V
EL BOSQUE VIEJO Y EL TORNASAUCE

[142]

En la carta del 31 de agosto de 1938 citada al final del capítulo anterior, mi padre decía que «durante los dos o tres últimos días» había vuelto a trabajar en el libro, que la narración «se está expandiendo» y escapaba a su control, y que había llegado «hasta aproximadamente el capítulo VII». Es evidente que en esos pocos días los hobbits habían cruzado el Bosque Viejo por el valle del Tornasauce, se habían quedado en casa de Tom Bombadil, habían escapado del Tumulario y habían llegado a Bree.

Hay muy pocos esquemas preliminares del cuarto capítulo original, y aquí los presento todos. Hay una primera página escrita de prisa con lápiz blando y que ahora es prácticamente ilegible; intercalo los signos de puntuación necesarios y algunas palabras que faltan, y en los casos en que sólo se anotó la inicial de un nombre pongo el nombre completo.

Montaron en los poneys y echaron a cabalgar hacia la niebla. Luego de más de una hora, llegaron a la Cerca. Era alta y estaba envuelta en una red de plateadas telarañas.

—¿Cómo vamos a atravesarla? —dijo Odo.

—Hay una manera de hacerlo —dijo Marmaduque. Siguiéndolo a lo largo de la Cerca llegaron a un pequeño túnel con paredes de ladrillo. El túnel llegaba hasta una hondonada y pasaba por debajo de la Cerca para desembocar a unas veinte yardas al otro lado, donde estaba cerrado por una puerta con tupidos barrotes de hierro. Marmaduque abrió la puerta, los dejó pasar y volvió a cerrarla. Todos se sobresaltaron cuando se cerró de golpe.

—¡Ya está! —dijo Marmaduque—. Hemos dejado la Comarca, y ahora estamos [? fuera] y cerca del linde del Bosque Viejo.

—¿Son ciertas las historias que se cuentan? —dijo Odo.

—No sé a qué historias te refieres; si es a esas historias de miedo sobre trasgos y lobos y cosas así que nos contaban las nodrizas, te diré que no. Pero es un lugar extraño. En el Bosque Viejo todo está más vivo, más atento a lo que ocurre, que en la [143] Comarca. Y no les gustan los extraños. Los árboles te vigilan, pero no vigilan tanto de día. [? A veces] los más hostiles pueden dejar caer una rama o levantar una raíz o atraparte con largas lianas. Pero de noche las cosas pueden ser muy inquietantes, eso me han dicho. Sólo estuve una vez en el Bosque Viejo, y sólo cerca del linde, cuando ya estaba oscuro. Me pareció que todos los árboles murmuraban entre sí aunque no había viento, y las ramas se balanceaban y se movían a tientas. Dicen que los árboles se mueven realmente y pueden rodear y envolver a los extraños. Hace mucho tiempo solían atacar la Cerca, venían y se plantaban al lado y la cubrían. Pero quema[mos] el terreno en una franja de muchas millas al este de la Cerca y los árboles se rindieron. También hay criaturas extrañas que viven en lo profundo del Bosque y en el otro extremo. Pero no he oído decir que sean feroces, al menos durante el día. Pero algo abre senderos y los mantiene despejados. Allí nace un largo y ancho sendero que va aproximadamente en nuestra dirección. Ése es el sendero que estoy tratando de encontrar.

El suelo se elevaba continuamente y mientras los poneys avanzaban penosamente los árboles se hacían más oscuros, y más espesos y altos. No se oía nada, excepto alguna gota ocasional; pero todos tenían la incómoda impresión de que estaban observándolos con desaprobación e incluso con disgusto, y esa impresión iba creciendo. Marmaduque trató de cantar, pero su voz se convirtió rápidamente en un canturreo y luego enmudeció. Una rama pequeña se desgajó de un árbol viejo golpeando en el suelo detrás de ellos. Se detuvieron, sobrecogidos, y miraron en torno.

—Parece que a los árboles no les gusta mi canto —dijo Marmaduque alegremente—. Está bien; esperaremos a llegar a un lugar más despejado.

Clarolomavistasol altola bruma se desvanece

empieza a hacer calor

Los árboles les cierran el paso.

Se desvían [? Siempre …… lado]

Hombre-Sauce.Encuentro con Tom Bombadil.

[Tachado: Tumularios]

Acampan en las quebradas. [144]

Aunque este texto empieza como una narración y luego se convierte en una serie de notas, hay otra página que es explícitamente un «esquema» del relato:

El sendero sigue serpenteando y se sienten cansados. No ven nada. Finalmente ven una loma despejada (coronada por unos pocos pinos) delante de ellos, desde la que se divisa el sendero. Llegan allí y ven que la bruma se ha desvanecido, y el sol está casi en el cénit y hace mucho calor, n de la mañana. Descansan y comen. Pero sólo ven árboles alrededor de ellos y no alcanzan a distinguir la Cerca o el camino hacia el norte, aunque ven a lo lejos las tierras bajas y desnudas hacia el este y el sur. Al otro lado de la loma el sendero se desvía hacia el sur. Deciden salir de allí e ir hacia el N. E. guiándose por el sol. Pero los árboles les cierran el paso. Van bajando, y las zarzas, los matorrales, los avellanos y otras cosas les impiden avanzar. Todos los [? claros] los llevan hacia la derecha. En la tarde llegan finalmente a un río bordeado de sauces: el Tornasauce.[94] Marmaduque sabe que atraviesa el bosque bajando por las quebradas y que se une al Brandivino en Fin de la Cerca. Parece haber un sendero accidentado que va río arriba. Pero empiezan a sentir una profunda somnolencia. Odo y Bingo no pueden seguir caminando sin descansar un momento. Se sientan apoyándose de espaldas en el tronco de un enorme sauce, mientras Frodo y Marmaduque se quedan cuidando los poneys. El Hombre-Sauce atrapa a Bingo y Odo. De pronto se oye un canto distante. (No se dice el nombre de Tom Bombadil.) El Sauce los deja salir.

Llegan al extremo del bosque al caer la noche, y enseguida suben a las quebradas. Empieza a hacer mucho frío; se levanta una bruma y luego comienza a caer una fría llovizna. Buscan protección junto a un enorme túmulo. El Tumulario los encierra en su interior. Al despertar descubren que están enterrados vivos. Gritan. Finalmente Marmaduque y Bingo empiezan a cantar. Otra canción les responde desde fuera. Tom Bombadil abre la puerta de piedra y los deja salir. Van a su casa para pasar la noche allí; aparecen dos Tumularios [? galopando] que los persiguen, pero se detienen cada vez que Tom Bombadil se da vuelta y los mira. [145]

En esta etapa se suponía que el primer encuentro con Tom Bombadil sería muy breve y que no se quedarían en su casa hasta que escaparan del túmulo en lo alto de las quebradas; pero no hay ningún relato que case con este esquema, y sin duda no se escribió ninguno.

Por supuesto, es posible que se hayan perdido otros borradores preliminares, pero el primer texto del cuarto capítulo original que se conserva (texto que lleva el número «IV», pero que no tiene título) parece ser una composición ab initio, muchas de cuyas palabras y frases e incluso páginas enteras se descartaron y sustituyeron mientras se iba escribiendo. Sin embargo, gran parte de este manuscrito está en orden y es legible, aunque fue escrito rápidamente y cada vez más de prisa (véase la nota 101). Por lo tanto, es notable que este texto contenga toda la narración, escrita de una plumada, que aparece en la CA (capítulo 6, «El Bosque Viejo»), y que sólo presente algunas diferencias mínimas, además de las relacionadas con los personajes (lo que en gran medida se limita a los nombres) y la distribución de los «papeles», y en muchos casos hay extensos pasajes cuya redacción es prácticamente idéntica al texto definitivo. Mi padre tenía razón al decir que El Señor del Anillo fluía «sin tropiezos».

Hay unos pocos puntos dignos de mención. En primer lugar, en cuanto a los personajes, hay diferencias en la distribución de los «parlamentos» entre la primera versión y la definitiva. Por supuesto, Fredegar Bolger no está presente para despedirse de ellos a la entrada del túnel que cruza la Cerca, y su pregunta «¿Cómo vas a atravesarla?» (CA, pág. 155) pasa a ser hecha por Odo («¿Cómo vamos a atravesarla?»; compárese con la pág. 142). En este texto no es Frodo (CA, pág. 159) sino Marmaduque quien recita Oh, vagabundos de la tierra en sombras,[95] pero, posiblemente enseguida, se lo sustituyó por Frodo Tuk. No es Pippin, sino Bingo, quien no quiere tomar el sendero que bordea el Tornasauce (CA, pág. 164); y en la escena con el Viejo Hombre-Sauce los papeles varían. En la versión original, Bingo y Odo son los que se sienten dominados por el sueño y se apoyan en el tronco del sauce, y Marmaduque es quien se muestra más resistente y se alarma más cuando empieza a sentirse adormilado. Frodo Tuk («más aventurero») baja hasta la orilla del río (al igual que Frodo Bolsón en la CA) y, al quedarse dormido a los pies del Sauce, una raíz lo arroja al agua y lo mantiene sumergido, mientras Marmaduque hace lo que Sam haría después: atrapa a los poneys, saca a Frodo (Tuk o Bolsón) del río y discurre con él cómo pueden liberar a los que han quedado prisioneros en el árbol. No obstante, pese a la redistribución posterior de los papeles en esta escena y a la aparición de Sam Gamyi, el texto anterior es muy similar al definitivo, como se puede observar en este ejemplo (compárese con la CA, pág. 166). [146]

Marmaduque lo tomó [a Frodo Tuk] de la chaqueta por la espalda y tironeó sacándolo de abajo de la raíz del árbol, y lo dejó en la orilla. Frodo se despertó casi inmediatamente, tosiendo y farfullando.

—¿Sabes? —dijo—, ¡el maldito me arrojó al agua! Lo sentí y lo vi: la enorme raíz me envolvió y me arrojó al agua.

—Estabas soñando —dijo Marmaduque—. Cuando te dejé estabas dormido, aunque me pareció que era absurdo sentarse allí.

—¿Qué pasó con los otros dos? —preguntó Frodo—. Me pregunto qué clase de sueños habrán tenido ellos.

Rodearon el árbol alejándose de la orilla. Marmaduque entendió entonces por qué había oído el sonido de una cerradura. Odo había desaparecido. La abertura junto a la cual estaba se había cerrado de tal modo que no se veía ni siquiera una grieta. Bingo estaba atrapado; su abertura se había cerrado rodeándolo casi hasta la cintura…

También cabe mencionar algunos detalles topográficos secundarios. En el esbozo (pág. 144) se dice que la loma estaba coronada por pinos y esto se conservó: «tenía un haz de pinos en la cima» bajo los cuales se sentaban los hobbits. En la CA (pág. 160) se compara la loma con una cabeza calva y los árboles que la rodean con una «cabellera espesa que terminaba de pronto en un círculo alrededor de una testa rasurada». Cuando llegaban después al final de la hondonada y divisaban el Tornasauce entre los árboles, estaban en la cima de un acantilado:

De pronto los árboles del bosque se acababan, y la hondonada terminaba en lo alto de una barranca que parecía un acantilado. Allí el río descendía, y caía en una serie de pequeñas cascadas. Mirando hacia abajo vieron que a sus pies había una amplia extensión de hierba y cañas…

Marmaduque bajó a gatas hasta el río, y desapareció entre altas hierbas y arbustos achaparrados. Reapareció al cabo de un rato y les gritó desde un sitio cubierto de pasto, unos treinta pies más abajo. Les informó que el suelo era bastante firme entre la barranca y el río…

En la CA (pág. 163) es evidente que, siguiendo el arroyo por la hondonada, los hobbits habían llegado a la altura del valle del Tornasauce cuando todavía estaban rodeados de árboles: [147]

Saliendo al claro descubrieron que habían venido caminando por una hendidura en una barranca empinada, casi un acantilado. Allá abajo había un ancho espacio de hierba y cañas…

[Merry] salió a la luz y desapareció entre las hierbas altas. Poco después reapareció, informando…

Más adelante, en la versión original, a los hobbits les preocupaba que los poneys no pudieran bajar por el acantilado; de hecho, bajaban sin ningún problema, pero Frodo Tuk «se apoyó con demasiada fuerza en una protuberancia cubierta de hierba que parecía un peldaño, y recorrió patas arriba los últimos quince pies; pero no se hizo daño al llegar al fondo, porque el terreno era blando». En la CA (pág. 164) los hobbits simplemente se alejaban de los árboles «uno detrás de otro».

La última parte del capítulo, en la que aparece Tom Bombadil y que termina con las mismas palabras que en la CA («envueltos todos en una luz dorada»), es tan similar al texto definitivo[96] que sólo cabe mencionar un punto de menor importancia. Tanto en esta versión como en la CA se indica claramente que el sendero que tomaban los hobbits y que bordeaba el Tornasauce estaba en la orilla norte del río, la orilla por la que descendían al salir del bosque, y por lo tanto es curioso que se describa de esta manera cómo se acercaban a la casa de Tom Bombadil:

La hierba por la que caminaban era corta y suave, como si la hubieran segado. Detrás, el linde del bosque parecía recortado como una cerca. El sendero estaba bordeado de piedras blancas; y desviándose súbitamente a la izquierda cruzaba un puentecillo. Luego subía serpenteando a la cima de una loma redondeada…

Pero el sendero estaba en la orilla izquierda del río si se lo seguía río arriba. Posteriormente se hicieron muchas correcciones en ese texto, que es casi idéntico al de la CA, aunque se conservó este detalle: «El sendero estaba bordeado de piedras blancas; y desviándose súbitamente a la izquierda los condujo a través de un puente de madera». Más adelante, donde decía «izquierda» se escribió «derecha», lo que hace suponer que la casa de Tom Bombadil estaba en la orilla sur del Tornasauce. En la CA no se menciona el puente. El mapa de la Comarca hecho por mi padre (véase la pág. 138, mapa I) probablemente demuestre que cambió de opinión con respecto a esto; porque en las indicaciones originales escritas a lápiz dice «TB» y al lado hay una señal bien marcada, en la orilla sur, aunque en las notas escritas encima con tinta se indica que la casa estaba al norte del río. Véanse también las págs. 406-408.

[148]

Nota sobre Tom Bombadil

Tom Bombadil, Baya de Oro, el Viejo Hombre-Sauce y el Tumulario ya habían sido creados hacía cierto tiempo y se los mencionaba en un artículo publicado en The Oxford Magazine (vol. LII, n.º 13, 15 de febrero de 1934). En una carta escrita en 1954 mi padre decía: [149]

No creo que sea necesario filosofar sobre Tom, y hacerlo no lo mejoraría en nada. Pero muchos lo han considerado un elemento extraño e incluso discordante. El hecho histórico es que lo incluí porque ya lo había «inventado» independientemente (apareció por primera vez en el Oxford Magazine) y quería añadir una «aventura» en el camino.[97]

En un pedazo de papel aislado se encuentran los versos que presento a continuación. En la parte superior de la página mi padre escribió: «Fecha desconocida, origen de Tom Bombadil por lo tanto evidentemente a mediados de los años treinta»; y esta nota fue escrita en la misma época que el texto, ciertamente mucho después. Ésta es una copia y no quedan rastros del texto original.

(Dije yo)
«¡Ho!, Tom Bombadil
¿adónde vas
con John Pompador
bogando por el río?»
(Dijo él)
«Por el largo Congleby,
Stoke Canonicorum,[98]
más allá de King’s Singleton
hasta Bumby Cocalorum…
En busca de Bill Willoughby
no me importa qué esté haciendo,
y a sacar a Harry Larraby
no me importa qué cerveza esté preparando.»
(Y él cantó)
«¡Adelante, bote! ¡Avanza! Los sauces se doblan,
las cañas se inclinan, el viento mece las hierbas.
¡Corre, río, corre! Las olas no acaban jamás;
brillan verdes y relumbran a su paso.
¡Corre, hermoso sol, cruza el cielo en la mañana,
ondulando dorado! ¡Tu canto es alegre! [150]
Enfría las lagunas, aunque el verano queme;
¡que la risa retumbe en los claros sombreados!»

El título del poema publicado en The Oxford Magazine en 1934 era The Adventures of Tom Bombadil [Las aventuras de Tom Bombadil] (en versiones anteriores era The History of Tom Bombadil [La historia de Tom Bombadil]). Muchos años más tarde (1962) mi padre lo colocó al comienzo de la colección de poemas que lleva el mismo título (y añadió un nuevo poema, Bombadil sale a pasear en bote, en el que se encuentra con el Granjero Maggot en Marjala). El poema sufrió diversos cambios, y se añadieron referencias al Tornasauce, pero se conservó gran parte del antiguo poema. En él se encuentra el origen de muchos elementos que aparecen en este capítulo y los capítulos siguientes: la hendidura en el Gran Sauce que luego se cerraba (aunque en el poema era Tom Bombadil quien quedaba atrapado en ella), la cena de «crema amarilla y panales de miel, y pan blanco, y mantequilla», los «ruidos nocturnos» —entre otros, el golpeteo de las ramas del Viejo Hombre-Sauce en las ventanas—, las palabras del Tumulario (que en el poema estaba dentro de la casa de Tom), «Estoy esperándote», y mucho más.