VI
EL CONCILIO DE ELROND (1)

[131]

La segunda versión

Una nueva versión de esta parte de la narrativa[130] es una característica «copia en limpio»: demasiado próxima al texto anterior (RS 494 ss.) como para justificar el espacio necesario para reproducirla aquí, pero que constantemente difería en la expresión elegida. El capítulo está numerado XIV (véase p. 98), aunque no tiene título.

La historia todavía era que Bilbo y Gandalf fueron al cuarto de Frodo por la mañana (RS 489); y los presentes en el Concilio no resultaron cambiados en ningún aspecto (RS 496). Boromir aún viene de «la Tierra de Ond, lejos en el Sur».[131] La primera modificación importante surge después de la charla de Gandalf, en la que «expuso a todos aquéllos que no la conocían, la historia del Anillo, y los motivos por los que el Señor Oscuro lo deseaba tanto». Aquí, en la versión original, siguió la historia de Bilbo; sin embargo, en este texto entra el siguiente pasaje:

Cuando habló de Elendil y Gilgalad y de su marcha al Este, Elrond suspiró.

—Recuerdo bien la disposición de la tropa —dijo—. Me hizo pensar en las Grandes Guerras y victorias de Beleriand, tantos capitanes y príncipes hermosos había allí, y, sin embargo, no tantos ni tan hermosos como cuando destruyeron [> tomaron] Thangorodrim.

—¿Lo recuerda? —dijo Frodo, rompiendo el silencio en su asombro y mirando maravillado a Elrond—. Pero yo creía que la caída de Gilgalad ocurrió hace muchísimo tiempo.

—Así es —respondió Elrond con mirada grave—, pero mi memoria llega hasta muy atrás. Fui el juglar y el consejero de Gilgalad. Mi padre era Eärendel, que nació en Gondolin, siete años antes de su caída; y mi madre era Elwing, hija de [Dior, hijo de] Lúthien, hija de Thingol, Rey de Doriath; y he visto duchas épocas en el Oeste del Mundo. Conocí Beleriand antes de que fuera destruida en las grandes guerras. [132]

Éste es el origen del pasaje en CA p. 337; sin embargo, se remonta a, parte de una escritura anterior y aislada, dada en RS 272-274,[132] en que Elrond le narra a Bingo de forma extensa la historia de Gil-galad y Elendil, aparentemente en una conversación personal entre ellos; y, a su vez, ese texto estaba muy relacionado con la conclusión de la segunda versión de La Caída de Númenor (vol. V).[133]

El nuevo texto continúa:

Entonces, pasaron de las victorias y pérdidas del Anillo a la historia de Bilbo; y una vez más, éste contó cómo lo había encontrado en la cueva de las Montañas Nubladas. Luego, Aragorn prosiguió con el relato y habló de la persecución de Gollum, en la que había ayudado a Gandalf, y de su [> de ellos] peligroso viaje a través del Bosque Negro del Sur, por el Bosque Fangorn y más allá de las Ciénagas de los Muertos, hasta las mismas fronteras de la tierra de Mordor. De esta manera, la historia se contó lentamente hasta la llegada de la mañana primaveral… (etc. como en RS 497-498).

En la primera versión, Trotter aún era el hobbit Peregrin, con sus zapatos de madera (RS 497 y nota 20).

Gandalf, en su respuesta a la pregunta de Elrond sobre Bombadil «¿Le conoces, Gandalf?», ahora dice:

—Sí. Y, naturalmente, fui a verlo en el acto, tan pronto como averigüé que los hobbits se habían metido en el Bosque Viejo. Me atrevo a decir que los habría mantenido más tiempo en su casa si hubiera sabido que yo me hallaba tan cerca. Pero no estoy seguro… no estoy seguro de que no lo supiera ni de que, en cualquier caso, se hubiera comportado de otra forma. Es una criatura muy extraña, y sigue sus propios consejos: que no son fáciles de comprender.

Da la impresión de que cuando mi padre escribió esto, no podía tener en mente el boceto fechado 26-27 de agosto de 1940, en el que Gandalf llegó a Cricava y la encontró desierta (p. 87), ya que él sólo podría haberse enterado por Hamilcar Bolger de que los otros hobbits se habían adentrado en el Bosque Viejo. Por otro lado, mi padre aún estaba indeciso (p. 87), en aquel boceto y con aquella trama, sobre si Gandalf había visitado a Bombadil o no. En cualquier caso, [133] por lo que parece ser un cambio inmediato, los comentarios del mago fueron reescritos:

—Lo conozco, aunque casi nunca nos vemos. Yo soy una piedra rodante, y él un acumulador de moho. Los dos tienen un trabajo que hacer, pero pocas veces se ayudan mutuamente. Quizás hubiera sido más sabio haber buscado su colaboración, aunque no creo que hubiera ganado mucho. Es una criatura extraña…

Debió de haber sido en este punto cuando mi padre, finalmente, decidió que no había habido ninguna visita a Bombadil, y la historia retornó a su forma anterior (véase RS 512 nota 23).

La frase en la réplica de Gandalf a Erestor, «Dudo que Tom Bombadil, incluso en su propio terreno, pudiera oponerse a ese Poder»[134] (RS 498), pronto se reescribió así (anticipando en parte tanto a Gandalf como a Glorfindel en CA pp. 368-369): «Si Bombadil solo, incluso en su propio terreno, podría resistir ese Poder, es algo que está más allá de mi capacidad. Creo que no; y, al final, si todo lo demás es conquistado, Tom caerá: último como fue el primero, y llegará la Noche. Es bastante probable que tirara el Anillo, pues esas cosas no le interesan».

La respuesta de Glóin a la pregunta de Boromir sobre los Siete Anillos sigue siendo casi exactamente como era (RS 500-501),[135] pero la contestación de Elrond a la cuestión sobre los Tres Anillos tiene ciertos cambios: el principal, que ahora declara como un hecho conocido por él lo que Gandalf (en «Historia Antigua», RS 398-399) ha expresado sólo como una opinión: «Los Tres Anillos siguen quietos. Pero, sabiamente, se han sacado por el Mar y ya no se encuentran en la Tierra Media». Continúa:

»De ellos, los Reyes Elfos han extraído mucho poder, pero no les ha servido en su lucha contra Sauron. Pues no pueden proporcionar habilidad o conocimiento que él no poseyera ya al hacerlos. A cada raza los anillos del Señor le dan tal poder como ésta desee y mejor pueda manejar. Los Elfos no deseaban fuerza, o dominación, o acumular riquezas, sino sutileza en el arte, sabiduría y conocimiento de los secretos del mundo. Esto han obtenido, aunque con dolor. Pero todo lo que hay en sus lentes y corazones que haya sido extraído de los anillos se volara en su contra, y le será revelado a Sauron si recupera el Anillo Soberano, como era su objetivo. [134]

La omisión aquí de las palabras del texto original: «Pues proceden del mismo Sauron», no muestra, creo, que la concepción de la independencia de los Tres Anillos de los Elfos provenientes de Sauron hubiera surgido, de acuerdo con las siguientes palabras que se retuvieron: «Pues no pueden proporcionar habilidad o conocimiento que él no poseyera ya al hacerlos»; más aún, Boromir, todavía en la cuestión concerniente a ellos, dice que «también éstos fueron hechos por Sauron en los días antiguos», y nadie lo contradice. Véanse pp. 183-184.

Luego, el siguiente texto sigue muy de cerca el antiguo (RS 501 503-504), hasta el punto en el que Gandalf, en la tarde que sigue al Concilio, alcanza a Frodo, Merry y Faramond (todavía llamado así, escribiéndose Peregrin más adelante), que pasean por el bosque; y aquí la nueva versión se desvía un cierto trecho, siendo los comentarios de Gandalf sobre la composición de la Compañía bastante diferentes… y no sólo porque Trotter ahora es Aragorn: aquí aparece una duda acerca de la inclusión de los dos hobbits más jóvenes.

—… ¡Así que tened cuidado! Nunca se es demasiado cuidadoso. En lo referente al resto del grupo, es muy pronto para discutirlo. Pero, vayáis o no alguno de vosotros con Frodo, realizaré otros arreglos en cuanto a la presencia de inteligencia.

—¡Ah! Ahora ya sabemos quién es importante de verdad —se rió Merry—. Gandalf jamás muestra alguna duda sobre ello, y no deja que nadie más lo olvide. Así que estás preparando los arreglos, ¿no?

—Por supuesto —contestó Gandalf—. Hay mucho que hacer y que pensar. Pero en este asunto tanto Elrond como Trotter tendrán mucho que decir. Y, ciertamente, Boromir y Glóin, y también Glorfindel. Concierne a todos los pueblos libres que quedan en el mundo.

—¿Vendrá Trotter? —preguntó Frodo, esperanzado—. Aunque sólo es un Hombre, le añadirá cerebro a la expedición.

—«Sólo un Hombre» no es modo de hablar de un tarkil, y menos de Aragorn hijo de Celegorn —dijo Gandalf—. Le añadiría inteligencia y valor a cualquier expedición. Pero, como he dicho, éste no es el momento ni el lugar para discutirlo. Sin embargo, te diré esto sólo para tus oídos. —La voz de Gandalf se tornó en un susurro—. Creo que yo tendré que ir contigo. —Tan grande fue la alegría de Frodo ante este anuncio que Gandalf se quitó el sombrero e hizo una reverencia—. Pero sólo he dicho [135] que creo que tendré que ir, y tal vez únicamente una parte del camino. No cuentes con nada. Y ahora —añadió—, si queréis hablar de esas cosas, será mejor que vayamos dentro.

Regresaron con él en silencio; pero tan pronto como atravesaron el umbral, Frodo expuso la cuestión que había estado en su mente desde que comenzara el Concilio.

—¿De cuánto tiempo dispongo aquí, Gandalf? —preguntó.

—No lo sé —contestó el mago—. Pero no podremos llevar a cabo nuestros planes y preparativos muy rápidamente. Ya se han enviado exploradores, y algunos quizá permanezcan fuera bastante tiempo. Es esencial averiguar todo lo que podamos sobre los Jinetes Negros.

Entonces, la nueva versión retorna a la primera y la sigue muy de cerca hasta el final del texto («… esperando que partiera», RS 507). Sin embargo, luego continúa y entra en «El Anillo va hacia el sur» (RS 514) sin interrupción o encabezamiento alguno, y de nuevo sigue el antiguo bastante de cerca durante una distancia… hasta las palabras de Gandalf: «Y los cazadores tendrían que hacer todo el camino de regreso hasta el Vado para encontrar el rastro… si es que vamos con cuidado y tenemos suerte» (RS 515). Hay que apuntar algunas diferencias. Esta versión empieza: «Cuando los hobbits habían estado unas tres semanas en la casa de Elrond, y noviembre terminaba» (véase RS 515 y nota 2); los exploradores que habían partido al norte habían llegado «casi hasta Valle Gris» (luego > «hasta los Valles Grises»), cuando en el texto original habían llegado «a los valles del Arroyo Sombrío» (véase p. 15 y nota 16); y se dice del Paso Alto: «donde anteriormente había estado la Puerta de los Trasgos». Una escritura muy débil a pie de página da nombres Élficos de los lugares mencionados en el texto, tal como se encuentran en la versión precedente (véase RS 535 nota 4), pero éstos no son los mismos. La nota pone:

En Élfico Annerchion = Puerta de los Trasgos Ruinnel = Camino Rojo
Palath-ledin = Campos Gladio[s]
Nenvithim = Valles grises Palath = Iris

Pero donde en la primera versión Gandalf dice: «Será mejor que ahora partamos tan pronto como sea posible… y en silencio», y entonces la historia pasa casi en el acto al día de la marcha, este texto se desvía a la primera narración completa y clara de la composición de la Compañía del Anillo… que todavía ha de estar constituida por siete [136] miembros (véase RS 507-509); y la selección de éstos ahora tiene lugar en el mismo punto en la narrativa que en CA (pp. 381-383).

—… Es hora de que empecemos a realizar los preparativos, y 1o primero es decidir quién va a ir. Tengo mis propias ideas, pero debo consultar con Elrond.

Tanto Elrond como el mago estuvieron de acuerdo en que el grupo no debía ser demasiado grande, pues su esperanza radicaba en la velocidad y el secreto.

—Siete, y no más, deberá haber —dijo Elrond—. Si Frodo aún lo desea, entonces él, como portador del anillo, ha de ser la primera elección. Y si Frodo va, entonces Sam Gamyi debe ir también, porque es lo que se le prometió, y mi corazón me dice que sus destinos están entrelazados.

—Y si van dos hobbits, entonces yo debo ir —dijo Gandalf—, porque la cabeza me dice que me necesitarán; y, ciertamente, mi destino parece muy enredado con el de los hobbits.

—Eso hacen tres —comentó Elrond—. Si hay más, han de representar a los otros pueblos libres del mundo.

—Yo iré en nombre de los Hombres —anunció Trotter—. Reclamo cierto derecho a compartir las aventuras del Anillo; pero también deseo ir por amistad a Frodo y, por lo tanto, le pediré permiso para ser su compañero.

—No podría elegir a nadie con más alegría —dijo Frodo—. Había pensado en rogar por aquello que me es libremente ofrecido. —Estrechó la mano de Trotter.

—También irá Boromir —indicó Gandalf—. Está decidido a regresar tan pronto como pueda a su propia tierra, al asedio y la guerra[136] de los que nos ha hablado. Su camino corre con el nuestro. Es un hombre valeroso.

—Por los Elfos elegiré a Galdor del Bosque Negro —dijo Elrond—, y por los Enanos a Gimli hijo de Glóin. Si están dispuestos a ir contigo, incluso sólo hasta Moria, te serán de ayuda. Eso hacen siete y ahí se completa.

—¿Qué hay de Meriadoc y Faramond [> Peregrin] ? —preguntó Frodo, dándose cuenta de repente de que sus amigos no estaban incluidos—, Merry ha viajado lejos conmigo, y le dolerá que ahora lo dejen atrás.

—Faramond [> Peregrin] iría contigo por amor a ti, si se lo [137] mandaras —dijo Gandalf—, pero su corazón no se inclina por aventuras tan peligrosas, a pesar de todo lo que te quiere. Merry se sentirá dolido, es verdad, pero la decisión de Elrond es sabia. Es alegre [merry] en nombre y alegre de corazón, pero esta búsqueda no es para él, ni para ningún hobbit, a menos que el destino y el deber lo elijan. Mas no te angusties: creo que puede haber otro trabajo para él, y que no permanecerá ocioso mucho tiempo.

Cuando se hubo decidido de esta forma el nombre y el número de los aventureros, se acordó que el día de partida debería ser el jueves próximo, diecisiete de noviembre. Los siguientes días fueron atareados en los preparativos, pero Frodo pasó tanto tiempo como pudo a solas con Bilbo. El tiempo se había hecho frío, y ahora era triste y gris, y a menudo se quedaban sentados en el pequeño cuarto de Bilbo. Entonces, éste le leía pasajes de su libro (que todavía parecía muy incompleto), o fragmentos de sus versos, y tomaba notas de las aventuras de Frodo.

En la mañana del último día, Bilbo sacó una caja de madera de debajo de su cama y levantó la tapa, hurgando en su interior.

—Te han dado una buena espada, creo —le dijo, titubeando, a Frodo—, pero pensé que, tal vez, te gustaría también tener ésta o llevarla a cambio de la otra.

Desde este punto, el nuevo texto alcanza virtualmente la forma final en CA pp. 384-385,[137] hasta «Me gustaría escribir el segundo volumen, si vivo bastante». Evidentemente, aquí era donde el capítulo terminaba en esta etapa.

Durante un breve tiempo, mi padre sospechó que Meriadoc y Faramond / Peregrin serían superfluos en lo que él concebía que sería la última etapa de la Misión. Resulta curioso que Elrond, al declarar su elección de Galdor del Bosque Negro y de Gimli hijo de Glóin, aquí se refiera a Moria, como si el pasaje de las Minas ya estuviera resuelto; no obstante, esto no pudo haber sido intencionado.

Se pueden mencionar aquí unos cambios hechos más tarde al nombre Ond en este manuscrito. Ante la primera aparición, la Tierra de Ond Fue tachada, y en el margen mi padre escribió Minas-tir Minas-ond Minas-berel, poniendo, por último, la Ciudad de Minas-tirith. Éste puede [138] ser el sitio donde Minas Tirith (que ya existía en el Quenta Silmarillion vol. V)[138] apareció por primera vez en este contexto. En una aparición posterior, Ond se cambió por Minas-berel y, luego, por Minas Tirith.

*

Un esbozo a lápiz, muy primitivo, escrito en el texto de examen de «agosto de 1940», descrito en la p. 81, aporta aspectos completamente nuevos de la discusión en el Concilio. En el encabezamiento de la página se encuentran estos nombres:

Minas Giliath Minas rhain[139] Othrain= … ciudad[140] Minas Tirith

Luego sigue:

En el Concilio.

Linaje de Aragorn.

Búsqueda de Glóin — preguntar por Bilbo. ? Noticias de Balin. ??

Boromir. Se han mencionado profecías. La Espada Rota debería forjarse de nuevo. Nuestros sabios dijeron que la Espada Rota estaba en Rivendel.

Yo tengo la Espada Rota, dijo Tarkil. Mis padres fueron expulsados de vuestra ciudad cuando Sauron encabezó una rebelión, y aquél que ahora es el Jefe de los Nueve nos echó.

Minas Morgol.

Guerra entre Ond y el Rey Mago.

Allí, el progenitor de Tarkil había sido Rey. Tarkil vendrá y ayudará a Ond. Los padres de Tarkil habían sido expulsados por el mago que ahora es el Jefe de los Nueve.

La historia de Gandalf sobre Saruman y el águila. Elrond explica que ha enviado Águilas a explorar. Esto sólo si Gandalf va directamente a Rivendel. De lo contrario, ¿cómo podrían las águilas encontrarlo?

La Espada Rota aparece en las últimas revisiones de la historia de «El Poney Pisador» (escrita en el mismo papel que este esbozo), donde Trotter la desenfunda en la posada (p. 94).[141] El significado de las dos últimas frases del esbozo es, presumiblemente, que Gandalf fue directo a Rivendel cuando se marchó de Hobbiton en junio, y allí le conto a Elrond que tenía intención de visitar a Saruman. Compárense las notas dadas en la p. 91: «Gandalf es capturado por Saruman. Los Elfos dan la noticia de que ha desaparecido… Mandan a Glorfindel a buscarlo, y a mensajeros a ver a las Águilas. … Vuelan por todas las tierras, y encuentran a Gandalf…». [139]

La tercera versión

Se cuenta más de esta historia del «padre de Tarkil» y Ond en un manuscrito escrito en el mismo papel, que transcribo a continuación, y que a pesar de ser tan tosco e incompleto, llamaré «la tercera versión». Este texto desarrolla la historia de Glóin, y es seguido por la narración dada por Galdor del Bosque Negro sobre la huida de Gollum, que aparece por primera vez aquí.[142] En estas partes del texto hay un gran avance hacia CA (pp. 333-335, 346-347), donde, sin embargo, el ordenamiento de los relatos hechos ante el Concilio es bastante diferente. Por último, llegamos a la historia de los reinos Númenóreanos en la Tierra Media, aún en una forma extremadamente primitiva y escrita en unos garabatos terribles; de forma muy desafortunada, una parte de ésta se ha perdido.

Existe un buen número de alteraciones hechas a lápiz, pero creo que pertenecen a gran parte del período de la escritura del manuscrito (que termina a lápiz). Las he quitado cuando apenas tienen importancia, pero, en muchos casos, las muestro como tales en el texto.

Mucho se dijo de los acontecimientos en el mundo exterior, en especial en el Sur, y en las amplias tierras al este de las Montañas. De estas cosas Frodo ya había oído bastantes rumores. Pero las historias de Glóin y Boromir le eran nuevas, y las escuchó con atención. Parecía que los corazones de los Enanos de la Montaña estaban atribulados.

—Hace ahora muchos años ya —dijo Glóin— que una sombra de desasosiego cayó sobre nuestro pueblo. En un principio no supimos de dónde vino. Empezaron a pronunciarse palabras susurradas: se dijo que estábamos confinados en un lugar estrecho, y que en el ancho mundo se encontrarían mayores riquezas y esplendor. Algunos hablaron de Moria (el gran trabajo de nuestros antepasados, que en nuestra lengua antigua llamábamos Khazaddûm), y dijeron que ahora disponíamos del poder y de los hombres para retornar y allí restaurar nuestros palacios en gloria y comandar las tierras del Oeste y del Este de las Montañas. Y al final, hace unos cuarenta años, Balin se marchó, aunque Dáin fue renuente a darle su permiso, y con él se llevó a Óin y Ori y a muchos de nuestro pueblo, y partieron hacia el sur. Durante un tiempo recibimos noticias, y parecían buenas: los mensajes informaron que se había vuelto a entrar en Moria, comenzando un gran trabajo allí. Entonces, no supimos nada más. [140] Durante un tiempo, reinó la paz bajo la Montaña, hasta que se empezaron a oír rumores del anillo.

»El año pasado llegaron mensajes de la lejana Mordor; nos ofrecían anillos de poder tales como podía hacer el Señor de Mordor… con la condición de que les diéramos nuestra amistad y ayuda. Y con insistencia preguntaron sobre un tal Bilbo, pues creían haber descubierto que en una ocasión había sido nuestro amigo. Nos ordenaron que, por las buenas o por las malas obtuviéramos de él, si podíamos, un cierto anillo que había poseído. A cambio de ello, se nos ofreció tres anillos iguales a los que habían tenido nuestros antepasados. Incluso por noticias de dónde se lo podría encontrar nos prometieron una amistad eterna y grandes recompensas.

»Bien sabíamos que la amistad de semejantes mensajes era falsa y ocultaba una amenaza, pues por aquel entonces también nos llegaron muchas noticias malignas concernientes a Mordor. Todavía no les hemos contestado; y yo he venido primero aquí en representación de Dáin para advertirle a Bilbo que lo busca el Señor Oscuro, y para averiguar (si puede ser) por qué es así. También anhelamos el consejo de Elrond, porque la sombra crece. Creemos que también se han enviado mensajes al Rey Brand en el Valle, y que él teme oponer resistencia. Ya tiene una guerra en sus fronteras del sur. Si no respondemos, el Señor Oscuro movilizará a otros hombres para atacarlo, a él y a nosotros.

—Has hecho bien en venir —dijo Elrond—. Hoy oirás todo lo necesario para comprender los objetivos del Enemigo, y por qué busca a Bilbo. No hay nada que puedas hacer salvo resistir, ya sea con o sin esperanza. Pero como descubrirás, tu problema es sólo una parte del nuestro [> los problemas de otros]; y tu esperanza crecerá y caerá con la suerte del Anillo. Ahora oigamos las palabras de Galdor del Bosque Negro, ya que aún son conocidas por pocos.

—Yo no vengo —empezó Galdor— para añadir más relatos sobre la guerra y la tensión crecientes, aunque el Bosque Negro no se ha salvado de ellas, y las cosas oscuras que huyeron de él durante un tiempo ahora retornan en tales números que mi pueblo está en dificultades. Me han enviado para traer nuevas: me temo que no son buenas, aunque cuán malas son, otros [141] deberán juzgarlo. Smeagol, al que ahora llaman Gollum, ha escapado.

—¡Qué! —exclamó Trotter—. Considero que son malas noticias y podéis recordar mis palabras: lo lamentaremos. ¿Cómo es que los Elfos del Bosque han fallado en la confianza depositada en ellos?

—No por falta de vigilancia —dijo Galdor—, sino, quizá, por una excesiva amabilidad y, ciertamente, con ayuda que recibió de otra parte. Se lo guardaba día y noche; pero, esperando que se curara, no tuvimos valor para encerrarlo en las mazmorras bajo tierra.

—Fuisteis menos delicados conmigo —dijo Glóin con mirada centelleante, al tiempo que despertaban los viejos recuerdos de su encarcelamiento en la prisión del palacio del Rey Elfo.

—¡Vamos, vamos! —intervino Gandalf—. ¡No lo interrumpas! Aquello fue un lamentable malentendido.

—En los días buenos, lo llevábamos a pasear por el bosque —continuó Galdor—; había un gran árbol, apartado de los demás, al que le gustaba trepar. A menudo le dejábamos hacerlo para que pudiera sentir el aire libre, pero manteníamos una guardia en la base. Un día no quiso bajar, y los guardias, que no deseaban tener que subir a buscarlo (podía aferrarse a las ramas con los pies igual que con las manos), se sentaron a esperarlo en el crepúsculo. Fue esa misma noche de verano, bajo una luna clara, que los Orcos cayeron sobre nosotros. Después de cierta lucha, los repelimos; mas cuando la batalla acabó, descubrimos que Gollum había desaparecido, junto con los guardias. Parece claro que el ataque se preparó para su rescate, y que él lo conocía de antemano, aunque no sabemos cómo. Fracasamos en volver a capturarlo. Dimos con su rastro y con el de algunos Orcos, y parecía adentrarse en el Bosque Negro hada el sur y el oeste; pero poco después, ya no fuimos capaces de descubrirlo ni con nuestra habilidad, y tampoco nos atrevimos a continuar la persecución, pues nos estábamos acercando a las Montañas del Bosque Negro en el corazón del bosque, y éstas se an convertido en algo maligno, por lo que hemos dejado de ir Por allí.

—¡Vaya, vaya! —exclamó Gandalf—. Se ha escapado, y ahora no disponemos de tiempo ni de la oportunidad de ir de nuevo [142] en su busca. Es evidente que el Enemigo lo quiere. ¿Para qué?, es algo que quizá descubramos cuando sea el momento, bueno o malo.[143] Todavía tenía algunas esperanzas de curarlo; aunque resulta obvio que él no deseaba que lo curaran.

—Pero ahora nuestra historia se aleja y se remonta al pasado —dijo Elrond [> Gandalf]—. [Dirección aquí para la inserción de un anexo aún inexistente; pero véase p. 150.] En los días que siguieron a los Días Antiguos después de la caída de Númenor, los hombres de Oesternesse llegaron a las playas de las Grandes Tierras, tal como aún se registra en la historia y la leyenda [> en el saber popular]. De sus reyes, Elendil era el jefe, y sus barcos subieron por el gran río que nace en las Tierras Ásperas [en el margen, tachado a lápiz: A este río lo llaman Sirvinya, Nuevo Sirion.] y se une al Mar del Oeste en la Bahía de [Ramathor Ramathir >] Belfalas. En aquella tierra establecieron un reino [> en la tierra alrededor de su curso más bajo él estableció un reino]; y la [> su] ciudad fue Osgiliath, la Fortaleza de las Estrellas, por cuyo centro fluía el río. Pero también se establecieron otros sitios fuertes sobre las colmas, a ambas orillas: Minas Ithil, la Torre de la Luna, en el Oeste, y Minas Anor, la Torre del Sol, en el Este [> Minas Ithil, la Torre de la Luna Naciente, en el Este, y Minas Anor, la Torre del Sol Poniente, en el Oeste].

»Y estas ciudades fueron gobernadas por los hijos de Elendil: Ilmandur [tachado con lápiz], Isildur y Anárion. Pero los hijos de Elendil no regresaron de la guerra con Sauron, y sólo en Minas Ithil [> Anor] se mantuvo el dominio del Oeste. Allí gobernó el hijo de Isildur [> Anárion] y, después de él, sus hijos. Pero a medida que el mundo empeoraba y la debilitada Osgiliath se desmoronaba, y los servidores de Sauron se apoderaban de Minas Anor [no cambiado por Ithil], que se convirtió en un lugar de temor, y se la llamó Minas Morgol, la

Toda la última frase fue tachada a lápiz. Las últimas palabras se encuentran al pie de la página, y la página siguiente está perdida. Es una desgracia, ya que parte de la primera forma de la historia se ha perdido con ella. El texto, cuando vuelve a reanudarse, es complejo, y resulta más claro numerarlo en secciones de (i) a (iii). Ahora nos encontramos en mitad de un discurso de Boromir.

[143]

(i)

Pero de estas palabras ninguno pudimos entender nada, hasta que descubrimos, después de buscar por todas partes, que Imlad-ril [> Imlad-rist] era el nombre de un valle muy al norte, llamado por los hombres [> hombres del Norte] Rivendel, donde vivía Elrond el Medio Elfo.

—El resto ahora quedará claro para ti —dijo Trotter, poniéndose de pie. Desenvainó la espada y la arrojó sobre una mesa delante de Boromir: en dos piezas—. Aquí está la Espada que fue Rota, y yo soy el portador.

—Pero ¿quién eres y qué tienes que ver tú o la espada con Minas Tirith? —preguntó Boromir.

—Es Aragorn hijo de Celegorn, que desciende en línea directa [añadido: a través de muchos padres] de Isildur de Minas Ithil, hijo de Elendil —anunció Elrond—. Es tarkil y uno de los pocos que ahora quedan de ese pueblo.

[En este punto hay una marca de inserción para otro pasaje, aquí identificado como (iii), que debe sustituir al que sigue abajo, la continuación del pasaje (i).]

(ii)

—Y los Hombres de Minas Tirith expulsaron a nuestros padres —dijo Aragorn—. ¿Eso ya no se recuerda, Boromir? Los hombres de aquella ciudad nunca han dejado de luchar contra Sauron, pero no muy a menudo han dejado de prestar atención a los consejos que proceden de él. En los días de Valandur murmuraron contra los Hombres del Oeste, y se alzaron contra dios, y cuando regresaron de batallar contra Sauron les negaron la entrada en la ciudad.[144] Entonces, Valandur quebró su espada ante las puertas de la ciudad y se marchó al norte; y durante mucho tiempo los herederos de Elendil vivieron en Osforod, el Norteburgo de gloria languideciente y días oscuros. Pero ahora toda la Tierra del Norte hace tiempo que ha sido devastada, y pocos quedan del pueblo de Elendil.

»¿Qué quieren conmigo los hombres de Minas Tirith… [144] que regrese a ayudar[los] en la guerra y luego rechazarme de nuevo ante las puertas?

Este pasaje (ii) fue tachado a lápiz. Transcrita en la hoja, la narrativa se encuentra sólo una etapa más avanzada que los bocetos muy provisionales que mi padre realizó en diversos puntos a medida que el trabajo proseguía. Creo que esta historia oscura, con su notable sugerencia de una población que no era Númenóreana (aunque las ciudades fueron fundadas por Elendil), fue rechazada casi tan pronto como se escribió; quizá sea la primera forma que mi padre concibió de la historia de los reinos Númenóreanos en el exilio.

El pasaje a reemplazar (ii) fue garabateado muy rápidamente y a lápiz; no se tachó.

(iii)

—¡Entonces te pertenece a ti tanto como a mí, o más! —gritó Frodo, mirando a Trotter con sorpresa.

—No pertenece a ninguno de los dos —dijo Trotter—, pero ha sido ordenado que tú la guardes un tiempo.[145] Sí, soy el heredero de Elendil —continuó, volviéndose hacia Boromir; [todo lo siguiente fue tachado en el momento de escribirlo: «pues he oído decir que hace mucho expulsasteis a los Hombres del Oeste de Minas Anor. Siempre habéis luchado contra Sauron, pero no muy a menudo habéis dejado de atender los consejos procedentes de él. ¿Deseas que vuelva a Minas Morgol o a Minas Tirith? Porque Valandil hijo de Elendil, fue tomado [? como niño] Porque los Hombres de Minas Ithil»]—. Porque Valandil, hijo de Isildur, permaneció entre los Elfos y se salvó, y al final partió con los hombres que quedaban de su padre y vivió en el Norte, en Osforod, Norteburgo, que ahora es una desolación, y apenas logran verse sus cimientos bajo la hierba. Y nuestros días no han dejado de languidecer y oscurecerse a lo largo de los años. Pero siempre hemos viajado mucho, sí, incluso hasta las fronteras de Mordor, llevando a cabo una guerra secreta contra el Enemigo. Sin embargo, la espada nunca se volvió a forjar. Porque era de Elendil y se quebró bajo él cuando cayó, y fue su escudero quien la rescató, atesorándola. Y Elendil dijo: «Esta espada no se empuñará de nuevo en muchos años; pero cuando se escuche [145] un grito en Minas Anor, y el poder de Sauron crezca en la Tierra Media, entonces, que se la vuelva a afilar».

Finalmente, (ii) continúa a lápiz desde el punto alcanzado («¿… y luego rechazarme de nuevo ante las puertas?»), y esto no se tachó:

—No me ordenaron que formulara ninguna solicitud —dijo Boromir—; sólo pidieron saber el significado de las palabras. Sin embargo, nos encontramos muy presionados, y si Minas Tirith y la tierra de Ond caen, una extensa región caerá bajo la Sombra.

—Iré —dijo Trotter—. Pues los medio altos ciertamente han emprendido la marcha, y los días anunciados se acercan.

Boromir miró a Frodo y asintió con súbita comprensión.

El texto termina aquí. Es interesante ver que en aquellos primeros trabajos, la Espada que fue Rota ya existía antes de la historia de que se quebró bajo Elendil cuando éste cayó: no resulta nada claro que en un principio fuera la espada de Elendil, ni cómo Valandur (que era su propietario) estaba relacionado con él (aunque parece evidente que era un descendiente directo de Elendil: muy posiblemente, iba a ser el hijo de Isildur).

En el pasaje (iii), la historia final de la Espada Rota es vista en el momento de su aparición. Valandil surge como el hijo de Isildur, y hay una visión fugaz de la historia posterior de que Valandil, hijo más joven, permaneció a causa de su juventud en Imladris en el momento de la Guerra de la Ultima Alianza, que recibió la espada de Elendil y que vivió en la ciudad de Elendil, Annúminas.

A medida que mi padre escribía por primera vez el texto presente, es evidente que pretendía (p. 142) que Ilmandur (probablemente el hijo mayor de Elendil) gobernara Osgiliath, estando el nombre de su ciudad relacionado con el suyo propio (Ilmen, región de las estrellas), tal como lo eran las ciudades que gobernaban, relacionadas con los nombres de sus hermanos; pero Ilmandur fue eliminado y Osgiliath se convirtió en la ciudad de Elendil… pues, en este texto, Elendil navego por el Río Grande (que, de forma efímera, recibe el nombre de Sirvinya «Nuevo Sirion», desplazando a Beleghir «Río Grande», RS 508) y estableció un reino en la tierra que había alrededor de su curso bajo. Esto difiere por completo de la historia encontrada mucho antes en la conversación de Elrond con Bingo (véase p. 132; RS 272-273), en la que cuenta que Elendil era «un rey en Beleriand», que «concertó una alianza con el Rey de los Elfos de esas tierras, que se llamaba Gilgalad», y que unieron ejércitos, «marchamos hacia el este y cruzamos las [146] Montañas Nubladas, y nos internamos en las tierras del interior, alejadas del recuerdo del Mar».

Aquel texto estaba muy relacionado con el final de la segunda versión de La Caída de Númenor (vol. V),[146] y usó muchas de las mismas frases. Posteriormente, se sustituyó un nuevo final para La Caída de Númenor, éste se dio en vol. V,[147] pero vuelvo a citarlo aquí.

Pero queda una leyenda de Beleriand. Aquella tierra había sido devastada en la Gran Batalla con Morgoth; y murió en la caída de Númenor y el cambio de costumbres del mundo. Pues el mar cubrió todo lo que quedaba, a excepción de las montañas que permanecieron como islas, incluso hasta el pie de Eredlindon. Pero aquella tierra donde vivió Lúthien permaneció, y fue llamada Lindon. El mar la atravesó y formó un golfo, y un abismo abierto en las Montañas por las que nacía el Río Lhûn. Pero los Elfos se quedaron en la tierra que sobrevivió al norte y al sur del golfo, y Gil-galad hijo de Felagund hijo de Finrod, fue su rey. Y construyeron Puertos en el Golfo de Lhûn, desde donde cualquiera de su pueblo, y otros Elfos que huyeron de la oscuridad y el dolor de la Tierra Media, podían navegar hacia el Verdadero Oeste y no regresar más. En Lindon, Sauron aún no tenía poder. Y se dice que los hermanos de Elendil y de Valandil, escapando de la caída de Númenor, llegaron al fin a las desembocaduras de los ríos que salían al Mar del Oeste. Y Elendil (esto es, Amigo de los Elfos), quien en el pasado había amado al pueblo de Eressëa, llegó a Lindon y vivió allí un tiempo, y siguió hasta la Tierra Media y estableció un reino en el Norte. Pero Valandil subió por el Río Grande, Anduin, y estableció otro reino, lejos, en el Sur. Pero Sauron vivía en Mordor, el País Tenebroso, que no se hallaba a mucha distancia de Ondor, el reino de Valandil; y Sauron libró guerras contra todos los Elfos y todos los Hombres de Oesternesse u otros que les ayudaran, y Valandil se vio muy presionado. Por lo tanto, Elendil y Gil-galad, viendo que a menos que se le enfrentaran, Sauron se convertiría en el señor de [? toda] la Tierra Media, tomaron consejo mutuo y formaron una gran liga. Y Gil-galad y Elendil marcharon hacia la Tierra Media [? y juntaron una fuerza de Hombres y Elfos, reuniéndose en Imladrist].

Estas tres narraciones sólo pueden colocarse en esta secuencia:

(I) La narración de Elrond a Bingo (junto con el final original de la segunda versión de La Caída de Númenor): Elendil en Beleriand. [147]
(II) El presente texto (la «tercera versión» de «El Concilio de Elrond»): Elendil sube por el Río Grande y funda un reino en el Sur.
(III) El final revisado de La Caída de Númenor, citado arriba: Elendil llega a Lindon; Valandil, su hermano, sube por el Río Grande y funda el reino de Ondor en el Sur.

Que (I) es la primera se muestra, por supuesto, por el nombre de Bingo; que (III) siguió a (II) se muestra por los nombres Anduin y Ondor. Sin embargo, esto es difícil de entender: pues la historia que se ve emergiendo en (II), pp. 142-144, —Isildur y Anárion gobernantes de Minas Ithil y Minas Anor, y Valandil hijo de Isildur, sobreviviendo y viviendo en el Norte—, es la historia que resistió y pasó a El Señor de los Anillos.

Una única hoja de manuscrito encontrada sola trata esta cuestión sin aportar su solución; también es de gran interés en otros aspectos.

Después de la «ruina del Norte» en la Gran Batalla, la configuración del Noroeste de la Tierra Media se vio alterada. Casi todo Beleriand quedó sumergido bajo el Mar. Taur na Fuin se convirtió en una Isla. Las montañas de Eredwethion etc. se transformaron en islas pequeñas (igual sucedió con Himling). Eredlindon ahora quedó cerca del Mar (en su punto más lejano, a 300 kilómetros). El Mar atravesó Ossiriand y formó un gran golfo y un abismo abierto en las Montañas por las que [fluía el Branduinen (posteriormente corrompido en Brandivino) >] nacía el Lhûn. En lo que quedó entre las Montañas y el Mar, los Elfos de Beleriand permanecieron en Lindon del Norte y del Sur; y se hicieron unos Puertos de Escape en el Golfo. El señor era Gilgalad (¿hijo de [tachado: Fin…] Inglor?). Muchos de su pueblo eran Gnomos; algunos Doriath-Danianos.

Entre Eredlindon y Eredhithui [escrito arriba: Hithdilias] (Montañas Nubladas) vivían muchos Elfos, especialmente en Imladrist (Rivendel) y Eregion (Acebeda). En Acebeda había una colonia de Gnomos, que no se marcharon. Abajo, en Harfalas (o Falas)…[148] las Montañas Tenebrosas [Ered Myrn >] Eredvyrn (Mornvenniath) vivía un poderoso grupo de Ilkorins.

Elendil y Valandil, reyes de Númenórë, navegaron hacia la Tierra Media y llegaron a las desembocaduras del Anduin (Río Grande) > del Branduinen y del Lhûn (Río Azul). [148]

Aquí el nombre de Anduin muestra que este texto siguió a (II) la versión presente de «El Concilio de Elrond». En éste, como en el (III), Elendil tiene un hermano, Valandil (y son llamados reyes de Númenórë),[149] y el significado de la última frase es, presumiblemente, que, de nuevo como en el (III), llegaron por separado a la Tierra Media y subieron por ríos diferentes.

La conclusión más sencilla, ciertamente la única que parece probable, es que mi padre, durante cierto tiempo, sostuvo distintos puntos de vista sobre la llegada de los Númenóreanos y los desarrolló de manera independiente.

Se debe reseñar brevemente otra característica de este texto. Que precedió al (III) parece claro por ser primero el Branduinen (Brandivino), luego cambiado por Lhûn, el que fluía a través del gran abismo en Eredlindon (las Montañas Azules), mientras que en el (III) se escribió Lhûn desde el comienzo. Ello también indica que el texto precedió esa parte del mapa original (Mapa I, p. 354) que muestra estas regiones. Por otro lado, la declaración de que Eredlindon ahora no se encontraba a más de 300 kilómetros del Mar concuerda bien con ese mapa;[150] y aquí hallamos una referencia, en apariencia única, a las islas de Tol Fuin e Himling, que se muestran en él.[151]

Por primera vez las Montañas Nubladas reciben nombres Élficos (Eredhithui, Hithdilias), igual que las Montañas Tenebrosas en el Sur, luego Montañas Blancas (Eredvyrn, Mornvenniath); y aparece el nombre Eregion de Acebeda. No es posible saber cómo se escribió al principio el nombre del padre de Gil-galad; la cuarta letra parece una r, pero el nombre no es Finrod. Inglor, aunque aquí marcado con un signo de interrogación, concuerda con (III), que tiene Felagund; en los textos que he llamado (I) arriba, era un descendiente de Fëanor.

Vuelvo ahora a la «tercera versión» de «El Concilio de Elrond».

El verso (si es que ya era uno) que llevó Boromir a Rivendel se perdió en su primera forma con la página extraviada (p. 142), pero por lo que sigue, resulta claro que se refería a la Espada que fue Rota, que se hallaba en Imlad-ril, y al «medio alto», que «emprenderá la marcha» (CA p. 342).

Hay varios nombres interesantes en este texto.

Khazaddûm (p. 139) se usa aquí por primera vez en la narrativa de Moria (véanse vol. V[152] y RS 576), pero aparece en el boceto original de una página del Libro de Mazarbul: véanse RS 577-578 y el Apéndice de este libro, p. 538.

Aparece aquí también la ciudad de Osgiliath a orillas del Río Grande, con las fortalezas de Minas Anor y Minas Ithil a ambos lados del valle del río, aunque sus posiciones fueron originalmente invertidas [149] con Minas Ithil en el oeste, convirtiéndose en Minas Tirith, y Minas Anor en el este, convirtiéndose en Minas Morgol.

La Bahía de Belfalas (sustituyendo en el momento de la escritura a Ramathor, Ramathir) aparece aquí por primera vez (véase RS 544). Sobre el nombre Sirvinya, «Nuevo Sirion», del Río Grande, véase p. 145.

Imlad-ril es, sin duda, la primera forma y primera aparición del nombre Élfico de Rivendel; Imlad-rist, a la que aquí sustituyó, es la forma encontrada en los textos dados en la p. 147. Imladris figura en las Etimologías (vol. V, raíz RIS).[153]

Con Osforod, «el Norteburgo», cf. el posterior Fornost (Erain), «Norburgo (de los Reyes)».

Al final del manuscrito, hay unas pocas líneas sobre Bombadil: «Sabía de él —contestó Gandalf—, Bombadil es uno de los nombres. Ha tenido otros, adecuándose a los tiempos. Tom Bombadil para la gente de la Comarca. Pocas veces nos hemos visto».

Unas líneas presurosas bajo esto, difíciles de interpretar, proporcionan otros nombres de Bombadil: Forn para los Enanos[154] (como en CA p. 368); Yárë para los Elfos, e Iaur (véase las Etimologías, V, raíz YA);[155] Erion para los Gnomos; El Antiguo para los hombres (cf. CA p. 184: «El Antiguo, eso es lo que soy»).

La cuarta versión

El siguiente manuscrito completo es un documento de una dificultad formidable. Contiene páginas «canibalizadas» de la segunda versión, añadidos los elementos que todavía parecían adecuados, y contiene también posteriores en más de una etapa en la evolución del Concilio, con correcciones añadidas que derivan claramente de épocas diferentes. Resulta difícil determinar cómo evolucionó; pero creo que se puede establecer con la narración de dicha evolución que proporciono aquí, en la que se separan una «cuarta» y «quinta» versiones.

En vista de lo cual, mi padre ahora decidió que la extremadamente difícil e incompleta «tercera versión», que introduce tanto material nuevo, requería un texto ordenado en un manuscrito claro. El capítulo (xiv) entonces se tituló «El Concilio de Elrond», y comienza (en el manuscrito de examen de «agosto de 1940») con una versión revisada del principio (véase p. 131): Frodo y Sam se reúnen con Gandalf y Bilbo, que están «en una vuelta del sendero, sentados en un banco tallado en la piedra», como en CA (p. 331). Sin embargo, en esta etapa no se produce ningún desarrollo ulterior sobre los miembros asistentes [150] al Concilio: el Elfo del Bosque Negro sigue siendo Galdor. Ahora Boromir es «de la ciudad de Minas Tirith, en el Sur».

Desde el inicio del mismo Concilio, la «tercera versión», que continúa a partir de las palabras «Mucho se dijo de los acontecimientos en el mundo exterior» (p. 139), en su mayoría se siguió muy de cerca, aunque con detalles que preanuncian el texto de CA. Galdor aparece todavía después de Glóin y cuenta las noticias de la huida de Gollum y siguen los comentarios resignados de Gandalf sobre el tema. Sin embargo, después de «Pero ahora nuestra historia se aleja y se remonta al pasado» Elrond aquí añade:

—… porque todos los aquí presentes deberían escuchar en su totalidad la historia del Anillo. Lo sé —añadió mirando a Boromir, que pareció a punto de hablar—. Piensas que tendrías que hablar ahora, después de Galdor. Pero espera, y verás que tus palabras, luego, encajarán mejor.

Este pasaje, bien puede representar lo que contenía el anexo perdido que mencioné en la p. 142.

La breve narración de Elrond sobre la fundación del reino de Ond es la misma de la «tercera versión» (para su corrección: véase p. 142). Sigue siendo Elendil quien lo ha establecido, alrededor del curso bajo del Río Grande (aquí no se da ningún otro nombre), y «su ciudad principal era Osgiliath, la Fortaleza de las Estrellas», mientras que Isildur y Anárion gobernaban Minas Ithil y Minas Anor. Sin embargo, donde el texto previo dice (como fue corregido): «Pero los hijos de Elendil no regresaron de la guerra con Sauron, y sólo en Minas Anor se mantuvo el dominio del Oeste. Allí gobernó el hijo de Anárion y, después de él, sus hijos», esta cuarta versión extiende mucho el discurso de Elrond:

—… Pero Isildur, el mayor, fue con su padre en ayuda de Gilgalad en la Ultima Alianza. Muy poderosas eran esas huestes. —Elrond hizo una pausa y suspiró—. Recuerdo bien el esplendor de sus estandartes —dijo…

El recuerdo de Elrond del alistamiento de las huestes de la Última Alianza, y la intervención asombrada de Frodo, alcanzan ahora la forma de CA (pp. 336-337; para las formas anteriores del pasaje, véase p. 131); no obstante, después de «He asistido a tres épocas en el Mundo del Oeste, y a muchas derrotas, y a muchas estériles victorias», el nuevo texto prosigue: [151]

—… Así resultó ciertamente la alianza de Gilgalad y Elendil.

Entonces, Elrond pasó a la historia del asalto a Mordor que Frodo ya había oído de Gandalf / aunque no tan completa o clara; y habló de cómo ganaron el Anillo [ cambiado, quizás en esta época, por: Pero ahora ya todo se había iniciado, y se revelaron los recuerdos que durante mucho tiempo habían permanecido ocultos. Se reunieron grandes fuerzas, incluso de bestias y pájaros; y todas las criaturas vivientes estuvieron en uno u otro bando, excepto los Elfos. Sólo ellos no estaban divididos y seguían a Gilgalad.[156] Entonces, Elrond habló de cómo ganaron el Anillo], y de la huida de Sauron, y de la paz que llegó al Oeste de la Tierra Media por un tiempo.

—Sin embargo —dijo Elrond—, Isildur, que se apoderó del Anillo y redujo grandemente el poder de Sauron, murió, y jamás regresó a Minas Ithil, en la Tierra de Ond, como ninguno de sus hombres. Sólo en Minas Anor se mantuvo un tiempo la raza de Oesternesse.[157] Pero Gilgalad estaba perdido y Elendil muerto; y a pesar de su victoria, Sauron no fue destruido por completo, y las criaturas malignas que él había creado o domado andaban sueltas, y se multiplicaron. Y los Hombres aumentaron y los Elfos se separaron de ellos; pues el pueblo de Númenor decayó, o se entregó a pensamientos oscuros, y se destruyeron entre sí; y el mundo empeoró. Osgiliath cayó en ruinas; y hombres malignos tomaron Minas Ithil, que se convirtió en un lugar de terror, y fue llamada Minas-Morgol, la

Es en este punto que el manuscrito anterior se interrumpe debido a la pérdida de una hoja y no se reanuda hasta después de que Boromir ha declarado el «verso-sueño» de Minas Tirith, por el cual fue a Rivendel (p. 142).

Torre de Magia, y Minas Anor fue rebautizada Minas Tirith, la Torre de Guardia. Y estas dos ciudades se alzaban opuestas la una a la otra, y siempre estaban en guerra; y en las ruinas de Osgiliath caminaban las sombras. Así había sido durante muchas vidas de los hombres. Porque los hombres de Minas Tirith proseguían la lucha, aunque la raza de Elendil hacía tiempo que había fracasado entre ellos. Pero escuchad ahora a Boromir, que ha venido de Minas Tirith en la Tierra de Ond. [152]

—Es verdad que en aquella tierra —dijo Boromir con orgullo continuando la historia— nunca hemos dejado de defendernos y de disputar el paso del Río con todos los enemigos del Este Por nuestro valor, se ha mantenido cierta paz y libertad en las tierras del Oeste que hay detrás de nosotros. Pero ahora nos obligan a retroceder y estamos cerca de la desesperanza, pues nos encontramos rodeados y el cruce del Río ha sido tomado.[158] Y aquéllos a los que defendemos se protegen detrás de nosotros, y nos brindan mucho ánimo y poca ayuda.

»Después de recorrer muchas leguas peligrosas, he venido a ver a Elrond en una misión. Pero no busco aliados en la guerra; ya que el poderío de Elrond no se encuentra en el número, ni los Altos Elfos vuelcan su fuerza en los ejércitos. Más bien, vengo a solicitar consejo y a descifrar palabras difíciles. Hace muchos meses, en medio de un descanso inquieto, el Señor de Minas Tirith tuvo un sueño; y, después, muchos otros en la Ciudad experimentaron un sueño similar, incluso yo. Siempre en este sueño se escuchaba por un lado el ruido del agua veloz y, por el otro, el de un fuego remolineante; y en el centro se oía una voz que decía:

Busca la Espada que estuvo Rota:
que mora en Imladrist,
y allí se pronunciarán palabras
más fuertes que los hechizos de Morgol.
Y ésta será tu señal:
cuando los medio altos dejen su tierra,
entonces muchos lazos se romperán,
y los Días de Fuego estarán cerca.

De estas palabras ninguno de nosotros pudo entender nada,[159] hasta que después de buscar mucho descubrimos que Imlad-rist era el nombre élfico de un valle muy al norte, llamado por los Hombres del Norte Rivendel, donde vivía Elrond, el Medio Elfo.

Entonces, se sigue muy de cerca la tercera versión (pp. 143-144, pasajes (i) y (iii)) hasta «pero ha sido ordenado que tú lo guardes un tiempo»; luego, entra esta cuarta versión: [153]

—Sí es verdad —dijo, volviéndose hacia Boromir con una sonrisa—. Quizá no lo parezca: he tenido una vida larga y difícil, y las leguas que nos separan de Ond son una cuenta pequeña en mis viajes. He estado en Minas Tirith, y de noche he caminado por Osgiliath, incluso he ido a Minas Morgol, y más allá. —Tuvo un escalofrío—. Pero mi hogar está en el Norte, si es que tengo hogar; porque Valandil hijo de Isildur fue protegido por los Elfos de esta región después de la muerte de su padre; y al final se fue con la gente de su pueblo que aún permanecía allí y vivió en Osforod, Norteburgo. Pero ahora es una desolación, de modo que sus mismos cimientos apenas pueden verse bajo la hierba. Y nuestros días han languidecido y se han ensombrecido a lo largo de los años; y nos hemos reducido a un pueblo errante, pocos, sigilosos y divididos, siempre perseguidos por el Enemigo, y persiguiéndolo. Y la espada jamás se volvió a forjar. Porque era de Elendil, y se quebró bajo él en su caída; su escudero la rescató y la atesoró. Pues Elendil dijo en su última hora: «Esta espada no se volverá a empuñar en muchas edades. Y cuando se oiga una voz en Minas Anor, y la sombra de Sauron vuelva a agrandarse en la Tierra Media, que entonces se vuelva a hacer».

A mí me parece extremadamente probable que fuera aquí, muy cerca del punto en que terminaba el borrador de la tercera versión, donde mi padre abandonó a su vez esta cuarta versión, o, más exactamente, donde volvió a retroceder a lo que había escrito, cambiando la secuencia de las declaraciones en el Concilio e introduciendo mucho material nuevo. Entonces, continuó hasta el final del capítulo; y ésta es la quinta versión.

En la tercera y cuarta versiones, que terminan casi en el mismo lugar, la secuencia había sido la misma:

(1)La narración de Glóin del regreso a Moria y los mensajes de Mordor;

(2)Las noticias de Galdor sobre la fuga de Gollum;

(3)La historia de Elrond («Pero ahora nuestra historia se aleja y se remonta al pasado…»);

(4)Boromir y el «verso-sueño» de Minas Tirith;

(5)Aragorn muestra la Espada de Elendil, y Elrond proclama su linaje; Frodo exclama: «¡Entonces te pertenece tanto a ti como a mí, o más!».

(6)Aragorn habla de Valandil hijo de Isildur y de la vida de sus descendientes en el Norte. [154]

Las diferencias entre esta estructura y la de CA radican, esencialmente, en que la forma final de la historia de (Galdor) Legolas entra mucho más tarde, y que después de la exclamación de Frodo en (5) y respuesta de Aragorn, Gandalf le pide a Frodo que muestre el Anillo momento en el que Elrond dice: «¡Contemplad el Daño de Isildur!»; esto, a su vez, conduce a que Aragorn hable de sí mismo, historia qué es seguida por la de Bilbo y, luego, por la de Frodo.

Una sola página de bocetos primitivos enseña los dos desarrollos: Frodo mostrando el Anillo en ese punto y Elrond llamándolo el «Daño de Isildur» (que conduciría a la inserción del nombre en el «verso-sueño», del que en un principio estaba ausente, p. 152), y también un esquema para una nueva secuencia. En ésta, después de la explicación de Aragorn a Boromir de la Espada Rota (CA p. 342), sigue:

(1)La historia de Bilbo;

(2)La narración de Gandalf de los Anillos, y de la identificación del Anillo de Bilbo con el Daño de Isildur;

(3)La historia de la persecución de Gollum;

(4)Las noticias de Galdor sobre la huida de Gollum;

(5)La historia de Frodo;

(6)El «cautiverio de Gandalf»;

(7)«Pregunta sobre Tom Bombadil».

Aunque en CA (2) apareció muy ampliada, y adopta la historia de Aragorn (3), en esencia, ésta es la secuencia final, con la excepción de (5): en CA Frodo sigue a Bilbo. Una intervención, después de la historia de Frodo, del Elfo de los Puertos Grises (Galdor, todavía no presente), conduce en CA a las dos largas narraciones de Gandalf (2) y (6), entre las cuales (4) entra como una interrupción.

La secuencia introducida arriba se encuentra en la quinta versión, que se dará (en parte) en breve; y la forma en que las declaraciones en el Concilio se volvieron a enlazar para que alcanzaran la secuencia final, se puede comprender con una comparación de CA con el material presentado aquí.

La historia de Gandalf

Creo que es muy probable, casi seguro, que fuera en este punto, antes de que comenzara la quinta versión de «El Concilio de Elrond», que mi padre escribiera finalmente la historia completa de por qué Gandalf no consiguió regresar a Hobbiton antes de la partida de Frodo. Sólo se habían escrito unos pocos indicios de ello. Saruman apareció por primera [155] vez en el boceto fechado 26-27 de agosto de 1940 (p. 85), donde emergieron las primeras ideas sobre él y el papel que desempeñaba. Vive en Angrobel o Irongarth, en la frontera de Rohan; «envía un mensaje de que hay noticias importantes» (que los Espectros del Anillo han salido de Mordor); Gandalf quiere su ayuda contra ellos; pero Saruman ha «caído y se ha pasado a Sauron». En esa etapa, mi padre se encontraba del todo indeciso sobre lo que de verdad le había sucedido a Gandalf: si había sido perseguido por los Jinetes hasta la cima de la montaña de la cual no podía escapar, o si había sido entregado a Bárbol y encerrado por éste; y en ese boceto no existe ninguna mención de la huida de cualquiera de los cautiverios que tuvo que sufrir. Sin embargo, en el breve esquema dado en la p. 138, se menciona la «historia de Gandalf, Saruman y el águila»; y allí se toca la cuestión de cómo es que saben las Aguilas dónde buscar a Gandalf… a menos que se hubiera dirigido directamente a Rivendel cuando se marchó de la Comarca en junio y que le hubiera contado su intención a Elrond.

Finalmente, ahora emerge la historia final; y la anterior concepción de la Torre Occidental, una Torre Élfica de Emyn Beraid, en la que Gandalf fue custodiado por los Espectros del Anillo montados inmóviles sobre sus caballos, como Frodo los vio en su sueño (véase pp. 41-45), cambia a Orthanc, la torre de Saruman dentro del circuito de «Irongarth», y Saruman es su carcelero.

El primer borrador, para el cual mi padre usó las tapas azules del manuscrito de examen de «agosto de 1940», fue redactado con su escritura más rápida, en la que a menudo las palabras se redujeron a simples marcas o líneas con ligeras ondulaciones, y yo no he sido capaz de interpretarla en todos los puntos. No obstante, este texto original de la historia de Gandalf es de mucho interés, y lo transcribo aquí completo del mejor modo posible. Se verá que mientras la textura de la narrativa es más insustancial que en la forma final (CA pp. 355 ss.), muchos rasgos esenciales ya estaban presentes. Las páginas del manuscrito aparecen encabezadas desde la letra «b» en adelante, mostrando que la primera se ha perdido.

—Lo tiene —dijo Gandalf—, y estaba a punto de contarlo.[160] A fines de junio una nube de ansiedad me ensombreció la mente y atravesé la Comarca hasta las fronteras del sur. Durante un tiempo tuve el presentimiento de un peligro que todavía estaba oculto. Bajé por el Baranduin hasta el Vado Sarn y allí me encontré con un mensajero. Descubrí que lo conocía bien, pues al verme saltó del caballo y me saludó: era Radagast, que en un tiempo vivió en la frontera sur del Bosque Negro. [156]

Aquí mi padre se interrumpió, y sin borrar lo que había escrito comenzó de nuevo en el curso de la segunda frase.

y cabalgué alrededor de las fronteras de la Comarca, porque tenía el presentimiento de un peligro que todavía estaba oculto. No descubrí nada, aunque me topé con varios fugitivos, y me dio la impresión de que sentían muchos miedos de los que no podían hablar. Subí desde el Sur a lo largo del Camino Verde, y no lejos de Bree tropecé con un hombre sentado al borde del camino. Su caballo [? moteado de gris] pacía cerca. Al verme, se puso en pie de un salto y me saludó. Era Radagast, mi primo,[161] que en un tiempo vivió en la frontera sur del Bosque Negro. No lo veía desde hacía años. “Te estoy buscando”, dijo. “Pero soy un extraño en estos sitios, y me llegó el rumor de que te encontrabas en una tierra llamada con un nombre extraño: la Comarca.” “Y así es”, contesté, “y tú estás cerca… [? Río] pero [? lejos] al Este. ¿Para qué querías verme con tanta urgencia?”. Porque él nunca había sido un gran viajero.

»Entonces me contó las terribles noticias y me reveló lo que yo había temido sin saberlo. Esto es lo que dijo: “Los Nueve Espectros están libres. El Enemigo debe de tener una necesidad grande y urgente, pero no alcanzo a imaginar qué lo trae a estas desoladas… regiones donde los hombres y la riqueza son escasos”. “¿Qué quieres decir?”, pregunté. “Los Nueve vienen hacia aquí”, contestó. “Los hombres y las bestias huyen a su paso.” [Añadido a lápiz: Han tomado el aspecto de jinetes vestidos de negro, como en el pasado.]

»Entonces se me encogió el corazón durante un momento; pues el Jefe de los Nueve era desde hacía tiempo el más grande de todos los magos de Hombres, y yo carezco de poder para resistir a los Nueve Jinetes cuando los conduce él.

»“¿Quién te envió?”, pregunté. “Fue Saruman el [Gris >] Blanco”,[162] respondió [añadido a lápiz: “y me mandó decirte que aunque el asunto es demasiado grande para ti, él te ayudará, pero debes solicitárselo enseguida, lo que me pareció bien”.]. Y entonces tuve alguna esperanza. Porque Saruman el [Gris >] Blanco es, como sabéis, el más grande entre nosotros, y fue el jefe del Concilio Blanco. Radagast el Gris [a lápiz > Pardo] es, por supuesto, un maestro de formas y tonalidades,[163] y sabe mucho [157] de bestias, aves y hierbas; pero Saruman estudió hace tiempo las artes del Enemigo para derrotarlo, y el saber de los anillos era su conocimiento especial. El último de los 19 anillos que tenía…[164]

»“Iré a ver a Saruman”, dije. “Entonces tienes que ir ahora”, indicó Radagast, “pues queda poco tiempo, y aunque partieras en el acto es difícil que llegaras a él antes de que los Nueve crucen los Siete Ríos.[165] Por mi parte, montaré a caballo y me marcharé en este instante, ya que mi misión ha concluido”. Y así montó y cabalgó sin decir una palabra más… y ello me pareció muy extraño. [Adición marginal: y se habría marchado entonces. “Quédate un momento, Radagast”, dije. “Necesitamos ayuda de toda clase. Envíale mensajes a todos los pájaros y bestias que sean tus amigos. Diles que transmitan a Saruman y a Gandalf todo lo que averigüen. Que los mensajes sean enviados a Orthanc.”][166] Pero no pude seguirlo. Había viajado mucho y Galeroc[167] estaba cansado. Pasé la noche en Bree y me marché al amanecer… y si alguna vez vuelvo a ver al [? posadero] no quedará Manteca en Mantecona. Le derretiré la grasa…[168] Pero bendito sea, es un hombre valioso y parece haber mostrado un corazón bravo. Probablemente, me ablande. Sin embargo, al tener tanta prisa confié en él para que mandara el mensaje a Frodo y me marché al amanecer, y por fin llegué a la morada de Saruman el Blanco. Ésta se encuentra en Isengard, al norte de las Montañas Tenebrosas en el Sur.[169] Allí hay un círculo de colinas escarpadas que rodea un valle, y en medio de ese valle hay una torre de piedra llamada Orthanc. Llegué a la gran puerta en la pared de roca y me dijeron que Saruman me esperaba.[170] Seguí a caballo, y la puerta se cerró a mi espalda, y de repente tuve miedo.

»Saruman estaba allí, pero había cambiado. Llevaba puesto un anillo en el dedo. “Así que has venido, Gandalf”, me dijo, y me pareció ver una risa mortífera en sus ojos. “Sí, he venido en busca de tu ayuda, Saruman el Blanco.” Pero ese título dio la impresión de llenarlo de furia. “¿Ayuda?”, dijo fríamente. “Pocas veces se ha oído que Gandalf el Gris pidiera ayuda, alguien tan astuto y tan sabio, que va de un lado a otro por las tierras, metiéndose en todos los asuntos, le conciernan o no.”

»“Hay cosas ahora que requieren la unión de todas nuestras [158] fuerzas [?en unión]”, dije. “El Jefe de los Nueve va con el aspecto de un Jinete Negro, igual que sus compañeros. Así me informó Radagast.”

»“Radagast el Pardo”, dijo, y estalló en una carcajada. “Radagast el Simple, Radagast el Tonto. [Añadido a lápiz: Sin embargo, la inteligencia le alcanzó para interpretar el papel que yo le asigné.] No obstante, debe de haber interpretado bien su papel. Pues has venido [añadido a lápiz: y ése era el propósito del mensaje]. Y aquí te quedarás, Gandalf el Gris. Pues yo soy Saruman el Sabio, Saruman el Multicolor. Porque la ropa blanca puede teñirse, la página blanca puede cubrirse de letras, y la luz blanca quebrarse.” [Escrito a lápiz al margen, sin indicación para su inserción: Lo miré entonces y vi que sus ropas no eran blancas como había sido su costumbre, sino que eran de muchas tonalidades, y cuando se movía cambiaban de color.]

»“En cuyo caso ya no es blanca”, dije. “Pues el blanco puede mezclarse de muchos colores, pero muchos colores no son blancos.” “No necesitas hablarme como a uno de esos simplones que tienes por amigos”, dijo. “No te he hecho venir para que me instruyas, sino para darte la posibilidad de elegir. Un nuevo poder ha aparecido. Contra él no hay esperanza, va a ganar. [Añadido al margen sin indicación para su inserción: Luchamos contra él en vano… y, en todos los casos, tontamente; porque siempre lo hemos observado desde el exterior con odio, y no hemos considerado cuáles son sus últimos objetivos. Sólo hemos visto las cosas hechas, a menudo por necesidad, o provocadas por la resistencia y la estúpida rebelión.] Yo creceré a medida que el poder crezca, hasta que todo sea nuestro. Al final, yo —o nosotros, si te unes a mí— podría llegar a controlar ese Poder. ¿Y por qué no? ¿No podríamos, con estos medios, conseguirlo todo, y más aún, por lo que nos hemos esforzado antes con la ayuda de los débiles Hombres y los fugitivos Elfos?”

»“¡Ve al grano!”, exclamé. “¡Expón tu elección! Es ésta, ¿verdad? Someterme como tú lo has hecho a Sauron [lectura alternativa: Someterme a ti y a Sauron], ¿o qué?”

»“Quedarte aquí hasta el fin”, dijo.

»“¿Hasta qué fin?”

»“Hasta que el Señor tenga tiempo de considerar qué destino tuyo le causaría más placer.” [159]

»Me tomaron —dijo Gandalf—, y me encerraron en lo más alto de Orthanc, en el sitio donde Saruman acostumbraba mirar las estrellas. No hay otro modo de descender que por una estrecha escalera. Y el valle que en el pasado había sido hermoso, estaba lleno de lobos y orcos, pues Saruman estaba alistando una gran fuerza para el servicio de su nuevo amo.[171] No tenía ninguna posibilidad de escapar, y mis días fueron de amargura. Disponía de poco espacio para moverme, y me pasaba las horas cavilando sobre la llegada de los Jinetes al Norte. Pero siempre existía la esperanza de que Frodo se hubiese puesto en camino como le había pedido, y que llegara a Rivendel antes de que comenzara la ineludible persecución. Sin embargo, tanto mi esperanza como mi miedo resultaron infundados. Pues cometí el error que otros habían cometido. Todavía no comprendía que en la Comarca el poder de Sauron se detendría y la caza fracasaría. Y mi esperanza se basaba en un posadero: uno de los mejores del mundo, pero que no servía para ser una herramienta en asuntos elevados.

—¿Quién envió las águilas? —preguntó Frodo con ansiedad, pues de repente el sueño extraño que tuvo había vuelto a él.

Gandalf lo miró asombrado. —Pensé que querías saber qué me había sucedido —dijo—. Pero pareces saberlo y no necesitas que relate mi historia…

—Tus palabras me han recordado un sueño —dijo Frodo—, algo que yo creí sólo un sueño y que había olvidado.

—Bueno —repuso Gandalf—. Tu sueño fue verdad.[172] Gandalf fue cazado como una mosca en una telaraña; sin embargo, es una mosca vieja que ha visto muchas arañas. No me contenté con enviar únicamente un mensaje a la Comarca. Temí al principio, como deseaba Saruman, que Radagast hubiese sucumbido también. Pero no es así: confió en Saruman, que no le había revelado sus propósitos. Y el mismo hecho de que Saruman hubiera engañado tan bien a Radagast, resultó ser la ruina de su plan. Porque Radagast hizo lo que yo le pedí.[173] Y las Águilas de las Montañas Nubladas mantuvieron la vigilancia y vieron el alistamiento de orcos, y recibieron noticias de la huida de Gollum, y me lo transmitieron a Orthanc. Y así ocurrió que cuando la luna todavía era joven una noche de otoño, Gwaewar el Señor de los Vientos,[174] jefe de las águilas, vino a mí. Le hablé y [160] me llevó por los aires antes de que Saruman se diera cuenta, y los lobos y orcos que soltó no me encontraron.

»“¿Hasta dónde puedes llevarme?”, le pregunté a Gwaewar

»“Muchas leguas”, me dijo, “pero no hasta el fin de la tierra De haber sabido que querías volar, habría traído ayuda. Me enviaron como el portador más veloz de [?noticias]”.

»“Entonces, tendré que conseguir un caballo”, dije, “uno de velocidad insuperable, pues nunca tuve tanta prisa”.

»“En ese caso, te llevaré a Rohan”, me dijo, “pues no está muy lejos. Porque en Rohan [añadido: los Jinetes de la Marca], siguen viviendo los Rohiroth,[175] amos de los caballos, y no hay caballos como los de esa tierra”.

»“¿Podemos confiar todavía en ellos?”

»“Pagan a Mordor un tributo… de caballos cada año”, me dijo Gwaewar, “pero no han caído aún bajo el yugo;[176] sin embargo, si Saruman se ha vuelto malo, su ruina no está lejos”.

»Llegué a Rohan poco antes del alba, y allí conseguí un caballo como nunca había visto.

—Ciertamente es un corcel estupendo —dijo [Elrond >] Aragorn—. Y me entristece saber que Sauron recibe tales tributos. Porque en los caballos de Rohan hay una ascendencia… que se remonta a los Días Antiguos.

—Por lo menos uno se ha salvado —dijo Gandalf—, pues allí recibí mi caballo gris, al que he llamado Crin Gris. Ni siquiera el Jefe de los Nueve podría ir en un caballo tan incansable; y durante el día el pelo le reluce como plata, y de noche es tan invisible como una sombra. Tan veloz fue mi viaje desde Rohan, que llegué a la Comarca una semana antes del día fijado, y fui a su[177] casa y descubrí que se había ido. De hecho, allí encontré a los Sacovilla-Bolsón y fui [?despachado]. Me dirigí a ver al Tío y resultó difícil calmarlo; pero yo mismo necesitaba que me calmaran, pues entre su charla confusa alcancé a oír que los Jinetes habían venido al marcharte tú; y cabalgué hasta Los Gamos y lo encontré alborotado. Pero vi Cricava rota y vacía, y en el umbral recogí una capa que había sido de Frodo.

»Ése fue mi peor momento. Entonces, como el viento seguí las huellas de los Jinetes Negros, y llegué tras ellos justo cuando atravesaban Bree. Tiraron las puertas… y entraron como un huracán. Los habitantes de Bree creo que siguen temblando y [161] esperan el fin del mundo. Ahora sé que esto sucedió la noche después de marcharte tú. Al día siguiente continué el viaje, y dos días después llegué a la Cima de los Vientos, y allí encontré dos del Enemigo, pero se retiraron ante mi [? ira]. Sin embargo, aquella noche… se agruparon y fui sitiado en la cima, aunque percibí que no te habían atrapado.

El texto termina con las palabras: «Escapé al amanecer». Con sólo una ligera previsión (eso parece), un nuevo y masivo elemento y dimensión habían entrado en la historia. Por supuesto, faltaban algunos rasgos esenciales. Lo más importante: Saruman no estaba actuando libremente, dependía de la Torre Oscura (véase nota 171); y así como ahora hace acto de presencia la gran cabalgada de Gandalf desde Rohan sobre «Crin Gris», no existe sugerencia alguna de que las relaciones de Rohan con Mordor tendrán algún significado especial en la historia (aunque ahora esas relaciones están concebidas de modo distinto: véase nota 176), y el comentario de Gandalf: «En Rohan descubrí que el mal ya estaba trabajando» (CA p. 364) está ausente.

La historia de la cabalgada de Hamilcar Bolger con Gandalf, finalmente ha desaparecido (véase p. 91), como la visita de Gandalf a Tom Bombadil (véase pp. 132-133).

Una característica notable es la evolución de los «colores» de los magos Gandalf, Saruman y Radagast, que adquirieron la forma final durante el transcurso de la escritura de este borrador. Al principio, Saruman es «el Gris»,[178] convirtiéndose en el acto en «el Blanco», y de inmediato Radagast recibe el epíteto «Gris» (pp. 156). Pero entonces, Gandalf se convierte en «el Gris»[179] y Saruman llama a Radagast «el Pardo» en el texto como aparece escrito en la pp. 157-158.