XII
LOTHLÓRIEN

[254]

En la primera narrativa completa, los capítulos 6 y 7 del Libro II de CA («Lothlórien» y «El Espejo de Galadriel») son uno solo, aunque aquí se los trata de forma separada. Este texto es extremadamente complejo, pues mientras constituye una narrativa casi completa, la forma en la que existe no es el resultado de haber escrito una simple secuencia; algunas partes son posteriores, con nombres posteriores, y fueron escritas sobre una forma anterior borrada en parte o en su totalidad. Otras no fueron reescritas y en ellas aparecen nombres anteriores, a veces corregidos, a veces no; y el texto original fue muy corregido en su totalidad.

De hecho, me parece seguro que todo el texto, incluyendo algunos fragmentos de borrador y bocetos iniciales que hay en páginas separadas, pertenecen a la misma época. El borrador de prueba de «agosto de 1940» una vez más volvió a usarse como guía para todo el complejo de papeles. El manuscrito varía mucho en dificultad, siendo algunas secciones bastante claras y legibles, y otras, todo lo opuesto. En algunos lugares, las letras son tan pequeñas y las formas de las mismas están tan cambiadas que uno bien podría dar con la palabra correcta pero no saberlo si no existen suficientes pistas en el contexto o en el texto posterior. Los finales de palabras están mal escritos u omitidos, formas distintas de una frase aparecen simultáneamente, y por doquier falta la puntuación. Éste es un caso en el que la apariencia del manuscrito difiere excesivamente del texto impreso.

En realidad, no es posible una presentación satisfactoria de un texto semejante. Si se da la primera forma de la historia, y se ignoran las alteraciones posteriores, entonces se encuentran dificultades como las que aparecen a continuación. En el pasaje en el que Legolas les informa a los otros de la conversación mantenida con los Elfos en el árbol mallorn (CA p. 472), la narrativa original (a tinta) ponía:

Ahora nos invitan a subir, tres en cada uno de estos árboles que están tan juntos. Yo iré primero.

Esto se corrigió (a lápiz) a una forma próxima a la de CA:

Ahora me invitan a que suba con Frodo, de quien parecen haber [255] oído hablar. A los otros les piden que esperen un poco, y que monten guardia al pie del árbol.

Pero entonces, la primera narrativa (a lápiz) continúa en la siguiente hoja con esta historia revisada, en la que Legolas y Frodo son los primeros en subir (con Sam detrás). Por otro lado, si se admiten todas las alteraciones posteriores (que, en cualquier caso, están muy lejos de ser consistentes), se alcanza bastante la forma de CA y las etapas anteriores son ignoradas. Por lo tanto, he adoptado el método primero, e intentaré clarificar las complejidades a medida que vayan surgiendo. Las notas de este capítulo forman un comentario al texto y son parte de su presentación.

Unas breves notas a la estancia de la Compañía en Lothlórien inician la larga sinopsis preparatoria dada en el capítulo anterior (pp. 243-244). En ella no se sugiere la presencia de Galadriel y Celeborn; y es «en El Ángulo», entre el Raíz Negra y el Anduin, que Boromir acosa a Frodo e intenta quitarle el Anillo. La primera marcha desde Moria está mejor trazada en las siguientes notas:

Entran en el Valle del Arroyo Sombrío. Es una tarde dorada, pero oscura en el Valle.

El Lago Espejo. Hierba suave. Un cielo nocturno de un azul profundo.

[Notas garabateadas con posterioridad: Los Orcos no salen por el día. Las heridas de Frodo son vendadas por Trotter, de modo que descubren la cota de mithril.]

No hay tiempo para quedarse. El pesar de Gimli. Ven los manantiales negros del Morthond;[277] los siguen.

Van hacia Lothlórien. Descripción de Legolas. Es invierno en el bosque, pero los árboles todavía tienen hojas que se han tornado doradas. No caen hasta la primavera, cuando vuelve el verdor, y hay flores grandes y amarillas. Hace tiempo fue un jardín de los Elfos del Bosque… antes de que los enanos perturbaran los males que había bajo las montañas, dijo él (a Gimli eso no le gusta). Vivían en casas en los árboles antes de que el mundo que se oscurecía los empujara bajo tierra.[278]

En el crepúsculo Frodo vuelve a oír pisadas, pero no ve nada que los siga. Marchan hacia el anochecer.

Se refugian en los árboles y ven a los Orcos debajo.

Bastante después, Frodo ve a una figura de espalda doblada que se mueve rápidamente. Olisquea bajo el árbol, alza la vista, y luego desaparece. [256]

El pasaje de los Orcos que pasan por debajo de ellos, y la llegada d Gollum, aparecieron primero en el boceto dado en la p. 243.

Vuelvo ahora a la narrativa. El capítulo tiene el número XVIII — está paginado de modo continuo (con una laguna), pero carece de título. Como he dicho, transcribo (hasta donde es posible) la forma más original del texto, y no indico, por regla general, las pequeñas correcciones posteriores que lo aproximan al de CA, aunque muchas o todas bien pueden pertenecer a la misma época.

—¡Ay, me temo que aquí ya no podemos esperar más! —exclamó Aragorn. Miró hacia las montañas y alzó la espada—. Adiós, Gandalf —gritó—. ¿No te dije si atraviesas las puertas de Mona, cuidado? No sé qué puso las palabras en mi boca, pero ¡ay!, no me equivoqué. Ninguna suerte pudo haber sido más penosa. ¿Qué esperanza tenemos sin ti? —Se volvió hacia la Compañía—. ¡Hemos de hacer a un lado la esperanza! —dijo—. Al menos tal vez seamos vengados todavía. Preparémonos y dejemos de llorar. ¡Es mejor que golpeemos duro a que nos lamentemos mucho![279] ¡Nos queda un largo camino y mucho que hacer!

Se incorporaron y miraron a su alrededor. Hacia el norte el Valle corría por una garganta oscura entre dos grandes brazos de las montañas, y en la cima brillaban tres picos blancos.[280] Muchos torrentes blancos caían de sus empinados lados hacia el valle. Una niebla de espuma colgaba en el aire.

Al oeste [léase este][281] las montañas terminaban bruscamente, y más allá podían verse unas tierras vastas e imprecisas. Hacia el sur las montañas se perdían interminables hasta donde llegaba la vista. A menos de una milla, y un poco por debajo de ellos (pues aún se encontraban en las faldas de las montañas), había una laguna. Era larga y ovalada, como una punta de lanza clavada profundamente en la garganta del norte. El extremo sur se extendía más allá de la sombra, bajo el cielo soleado. Sin embargo, las aguas eran oscuras: de un azul profundo como el cielo claro de la noche visto desde una ventana iluminada. La I superficie estaba tranquila, sin una onda. Todo alrededor una hierba suave descendía por las laderas hasta la orilla lisa y uniforme.[282]

—¡He ahí el Kheledzâram,[283] el Lago Espejo! —dijo Gimli tristemente—. Esperaba contemplarlo con alegría y demorarme aquí un poco. Recuerdo que él dijo: «Ojalá tengáis la alegría [257] de verlo, pero sea lo que fuere que hagáis, yo no podré quedarme». Ahora soy yo quien tiene que apresurarse, y él quien ha de quedarse.

La Compañía descendió por el camino, descuidado y quebrado, pero todavía podía verse que en otro tiempo había subido desde las tierras bajas hasta la puerta. Atravesaba el prado del Lago Espejo, y allí, no lejos del camino, al borde del agua se alzaba una sola columna rota en la parte superior.

—Es la Piedra de Durin —dijo Gimli—. [Nosotros >] Yo no puedo seguir sin detenerme un momento a mirar la maravilla del Valle.

—Apresúrate entonces —dijo Trotter, volviendo la cabeza hacia la Puerta—. El sol se pone temprano. Los Orcos no saldrán hasta el crepúsculo, pero deberíamos estar muy lejos antes de que caiga la noche. La luna aparecerá por última vez, y la noche será oscura.

—Ven conmigo, Frodo —llamó el enano—, y cualquiera que lo desee. —Pero sólo Sam y Legolas lo siguieron.[284] Corrió prado abajo y miró la columna. Las runas que tenía estaban desgastadas—. Esta piedra marca el sitio donde Durin miró por primera vez en el Lago Espejo —dijo el enano—. Miremos nosotros.

Se inclinaron sobre el agua.

Durante un rato no pudieron ver nada. Sobre la laguna no se reflejaba la sombra de ninguno de ellos. Luego, lentamente, aparecieron las formas de las montañas de alrededor, reflejadas en un profundo azul, y en medio un espacio de cielo. Allí, como joyas en la profundidad, brillaban unas estrellas titilantes, aunque la luz del sol estaba en lo alto del cielo. No había sombras de ellos en el agua.

—Bello Kheledzâram —dijo Gimli—. Ahí descansa la corona de Durin hasta que despierte. Adiós.

Saludó con una reverencia, dio media vuelta y subió deprisa por el prado hasta el camino.

El camino corría ahora hacia el sudoeste [léase sudeste][285] y descendía rápidamente, alejándose de los brazos de las montanas. Un poco por debajo del lago tropezaron con un manantial Profundo de aguas oscuras, casi negras; el agua fresca caía sobre un reborde y se alejaba gorgoteando por un canal abierto en la piedra. [258]

—Éste es el manantial donde nace el Raíz Negra —dijo Gimli—. No bebáis, es frío como el hielo.

—Pronto se transformará en un río rápido —dijo Trotter— alimentado por muchas otras corrientes de [?toda la tierra]. Nuestro camino lo bordea. Y debemos ir más veloces que él. Allí está nuestro camino. —Ante ellos pudieron ver que el Raíz Negra descendía hacia las tierras más bajas hasta perderse en una distancia que brillaba como oro pálido al borde de la visión—. Allí están los bosques de Lothlórien —dijo Trotter—. Sus árboles aún se hallan a muchas millas (cuatro leguas o más), pero hemos de alcanzarlos antes de la noche.

[Entonces, continuaron la marcha en silencio][286] durante un tiempo, pero cada paso se hizo más doloroso para Frodo. A pesar del sol brillante [? invierno], el aire le parecía helado luego de la tibia oscuridad de Moria. Sam a [su] lado también se sentía débil. El corte en el brazo le estaba doliendo.[287] Se rezagaron juntos. Trotter miró hacia atrás con ansiedad.

—Han sucedido tantas cosas —dijo—, que me olvidé de ti, Frodo, y de Sam también. Lo lamento: los dos estáis heridos, y no hicimos nada por aliviaros o por averiguar lo serias que eran vuestras heridas. ¿Qué haremos? No hay nada que se pueda hacer en esta región vacía, con la puerta y nuestros enemigos tan cerca detrás de nosotros.

—¿Cuánto queda de marcha? —preguntó Frodo.

Tomaron una primera comida 2 horas y 1/2 después del mediodía. Al lado de una pequeña cascada en el Raíz Negra, había otra corriente que descendía del oeste, se unía con él y juntas caían sobre una piedra verde. Trotter venda la herida de Sam.

—El corte tiene mal aspecto… pero, afortunadamente (como suelen ser las heridas producidas por los orcos), no está envenenada.

Trotter la baña en agua y la cubre con una hoja de athelas.

Luego se volvió a atender a Frodo. A regañadientes, éste se quita la túnica y la chaqueta y, de repente, la malla de mithril relumbra ante el sol. Trotter se lo quita y lo alza. Descripción de su resplandor.

—¡Ésta es una hermosa piel de hobbit! —exclamó Trotter—. Si se supiera que llevaban pellejos de esta naturaleza, todos los cazadores del mundo ya estarían yendo hacia la Comarca. [259]

—Y todas las flechas de todos los cazadores [serían] inútiles —dijo Gimli, observando boquiabierto—, Bilbo te salvó la vida; fue un regalo generoso y oportuno.

En el costado y el pecho de Frodo había un moretón grande v ennegrecido, y los anillos habían atravesado la camisa clavándose en la carne… También el lado izquierdo, que había golpeado la pared, estaba magullado.

—No hay nada roto —anunció Trotter.

El texto aquí se torna muy irregular durante un tiempo, y la composición de la historia tiene aún una forma muy primitiva, y pronto pasa a un boceto de la narrativa posterior.

Encienden fuegocalientan aguabañan en athelas. Se colocan almohadillas bajo la cota de malla, que se vuelven a poner.

Reanudan presurosos la marcha. El sol se hunde detrás de las montañas. Las sombras se arrastran por la ladera y sobre la tierra. El crepúsculo los rodea, pero la tierra brilla al Este… un amarillo pálido en el crepúsculo.[288] Han recorrido 12-14 millas desde la Puerta y ya casi han llegado. Legolas describe Lothlórien.

Cerca de la puerta del bosque aparece otro río pequeño por la derecha (oeste) que atraviesa el sendero. El puente ya no está. Lo vadean y se detienen del otro lado con el agua como defensa. Suben a los árboles.

Orcos… de noche. Pero una [? aventura] agradable con los Elfos del Bosque al día siguiente. Son escoltados en marchas ligeras a las casas de los Elfos del Bosque, en los árboles, en el ángulo del Raíz Negra y el Anduin (no aparece ningún orco). Varios (2-3) días agradables. 40 millas. Pesar de todo el mundo ante la noticia de la caída de Gandalf. Ahora ya se encuentran a unas 100 leguas (500 millas) al sur de Rivendel.[289]

Una página separada de un borrador muy tosco se interesa por la respuesta de Frodo a la pregunta de Gimli («¿Qué pasa? —preguntó el enano», CA p. 465):

—No sé —respondió Frodo—. Creí oír el sonido de unos pasos y creí ver una luz… como ojos. Me ocurrió muchas veces desde que salimos de Moria.

Gimli se detuvo y se inclinó hacia el suelo.

—No oigo nada salvo la conversación nocturna de las plantas y las piedras —dijo—. ¡Vamos! ¡Deprisa! Los otros ya no se ven. [260]

El viento frío sopló valle arriba. Dejaron atrás varios árboles dispersos, altos y de troncos pálidos. Delante, una sombra grande se elevaba, y el interminable susurro de hojas como álamos en la brisa.

—Lothlórien —dijo Legolas—. Lothlórien. Hemos llegado a las [?puertas] del bosque de oro. Qué pena que sea invierno.

Aquí la narrativa prosigue de nuevo.[290]

Bajo la noche los árboles se elevaban altos ante ellos, y se arqueaban sobre el arroyo y el camino que corría de pronto bajo las ramas extendidas. A la luz pálida de las estrellas los troncos eran grises, y las hojas temblorosas, un débil resplandor amarillo rojizo.

—¡Lothlórien! —exclamó Aragorn—. ¡Qué felicidad oír de nuevo el viento entre las hojas! Nos encontramos a sólo cinco leguas de las Puertas, pero no podemos ir más lejos. Esperemos que la virtud de los Elfos nos ampare esta noche… si todavía hay Elfos en este mundo que se ensombrece.[291]

—Hace tiempo que ninguno de los míos ha vuelto a estas tierras —dijo Legolas—, pues ahora vivimos muy lejos; sin embargo, aunque se dice que algunos han partido para siempre, otros aún permanecen en Lothlórien, pero viven en lo más profundo del bosque, a muchas leguas de aquí.[292]

—Entonces, esta noche tendremos que arreglárnoslas solos —dijo Aragorn—. Iremos un poco más allá, hasta que los árboles nos rodeen, y luego dejaremos la senda.

Se habían internado una milla dentro del bosque cuando tropezaron con otro arroyo, que descendía rápidamente desde las laderas arboladas que subían de regreso a las Montañas. No muy lejos entre las sombras de la derecha, lo oyeron caer en una cascada. Las aguas oscuras y precipitadas cruzaban el sendero ante ellos y se unían al [Raíz Negra >] Morthond en un torbellino de aguas oscuras entre las raíces de los árboles.

—He aquí el [Taiglin >] Linglor —dijo Legolas—. Los Elfos del Bosque le han compuesto muchas canciones, recordando el arco iris sobre sus cantarines saltos y las flores doradas que flotaban en su espuma. Todo es oscuro ahora, y el Puente del Linglor que construyeron los elfos está roto. Pero no es profundo. [261] Crucemos. Esas [frías >] frescas aguas son curativas / Pero bañaré mis pies en él… pues se dice que estas aguas curan. En la otra orilla podemos descansar, y el susurro del agua quizá nos ayude a dormir.[293]

Siguieron al elfo, y uno a uno bajaron por la ribera empinada y bañaron sus [pies][294] en el arroyo. Frodo se detuvo un momento junto a la orilla y dejó que el agua fría le bañara los pies cansados. Era fría pero su mismo roce era limpio, y cuando le llegó a las rodillas sintió que le lavaba la suciedad del viaje y el cansancio de sus miembros.

Cuando toda la Compañía hubo cruzado, se sentaron a descansar y comieron unos bocados mientras Legolas les contaba historias de Lothlórien antes de que el mundo fuera gris.

Aquí hay un espacio en el manuscrito con las palabras insertar canción. Hay muchas páginas de trabajo preliminar para la canción de Legolas sobre Amroth y Nimrodel, que conduce a una versión que (aunque sin duda perteneciente a esta época) en gran parte está muy próxima a la forma de CA (pp. 468-470). El nombre de la doncella es Linglorel (una vez Inglorel), que se convierte en Nimladel, Nimlorel (véase nota 293), y en la versión final encontrada aquí Nimlothel (corregida por Nimrodel). Su amante era Arrímalas (como aparece en la narrativa que sigue a continuación), y la forma Amroth se puede ver emergiendo a medida que mi padre escribía la primera línea del noveno verso: «Cuando Ammalas observó la playa» con un nombre rechazado, Amaldor, apareciendo momentáneamente antes de que la línea pasara a ser «Cuando Amroth vio la playa que desaparecía».

Asociada con los textos de la canción hay una versión de las palabras de Legolas que la precedieron (CA p. 468):

—Os cantaré una canción —dijo—. Es una hermosa canción en la lengua de los bosques: pero así es como está en el habla común, como algunos la cantan ahora en Rivendel.

Con una voz dulce que apenas se oía entre el murmullo de las hojas empezó a cantar.

En apariencia ésta es la primera aparición del término Habla Común. La versión final que se encuentra aquí es virtualmente como la de CA a lo largo de los primeros seis versos (pero con el nombre Nimlothel); luego sigue: [262]

Un viento despertó en las tierras del Norte
y sopló sonoro y libre,
y llevó la nave desde las playas Élficas
a través del mar brillante.
Más allá de las olas las playas eran grises,
las montañas se hundían;
salada como las lágrimas la espuma violenta,
el viento un grito de pesar.
Cuando Amroth vio la playa que desaparecía
más allá de las olas que subían y bajaban
maldijo la nave pérfida que lo llevara
lejos de Nimlothel.
Un señor Élfico había sido antaño
antes del nacimiento de los hombres
cuando las ramas colgaban doradas
en la bella Lothlórien.

Se da una variante de este verso:

Desde antaño había sido un señor Élfico
cuando todos los bosques eran jóvenes
y en Lothlórien doradas colgaban
las ramas de los árboles.

El undécimo verso, y el último, son como en CA, pero el duodécimo se lee aquí:

La espuma estaba en sus cabellos ondeantes,
a su alrededor brillaba una luz;
desde lejos vieron que las olas lo llevaban
como flota el cisne del norte.

Unas sugerencias escritas a lápiz en los márgenes, sin duda de la misma época, llevan los versos un poco más hacia su forma definitiva; y al final de la canción mi padre apuntó: «Si todo esto se incluye, Legolas tendrá que decir que sólo representa unos pocos versos del original (por ejemplo, se omite la partida desde Lórien)».

Aquí se puede dar un boceto de la siguiente parte de la historia. Ciertamente, está escrito de manera muy primitiva, y yo he realizado una o dos correcciones obvias. [263]

Legolas canta canción de Linglorel.

Legolas describe las casas de los Galadrim.

Gimli dice que los árboles serían más seguros.

Aragorn decide trepar para pasar la noche.

Encuentran un grupo de árboles grandes cerca de los saltos (a la derecha). Legolas está a punto de subir a uno que tiene muchas ramas bajas, cuando desde arriba oye una voz en lengua élfica. Teme flechas. Pero después de una conversación en lengua élfica informa que todo está bien. Las advertencias de cosas que van a pie han llegado hasta los habitantes de Lórien desde los Campos Gladios, cuando los mensajeros de Elrond vinieron al Este. Han puesto guardias. (Vieron a muchos orcos marchando al oeste de Lórien hacia Moria: introducir esto después, cuando los Elfos hablen con la Compañía.) [Véanse pp. 266-268.]

No los detuvieron ni les dispararon porque oyeron la voz de Legolas… y el sonido de su canción. Tienen una gran plataforma en 2 árboles junto a los saltos.

Legolas, Sam y Frodo suben a la plataforma con 3 elfos. Otros a la segunda plataforma y Aragorn y Boromir se sientan a horcajadas en las ramas de un árbol grande.

Orcos llegan a Linglorel de noche. Los Elfos no disparan porque son demasiados: pero uno se marcha a hurtadillas a dar la alarma al pueblo del bosque y a preparar una emboscada.

Cuando todo vuelve a estar tranquilo, Frodo ve a Gollum arrastrarse al interior del bosque. Levanta la vista y empieza a trepar a un árbol, pero en el momento en que los Elfos colocan las flechas en los arcos, Frodo los detiene. Gollum siente el peligro y desaparece.

Al día siguiente los Elfos los conducen a El Ángulo.

Después de la canción de Legolas, la narrativa continúa:

La voz se le quebró y guardó silencio. —No recuerdo todas las palabras —dijo—. Es una hermosa canción, y éste no es más que el comienzo, pues es larga y triste. Cuenta las desventuras que cayeron sobre Lothlórien, Lórien de las flores, cuando el mundo se oscureció y los enanos despertaron el mal en las Montañas.

—Pero los enanos no hicieron el mal —dijo Gimli.

—Yo no dije eso —respondió Legolas tristemente—. Pero el mal vino. Y se dijo que Linglorel[295] se perdió. Porque así se llagaba la doncella, y le dieron el mismo nombre a los saltos de la [264] montaña que ella amaba: cantaba al lado de las cascadas tocando un arpa. Dicen que en la primavera, cuando el viento mueve las primeras hojas, aún puede oírse el eco de su voz. Pero los elfos de su estirpe se marcharon, y ella se perdió en los pasos de las montañas,[296] y ya nadie sabe dónde puede estar ahora. En la canción se dice que el barco élfico esperó en los puertos mucho tiempo por ella, pero por la noche se levantó un viento que 1o llevó al Oeste; y cuando Ammalas,[297] su amante, vio que la tierra se encontraba lejos, saltó al mar, pero no se cuenta si alguna vez retornó a la Costa Citérea y encontró a Linglorel.

»Se dice que Linglorel tenía una casa construida en las ramas de un árbol, pues tal era la costumbre de los Elfos de Lórien, y quizá todavía lo sea; por eso se los llamó los Galadrim, las Gentes de los Arboles.[298] En lo más profundo del bosque los árboles son muy altos y fuertes. Y nuestra gente no cavó en la tierra ni construyó fortalezas hasta que llegaron las Sombras [léase Sombra].

—Y aún ahora, en estos días, podría decirse que vivir en los árboles es más seguro que sentarse en el suelo —dijo Gimli.

Miró más allá del agua el camino que llevaba de vuelta al Valle del Arroyo Sombrío, y luego alzó los ojos hacia la bóveda de ramas oscuras que había sobre ellos.

—Tus palabras nos traen un buen consejo, Gimli —dijo Aragorn—.[299] No tenemos tiempo para construir una casa, pero esta noche haremos como los Galadrim y buscaremos refugio en las copas de los árboles, si podemos. Hemos estado sentados aquí junto al camino más de lo prudente.

La Compañía dejó ahora el sendero y se internó en las sombras más profundas del bosque, hacia el oeste, lejos del Raíz Negra. No lejos de los saltos de Linglorel encontraron un grupo de árboles altos y fuertes, que en algunos sitios se inclinaban sobre el río.[300]

—Subiré —dijo Legolas—, pues me siento en casa entre los árboles o en sus ramas; aunque éstos son de una familia que no conozco. Se llaman Mallorn, y son ésos que lucen flores amarillas, pero nunca subí a uno. Veré ahora qué forma tienen y cómo crecen.

Saltando ágilmente se tomó de una rama que nacía del [265] tronco a bastante altura de ellos. Se balanceó allí un momento y una voz habló de pronto desde las sombras altas del árbol.

—¡Daro![301] —exclamó, y Legolas se dejó caer al suelo, sorprendido y asustado. Se encogió contra el tronco del árbol—. ¡Quietos todos —le susurró a los otros— y no habléis!

Se oyó el sonido de una risa encima de ellos y otra voz clara habló en la lengua Élfica. Frodo no entendió mucho de lo que se decía, pues la lengua de la gente silvana del este de las montañas, como la que empleaban entre sí, era extraña.[302] Legolas levantó la cabeza y respondió en la misma lengua.

—¿Quiénes son y qué dicen? —preguntó [Pippin >] Merry.

—Son elfos —dijo Sam—. ¿No oyes las voces?

—Dicen —explicó Legolas— que respiráis tan fuerte que podrían atravesaros con una flecha en la oscuridad. Pero también que no tengáis miedo. Nos han estado vigilando desde hace rato. Oyeron mi voz al otro lado del Linglorel y supieron de qué pueblo venía yo, razón por la que no impidieron nuestro cruce. Y han oído mi canción y los nombres de Linglorel y Ammalas. Ahora nos invitan a subir, tres en cada uno de estos árboles que están juntos. Yo subiré primero.

La última parte de los comentarios de Legolas se cambiaron a lápiz por el texto que aparece en CA: «Ahora me invitan a que suba con Frodo; pues han tenido alguna noticia de él y de nuestro viaje. A los otros les dicen que esperen un momento, y que monten guardia al pie del árbol». Entonces, el manuscrito continúa por un tiempo a lápiz, quedando claro que fue escrito en el mismo momento de la alteración, ya que Legolas y Frodo son los primeros en subir.

Una escala de cuerda plateada bajó de las sombras… parecía muy delgada, pero demostró ser lo suficientemente fuerte como para sostener a varios hombres. Legolas trepó ágilmente, y Frodo lo siguió más despacio, y detrás fue Sam tratando de no respirar con fuerza. El árbol era muy alto [escrito arriba: un mallorn], y su gran tronco liso y redondo, cubierto con una suave y sedosa corteza. Las ramas eran casi horizontales al principio, y luego se curvaban hacia arriba; pero cerca de la copa el tronco dividía en una corona de ramas, y allí encontraron una plataforma de madera [añadido: o «flet» como se la llamaba en esos [266] tiempos; los elfos la llamaban talan. Estaba] hecha de madera veteada de gris… la madera del mallorn.

Había tres elfos sentados allí. Llevaban ropas de color gris y no se los distinguía entre las ramas a no ser que se movieran Uno de ellos descubrió una lámpara pequeña que emitió un delgado rayo de plata. La alzó, escrutando sus caras. Luego tapó la luz y pronunció palabras de bienvenida en la lengua Élfica Frodo respondió titubeando.

—Bienvenidos —repitió el elfo en habla corriente—. Pocas veces usamos otra lengua que la nuestra, pues ahora vivimos en el corazón del bosque y no tenemos tratos voluntarios con otras gentes. Sólo algunos de los nuestros viajan lejos para recoger noticias y por nuestra protección. Yo soy uno de ellos. Mi nombre es Hathaldir. Mis hermanos Orfin y Rhimbron hablan poco vuestra lengua. Algo habíamos oído de vuestra venida, pues los mensajeros de Elrond pasaron por Lothlórien en su camino de regreso por la Escalera del Arroyo Sombrío.[303] No habíamos oído hablar antes de los hobbits, ni siquiera habíamos visto a uno hasta ahora. No pareces malo, y vienes con Legolas, que es de nuestro pueblo del norte. Estamos dispuestos a ayudaros como nos pidió Elrond. Aunque no es nuestra costumbre, os guiaremos a través de nuestra tierra. Pero tenéis que quedaros aquí esta noche. ¿Cuántos sois?[304]

—Ocho —dijo Legolas—. Yo, cuatro hobbits, dos hombres (uno es Aragorn, amigo de los elfos, querido por Elrond) y un enano. [Y todavía estamos abrumados por el dolor, pues nuestro líder ha muerto. Gandalf el mago se perdió en Moria.][305]

—¡Un enano! —dijo Hathaldir—. Eso no me gusta. No tenemos tratos con los enanos desde los días malignos. No se le puede permitir el paso.

—Pero es un amigo de los elfos y conocido de Elrond —dijo Frodo—. Él mismo lo eligió para que nos acompañara, y se ha mostrado valiente y leal.

Los Elfos hablaron entre sí en voz baja, e interrogaron a Legolas en su propia lengua.

—Muy bien —dijo Hathaldir—. Haremos esto, aunque no nos complace. Si Aragorn y Legolas lo vigilan y responden por él, 1o dejaremos cruzar Lothlórien con los ojos vendados.

»Pero ahora es momento de darse prisa. No conviene que [267] los vuestros se queden más tiempo en tierra. Hemos estado vigilando los ríos, desde que vimos una gran tropa de orcos yendo al norte hacia Moria, bordeando las montañas, hace ya muchos días Los lobos aúllan en los lindes de los bosques. Si venís en verdad desde Moria, el peligro no puede estar muy lejos, detrás de vosotros. Mañana marcharéis lejos. Los hobbits subirán aquí se quedarán con nosotros… ¡No les tenemos miedo! Hay otro [nido de guardia > flet >] talan en el árbol próximo. Allí se refugiarán los demás. Tú, Legolas, responderás por ellos. Llámanos si algo anda mal. ¡Y no pierdas de vista al enano!

Legolas bajó llevando el mensaje de Hathaldir; y poco después Merry y Pippin trepaban a la alta [?plataforma].

—Bien —dijo Merry—, hemos traído vuestras mantas. Aragorn ha ocultado el resto de nuestro equipaje bajo un montón de hojas viejas.

—No hacía falta —dijo Hathaldir—. Hace frío en las copas de los árboles en invierno, aunque el viento sopla del sur; pero tenemos bebidas y alimentos que os sacarán el frío nocturno, y hay pieles y mantos para compartir con vosotros.

Los hobbits aceptaron con alegría la segunda cena; luego, envueltos todo lo cálidamente posible, trataron de dormir. Cansados como estaban, no les resultó fácil, ya que a los hobbits no les gustan las alturas y no duermen en pisos elevados (aun teniendo escaleras, lo cual es raro). El flet no fue del todo de su agrado. No tenía paredes ni barandillas, sólo en un lado había un biombo plegadizo que podía moverse e instalarse en distintos sitios.

—Espero no rodar y caerme si llego a dormirme —comentó Pippin.

—Una vez que me duerma, señor Pippin —dijo Sam—, continuaré durmiendo ruede o no ruede.

Frodo se quedó despierto un tiempo, mirando las estrellas que relucían a través del pálido techo de hojas temblorosas. Sam se había puesto a roncar a su lado aun antes de que él, mecido Por el viento entre las hojas y el suave murmullo de los saltos del Nimrodel,[306] se quedara dormido con la canción de Legolas sonando todavía en su cabeza. Dos de los elfos estaban sentados, los brazos alrededor de las rodillas, hablando en susurros; el otro había descendido a montar guardia en una rama baja. [268]

Frodo despertó más tarde en medio de la noche. Los otro hobbits dormían. Los elfos habían desaparecido. La última y delgada corteza de la luna menguante brillaba débilmente entre las hojas. El viento había cesado. No muy lejos oyó una risa ronca y el sonido de muchos pies. Luego, un tintineo metálico. Los ruidos se perdieron hacia el sur, adentrándose en el bosque.

De repente, apareció la capucha gris de uno de los elfos por encima del borde del flet. Miró a los hobbits.

—¿Qué pasa? —preguntó Frodo, sentándose.

—¡Yrch! —dijo el Elfo en un murmullo siseante, y echó sobre el flet la escala de cuerda que acababa de recoger.

—Orcos —dijo Frodo—. ¿Qué están haciendo?

Pero el Elfo había desaparecido.

No se oían más ruidos; hasta las hojas callaban ahora. Frodo no podía dormir. Agradecido como estaba de que no los hubieran encontrado en el suelo, sabía que aunque los ocultasen, los árboles ofrecían poca protección si los orcos los descubrían; y ellos tenían un olfato fino como los mejores perros. Sacó a Dardo, y la vio resplandecer como una llama azul, y, luego, apagarse otra vez poco a poco.

[Antes de que transcurriera mucho tiempo Hathaldir regresó al flet y se sentó cerca del borde con el arco preparado. Frodo se incorporó y se arrastró hasta el borde para mirar hacia el suelo.][307] Sin embargo, la impresión de peligro inmediato no lo dejó. Al contrario, se hizo más fuerte. Se arrastró hasta el borde del flet y miró hacia el suelo. Estaba casi seguro de que podía oír unos movimientos furtivos, lejos, al pie del árbol. No eran elfos, lo temía, pues la gente de los bosques no hacía ningún ruido al moverse (eran tan silenciosos y hábiles que despertaban incluso la admiración de los hobbits). Y parecía haber un sonido como si husmearan. Algo estaba arañando la corteza del árbol. Se quedó tumbado, mirando hacia abajo y reteniendo el aliento. Algo trepaba y respiraba con un ruido siseante y apagado. Luego vio dos ojos pálidos que subían, junto al tronco. Se detuvieron y miraron hacia arriba, sin parpadear. De pronto se volvieron y una figura indistinta bajó deslizándose por el tronco y desapareció por el otro lado. Casi enseguida Hathaldir llegó trepando.

—Había algo en este árbol que nunca vi antes —dijo—. No era [269] un orco [sic]. Pero [no] tiré, pues no estaba seguro, ya que no podemos arriesgar una batalla. Huyó tan pronto como yo toqué el tronco del árbol. Había una gran compañía de orcos. Cruzaron el Nimrodel (malditos sean por contaminar nuestras aguas) y continuaron la marcha… aunque parecían seguir algún rastro, y pararon durante un rato buscando a ambos lados del sendero donde os detuvisteis anoche. No nos arriesgamos a una batalla, tres contra cien, y no disparamos, pero Orfin ha regresado por caminos secretos a nuestro pueblo. Si podemos evitarlo, ninguno de los orcos saldrá jamás de Lórien. Habrá muchos elfos ocultos [? junto] al Nimrodel antes de que caiga otra noche. Pero ahora también nosotros debemos tomar el camino tan pronto como amanezca.

El día asomó pálido en el Este. A medida que la luz crecía se filtró entre las hojas doradas del mallorn, y a pesar del frío viento del amanecer que soplaba, parecía ser el sol de una fresca mañana de estío. El cielo azul claro se mostraba entre las hojas mecidas por el viento. Subiendo por una rama delgada que salía del flet, Frodo vio todo el valle hacia el sur y el este de la sombra oscura de las montañas, extendido como un mar de oro rojizo que ondulaba dulcemente en la brisa.

[Cuando hubieron comido la dulce comida de los elfos, guardando sus menguantes raciones,] La mañana aún era joven y fría cuando / la Compañía se puso de nuevo en camino guiada por Hathaldir. Rhimbron se quedó de guardia en el flet. Frodo miró hacia atrás y captó un destello blanco entre los troncos grises de los árboles.

—¡Adiós, Nimrodel! —exclamó Legolas.

—Adiós —dijo Frodo.

Le pareció que nunca había oído un sonido tan musical como el de aquellas aguas: siempre cambiando de melodía, y no obstante, tocando la misma música interminable.

Durante un tiempo siguieron el sendero hacia el este [léase oeste][308] del Raíz Negra, pero pronto Hathaldir se desvió a un lado y se detuvo junto al río a la sombra de los árboles.

—Hay alguien de mi pueblo al otro lado del arroyo —dijo—, aunque no podéis verlo. Pero yo veo el destello de sus cabellos en la sombra.

Llamó silbando bajo como un pájaro, y un elfo salió de [270] entre los troncos de los árboles; estaba vestido de gris, pero teñí la capucha echada hacia atrás. Hathaldir arrojó hábilmente un cuerda gris por encima del agua. El otro la alcanzó y ató el extremo a un árbol cerca de la orilla.

—El río ya tiene una corriente poderosa aquí —dijo Hathaldir—. No es ancho, pero sí demasiado profundo para vadearlo. Y es muy frío. No ponemos el pie en el Morthond a menos que estemos obligados. ¡He aquí cómo cruzamos! ¡Seguidme!

Amarró un extremo de la cuerda a otro árbol, se subió a ella y corrió por encima hasta el otro lado, como si se encontrara sobre un sendero firme.

—Yo podría cruzar así —dijo Legolas—, pero sólo con cautela ya que no poseemos esta habilidad en el Bosque Negro; pero los otros no podrán. ¿Tendrán que nadar?

—No —dijo Hathaldir—. Tenderemos otras dos cuerdas. Las ataremos por encima de la otra, una a la altura del hombro y la segunda a media altura; luego, con cuidado, podrán cruzar.

Los Elfos tensaron las cuerdas fuertes y grises a través de la corriente. Entonces, Aragorn cruzó primero, despacio, agarrando la cuerda superior. Cuando llegó el turno de los hobbits, Pippin fue el primero. Era de pies ligeros y cruzó rápidamente, sosteniéndose sólo con una mano a la cuerda más baja. Merry, al tratar de emularlo, resbaló un momento y quedó colgando sobre el agua. Sam avanzó arrastrando los pies, lenta y precavidamente, detrás de Frodo, mirando las aguas remolineantes bajo sus pies como si fueran un precipicio de muchas brazas. Gimli y Boromir fueron los últimos.

Cuando todos hubieron cruzado, Rhimbron[309] desató los extremos de las cuerdas y arrojó dos a la otra orilla. Entonces, recogiendo la otra, regresó al Nimrodel para mantener la guardia en su puesto.

—Ahora —dijo Hathaldir—, habéis entrado en el Enclave, Nelen[310] lo llamamos nosotros, que se encuentra en el ángulo entre el Raíz Negra y el Anduin, el Río Grande. No permitimos que ningún extraño camine por aquí si podemos evitarlo, ni que se adentre en el ángulo, donde [están nuestras moradas >] vivimos. Tal como se acordó, aquí vendaré los ojos a Gimli, el enano; los otros pueden andar libremente hasta que nos acerquemos a nuestras moradas ocultas. [271]

Eso no fue del agrado de Gimli.

—El arreglo se hizo sin mi consentimiento —dijo—. No caminaré con los ojos vendados, como un prisionero o un traidor. Mi ente siempre se ha resistido al Enemigo, y nunca ha tenido tratos con los orcos o sus sirvientes. Tampoco causamos daño a los Elfos. Sería tan poco probable que yo traicionara vuestros secretos como que lo hicieran Legolas o cualquier otro de la Compañía.

—Dices la verdad, no lo dudo —comentó Hathaldir—. Pero es nuestra ley. No soy el dueño de la ley, y no puedo dejarla de lado por voluntad propia. He hecho todo lo que me he atrevido al dejarte poner pie en [Nelen >] el Enclave.

Pero Gimli era obstinado. Plantó firmemente los pies separados en el suelo y apoyó la mano sobre el mango del hacha.

—Iré libremente —dijo—, o regresaré solo al norte, aunque tenga que morir en el desierto.

—No puedes marcharte —dijo Hathaldir con cara seria—. No puedes cruzar el Morthond, y a tu espalda, al norte, hay defensas ocultas y guardias a lo largo de los brazos abiertos del Ángulo entre los dos ríos. Te matarían antes de que te les pudieras acercar.

El otro elfo encajó una flecha en el arco cuando Gimli extrajo el hacha del cinturón.

—¡Una playa de enanos de cuello tieso!

—¡Vamos! —exclamó Aragorn—. Si he de continuar guiando esta Compañía, haréis lo que yo ordene. Iremos todos vendados, aun Legolas. Será lo mejor, aunque el viaje parecerá lento y aburrido.

Gimli rió de pronto.

—¡Qué tropilla de tontos felices pareceremos! —dijo—. Pero si Legolas comparte mi ceguera, me declaro satisfecho.

Esto no satisfizo demasiado a Legolas.

—¡Vamos! —dijo Aragorn—. Y ahora no gritemos: «¡malditos Elfos, qué testarudos son!». Pero tú no serás nuestro rehén. Todos por igual compartiremos esa suerte.

—Exigiré plena reparación por cada caída y por cada lastimadura en los pies —dijo Gimli mientras le tapaban los ojos con una tela.

—No será necesario —comentó Hathaldir—. Te conduciremos bien, y las sendas son llanas y verdes. [272]

—¡Ay, qué tiempos de desatino! —exclamó Legolas a su vez—. ¡Todos somos aquí enemigos del Enemigo, y sin embargo he de caminar a ciegas mientras el sol brilla en el bosque bajo hojas de oro!

—Quizá parezca un desatino —dijo Hathaldir—. En verdad nada revela tan claramente la malignidad del Enemigo como las desavenencias que nos separan a todos. Sin embargo, queda tan poca fe y verdad que no nos atrevemos a poner en peligro nuestras moradas. Vivimos ahora en un peligro creciente, y nuestras manos están más a menudo sobre los arcos que sobre las arpas. Los ríos hace tiempo que nos defienden, [pero] ya no son una protección segura. Pues la Sombra se ha arrastrado hacia el norte alrededor de toda nuestra tierra. Algunos hablan [?ya] de partir, aunque para eso quizás es demasiado tarde. Las montañas del oeste tienen un nombre maligno para nosotros. Hacia el este las regiones están desoladas. Se dice que no podríamos pasar con seguridad al sur de las montañas a través de Rohan, y que aunque pudiéramos pasar a las tierras occidentales, las playas del mar ya no son seguras. Se cuenta que todavía hay puertos en el norte, más allá de la tierra de los medio altos,[311] pero no sabemos dónde se encuentran.

—Ahora ya tendrías que adivinarlo por lo menos —dijo Pippin—. Los puertos están al oeste de mi tierra, la Comarca.

El elfo lo miró con interés.

—Felices los hobbits que viven cerca de los Puertos de Escape. Háblame de ellos y de cómo es el mar, del que cantamos pero al que apenas recordamos.

—No lo sé —repuso Pippin—. Nunca los he visto. Nunca salí antes de mi tierra. Y si hubiese sabido cómo era el mundo de fuera, no creo que me hubiese atrevido a dejarla.

—Sí, el mundo está lleno de peligros y de lugares lóbregos —dijo Hathaldir—. Pero todavía hay muchas cosas hermosas, y aunque el amor ahora está unido a la aflicción, no por eso es menos profundo. Algunos de los nuestros cantan que la Sombra se retirará y que volverá la paz. No creo sin embargo que el mundo sea alguna vez como antes, ni que el sol brille como en otro tiempo. Temo que para los Elfos sólo significará una paz en la que puedan pasar al Mar sin encontrar obstáculos y dejar la tierra media para siempre. ¡Ay por Lothlórien! Será una vida [273] alejada de los mellyrn. Pues si hay árboles mallorn más allá del Mar, nadie lo ha dicho.

Mientras así hablaban, la Compañía marchaba lentamente a lo largo de los senderos del bosque. Hathaldir los conducía, mientras que el otro elfo caminaba detrás. Tal como les dijera, sentían que el suelo bajo sus pies era blando y liso, y caminaban despacio pero sin miedo de lastimarse o caer.[312] Antes de que transcurriera mucho tiempo, se encontraron con muchos elfos vestidos de gris que iban hacia los puestos del norte.[313] Trajeron noticias, algunas de las cuales interpretó Legolas. Los orcos habían sido emboscados y muchos habían muerto; el resto había huido a las montañas del oeste, y eran perseguidos hasta las fuentes del Nimrodel. Los elfos ahora se apresuraban a ir a las fronteras del norte para protegerlas contra un nuevo ataque.

Aquí interrumpo el texto para introducir una página de notas terriblemente toscas que muestran el pensamiento de mi padre sobre el curso posterior de la historia casi desde este punto. Comienzan con referencias a Cerin Amroth y a unas «flores de invierno verdes», con las palabras Élficas nifred y nifredil. Bien puede ser que aquí fuera donde surgió el nombre nifredil (tanto nifred ‘palidez’ y nifredil ‘flor de invierno’ se dan bajo la raíz NIK-W en las Etimologías, vol. V).[314] Luego sigue:

Noticias. H[athaldir] dice que ha hablado mucho de Elfos. ¿Qué hay de los Hombres? El mensaje habló de 9. Consternación ante las noticias.

Con ésta, cf. p. 266 y nota 305. Mi padre estaba pensando en postergar la revelación de la caída de Gandalf hasta el alto en Cerin Amroth, antes de que finalmente decidiera que no se debería mencionar hasta que llegaran a Caras Galadon.

Luego, hay una frase situada entre corchetes, que, lamentablemente —ya que con toda probabilidad se trata de la primera referencia que hizo mi padre sobre Galadriel—, sólo es descifrable en parte:«[? Señor] de los Galadrim [? y ? una] Dama y [?fueron] al Concilio Blanco». Las notas restantes son como sigue a continuación:

Ascienden el Cerin Amroth. Frodo dice [léase ve] el Anduin a lo lejos un vistazo del Dol Dúgol.[315] H[athaldir] dice que ha vuelto a ser ocupado y allí se posa una nube.

Viajan a Nelennas.[316] [274]

Señor y Dama vestidos de blanco, con pelo blanco. Ojos penetrantes como una lanza bajo la luz de las estrellas.[317] Señor dice que conoce su misión pero no habla de ella.

Hablan [de] Gandalf. Canción de los Elfos.

Del [? puerto] a Legolas y ayuda a Gimli. Beörnidas.[318]

Dejan Lothlórien. Separación de caminos en las Colinas de Piedra.

Ahora vuelvo al texto del borrador.

—También —dijo Hathaldir— me traen un mensaje del Señor de los Galadrim. Marcharéis todos libremente. Ha recibido mensajes de Elrond, que ruega nuestra ayuda y amistad para todos y cada uno de vosotros. —Quitó la venda que ocultaba los ojos de Gimli—. Perdón —dijo, haciendo una reverencia—. Míranos ahora con ojos amistosos. ¡Mira y alégrate, pues eres el primer enano que contempla los árboles de Nelen-Lórien desde el día de Durin!

Cuando le quitaron la venda de los ojos a Frodo, miró hacia arriba. Estaban en un claro. A la izquierda había una loma cubierta con una alfombra de hierba tan verde como si fuera primavera. Encima, como una corona doble, crecían dos círculos de árboles: los del exterior tenían la corteza blanca como la nieve, y aunque habían perdido las hojas se alzaban espléndidos en su armoniosa desnudez; los del interior eran mallorns de gran altura, todavía vestidos de oro. Muy arriba entre sus ramas había un flet blanco. A los pies de los árboles y en las laderas de la loma, la hierba estaba moteada con pequeñas florecitas amarillas de forma de estrella, y entre ellas, balanceándose sobre tallos delgados, flores de un verde tan pálido[319] que relumbraban blancas contra el rico verdor de la hierba. Arriba el cielo era azul y el sol de la tarde caía sesgado entre los troncos de los árboles.

—Sois bienvenidos a Coron [escrito arriba: Kerin] Amroth.[320] Pues ésta es la loma de Amroth, donde en días más felices fue construida su casa. Aquí se abren las flores de invierno en una hierba siempre fresca: la elanor amarilla,[321] y la pálida nifredil Aquí descansaremos un rato, y a la caída de la tarde llegaremos a las moradas de los Galadrim.[322]

Se dejaron caer sobre la hierba fresca al pie de la loma;[323] pero después de un rato Hathaldir llamó a Frodo y fueron a la [275] cima de la colina, y allí subieron al alto flet. Frodo miró hacia el Este y no muy lejos vio el centelleo del Río Grande, que era la frontera de Lórien. Más allá, la tierra parecía chata y vacía, hasta que en la distancia volvía a levantarse oscura y lóbrega. El sol que se posaba sobre todas las tierras intermedias no parecía posarse sobre ella.

—Allí está la fortaleza del Bosque Negro del Sur —dijo Hathaldir—. En su mayor parte, es una fortaleza de pino oscuro y abeto… pero en medio se alza la colina negra Dol-Dúgol, donde durante mucho tiempo el Nigromante tuvo su [? fuerte]. Tememos que ahora esté habitada de nuevo y sea una amenaza, pues su poder está septuplicado. A menudo se ve encima una nube oscura. [?? El temor de los tiempos es] guerra en nuestras fronteras orientales.

El texto del borrador continúa («El sol descendía detrás de las montañas») sin interrupción, mientras que en CA ahora empieza un nuevo capítulo, «El Espejo de Galadriel»; y yo también me detengo en esta parte de la narrativa (no pasó mucho tiempo antes de que mi padre introdujera esta división). Se observará que hacia el final del primer material de «Lothlórien» dado hasta ahora, la narrativa se encuentra menos avanzada hacia la forma definitiva, y está notablemente ausente la visión de Frodo hacia el sur desde Cerin Amroth de «una colina donde se alzaban muchos árboles magníficos, o una ciudad de torres verdes», Caras Galad(h)on (CA p. 485).

El siguiente texto de «Lothlórien» es un manuscrito claro, con el mismo título y una gran cantidad de alteraciones en el proceso de la composición; pero no puede ser separado por completo del borrador inicial como una «fase» nítida en la escritura de la historia, pues parece seguro que al comienzo del capítulo, el borrador y la copia en limpio se superpusieron (véase nota 290). Sin embargo, no da la impresión de haber nada que muestre que el resto del texto nuevo se hubiera superpuesto con los borradores, y, en cualquier caso, resulta muy conveniente tratarlo por separado.

El texto de «Lothlórien» en CA estaba ahora, en su mayor parte, muy elaborado, siendo las principales diferencias de sustancia la ausencia de todos los pasajes que se refieren al conocimiento previo que tiene Aragorn de Lothlórien[324] y el encuentro de la Compañía con los Elfos que vienen del sur, poco después de su descanso al mediodía el Primer día de su viaje desde el Nimrodel (véase nota 313). La historia original aún fue seguida en diversos puntos menores, como en la parte [276] en la que es Pippin y no Merry quien le habla a Haldir (sustituyendo Hathaldir del texto del borrador, véase nota 304) de los Puertos (p. 272); Sam no menciona a su tío Andy (CA p. 478), y sigue siendo en el brazo donde recibe la herida en Moria (p. 236).[325]

Por una adición al texto, que da la impresión de pertenecer a la primera escritura del manuscrito, la Escalera del Arroyo Sombrío adquiere su posterior significado (véanse pp. 193-194): «—Allá está la Escalera del Arroyo Sombrío —dijo Aragorn apuntando a las cascadas—. Tendríamos que haber venido por ese camino profundo que corre junto al torrente, si la fortuna nos hubiese sido más propicia» (CA p. 459)

El Cauce de Plata en un principio fue llamado Raíz Negra o Morthond, pero durante el transcurso de la escritura del manuscrito, el nombre se convirtió en Cauce de Plata (el nombre élfico, Kelebrant, se añadió después). La Compañía «regresó al viejo sendero que iba por la orilla oeste del Raíz Negra» (CA. 477; cf. nota 308); pero doce líneas después, Haldir dice, en el texto tal como se escribió: «El Cauce de Plata es aquí una corriente poderosa». Presumiblemente, fue en esta coyuntura que mi padre decidió la transposición de los nombres de los ríos norte y sur (véase nota 312), lo que ya había tenido lugar en el borrador inicial de «Adiós a Lórien» (p. 327).

Uno de los hermanos de Haldir aún es llamado Orfin, igual que en el borrador original; sólo en una aparición se lo cambia por Orofin, y en la escritura del borrador de «Adiós a Lórien» es Orofin (p. 328; CA Orophin). El otro, en el texto del borrador Rhimbron, es ahora Romrin, convirtiéndose en Rhomrin en el transcurso de la escritura del manuscrito.

El nombre élfico para «el Enclave» aquí es Narthas, donde el texto original (p. 270) tiene Nelen (sustituyendo a Nelennas): «habéis entrado en el Narthas, o el Enclave, como vosotros diríais, pues esta región se introduce como una lanza[326] entre los brazos del Cauce de Plata y el Gran Anduin», y «He hecho todo lo que me he atrevido al dejarte poner pie en Narthas». Pero aquí Haldir también dice: «Los otros pueden caminar libremente un rato hasta que nos acerquemos a El Ángulo, Nelen, donde vivimos», donde el borrador original tenía «hasta que nos acerquemos a nuestras moradas ocultas»; y cuando llegan a Kerin Amroth (tal como ahora está escrito), le dice a Gimli que es «¡el primer enano que contempla los árboles de Nelen-Lórien desde el Día de Durin!»… donde el borrador original también tiene Nelen-Lórien (p. 274).

Esto parece demostrar que en la primera etapa la intención de mi padre era Nelen, Nelen-Lórien, «el Enclave», «el Enclave de Lórien», como el nombre para Lórien entre los dos ríos, sin inventar un nombre élfico para la región sur donde vivían los Elfos de Lórien; mientras [277] que en la etapa representada aquí, el Narthas, «el Enclave», es la región más grande, y Nelen, «El Ángulo», la más pequeña, el punto del triángulo o la punta de la lanza. De ser así, cuando Hathaldir / Haldir habló primero de «los árboles de Nelen-Lórien», el nombre tenía un sentido diferente del que él pretendía dar con las mismas palabras en el presente manuscrito.[327]

En la primera frase de este capítulo, en este manuscrito, Trotter es llamado así, como lo fue en todo el anterior (p. 239-240); ello se cambió en el acto por Aragorn, y es Aragorn hasta la llegada de la Compañía a los árboles del Bosque de Oro, donde se convierte en Piedra de Elfo en el texto tal como está escrito.[328] Posteriormente, Aragorn, hasta donde llegó, se cambió por Ingold, y Piedra de Elfo también se cambió por Ingold; luego, Ingold se cambió de nuevo por Piedra de Elfo.[329]

Quedan por señalar algunas notas a lápiz que aparecen en las páginas de este manuscrito. La primera está escrita al dorso de la página (marcada como una inserción a hacer en el texto) que tiene la Canción de Nimrodel y pone:

¿No podría el Balrog ser Saruman? ¿Qué la batalla en el Puente sea entre Gandalf y Saruman? Entonces Gandalf… vestido de blanco.

Las palabras ilegibles quizá podrían ser sale. Esto se tachó; no tuvo mayor significado o repercusión, pero permanece como una visión fugaz de las reflexiones que yacen bajo la evidencia escrita de la historia de El Señor de los Anillos (y el pensamiento, igualmente mal expresado, reaparecería: p. 495).

Una segunda nota rechazada fue escrita algún tiempo después junto a las palabras de Haldir: «me traen un mensaje del Señor y la Dama de los Galadrim».

¿Señor? Si Galadriel está sola y es esposa de Elrond.

Una tercera nota, de nuevo tachada, está escrita al dorso de la página insertada donde está el borrador preliminar de las percepciones que tiene Frodo de Lothlórien (nota 323):

Anillos Elfos:

. . . . [palabra o nombre ilegible]

El poder de los Anillos Elfos debe decaer si el Anillo Único es destruido.