exclamó Frodo—. Pero lo que más quisiera es que el Anillo no hubiera llegado nunca a mis manos. ¿Por qué fui yo el elegido?
—Bilbo te lo dio para evitar que lo destruyera; y porque no pudo encontrar a nadie más. Lo hizo de mala gana, pero creyendo que, cuando supieras más, aceptarías esa carga por un tiempo por el amor que sentías por él. Pensaba que podía confiar en ti: no lo usarías indebidamente ni permitirías que cayera en manos malvadas, y estarías a salvo de su poder por un tiempo y a salvo de que su hacedor llegara a saber de tu existencia en la tranquila Comarca de los hobbits. Y le prometí ayudarte. Él confiaba en eso. En realidad, por él y por ti he emprendido muchos viajes arriesgados.
»También puedo decirte que yo no había descubierto las [401] letras de fuego ni lo que significaban y tampoco estaba seguro de que fuera el Anillo Soberano antes de que se decidiera a partir. No se lo dije, porque no te habría impuesto esta carga. Lo dejé partir. Había tenido el Anillo en su poder durante sesenta años, y se le notaba, Frodo. El Anillo habría acabado con su resistencia al fin, y no quiero imaginar lo que habría sucedido entonces.
»Pero ahora, por desgracia, sé más. He visto a Gollum. He llegado incluso a la Tierra de Mordor. Temo que el Enemigo haya comenzado a buscar. Bilbo jamás imaginó que te acecharía un peligro tan grave. No le culpes entonces.
—Pero no tengo toda la fuerza que necesitaría —dijo Frodo—. Tú eres sabio y poderoso. ¿No quieres el Anillo?
—¡No! —dijo Gandalf, incorporándose de un salto—. Con ese Anillo mi poder sería demasiado grande y terrible. Y conmigo el Anillo adquiriría un poder todavía mayor y más mortal. —Los ojos de Gandalf relampaguearon y la cara se le iluminó como con un fuego interior—. ¡No me tientes! Pues no quiero convertirme en algo semejante al Señor Oscuro. Todo mi interés en el Anillo se basa en la misericordia por los débiles y en el deseo de poder hacer el bien. ¡No me tientes!
Gandalf fue hacia la ventana, descorrió las cortinas y abrió los postigos. El sol entró nuevamente en la habitación. Sam pasaba silbando por el sendero.
—En todo caso —dijo el mago volviéndose hacia Frodo—, ya es demasiado tarde. Me odiarías y me llamarías ladrón; y acabaría nuestra amistad. Tal es el poder del Anillo. Pero juntos soportaremos la carga que nos ha sido impuesta. —Se acercó a Frodo y le puso una mano en el hombro—. Pero tenemos que hacer algo rápido —dijo—. El Enemigo no se está quieto.
Aquí se repite una curiosa idea: Gandalf había descubierto las letras de fuego en el anillo de Bilbo y sabía que era el Anillo Soberano antes de que Bilbo se fuera, pero no se lo había dicho (es decir, sin que Bilbo supiera que había hecho la prueba); véanse la pág. 333 y la nota 272. Es posible que el comentario de Gandalf (pág. 400), «en realidad, creo que Gollum es la causa de los problemas que hoy tenemos», que provenía de la segunda versión, parezca menos enigmático ahora (véase la pág. 340, nota 267): «He llegado incluso a la Tierra de Mordor. Temo que el Enemigo haya comenzado a buscar».
[402]
Capítulo III: «Los retrasos son peligrosos»
El nuevo texto del tercer capítulo, al que ahora se le dio este título (escrito de prisa en la segunda versión), es otro manuscrito claro y ordenado que reemplazó a la versión anterior, que era de una complejidad extraordinaria (págs. 342 y siguientes).
En este caso, el capítulo también comienza con los chismes en La Mata de Hiedra y El Dragón Verde (pág. 343 y nota 275) antes de pasar a la conversación entre Gandalf y Frodo. En esa conversación Gandalf se refiere ahora, al igual que en la CA, a la posibilidad de que la tarea de Frodo consista en encontrar las Grietas del Destino, e incluso añade lo siguiente:
—E irás allí, pero no regresarás —añadió Gandalf sombríamente—. Porque creo que al fin deberás llegar a la Montaña de Fuego, aunque aún no puedes hacer que ésa sea tu meta.
A partir del cambio hecho a lápiz en la versión anterior (pág. 354 nota 276), se dice que, con la ayuda de Merry,[316] Frodo había elegido una casita en Cricava (véase la pág. 374). Gandalf vuelve a partir de Hobbiton en «una lluviosa y oscura tarde de mayo».
Pero se introduce un importante cambio en el relato cuando Odo Bolger (no Tuk-Bolger, como en el árbol genealógico, pág. 395) se va de Hobbiton con Merry Brandigamo en el tercer carro. Mi padre había planteado esa posibilidad antes (pág. 374): «A partir de este punto [después de la llegada a Los Gamos] se supone que Odo se iba antes con Merry. En el viaje preliminar sólo iban Frodo [Tuk], Bingo y Sam. Frodo tiene algunas características que antes tenía Odo. Ahora Odo habla poco (y es codicioso)». Pero el texto basado en esta indicación era confuso y contradictorio, al parecer debido a que yo no estaba de acuerdo con esa idea (véase la pág. 374). Ahora la posibilidad se había convertido en realidad.
En las versiones anteriores del capítulo, los jóvenes hobbits Frodo y Odo tenían caracteres bien diferenciados (véase la pág. 93). Sin embargo, el hecho de que se excluyera a Odo de la expedición no significó que se eliminara su personaje, puesto que mi padre siempre se basaba en los borradores anteriores, y conservó gran parte del material original de este capítulo. Aunque Frodo Tuk, que pasó a llamarse Folco Tuk (dado que Bingo se había convertido en Frodo), era el personaje que seguía estando presente en la nueva narración, tenía que decir lo que antes había dicho Odo, a menos que mi padre hubiese hecho cambios mucho más drásticos de lo que deseaba al reescribir el texto. [403] Pese a que en una nota anterior se decía «Sam Gamyi reemplazará a Odo» (pág. 314), desde un comienzo Sam había tenido características muy peculiares y, por lo tanto, no podía adquirir fácilmente las de Odo. Además, en esta versión del capítulo se redujo aún más la contribución original de Folco (Frodo) Tuk. En la segunda versión ya se había asignado el poema El Camino sigue y sigue a Bingo (pág. 348); en este texto se eliminó su descripción del encuentro con el Jinete Negro en los Páramos del Norte y su entusiasta exclamación cuando se escuchaba el canto de los Elfos («¡Elfos! ¡Qué maravilla! Siempre he querido oír el canto de los elfos bajo las estrellas»), aparentemente mientras se estaba escribiendo esta versión, y se la sustituyó por lo que decía Sam en un murmullo ronco («¡Elfos!»). Así fue como Folco Tuk, cuya participación «por derecho propio se había reducido y que había heredado gran parte de lo que hacía Odo», se adueñó mucho más del personaje de Odo de lo que mi padre aparentemente había previsto cuando escribió «Frodo [Tuk] tiene algunas características que antes tenía Odo».[317]
Sin embargo, Folco sigue ocupando el mismo lugar en el árbol genealógico; porque Odo (que antes había sido Tuk, pero que ahora pasaba a ser Bolger y era hijo de una Tuk) había partido antes a Los Gamos, donde viviría una aventura distinta y singular (ya vislumbrada antes, págs. 378, 380), mientras que más adelante Peregrin Tuk (Pippin) ocuparía el lugar que antes había ocupado Folco en el árbol genealógico de los Tuk, como primo hermano de Merry Brandigamo (págs. 335, 395).
Miranda, la esposa sometida de Cósimo Sacovilla-Bolsón, desaparece nuevamente, junto con el comentario en el que se decía que él y su madre, Lobelia, vivieron en Bolsón Cerrado «por muchos años» (pág. 354, nota 279). El Camino sigue y sigue adquiere aquí su forma definitiva (pág. 356, nota 284). Cuando el Jinete Negro aparece por primera vez en el camino, en el pasaje citado en la pág. 348, «Odo y Frodo» se convierten en «Folco y Sam» y el texto pasa a ser idéntico al de la CA (págs. 109-110).
Como indiqué anteriormente, se eliminó el relato de Frodo Tuk sobre su encuentro con el Jinete Negro en los Páramos del Norte de la Comarca (pág. 349), y la conversación entre Bingo y Frodo Tuk en la que hablan de los Jinetes Negros (págs. 349-350) después de la revelación de Sam pasa a ser igual a la que aparece en la CA (págs. 110-111), aunque por supuesto Folco ocupa el lugar de Pippin. Sin embargo, en esta versión también se menciona la breve detención del Jinete junto al árbol roto en el que los hobbits se refugiaban para comer y en la conversación que tienen a continuación Frodo vuelve a decir, [404] como antes decía Bingo, que se hará llamar señor Colina de Allá Lejos.
Cuando oyen cantar a los Elfos, Frodo dice, al igual que en la CA, pág. 114: «Se los encuentra a veces en el Boscaje Cerrado», pero vuelve a decir, como en la versión anterior (pág. 351), que vagabundean por allí en primavera y en otoño, «lejos de sus propias tierras, mucho más allá del Río». En este texto se dice, al igual que en la CA, que cantan el himno a Elbereth «en la bella lengua de los Elfos» y al final de la canción Frodo dice: «¡Son Altos Elfos! ¡Han nombrado a Elbereth!».
El desatinado comentario de Odo sobre la buena suerte que han tenido porque les darán buena comida y un lugar donde dormir desaparece y Folco no lo repite. Al igual que antes, en un comienzo sólo se daba la traducción de la frase de Frodo «Las estrellas brillan en la hora de nuestro encuentro» (pág. 351), pero, sin duda mientras estaba escribiendo el manuscrito, mi padre añadió las palabras en élfico, Eleni silir lúmesse omentiemman, y luego las sustituyó por Elen silë…, «Una estrella brilla…». El comentario de Gildor es el mismo que figura en la CA: «He aquí un conocedor de la Lengua Antigua».
La luna sigue inspirando la canción de los Elfos; pero se modificó la frase anterior («La luna amarilla asomó de pronto entre las sombras, y luego se elevó redonda y lenta en el cielo»), incluida en la versión original del capítulo (pág. 83), al parecer cuando se estaba escribiendo este texto o poco después, y se la sustituyó por: «La delgada hoz de plata de la luna nueva se elevó sobre las nieblas lejanas del oriente, y asomándose rápida y clara entre las sombras se meció brillando en el cielo». Sin duda, mi padre introdujo ese cambio teniendo en cuenta lo que había dicho sobre la luna en otros pasajes, porque cuando los hobbits se acercaban a la Cima de los Vientos la luna estaba en creciente y la noche en que los atacaban «se veía casi la mitad» (págs. 213, 234): el ataque se producía la noche del 5 de octubre (página 223) y el 24 de septiembre, cuando los hobbits pasaban la noche con los Elfos en el Boscaje Cerrado (véase la pág. 204), no podría haber habido luna llena o casi llena. Esa noche tendría que haber faltado poco para la luna nueva. De acuerdo con las fechas que correspondían a las distintas fases de la luna en el otoño y a comienzos de invierno de ese año, presentadas en la pág. 537, nota 409, el 25 de septiembre habría habido luna nueva, el 2 de octubre luna creciente (media luna) y el 10 de octubre luna llena. Pero el hecho de que mi padre haya supuesto que la luna nueva aparecía ya bien entrada la noche en el este es un desliz extraño y muy poco característico de él.[318] Por supuesto, en la CA no se habla de la luna en este pasaje; lo que inspiraba la canción de los Elfos era «el Espada del Cielo, Menelvagor, y su brillante cinturón». [405]
El texto del pasaje en el que los hobbits recuerdan lo que comieron con los Elfos pasa a ser igual al de la CA, y Folco evoca lo que antes evocaba Frodo Tuk además de recordar el pan como lo hacía Odo.
El consejo de Gildor a Bingo (Frodo) de que lleve consigo compañeros de confianza y su impresión de que sus actuales compañeros ya han confundido a los Jinetes se repiten en este texto (véase la página 353); pero al final no se menciona el Anillo y la conversación entre los dos termina como en la CA (págs. 122-123).
Capítulo IV: «Un atajo hacia los hongos»
Lo único que cabe mencionar de esta nueva versión del capítulo es la curiosa consecuencia de la exclusión de Odo Bolger: Folco Tuk suma el papel de Odo a lo heredado del papel de Frodo Tuk en la narración anterior. En la antigua versión Odo no estaba de acuerdo en tomar un atajo hacia Balsadera, porque, aunque no conocía esa región, había estado en La Perca Dorada de Cepeda, y Frodo Tuk era partidario de tomar el atajo… porque conocía la región.[319] En este texto, la característica de Frodo, su conocimiento de la región, le sirve a Folco para respaldar el deseo de tomar cerveza en Cepeda que antes expresaba Odo, y quien está en desacuerdo con él en la discusión es Frodo (Bolsón); por lo tanto, en este punto y en todo el capítulo, Folco se convierte en Pippin en todos los aspectos, con la excepción del nombre (véanse las págs. 358-359).
Sagrario del Bajo desaparece del texto (véase la pág. 358).
Capítulo V: «Conspiración desenmascarada»
En la segunda versión (págs. 373 y ss.) este capítulo había llegado a ser muy similar al de la CA, pero aún no se sabía si Odo había salido a pie desde Hobbiton con el grupo o si había partido antes con Merry hacia Los Gamos (véanse las págs. 374-375, 402). La duda desapareció, por supuesto, cuando se escribió la nueva versión del capítulo III: Odo está en Cricava, les abre la puerta cuando llegan y prepara la cena con Merry; en realidad, en resto del capítulo actúa como Fredegar (Gordo) Bolger. Hasta el final de este capítulo, el texto pasa a ser idéntico al de la CA, incluso en los más mínimos detalles de forma, con las siguientes excepciones: aún no surge el pasaje sobre Gorhendad Gamoviejo (página 373); la Cerca sigue teniendo cuarenta millas de extremo a extremo (ibid.); y el texto de la «canción de los enanos», ¡Adiós, adiós ahora, hogar y sala!, sigue siendo igual al de la versión anterior (pág. 376).[320]
Sin embargo, el final del capítulo sigue siendo muy diferente [406] del incluido en la CA. Se conservó el pasaje de la segunda versión y se le incorporaron los añadidos a lápiz (págs. 378-379). Odo dice «Pero no tendremos ninguna suerte en el Bosque Viejo» (mientras en la CA Fredegar dice «Pero no tendrás ninguna suerte»), porque aún existe la posibilidad de que acompañe a los hobbits en la continuación del viaje, aunque de hecho mi padre había decidido que se quedaría en Cricava hasta que llegara Gandalf. Presento el texto a partir de «¿Queréis seguir al Capitán Frodo, o preferís quedaros en casa?».
—Seguiremos al Capitán Frodo —dijeron Merry y Folco (y Sam, por supuesto).
Odo se quedó en silencio.
—¡Escuchad! —dijo después de una pausa—. No me importa reconocer que tengo más miedo del Bosque que de cualquier otra cosa. No me gustan los bosques, pero las historias que he oído sobre el Bosque Viejo son una pesadilla. Pero también pienso que tendríais que tratar de poneros en contacto con Gandalf, porque supongo que ahora ha de saber más que vosotros sobre los Jinetes Negros. Me quedaré aquí y no dejaré acercarse a los curiosos. Cuando llegue Gandalf, porque llegará sin duda, le diré lo que habéis hecho y os daré alcance con él, si acepta que lo acompañe.
Los otros estuvieron de acuerdo en que en general parecía un plan excelente; y en seguida Frodo le escribió una breve carta a Gandalf, y se la dio a Odo.
—De acuerdo, entonces —dijo Merry.
El resto del capítulo es igual a la versión anterior.
En el texto publicado queda un curioso vestigio de este período. Como la posibilidad de que Odo se quedara atrás no era parte de la «conspiración», Merry había preparado seis poneys, cinco para los hobbits y uno para el equipaje. Cuando se modificó el relato y, «de acuerdo con el plan original» de los conspiradores (CA, pág. 153), Fredegar Bolger debía quedarse atrás, no se advirtió este detalle, y se conservaron los seis poneys en este punto (CA, pág. 152).
Capítulo VI: «El Bosque Viejo»
Finalmente se le dio un título a este capítulo. Odo se despide ahora de los demás a la entrada del túnel que se abre bajo la Cerca con estas palabras: [407]
—Desearía que no os internarais en el Bosque. No creo que podáis atravesarlo sin correr ningún peligro; y pienso que es muy importante que alguien le diga a Gandalf que habéis entrado en el Bosque. Estoy seguro de que necesitaréis auxilio antes de terminar el día. Pero os deseo buena suerte y espero, tal vez, daros alcance algún día.
La colina que hay en el bosque sigue estando coronada por un haz de árboles (pág. 144), pero se sustituyó esa frase por la «testa rasurada» de la CA cuando se estaba escribiendo este manuscrito. La hondonada por la que los hobbits se veían obligados a bajar porque no podían salir de ella termina como antes (ibid.):
De pronto los árboles del bosque se acababan, y la hondonada se hacía más profunda y escarpada; en el fondo estaba casi cubierta por las aguas retumbantes y veloces. Llegaba finalmente a un angosto promontorio en lo alto de una barranca rocosa, por la que el río descendía y caía en una serie de pequeñas cascadas. Mirando hacia abajo vieron que a sus pies había una amplia extensión de hierba y cañas…
Se conservó el antiguo relato del descenso por la barranca de treinta pies de altura, por la que Folco caía a lo largo de los últimos quince pies.
En la versión original del encuentro con el Viejo Hombre Sauce (pág. 144) el árbol atrapaba a Bingo y Odo, y Merry (que entonces se llamaba Marmaduque) era el que reunía a los poneys y sacaba a Frodo Tuk del río. En la etapa siguiente (págs. 378-379) se modificó el pasaje de tal modo que Sam pasó a hacer lo que antes hacía Merry mientras éste «dormía profundamente». Ahora, con Frodo Tuk y Odo «reducidos» a Folco Tuk, Frodo Bolsón y Folco siguen quedando atrapados en el árbol, pero Merry es quien cae al río empujado por el árbol en lugar de Frodo Tuk.
En la primera versión, el sendero que bordeaba el Tornasauce de pronto se desviaba misteriosamente hacia la izquierda antes de llegar a la casa de Tom Bombadil y cruzaba un puentecillo; esto se conservó en la revisión posterior y, más adelante, se sustituyó «izquierda» por «derecha», lo que sugiere que la casa de Bombadil estaba en la ribera sur del Tornasauce (véase la pág. 147). En el presente texto decía originalmente lo siguiente: [408]
[El sendero] se desvió bruscamente a la derecha, y los condujo a través de un puente de madera que cruzaba otro río menos caudaloso de aguas alborotadas.
Aquí reaparecen el desvío del sendero y el puente, pero el puente cruza un río tributario y, por lo tanto, la casa de Bombadil está en la ribera norte del Tornasauce. Sin embargo, mi padre tachó el pasaje, aparentemente mientras iba escribiendo.
Capítulo VII: «En casa de Tom Bombadil»
Como se había hecho con el anterior, ahora se le dio un título a este capítulo. Se incorporó al texto el episodio del ataque a Cricava (páginas 379-380), en el que se hicieron muy pocos cambios de importancia y que es prácticamente idéntico al anterior. El «hombre gris» subía por el sendero llevando un caballo blanco, pero en la primera versión se indicaba más adelante que Gandalf tenía un caballo blanco. Lo más importante es que mi padre repitió en un comienzo las palabras «De pronto algo se movió», pero luego las tachó y las sustituyó por «La cortina de una de las ventanas se agitó. De pronto, la figura que estaba ante la puerta se movió rápidamente» (es indudable que este cambio fue hecho cuando se estaba escribiendo el manuscrito). Naturalmente, Odo estaba dentro de la casa. En la siguiente versión no hay nada que corresponda a las palabras escritas a lápiz al final de la primera versión del episodio, «Apegada a él iba una silueta menuda envuelta en una capa ondeante» y «Odo», y pienso que en realidad aún no se las había incorporado al texto anterior; al parecer, en ese período mi padre no tenía ningún otro plan con respecto a Odo. Pero en el segundo texto hay un añadido hecho a lápiz en el que, aunque fue borrado, el señor Taum Santoski ha determinado que dice lo siguiente: «Detrás de él corría Odo … y … viento. Compárese con IX. 22». En relación con esto, véanse las págs. 418-419).
Los sueños. El sueño de Frodo sigue siendo igual, prácticamente idéntico, al que tenía Bingo en la versión original (págs. 152-153), salvo que después de «los cascos golpeteaban y el viento soplaba» se añadió «y (se oía) el débil y lejano eco de un cuerno»; sin duda, esto evoca el episodio en que Gandalf hacía sonar un cuerno en Cricava, lo que en este texto aparece mencionado inmediatamente antes del sueño de Frodo. Pero mientras en el relato escrito en la primera etapa se decía «Bingo se despertó» y «al cabo de un rato se durmió» (véase el comentario en el que se dice que Bingo tenía motivos para oír esos ruidos, pág. 153), en esta versión Frodo «tuvo un sueño sin luz»; [409] esto se repite en la CA, pero en este texto no hay nada que sugiera que se despertaba (a diferencia de la CA: «¡Los jinetes Negros!», pensó Frodo despertando). Por otra parte, en este texto el fin del pasaje es igual al de la CA: «al fin se volvió y se durmió otra vez, o se perdió en un sueño que no le dejó ningún recuerdo». Folco sueña lo que originalmente soñaba Odo y, al igual que Pippin en la CA, «despertó, o pensó que había despertado» y luego «volvió a dormirse». Merry sueña con agua, como antes lo hacía Frodo Tuk, y se conservó la frase «un agua que caía en su sueño tranquilo y que lo despertó lentamente», que aparecía en la antigua versión, aunque se la tachó, probablemente en seguida; el pasaje termina, al igual que en la CA, con «Respiró profundamente y se durmió otra vez». Sam «durmió toda la noche, muy satisfecho, si los troncos duermen satisfechos».
En la conversación entre Tom y los hobbits el segundo día, se conservó la frase «Una sombra salió desde el centro del mundo» (véase la pág. 156); y la respuesta de Tom a la pregunta de Frodo, «¿Quién sois, Señor?», es casi igual a la que aparecía en la antigua versión (págs. 156-157): Tom Bombadil dice «Soy un aborigen, eso es lo que soy» y se repitió la frase «Vio salir el sol en el oeste y la luna después, antes que se estableciera el nuevo orden de los días» (véase mi comentario sobre este pasaje en la pág. 157).
Con respecto a todas las demás diferencias de menor importancia mencionadas en las págs. 157-159, el presente texto adquiere la forma definitiva.
Capítulo VIII: «Niebla en las Quebradas de los Túmulos»
No es necesario hacer mayores comentarios sobre este capítulo, basado en el texto original (págs. 164-169) y al que ahora se le dio un título. El «brazo (que) caminaba apoyándose en los dedos» en la quebrada se le acercaba a Folco, y Frodo le caía encima (pág. 164). No se modificó lo que decía Merry al despertar (ibid.) y lo único que se agregó a lo dicho sobre las espadas de bronce que Tom Bombadil sacaba para los hobbits del tesoro que había en el montículo fue el añadido al texto original: Tom decía que «habían sido hechas mucho tiempo atrás por hombres venidos del oeste, enemigos del Señor oscuro».
La conclusión del capítulo se asemeja un tanto más al relato definitivo, pero se conservaron algunos elementos de la versión original (págs. 166-169). Por 1o tanto, cuando Frodo baja al Camino, vuelve a decir: «Espero que después de esto podamos seguir por la senda transitada», a lo que Bombadil responde: «Eso es lo que tendréis que hacer, siempre que podáis: no os apartéis de la senda transitada, [410] pero cabalgad de prisa y con cautela». Su consejo al despedirse de los hobbits sigue siendo: «Barnabás Mantecona es el afortunado propietario; conoce a Tom Bombadil y el nombre de Tom os será útil. Decid “Tom nos envía” y os tratará amablemente». Después de la partida de Tom no se describe ninguna conversación entre los hobbits y el final del capítulo es muy similar al del texto original. Sam cabalga delante, junto a Frodo, y Merry y Folco van detrás, llevando al poney sin jinete; Bree sigue siendo «una pequeña villa».