[190]
Los difíciles problemas que hasta ahora habían acosado a El Señor de los Anillos por fin se habían resuelto. La identidad de Trotter se había establecido de manera definitiva, y con el trabajo realizado en sucesivas versiones de «El Concilio de Elrond» se confirmó su sitio e importancia en la historia de la Tierra Media… a pesar de lo pobre que todavía era aquella historia en comparación con la gran estructura que luego se alzaría sobre esos cimientos. Los hobbits se encontraban también bien asegurados en número y nombre, y el único Bolger que alguna vez salió a recorrer mundo ya no lo haría más. Bombadil no va a desempeñar ningún papel más en la historia del Anillo. Lo que parecía insoluble, la cuestión de lo que le había pasado a Gandalf, ahora se resolvió de forma concluyente; y con esa respuesta había surgido (como resultaría ser) un nuevo punto focal en la historia de la Guerra del Anillo: la Traición de Isengard.
De anteriores escrituras de la narrativa aún quedaba el viaje de la Compañía del Anillo desde Rivendel hasta el Paso Rojo bajo Caradras, y el pasaje de las Minas de Moria que llegaba hasta la tumba de Balin. Sin embargo, había aún una cuestión importante y era imperativo que se tomara una decisión definitiva: ¿quiénes iban a ser los miembros de la Compañía?
Notas y borradores escritos en el manuscrito de prueba de «agosto de 1940» muestran a mi padre meditando aún más en este asunto. Una página pone lo que sigue:
Capítulo XV. Quitar conversación en el jardín.[203]
Empezar diciendo que los hobbits estaban molestos con Sam.
Contarles el envío de exploradores.
Entonces, Elrond dice que la unión de fuerzas es imposible. No podemos enviar o reunir una gran fuerza para ayudar a Frodo. Debemos mandar mensajes a los pueblos libres para que resistan todo lo posible, y decirles que una nueva esperanza, aunque débil, ha nacido. Pero con Frodo debe ir gente que le ayude, y tienen que representar a todos los Pueblos Libres. Nueve ha de ser el número que se enfrente a los Nueve Servidores Malignos. Pero deberíamos apoyar la guerra en Minas Tirith. [191]
Galdor Legolas[204]
Hobbits |
|
Frodo | 1 |
Sam (prometido) | 2 | ||
Mago | Gandalf | 3 | |
Elfo | Legolas | 4 | |
Medio Elfo | Erestor | 5 |
El camino debería llegar a Minas Tirith; por lo tanto, como mínimo deberían ir:
Hombres |
|
Aragorn | 6 |
Boromir | 7 | ||
Enano | Gimli hijo de Glóin | 8 |
Merry, Pippin. Insisten en ir. [Tachado: Pippin, sólo si Erestor no va.] Elrond dice que tal vez haya trabajo en la Comarca, y que quizá resulte perjudicial si se marchan todos.
¿Debe volver Pippin a la Comarca?
Luego surgen los preparativos, y la escena con Bilbo y Frodo y el regalo de Dardo, etc.
Aquí se alcanza el número de los Nueve miembros de la Compañía, acorde expresamente con los Nueve Espectros del Anillo;[205] pero aun así, sigue la duda en cuanto a su composición en lo referente a los hobbits (véanse pp. 136-137), y en esta etapa todavía era importante la persistente sensación de mi padre de que por lo menos uno debía regresar a la Comarca, en especial desde que la inclusión de Erestor «Medio Elfo»[206] hacía el octavo. No obstante, éste fue el último momento de indecisión. Un borrador corto, escrito apresuradamente a tinta en el mismo papel, introduce la dotación final de la Compañía del Anillo. En él, mi padre escribió: «Boceto de reducción de la elección de la Compañía».[207]
Al final, después de que la cuestión fuera muy debatida por Elrond y Gandalf, se decidió que los Nueve de la Compañía del Anillo deberían ser los cuatro hobbits, ayudados por Gandalf; y que Legolas debería representar a los Elfos, y Gimli hijo de Glóin, a los Enanos. En representación de los Hombres, irían Aragorn y Boromir. Pues iban a dirigirse a Minas Tirith, y Aragorn aconsejó que la Compañía fuera por allí, e incluso tal vez primero a la ciudad. Elrond era reacio a enviar a Merry y Pippin, pero Gandalf [? los apoyó]. [192]
Entonces, mi padre pasó a un nuevo texto de «El Anillo va hacia el sur»; y del trabajo preliminar no sobrevive nada, si es que existió alguno, aparte de unos pocos pasajes en borradores primitivos del comienzo del capítulo. La nueva versión es un manuscrito preciso y claro escrito a tinta, que utiliza parte del texto de «agosto de 1940» que había sido empleado para el bosquejo de los desarrollos importantes en «El Concilio de Elrond». La historia ahora progresaba con confianza, y en mucha de su extensión apenas difiere de CA en la redacción de la narrativa y las conversaciones de los personajes. Hay un cierto número de correcciones posteriores, muchas de las cuales se puede determinar que surgieron un poco después, en el mismo período de la composición. Como estaba escrito, el capítulo carecía de título, y luego se le añadió a lápiz varias posibilidades: aunque en el texto original, cuando el capítulo seguía sin interrupción con «El Concilio de Elrond», había un subtítulo que ponía «El Anillo va hacia el sur» (RS 514); mi padre ahora probó también «La Compañía del Anillo se va» y «El Anillo emprende la marcha».
Como el capítulo anterior ahora terminaba donde lo hace en CA, en la conclusión del Concilio, la conversación entre los hobbits, interrumpida por Gandalf, se pasó al comienzo de «El Anillo va hacia el sur». En ese momento, mi padre decidió «quitar la conversación en el jardín» (véase nota 203), y el capítulo empieza exactamente como en CA, con los hobbits hablando en el cuarto de Bilbo más tarde, ese mismo día, y Gandalf sentado en el alféizar de la ventana. La nueva conversación casi alcanza la forma de CA (pp. 377-379), y sólo es necesario mencionar las siguientes diferencias. Gandalf habla de «los Elfos del Bosque Negro», no de la «gente de Thranduil en el Bosque Negro», y no dice que «Aragorn ha partido con los hijos de Elrond» (que aún no habían aparecido); y los comentarios de Bilbo sobre la estación de su marcha, primero se escribieron:
—… no puedes esperar ahora hasta la primavera, y no puedes salir antes de que lleguen los exploradores. Así que has de partir con toda comodidad justo cuando el invierno comienza a morder.
—Muy al estilo de Gandalf —dijo Pippin.
—Exactamente —acordó Gandalf.
Esto se sustituyó de inmediato por el verso de Bilbo (Cuando el invierno comienza a morder) que recita en CA. Por último, Gandalf dice: «En este asunto, Elrond tendrá [la decisión >] mucho que decir, y también tu amigo Trotter, Aragorn el tarkil» (CA: «y tu amigo Trancos»).
Mientras aún escribía el inicio del capítulo, mi padre tuvo dudas acerca de la estructura. Una posibilidad parece haber sido mantener [193] nueva conversación en el cuarto de Bilbo, pero volver a colocarla al final de «El Concilio de Elrond», terminando con el comentario de Sam: «¿Y dónde vivirán? Es lo que me pregunto a menudo»; otra, quitar la conversación entre los hobbits, y la intervención de Gandalf en la ventana, casi en su totalidad. Fue tan lejos como para proporcionar un breve pasaje de recambio; pero decidió no emplearlo.[208]
La cronología en CA, según la cual la Compañía se quedó más de dos meses en Rivendel y se marchó el 25 de diciembre, aún no había sido introducida. En la segunda versión de «El Concilio de Elrond», que continuó en parte la narrativa de «El Anillo va hacia el sur», «los hobbits habían estado unas tres semanas en la casa de Elrond, y noviembre concluía», cuando los exploradores comenzaron a volver; y en la Selección de la Compañía la fecha de partida se estableció para «el martes próximo, diecisiete de noviembre» (pp. 135, 137).[209] En el nuevo texto se dice lo mismo («unas tres semanas… noviembre concluía»), pero se cambió, probablemente en el acto, por «los Hobbits llevaban casi un mes en la casa de Elrond, y ya había pasado la mitad de noviembre, cuando los exploradores comenzaron a volver»; y, posteriormente (como en CA p. 383), Elrond dice: «La Compañía partirá dentro de siete días». Ahora no se menciona ninguna fecha concreta para la salida de Rivendel, pero ha sido postergada hasta aproximarse a finales de mes (en concreto, el 24 de noviembre, véase p. 199).
La narración de los viajes de los exploradores continúa desde las versiones previas (RS 515-516 y TI 135-136), y en su mayor parte alcanza el texto de CA, aparte de que no hay, como al comienzo del capítulo, ninguna mención de que Aragorn dejara Rivendel, ni de los hijos de Elrond. Los exploradores que fueron al norte habían ido «más allá del Fontegrís, internándose en las Tierras de los Ents», y aquéllos que fueron al oeste habían «explorado las tierras a lo largo del Aguada Grande, hasta Tharbad, donde el viejo Camino del Norte cruzaba el no junto a una ciudad en ruinas». Aquí es donde aparece por primera vez Tharbad,[210] Aquéllos que habían escalado el paso en las fuentes del Gladio,[211] habían «llegado al viejo hogar de Radagast en Rhosgobel»: aquí es donde por primera vez se menciona Rhosgobel, y al margen mi padre escribió «Henopardo».[212]
Estos últimos «habían regresado subiendo por el Camino Rojo[213] y por el desfiladero que llamaban Escalera del Arroyo Sombrío». El nombre «Escalera del Arroyo Sombrío» para el paso bajo Caradras ha aparecido en correcciones posteriores a la versión original de «El Anillo va hacia el sur» (RS 536-538, notas 14 y 21). En el pasaje presente, el nombre no se corrigió en ninguna etapa; pero más adelante en el capillo, donde en este texto Gandalf dice: «Si subimos por el paso llamado Escalera del Arroyo Sombrío … descenderemos al valle profundo de los [194] Enanos», mi padre (mucho después) corrigió el manuscrito por lo que se lee en CA (p. 392): «Si subimos por el paso llamado la Puerta del Cuerno Rojo … descenderemos por la Escalera del Arroyo Sombrío al valle profundo de los Enanos» (y así Robert Foster en Guía completa de la Tierra Media define la Escalera del Arroyo Sombrío como un «Sendero que conduce desde Azanulbizâr hasta el Paso del Cuerno Rojo»). El nombre del paso (llamado en este texto el «Paso del Arroyo Sombrío») también se cambió en otras apariciones en este capítulo, pero en este sitio, después de que a mi padre se le pasara por alto en el manuscrito, se mantuvo en la copia a máquina que se realizó poco después (nota 208), y así sobrevivió en CA, p. 380: «cruzando el desfiladero que llamaban Escalera del Arroyo Sombrío»… un error que nunca se corrigió.
La Selección de la Compañía se encuentra en este manuscrito en dos versiones alternativas. Aunque el contenido esencial es el mismo en ambas, y las dos terminan con la inclusión de Merry y Pippin después del apoyo de Gandalf, la que se escribió primero está más próxima a la versión precedente (pp. 135-137): la diferencia principal es ésta: en la primera versión se asiste a la formación de la compañía, mientras que en la segunda (que es casi idéntica a la forma de CA) las deliberaciones han sido completadas en su casi totalidad y Elrond anuncia la decisión de los hobbits.[214]
Hay varias diferencias en la primera de estas versiones que vale la pena reseñar. Después del comentario de Gandalf de que su destino «parece bastante enredado con el de los hobbits», Elrond dice: «Antes de que acabe el viaje te necesitarán muchas veces, Gandalf; pero quizá cuando la necesidad sea mayor, tú no estarás allí. Éste es tu mayor peligro, y no tendré paz hasta que te vuelva a ver». La pérdida de Gandalf, por supuesto, fue prevista (RS 549, 571). Aragorn, después de decirle a Frodo que como él mismo va a ir a Minas Tirith, sus caminos se juntan durante cientos de leguas, añade: «Ciertamente, es mi consejo que primero deberíais ir a aquella ciudad». Y después de comentar que para los dos puestos aún vacantes que completarán los nueve quizás él sea capaz de encontrar a algunos «de mi propia familia y casa», Elrond continúa (pero el pasaje fue borrado en el acto): «No puedo enviar a los señores elfos, pues si bien su poder es grande, no lo es lo suficiente. No pueden caminar ocultos a la ira y el espíritu maligno, y las noticias de la Compañía llegarían a Mordor de día o de noche».
En estos pasajes, y por todo el resto del capítulo (adrede), Aragorn volvió a cambiarse por Piedra de Elfo, e hijo de Kelegorn por hijo de Yelmo de Elfo (véanse pp. 325-326), lo mismo que Trotter, con la excepción de que uno de los hobbits se dirige a él directamente de esta forma. [195]
Ahora se introduce la nueva forja de la Espada de Elendil, y su descripción es en la primera tentativa igual que en CA (p. 383), con el «dibujo de siete estrellas, entre la Luna creciente y el Sol radiante», salvo que a la espada forjada de nuevo no se le da nombre. Esto se añadió un poco después: «Y Piedra de Elfo le dio un nuevo nombre y la llamó Tizona [Branding]» (véanse p. 321 y nota 384).
Para la siguiente parte del capítulo (Bilbo y Frodo durante los últimos días en Rivendel), mi padre, sencillamente, retomó las páginas del manuscrito de la segunda versión de «El Concilio de Elrond», desde «El tiempo se había hecho frío…» (p. 137); este pasaje ya se hallaba próximo a la forma de CA.[215] Después de «Me gustaría escribir el segundo volumen, si vivo bastante» (que es donde terminaba la segunda versión de «El Concilio de Elrond»), mi padre escribió en el manuscrito: «¿Versos?», pero la canción de Bilbo Me siento junto al fuego y pienso no se encuentra en este manuscrito. Sin embargo, los trabajos originales para la canción sobreviven y, ciertamente, pertenecen a esta época.[216]
El día de la partida era «un día frío y gris de mediados de noviembre» (véase p. 195). Al principio, había dos poneys, como en la versión original (RS 516), pero «Bill», que fue comprado en Bree, y muy fortalecido por su estancia en Rivendel, fue sustituido a medida que mi padre escribía.[217] En este momento, la partida se trató de manera más breve que en CA: Boromir no sopla su cuerno de guerra, no se describen las armas que lleva cada miembro de la Compañía ni las ropas provistas por Elrond, y no hay mención del repaso que Sam somete a sus pertenencias… de modo que el elemento de importancia menor de su descubrimiento de que no tiene cuerda está ausente (cf. pp. 214, 329).
La historia del viaje desde Rivendel hasta Acebeda ahora es muy próxima a CA, pero existen diferencias en geografía y nombres geográficos, que iban evolucionando a medida que progresaba la nueva versión. El viaje todavía había durado «unos diez días» hasta el punto en que el tiempo cambió (RS 518), mientras que en CA requirió quince días; y sólo había una gran cima, no tres. Se añadió un nombre élfico para Acebeda: «Nan-eregdos en la lengua élfica», en apariencia en el momento de la escritura.[218] Gandalf calcula que han hecho «cincuenta leguas a vuelo de pájaro» («cuarenta y cinco leguas a vuelo de pájaro» en CA, «ochenta leguas» en la versión original). Y donde en la Primera versión, en respuesta a la observación de Faramond (Pippin) de que como las montañas se encuentran delante, debieron desviarse al este, Gandalf dijo: «No, son las montañas las que se han desviado», ahora contesta: «No, son las montañas las que han doblado al oeste» [196] (CA: «Más allá de esos picos la cadena dobla hacia el sudoeste»). Sobre esta difícil cuestión de geografía, véase RS 544-545.
La declaración de Gimli sobre las Montañas está presente, casi palabra por palabra como en CA, excepto que al no haber aparecido los tres picos, sus palabras «hemos grabado la imagen de esas montañas en muchas obras de metal y piedra, y en muchas canciones e historias» parecen tener un sentido más general. Pero continúa (como en CA): «Sólo las vi una vez de lejos en vigilia, pero las conozco y sé cómo se llaman, pues debajo de ellas está Khazad-dûm, la Mina del Enano, que ahora llaman el [Abismo Negro >] Pozo Oscuro,[219] Moria en la lengua élfica», y parece que aquí está hablando de ciertos picos notables y sobresalientes, característicos de las Montañas Nubladas, bajo los cuales está Moria. (De todos modos, las tres grandes Montañas de Moria estaban a punto de entrar en el texto en la siguiente conversación de Gimli.) Aquí dice, como en CA, «Más allá se encuentran Barazinbar, el Cuerno Rojo, el cruel Caradhras», siendo «cruel» una alteración de «el ventoso» en el momento mismo de la escritura, y éste de «el alto», lo mismo que Caradhras de Caradras.[220] Y también se habla aquí de «Azanulbizâr, el Valle del Arroyo Sombrío, que los Elfos llaman Nan-duhirion».[221]
La réplica de Gandalf, y las siguientes palabras de Gimli acerca del Lago Espejo, son un arduo conjunto de cambios rápidos en el manuscrito, con numerosos elementos nuevos. Con una ligera duda sobre la secuencia precisa de las correcciones, el pasaje da la impresión de haberse desarrollado de esta forma:
—Hacia el Valle del Arroyo Sombrío vamos —dijo Gandalf—. Si subimos por el paso llamado la Escalera del Arroyo Sombrío, bajo la falda roja del Caradhras, descenderemos al valle profundo de los Enanos.[222] Allí, el Río [Camino Rojo emerge en el agua negra de Morthond Raíz Negra >] Morthond, el frío, emerge en el Lago Espejo.
—Oscura es el agua del Kheledzâram —dijo Gimli—, y sólo refleja el cielo lejano y tres picos blancos; y fría es el agua del Buzundush. Se me encoge el corazón pensando que quizá los vea pronto.
Es evidente que a medida que mi padre empezó a escribir estas palabras su intención era decir: «el Río Camino Rojo emerge en el agua negra [del Lago Espejo]», que cambió el nombre del río a Morthond, «Raíz Negra»; y creo que fue también aquí donde se introducen los tres picos por encima de Moria, reflejados en el agua.[223] Luego, escribió [197] un pasaje nuevo, sin duda con la intención de reemplazar el que cabo de transcribir, pero lo tachó, probablemente, de inmediato:
Allí está el Kheledzâram, el Lago Espejo, profundo y oscuro, en el que sólo se puede ver el cielo lejano y los tres picos blancos. De él nace el Buzundush, el Río Raíz Negra, el Morthond, frío y rápido. Se me encoge el corazón pensando que quizá los vea pronto.[224]
Contestando, Gandalf dijo: «… por lo menos, no podremos quedarnos en ese valle. Tenemos que seguir el cauce del Morthond aguas abajo hasta los bosques de Lothlórien…» (GA: «hasta los bosques secretos»). Aquí es donde, eso parece, surge por primera vez el nombre Lothlórien. Y cuando Merry preguntó: «Sí, ¿y luego qué?», el mago contestó: «Hacia nuestro destino, el fin del viaje. Puede que atravieses el Fangorn, que algunos llaman el Bosque Truncado. Pero no debemos mirar demasiado adelante. …» La referencia a Fangorn fue borrada.
Se escribieron varias versiones de las palabras de Legolas acerca de los Elfos de Acebeda antes de que se consiguiera la versión final; en la primera se lee:
—Es cierto —dijo Legolas—. Pero los Elfos de esta tierra eran una raza extraña, y los espíritus que habitan aquí, para mí, que soy de la gente de los bosques, son también extraños. Aquí vivió Noldor, el Sabio Elfo, y todas las piedras de alrededor me gritan con muchas voces: construyeron torres altas que llegaban a los cielos, cavaron profundamente la tierra, y han desaparecido. Han desaparecido. Fueron en busca de los Puertos mucho tiempo atrás.
La historia del gran silencio que reinaba sobre toda la tierra de Acebeda, el vuelo de los cuervos negros, la decepción de Pippin ante las noticias y el fracaso de Sam en comprender la geografía, el misterioso cruce de algo delante de las estrellas y la visión del Caradhras cerca de ellos a la tercera mañana de la salida de Acebeda, todo esto se cuenta con palabras que permanecieron virtualmente inalteradas en CA, a excepción de unos pocos detalles. Trotter dice que los cuervos «no son nativos de aquí», pero no añade que «son crebain de Fangorn y de las Tierras Brunas»; y después de comentar que ha visto a algunos halcones volando alto en el cielo, dice: «Esto explicaría el silencio de los pájaros», lo cual se tachó de inmediato (véanse RS 521 y nota 17). [198] Sam llama al Caradhras «este Cuerno Rojizo, o como se llame», igual que lo hiciera en la versión original (RS 521), pero, entonces, Cuerno Rojizo [Ruddyhorn] iba a ser su nombre aceptado en inglés (RS 519 y nota 11)
A medida que la Compañía marchaba por el antiguo camino desde Acebeda hasta el Paso, la luna se alzó por encima de las montañas «casi llena»; como en la versión original, se dice que la luz no fue bien recibida por Trotter y Gandalf, y que «se sintieron aliviados cuando por fin, tarde esa noche, la luna se puso y los dejó bajo las estrellas». En la versión original era una luna creciente (RS 522 y nota 19) y «permaneció en el cielo sólo por un rato»; en CA, la luna era llena, y todavía estaba baja en el cielo occidental cuando la sombra cruzó delante de las estrellas.
En la versión original era Trotter quien estaba a favor del cruce de Moria, y Gandalf del Paso, y lo que dijeron estaba influido por sus opiniones. Este aún era el caso cuando mi padre llegó a la nueva versión, aunque lo que se dice es casi virtualmente lo mismo que en CA (p. 397):
—El invierno avanza detrás de nosotros —[Gandalf] le dijo en voz baja a Trotter—. Las cimas aquellas del norte están más blancas; la nieve ha descendido a las estribaciones.
—Y esta noche —dijo Trotter— estaremos ya a bastante altura por la Escalera del Arroyo Sombrío. Si no nos ven los observadores en ese sendero angosto y algo maligno no nos tiende una trampa, el tiempo puede resultar un enemigo tan mortal como cualquiera. ¿Qué piensas ahora de nuestro itinerario?
Frodo alcanzó a oír estas palabras [etc. como en CA]
—No pienso nada bueno del principio al fin, y tú lo sabes bien, Aragorn —respondió Gandalf, la voz aguda por la ansiedad—. Pero debemos seguir. De nada serviría demorar el cruce de las montañas. Más al sur no hay desfiladeros hasta llegar al Paso de Rohan. Desde la caída de Saruman no confío en ese camino. Quién sabe a qué bando sirven ahora los mariscales de los Señores de los Caballos.
—¡Quién sabe, en verdad! —dijo Trotter—. Pero hay otro camino, que no es el paso bajo Caradhras: el camino secreto y oscuro del que ya hemos hablado.
—Y yo no volveré a hablar de él otra vez. No todavía. No digas nada a los otros, te lo suplico. Ni tú, Frodo —dijo Gandalf, volviéndose de repente hacia él—. Has escuchado nuestras palabras, que es tu derecho como Portador del Anillo. Pero no diré [199] nada más hasta que no resulte evidente que no queda otro recurso. Tenemos que decidirnos antes de continuar.
—Entonces, que nuestras mentes consideren el asunto mientras los otros descansan y duermen —contestó Trotter.
Como los portavoces de las dos últimas frases no siguen el orden de la conversación precedente, fue en este punto que mi padre «se dio cuenta» de que era Trotter y no Gandalf quien le tenía un miedo especial a Moria, y en el acto cambió el texto del pasaje.
Las palabras de Gandalf a la Compañía al final de su discusión con Trotter, y toda la descripción de la tormenta de nieve, son muy parecidas a CA (pp. 397-400), aunque en la última parte de este capítulo la redacción real fue desarrollada posteriormente para alcanzar el texto de CA como no lo había hecho hasta ahora. Boromir dice que nació en las Montañas Tenebrosas (véase RS 540, nota 31); y la referencia de Bilbo como el único hobbit que podía recordar el Invierno Cruel de 1311 está ausente. Otro empleo de nombres de las leyendas de los Días Antiguos, rechazados de inmediato, aparece en las palabras de Boromir sobre la tormenta de nieve: «Me pregunto si esto no será una treta del Enemigo. Dicen en mi país que él puede gobernar las tormentas en las [tachado: Montañas de la Sombra Daedeloth Deldúath] Montañas de Sombra, que se alzan alrededor de Mordor».[225]
En el sueño de Frodo, allí en la nieve, la voz de Bilbo decía: Tormentas de Nieve el nueve de diciembre (en la versión original, 2 de diciembre, RS 525; en CA el 12 de enero). El viaje desde Rivendel hasta Acebeda había durado «unos diez días» (p. 195); y un esquema cronológico que parece derivar claramente de esta época y encajar en la narrativa proporciona la fecha de partida desde Rivendel como la noche del jueves 24 de noviembre. Según este esquema, la Compañía llegó a Acebeda el 6 de diciembre, habiendo durado así el viaje desde Rivendel once días (y doce noches), y la «Nieve en Caradras» está fechada el 9 de diciembre.
El licor que Gandalf le da a la Compañía de su frasco de cuero se sigue llamando «uno de los cordiales de Elrond», como en RS 525, y el nombre miruvor no aparece. Gandalf, mientras el fuego brotaba de la madera, dijo: «He escrito Gandalf está aquí en caracteres que hasta las rocas ciegas podrían leer», pero no comenta, mientras introduce su vara en los leños, ¡naur an edraith ammen![226]
La narración del descenso sigue siendo claramente diferente de la historia en CA, y está más próxima al original (RS 527-529), a pesar del hecho de que en ella Trotter todavía era un hobbit, y Gimli y Legolas no se hallaban presentes. [200]
—Cuanto más pronto volvamos y descendamos, mejor será —dijo Gandalf—. Todavía va a caer más nieve.
Así como todos deseaban descender de nuevo, era más fácil de decir que de hacer. Más allá de su refugio, la capa de nieve era de varios pies, y en algunos sitios el viento la había amontonado contra la pared; y estaba húmeda y blanda. Gandalf sólo pudo avanzar con gran esfuerzo, y apenas había recorrido unos pocos metros por el sendero descendente cuando se encontró dando tumbos con la nieve por encima de la cintura. Su empeño parecía desesperado.
Boromir era el más alto de la Compañía, estando por encima del metro ochenta, y también era muy ancho de hombros.
—Voy a bajar, si puedo —dijo—. Hasta donde consigo distinguir nuestro curso de anoche, el sendero gira a la derecha alrededor de aquel saliente rocoso de allí abajo. Y si recuerdo bien, a unas doscientas yardas, o algo así, más allá de la curva había un espacio llano sobre una pendiente pronunciada y larga… muy difícil de escalar cuando subíamos. Desde aquel punto quizá sea capaz de echar un vistazo y tener una idea de cómo está la nieve abajo.
Avanzó despacio con esfuerzo, metiéndose en la nieve que por doquier le llegaba por encima de las rodillas y en algunos lugares casi hasta el hombro. A menudo parecía nadar o cavar con los grandes brazos más que caminar. Al final desapareció de vista y dobló por la curva. Llevaba tiempo ausente, y ellos empezaron a sentirse ansiosos, temiendo que hubiera sido tragado por algún alud o un agujero tapado por la nieve, o se hubiera caído al barranco por el borde oculto.
Cuando hubo pasado más de una hora, lo oyeron llamar. Había reaparecido en la curva en el sendero y avanzó trabajosamente hacia ellos.
—Estoy cansado —dijo—, pero he traído algo de esperanza. Hay un pequeño socavón cubierto de nieve al otro lado de la curva y casi me quedé enterrado en él, pero, por fortuna, no es muy ancho. Más allá la nieve se vuelve repentinamente menos densa. En la cima de la pendiente apenas alcanza un pie de profundidad y, más abajo, es sólo un mantillo blanco, únicamente una rociada en algunos sitios.
—Es la mala voluntad de Caradras —musitó Gimli—. No gusta [201] de los enanos o de los elfos. Nos ha arrojado su nieve a propósito. Esa nieve fue planeada para cortarnos el descenso.
—Entonces, felizmente, Caradras ha olvidado que con nosotros tenemos a un montañero que conoce a su familia lejana, los picos de las Montañas Tenebrosas —dijo Gandalf—. Fue la buena fortuna lo que nos dio a Boromir como miembro de la Compañía.
—Pero ¿cómo atravesaremos esta nieve, aunque lleguemos hasta la curva? —preguntó Pippin, expresando el pensamiento de todos los hobbits.
—Es una pena —comentó Legolas— que Gandalf no pueda ir delante de nosotros con una llama intensa y fundirnos un sendero.
—Es una pena que los Elfos no puedan volar por encima de las montañas para traer el sol y salvarlos —contestó Gandalf—. Incluso yo necesito algo para trabajar. No puedo quemar nieve. Pero podría convertir a Legolas en una antorcha llameante, si con eso basta: ardería mucho mientras durara.
—¡No me mates! —gritó Legolas—. Temo que hay un dragón oculto bajo la forma de nuestro mago. No obstante, un dragón manso nos sería útil ahora.
—Si sigues hablando, será un dragón salvaje —dijo Gandalf.
—¡Bueno, bueno! Cuando las cabezas no saben qué hacer, hay que recurrir a los cuerpos, como dicen en mi país —comentó Boromir—. Aún me queda algo de fuerza, y también a Aragorn. Mientras nos dure, hay que usarla. Yo llevaré a uno de la Gente Pequeña, y él a otro. Los otros dos montarán en el poney y serán conducidos por Gandalf. —En el acto se puso a descargar a Bill—. Aragorn y yo regresaremos cuando hayamos transportado a la Gente Pequeña —dijo—. Tú, Legolas y Gimli podéis esperar aquí o, si sois capaces, seguir nuestro rastro.
Alzó a Merry y se lo colocó sobre los hombros. Trotter alzó a Pippin. Frodo montó en el poney, y Sam fue detrás. Avanzaron laboriosamente.
Por fin alcanzaron la curva y la pasaron, y llegaron hasta el borde de la nieve. Frodo se maravilló de la fuerza de Boromir, viendo el pasaje que ya había logrado abrir sin otro instrumento que la espada y sus grandes brazos.[227] Aun ahora, cargado como estaba con Merry a la espalda, empujaba la nieve y la echaba [202] a los costados, ensanchando la senda para quienes lo seguían Detrás de él, Trotter también se esforzaba. Se hallaban en me dio de la nieve, y Boromir y Merry casi habían pasado, cuando una piedra retumbante cayó desde la cima de la pendiente y pasando cerca de la cabeza de Frodo, golpeó el suelo con ruido sordo, empotrándose en la nieve. Pero con este último golpe, la malicia de la montaña pareció agotarse, como si estuviera satisfecha de que los invasores hubieran emprendido la retirada y no se atrevieran a regresar. No hubo más accidentes.
Sobre la cornisa de la pendiente descubrieron, como había dicho Boromir, que la nieve era poco profunda. Allí aguardaron, mientras Trotter y Boromir regresaban con el poney a recoger las mochilas y los fardos, y a ayudar a Legolas y al enano.
Cuando todos volvieron a estar reunidos una vez más, la mañana se encontraba muy avanzada.
Fue aquí la réplica de Gandalf («Es una pena que los Elfos no puedan volar por encima de las montañas para traer el sol y salvarlos») al comentario de Legolas (originalmente de Boromir, RS 527-528) acerca de fundir el sendero lo que llevó a que éste dijera en CA «¡Voy en busca del Sol!», y, con toda probabilidad (tal como yo creo), el origen de la idea de que el Elfo, lejos de encontrarse impotentemente desamparado como Gimli, Gandalf y los hobbits, podía correr sobre la nieve. Es digno de atención ver que el verdadero malhumor de Gandalf en la versión original aquí se ve mitigado, mientras que en CA ha desaparecido.
El resto del capítulo es como en CA, pero termina así:
El viento volvió a soplar con fuerza por encima del paso que se hallaba oculto por las nubes detrás de ellos; ya habían empezado a caer unos pocos copos de nieve. Caradras los había derrotado. Le dieron la espalda a la Escalera del Arroyo Sombrío y bajaron por la pendiente tropezando de fatiga.