III
LA CUARTA ETAPA (2):

DE BREE AL VADO DE RIVENDEL

[50]

Capítulo IX: «Bajo la enseña del Poney Pisador (i)

La vaca saltó por encima de la Luna»

La versión de la «tercera etapa» de este capítulo (RS 412 ss.) había sido desarrollada de dos formas, en la primera de las cuales la historia de la llegada de Gandalf y Odo a Bree era contada por Mantecona, mientras que en la segunda (la «versión roja», como mi padre la llamaba) era contada por el narrador (RS 428-432); y en la segunda se describía la llegada de los cuatro Jinetes a la puerta oeste de Bree la noche del miércoles 28 de septiembre (RS 432-433). El ya complejo manuscrito se usó entonces para una primitiva y drástica reconstrucción de la narración, la «versión azul» (véase RS 427): ésta pertenece a la nueva trama, y toda referencia a una visita de Gandalf a Bree en los días inmediatamente anteriores a la llegada de Frodo fue quitada. Se escribe un jinete «azul» en el manuscrito original de la «tercera etapa», en la parte de atrás de la página de un calendario de septiembre de 1939.

Hasta donde llegó, éste fue, efectivamente, un borrador («A») para una nueva versión de este capítulo siempre crucial; y en este caso, mi padre dejó completamente a un lado el ahora caótico manuscrito de la «tercera etapa» (aunque sacó de él las páginas que contenían el texto de El gato y el violín), que quedó atrás, en Inglaterra, muchos años después; la versión de la «cuarta etapa» es un manuscrito nuevo («B»), el cual fue a Marquette. Notablemente, en la primera página tiene una fecha: «Versión revisada oct. 1939».

En esa época permaneció como un único y muy largo capítulo, llegando hasta el capítulo 10 de CA, «Trancos»; pero mi padre decidió (sin duda debido a su extensión) dividirlo en dos, «IX» y «X», ambos llamados «Bajo la enseña del Poney Pisador», aunque con subtítulos; estos nombres quedaron durante mucho tiempo. En apariencia, este arreglo se hizo poco después de que se completara el nuevo texto, y es conveniente seguirlo aquí.

La nueva versión, hasta el punto donde los hobbits regresaron de la salita de la posada después del «accidente» de Frodo, ahora alcanza, salvo en unos pocos rasgos, la forma final, e incluso es infrecuente alguna [51] variación de la precisa redacción de CA. El aspecto más notable en el que difiere es que en esta etapa mi padre preservó la narración de los jinetes negros que hablaron con Harry Madreselva, el guardián, la noche del 28 de septiembre:

La niebla que envolvía las Quebradas la tarde del miércoles era densa alrededor de la Colina de Bree. Los cuatro hobbits estaban despertando de su sueño al lado de la Piedra Erguida, cuando de la niebla surgieron cuatro jinetes desde el Oeste y atravesaron las puertas en el crepúsculo…

El episodio sigue muy de cerca al de la «versión roja» de la «tercera etapa» (RS 432-433), pero, por supuesto, Harry Madreselva ya no se refiere a «un hobbit cabalgando anoche detrás de un anciano en un caballo blanco», y su conversación con el Jinete cobra esta forma:

—¡Queremos noticias! —siseó una voz fría a través del agujero de la cerradura.

—¿Sobre qué? —contestó, temblando en sus botas.

—Noticias de hobbits que cabalgan en poneys fuera de la Comarca. ¿Han pasado?

Harry deseó que hubieran pasado, porque quizá daría satisfacción a estos jinetes si pudiera decir . Había una amenaza en la voz fría; pero no se atrevía a arriesgar un que no era verdad.

—¡No, señor! —exclamó con voz trémula—. No ha pasado por Bree ningún hobbit de la Comarca cabalgando un poney, y no es probable que pase alguno.

Un siseo atravesó el agujero de la cerradura, y Harry retrocedió sobresaltado, sintiendo como si algo gélido lo hubiera tocado.

—¡Sí es probable! —dijo la voz con fiereza—. Tres, tal vez cuatro. Tú vigilarás. Queremos a Bolsón. Está con ellos. Tú vigilaras. ¡Nos lo dirás y no mentirás! Regresaremos.[44]

Este episodio fue quitado del texto, pero no puedo decir cuándo.

La conversación entre Frodo, Merry y el guardián es como en CA. Sin embargo, el guardián todavía llama a «Ned» (presuntamente, su hermano) para que guarde la puerta un rato, ya que «Tengo que hacer algo en El Poney» (como en RS 434); luego sigue: «Sólo se había [52] marchado hacía un momento, y Ned aún no había salido, cuando una figura oscura trepó rápidamente por encima de la puerta y desapareció en la oscuridad, en dirección a la posada». La referencia a la visita de Harry Madreselva a la posada después se quitó, y no aparece en CA (véase abajo).

Ahora no hay, tal como cabría esperar, ninguna referencia a Tom Bombadil cuando los hobbits llegan a El Poney Pisador, y el seudónimo de Frodo es «Señor Verde» (véase p. 46); la referencia en CA (p. 215) a los Sotomonte de Entibo está, por supuesto, ausente. Folco sigue siendo Folco, corregido por Pippin, lo cual muestra que este texto fue escrito antes del final revisado del capítulo V (pp. 38, 45).[45] Frodo sigue observando al guardián entre la compañía en la salita de la posada, preguntándose si es su noche libre, pero esto fue quitado, y no aparece en CA. Ahora Folco/Pippin cuenta la historia de la caída del techo de la alcaldía en Cavada Grande, aunque no se nombra al alcalde gordo. Trotter, por supuesto, es un Hombre, pero su descripción es la de las viejas versiones (RS 136-137, 415-416); sigue teniendo, como cuando era un hobbit, «un rostro extraño, curtido por la intemperie», con una pipa de caño largo bajo su larga nariz, y no se dice nada de sus botas (CA p. 220).

Cuando Bill Helechal y el Sureño dejaron el salón, «Harry, el guardián de la puerta, salió también detrás de ellos». Ésta, al igual que las otras referencias hechas más arriba sobre la presencia del guardián en la posada, fue descartada. Una nota aislada de esta época propone: «Excluir a Harry… es innecesario»: refiriéndose claramente a su visita a la posada después de la llegada de los hobbits y a su asociación vagamente siniestra con Bill Helechal, no a su función como guardián, que, ciertamente, es necesaria. Por lo tanto, es curioso que en el texto escrito a máquina que siguió al presente manuscrito, esta referencia, aunque claramente tachada en él, fuera restablecida, y así aparece en CA (p. 226), pero de forma bastante anómala, ya que todas las referencias a su presencia en la posada hasta ese momento habían sido eliminadas.

Capítulo X: «Bajo la enseña del Poney Pisador (ii)

No es oro todo lo que reluce»

En la reconstrucción de la «versión azul» del manuscrito de la «tercera etapa», o «A», la historia de Trotter «escuchando furtivamente» al lado del Camino, alcanza la forma definitiva, junto con el nuevo final del capítulo VIII (véase p. 46): oye a los hobbits hablando con Bombadil, y a Frodo, declarando que se le debe llamar «señor Verde» [53] (para la historia previa, en la que Trotter escucha a hurtadillas a Gandalf y a Odo mientras hablan, véase RS 418). Después de que Trotter dijera «les aconsejaré a él y a sus amigos que sean más cuidadosos» (CA p. 230), sigue en A:

—No he «dejado mi nombre atrás», tal como usted lo pone —dijo Frodo irritado—. El motivo que tengo para adoptar otro es asunto mío. No veo por qué mi nombre ha de interesar a la gente de Bree; y todavía debo averiguar por qué le interesa a usted. El señor Trotter puede tener buenos motivos para espiar y escuchar indiscretamente; pero si es así, le aconsejaré que se explique.

—¡Bien respondido! —dijo Trotter riéndose—. Pero espere a que Mantecona pueda hablar en privado con usted… y no tardará en descubrir cómo se puede adivinar su nombre, y por qué puede resultar interesante en Bree. En cuanto a mí: estaba buscando al señor Frodo Bolsón, porque se me había dicho que lo buscase. Ya les he dado pistas, que ustedes han comprendido bastante bien, de que conozco el secreto que guardan.

»¡No se alarmen! —gritó al tiempo que Frodo se ponía de pie y Sam daba un salto con aire amenazador—. Cuidaré el secreto mejor que ustedes. Pero ahora será mejor que les cuente algo más sobre mí.

En ese momento lo interrumpió un golpe en la puerta. El señor Mantecona había traído unas velas…

Ahora, Mantecona sólo tiene noticias que comunicar de los Jinetes Negros. La historia que cuenta es como la de antes (RS 420-423), pero el primer Jinete pasó por Bree el martes, no el lunes anterior; tres y no cuatro llegaron hasta la puerta de la posada y, por supuesto, no menciona que Gandalf y «Bolsón» (Odo) hayan partido hacia el este. La conversación continúa:

—«¡Bolsón!», exclamé. «Si están buscando hobbits con ese nombre, será mejor que lo hagan en la Comarca. No hay ninguno en Bree. La última vez que uno con ese nombre vino por aquí fue hace casi veinte años.[46] Era el señor Bilbo Bolsón, que había desaparecido de Hobbiton: se marchó al Este hace mucho tiempo.»

»Al escuchar el nombre, contuvo el aliento y se irguió. [54] Luego, volvió a encorvarse sobre mí. “Pero también está Frodo Bolsón”, dijo[47] con un susurro como un cuchillo. “¿Se encuentra aquí? ¿Ha estado? ¡No nos mientas!”

»Yo me estremecí, se lo aseguro; pero también me encontraba furioso. “La respuesta es no”, contesté, “y aquí no recibirá mentiras, así que es mejor que sea educado. Si tiene algún mensaje para alguien, déjelo aquí que yo lo entregaré”. “El mensaje es espera”, dijo. “Puede que regresemos.” Con esas palabras, los tres dieron vuelta a sus caballos y partieron, adentrándose en la niebla. Y ahora, señor Verde, ¿qué le parece eso?

—Pero preguntaron por Bolsón, ha dicho, no por Verde —comentó Frodo con cautela.

—¡Ah! —exclamó el posadero con un guiño cómplice—. Pero querían noticias de hobbits que habían salido de la Comarca, y un grupo así no viene muy a menudo por aquí. Sería muy raro que hubiese dos grupos diferentes. Y en lo que respecta a Bolsón: he oído ese nombre antes. El señor Bilbo vino aquí en más de una ocasión, tanto en época de mi padre como mía; y de la Comarca han salido historias curiosas desde su partida: dicen que desapareció con un relámpago. No es que yo me crea todas las historias que salen del Oeste… pero aquí está usted, que desaparece en medio de una canción, en mi propia casa. Y cuando tengo tiempo de rascarme la cabeza y pensar, recuerdo que sus amigos lo llaman Frodo, y empiezo a preguntarme si luego no irá Bolsón. «Quizá esos hombres negros tenían razón», me digo a mí mismo. Ahora la pregunta es: ¿qué he de decir si regresan? Tal vez usted quiera verlos, aunque lo más probable es que no. Apostaría que no tienen buenas intenciones para nadie. Y usted y sus amigos parecen buena gente, a pesar de todos sus pavoneos, así que pensé que lo mejor era contárselo y averiguar qué desea usted.

—No tienen ninguna buena intención —dijo Frodo—. No sabía que habían pasado por Bree, o no me habría movido de este cuarto… y desearía no haberlo hecho. Debí suponerlo por la forma en que nos miró el guardián de la puerta… y por usted, señor Mantecona; pero esperaba que tal vez fuera Gandalf el que había estado aquí preguntando por nosotros. Espero que sepa a quién me refiero, al viejo mago. Teníamos la esperanza de encontrarlo aquí o de tener noticias de él. [55]

—¡Gandalf! —exclamó el posadero—. ¡Lo conozco! Eso supongo. Estuvo aquí no hace mucho, en el verano. Gandalf es un buen amigo mío, y muchas buenas cosas ha hecho por mí. Si hubiera preguntado antes por él, más feliz habría sido. Haré todo lo que pueda por cualquier amigo suyo.

—Le estoy muy agradecido —dijo Frodo— y también él lo estará. Siento no poder contarle toda la historia, pero le aseguro que no pretendemos ningún mal. Yo soy Frodo Bolsón, como usted adivina, y esos… eh… Jinetes Negros me están buscando, y nos encontramos en peligro. Estaré agradecido por cualquier tipo de ayuda, aunque no quiero que se meta en problemas por mi culpa. Sólo espero que esos Jinetes no vuelvan.

—Yo también lo espero —dijo el posadero con un escalofrío—. Pero, espectros o no espectros, tendrán que corregir sus modales ante mi puerta.

La última parte de esta versión está escrita apresuradamente a lápiz, y poco después desaparece sin mayor importancia para el desarrollo. Es evidente que la carta de Gandalf seguirá siendo entregada por Trotter, no por Mantecona.

Como he dicho, esta revisión pertenece a la nueva concepción de los movimientos de Gandalf: sólo se adelantó a Frodo y sus amigos cabalgando hasta la Cima de los Vientos mientras ellos avanzaban con gran dificultad por los Pantanos de Moscagua. En el esbozo dado en la p. 14 se menciona una visita de Gandalf a Bree antes de la partida de Frodo y antes de su cautiverio en la Torre Occidental; y en este borrador Mantecona dice que lo vio «no hace mucho, en el verano» (cf. también nota 44). Creo que ello condujo a introducir de nuevo en la historia (presente en una de las versiones alternativas del capítulo original de «Bree», RS 199) que era Mantecona y no Trotter quien tenía la carta de Gandalf; y esto, a su vez, condujo al mejoramiento de la escena en la posada, donde Trotter demuestra que es un amigo.

Como en el borrador A anterior (p. 53), en el manuscrito nuevo o de la «cuarta etapa», Trotter dice: «Estaba buscando al señor Frodo Bolsón, porque se me había dicho que lo buscase». Sin embargo, ahora se introduce un cambio importante en la estructura. En A, Trotter acababa de decir «Pero ahora será mejor que les cuente algo más sobre mi» cuando le interrumpe la llamada a la puerta del señor Mantecona… una interrupción que se remonta a las versiones anteriores: véase RS 421 («tercera etapa»), RS 191 (texto original). En la nueva narración, [56] Trotter no es interrumpido en ese punto. Después de comentar que él cuidará del secreto mejor que ellos, la historia, entonces, continúa así:

Pero ahora será mejor que les cuente algo más —se adelantó y los miró—. Jinetes Negros han pasado por Bree —dijo en voz baja—. El martes por la mañana uno subió por el Camino Verde, y dos más aparecieron después. Ayer por la noche, tres más surgieron de entre la niebla y atravesaron la Puerta Oeste justo antes de que la cerraran. Interrogaron a Harry, el guardián de la puerta, y lo asustaron mucho. Yo los oí. También se dirigieron al este.

Sigue un pasaje que se aproxima bastante al de CA (pp. 231-232, desde «Se hizo un silencio»), con el lamento de Frodo por haber ido a la salita de la posada y Trotter narrando que el posadero le había impedido ver a los hobbits hasta que fue demasiado tarde. Pero al comentario de Frodo de que los Jinetes «parece que me perdieron el rastro de momento, y se han ido», Trotter replica:

—Yo no estaría muy seguro de eso. Son astutos, y dividen sus fuerzas. He estado vigilándolos. Sólo seis han pasado por Bree. Puede que haya otros. Hay otros. Los conozco, y sé cuántos son. —Trotter calló y tuvo un escalofrío—. Ésos que han seguido de largo, probablemente volverán —continuó—. Han interrogado a algunos habitantes de Bree y de las casas de las afueras, hasta Combe [> Archet], tratando de conseguir noticias con sobornos y amenazas… sobre un hobbit llamado Bolsón. Había otros, aparte de Harry Madreselva, en la sala esta noche que habían venido con un propósito. Estaba Bill Helechal. No tiene buen nombre en la tierra de Bree, y a veces lo visitan en su casa personas extrañas. Lo habrá visto entre los huéspedes: un sujeto moreno y burlón. Estaba muy cerca de uno de esos extranjeros del sur, y salieron todos juntos enseguida de su «accidente». Harry es un cascarrabias, y está asustado; mas no hará nada a menos que vayan por él.[48] Pero Helechal es una cuestión bien distinta… vendería cualquier cosa a cualquiera; o haría daño por el placer de hacerlo.

Desde aquí (las palabras de Frodo «¿Qué vendería Helechal?»), [57] se ha llegado en gran parte al texto de CA, hasta la pregunta de Trotter: «¿No le es suficiente?». Luego, sigue:

Frodo no contestó. Miró a Trotter: sombrío, salvaje y con ropas toscas. Era difícil saber qué hacer, o estar seguro de su buena voluntad. De todas formas, había tenido éxito en una cosa: consiguió que Frodo sospechara de todos, incluso del señor Mantecona. Y todas sus advertencias bien se podrían aplicar a él mismo. Bill Helechal, Trotter: ¿cuál era el que con más probabilidad lo traicionaría? ¿Y si Trotter los conducía a tierras salvajes, a «algún oscuro lugar lejos de ayuda»? Todo lo que había dicho tenía un curioso doble filo. Exhibía un semblante oscuro, pero había algo en su cara que era extrañamente atractivo.

El silencio creció, y todavía Frodo no encontró ninguna respuesta.

—Hay una pregunta evidente que aún no ha formulado —comentó Trotter tranquilamente—. No me ha preguntado: «¿Quién le dijo que nos buscara?». Puede preguntarlo antes de que decida confundirme con Bill Helechal.

—Lo siento —tartamudeó Frodo; pero en ese momento se escuchó un golpe en la puerta. Ahí estaba el señor Mantecona con unas velas…

La interrupción del señor Mantecona tiene lugar estructuralmente en el mismo punto que en CA (p. 233), aunque la conversación que interrumpe es bastante diferente. Ahora Trotter se retira a un rincón oscuro, y cuando Nob se hubo marchado con las jarras de agua caliente a los dormitorios, el posadero comenzó así:

—Me pidieron que buscase a unos hobbits, a un tal Bolsón sobre todo.

—¿Y eso qué relación tiene conmigo? —preguntó Frodo con cautela.

—¡Ah! —exclamó el posadero con un guiño cómplice—. Usted debería saberlo mejor que nadie; pero el viejo Barnabas puede sumar dos más dos, si le conceden tiempo. Los grupos de la Comarca no pasan hoy por aquí muy a menudo, pero me dijeron que estuviera atento a uno casi por esta época. Sería extraño que no hubiera ninguna relación, si usted me entiende. [58] Y en lo que respecta a Bolsón, he oído ese nombre antes. El señor Bilbo vino aquí en más de una ocasión, y de la Comarca han salido historias curiosas desde su partida: dicen que desapareció con un relámpago mientras estaba hablando. No es que yo me crea todas las historias que salen del Oeste… pero aquí está usted, que desaparece en medio de una canción, en mi propia casa. Quizá lo hizo, quizá hubo un error, pero me puse a pensar. Y cuando tengo tiempo de rascarme la cabeza, recuerdo que sus amigos lo llaman Frodo; así que empiezo a preguntarme si luego no irá Bolsón.[49] Pues es a Frodo Bolsón a quien me dijeron que buscase; y además me hicieron una descripción que encaja bastante, si me permite.

—¿De veras? ¡Venga entonces esa descripción! —dijo Frodo, un poco impaciente por el lento discurrir de los pensamientos del señor Mantecona.

Un hombrecito rollizo de mejillas rojas —contestó el posadero con una sonrisa—. Perdón, pero él lo dijo, no yo.

Folco [> Pippin] rió entre dientes, pero Sam pareció indignado.

¿Él lo dijo? ¿Y quién era él? —preguntó Frodo rápidamente.

—Oh, era el viejo Gandalf, si usted sabe a quién me refiero. Un mago dicen que es, pero cierto o no cierto, es un buen amigo mío. Muchos buenos favores me ha hecho. «Cebadilla», me dijo hará cuestión de más de un mes, en agosto,[50] si no recuerdo mal, una noche que vino tarde. Estaba muy cansado, e inusualmente sediento. «Cebadilla», me dice, «quiero que hagas algo por mí». «Sólo tienes que decirlo», comenté yo. «Quiero que estés atento a unos hobbits que vendrán de la Comarca», continuó él. «Puede que sean un par, quizá más. Será a finales de septiembre,[51] si es que vienen. Espero estar con ellos, y entonces lo único que tendrás que hacer será servirnos tu mejor cerveza. Pero si no, podrán necesitar ayuda. Uno será Frodo Bolsón, si es el grupo correcto: un gran amigo mío, un hombrecito rollizo…»

—¡De acuerdo! —exclamó Frodo, riéndose a pesar de su impaciencia—. ¡Continúe! Ya hemos oído eso.

Cortado en su ímpetu, el señor Mantecona se detuvo.

—¿Por dónde iba? —preguntó—. Ah, sí. «Si ese Frodo Bolsón viene por aquí», dijo él, «dale esto»; y me entregó una carta. «Guárdala bien y en secreto, y no la olvides, si es que tu cabeza es [59] capaz de mantener algo tanto tiempo. Y no se lo menciones a nadie». He guardado esa carta conmigo día y noche desde que él me la diera.

—¡Una carta para mí de Gandalf! —interrumpió Frodo con ansiedad—. ¿Dónde está?

—¡Ah! —gritó triunfalmente el señor Mantecona—. ¡Usted no niega el nombre! El viejo Cebadilla puede sumar dos más dos. Pero es una pena que no confiara en mí desde el principio. —De un bolsillo interior sacó una carta sellada y se la pasó a Frodo.[52] En el exterior ponía: A F. B. DE G. j. —Hay otra cosa que debo decirle —empezó de nuevo el señor Mantecona—. Supongo que puede encontrarse en problemas, viendo que Gandalf no está aquí, y ellos han venido, tal como él me advirtió.

—¿Qué quiere decir? —preguntó Frodo.

—Los jinetes negros —dijo Mantecona—. «Si ves a unos jinetes de negro», me comentó Gandalf, «¡espera problemas! Y mis amigos necesitarán toda la ayuda que puedas darles». Y han venido, ayer y el día anterior.[53] Todos los perros aullaban y los gansos graznaban. Sobrenatural, diría yo. Oí que estuvieron pidiendo noticias de un hobbit llamado Bolsón. Y ese Montaraz, Trotter, también él ha estado haciendo preguntas. Trató de venir a verlo, antes de que usted probara bocado, eso hizo.

—¡Eso hizo! —dijo Trotter de pronto, saliendo a la luz—. Y se habrían evitado muchas dificultades, si me hubieses dejado entrar, Barnabas.

El posadero dio un salto, sorprendido.

—¡Tú! —gritó—. Siempre apareces de repente. ¿Qué quieres ahora?

—Está aquí con mi consentimiento —dijo Frodo—. Vino a ofrecernos su ayuda.

—Bien, usted sabe lo que hace, quizá —dijo el señor Mantecona mirando desconfiadamente a Trotter—. Por supuesto, yo desconozco lo que está pasando, o qué quieren esos tipos negros con usted. Pero le juro que no le desean ningún bien.

—No desean bien a nadie —contestó Frodo—. Lamento no poder explicárselo todo. Estoy cansado y muy preocupado, y es una larga historia. Pero cuéntele a Gandalf todo si aparece, y él le estará muy agradecido, y, quizá, le diga más de lo que yo puedo. Pero, por lo menos, debo advertirle a lo que se expone [60] por ayudarme. Esos jinetes Negros me persiguen, y son peligrosos. Son servidores del Nigromante.

—¡Misericordia! —gritó el señor Mantecona, palideciendo—. Sabía que eran sobrenaturales; ¡pero ésta es la peor noticia que haya llegado a Bree en todos mis años!

Esta versión ahora alcanza la forma de CA (p. 237) hasta la partida de Mantecona para enviar a Nob en busca de Merry, casi sin ninguna variación. Trotter habla de «la Sombra del Sur», no del «Este», y, por supuesto, se refiere al «señor Verde», no al «señor Sotomonte»; y después del comentario de Mantecona de que hay en Bree otros de comprensión más rápida que Nob, añade: «Bill Helechal estuvo aquí esta noche, y es un cliente desagradable…». Se verá que con el cambio estructural en el ordenamiento del capítulo (haciendo que el posadero se presente en el cuarto de los hobbits más tarde), la información sobre los Jinetes Negros (en sí misma muy breve) ahora es suministrada por Trotter, mientras que a Mantecona sólo se lo deja con unas pocas palabras sobre el tema.[54] En versiones previas, su narración de la llegada de los Jinetes a la puerta de la posada era un elemento principal en la conversación; ahora no existe mención de ella (aunque reaparece fugazmente en CA, p. 236).

En esta versión, el posadero, antes de salir del cuarto, le pregunta a Trotter si va a quedarse allí, a lo que éste replica: «Puede que me necesite antes de que salga el sol». «Muy bien, entonces —dijo el posadero—, si no le molesta al señor Verde.» Cuando Mantecona se fue:

—Bien, ahora debería adivinar la respuesta a la pregunta que le hice antes de que él entrara —dijo Trotter—. Pero ¿no piensas abrir esa carta?

Frodo examinó cuidadosamente el sello antes de romperlo. Parecía ser el de Gandalf. Dentro, escrito con la letra[55] estilizada del mago, había el siguiente mensaje. Frodo lo leyó en voz alta.[56]

El Poney Pisador, Bree. Martes 12 de septiembre.[57] Querido F: Emprenderé el regreso mañana, debería alcanzarte en uno o dos días. Pero las cosas se han puesto muy peligrosas, y puede que no llegue a tiempo. (Él ha encontrado la Comarca: las fronteras están vigiladas, y yo también.) Si no consigo llegar, espero que ello sea suficiente advertencia para ti, y que tengas el sentido común de dejar la Comarca de inmediato. Hay una posibilidad de que llegues tan lejos como hasta Bree. Estate atento a los jinetes de negro. Son tus [61] peores enemigos (salvo uno): son Espectros del Anillo. No vuelvas a usarlo, por ninguna razón. No viajes de noche. Intenta localizar a Trotter el montaraz. El te estará buscando: es un hombre delgado, oscuro, curtido por la intemperie, pero uno de mis mejores amigos. Conoce nuestro asunto. Él se ocupará de ti, si alguien puede. Marcha a Rivendel tan rápido como puedas. Espero que allí nos veamos de nuevo. Si no, Elrond te avisará. Tuyo ] 9 s k 9 8 rIOjOI

PS. Puedes confiar en Barnabas Mantecona y en Trotter. Pero asegúrate de que es el verdadero Trotter. El verdadero tendrá una carta sellada por mí con las siguientes palabras

No es oro todo lo que reluce;
no dura todo lo que es largo,
no todo lo que es viejo se marchita,
ni todo lo concluido es ya pasado.

PPS. Sería peor que inútil que intentaras dejar Bree atrás solo. Si Trotter no aparece, debes conseguir que Mantecona te esconda en alguna parte, y mantener la esperanza de que yo llegue.

PPPS. ¡Espero que M. no olvide esto! Si recuerda dártelo, dile que estoy muy agradecido y más sorprendido aún. Que te vaya bien allí adonde vayas. j

—Bien, sí que es de Gandalf, aparte de la letra y la firma —dijo Frodo al terminar—. ¿Qué me dices de tu carta, Trotter?

—¿La necesitas? ¡Creí que ya te habías decidido con respecto a mí! De lo contrario, no deberías haber dejado que me quedara; y, ciertamente, no tendrías que haber leído la carta en alta voz delante de mí.

—Yo no me he decidido —dijo Sam de repente—. Y no pienso ver cómo se burlan y abusan del señor Frodo. ¡Veamos esa carta, o Sam Gamyi intervendrá en el asunto!

—Mi bueno de Sam —dijo Trotter—. ¡Tengo un arma bajo mi capa, igual que tú! Y no me importa decirte que si no fuera el verdadero Trotter no tendrías una posibilidad, ni los tres juntos. ¡Pero tranquilo! —exclamó cuando Sam se puso en pie de un salto—. Tengo una carta, y aquí está.

Sobre la mesa arrojó un sobre sellado, por fuera idéntico al otro. Sam y Folco [> Pippin] lo miraron mientras Frodo lo abría. Dentro había un papel pequeño con la escritura de Gandalf: [62]

No es oro todo lo que reluce;
no dura todo lo que es largo,
no todo lo que es viejo se marchita,
ni todo lo concluido es ya pasado.

Esto es para certificar que el portador es Aragorn hijo de Celegorn,[58] del linaje de Isildur hijo de Elendil, conocido en Bree como Trotter; enemigo de los Nueve y amigo de Gandalf. ] 9 s k 9 8 rIOjOI

Frodo se quedó contemplando las palabras con asombro.

—¡Del linaje de Elendil! —exclamó, mirando con temor reverente a Trotter—. ¡Entonces, te pertenece a ti tanto como a mí, o más!

—No pertenece a ninguno de los dos —dijo Trotter—, pero tú has de guardarlo durante un tiempo. Pues así está ordenado.[59]

—¿Por qué no nos mostraste la carta antes? Nos habría ahorrado tiempo, y habría evitado que yo, y Sam, nos comportáramos de forma absurda.

—¡Absurda! En absoluto. Sam es muy sensato: dudó de mí hasta el final, y creo que todavía duda. ¡Y con razón! Si tuvieras más experiencia de tu Enemigo, no confiarías ni en tus propias manos, salvo a la luz del día, en cuanto supieras que te persigue. Yo también tenía que asegurarme de vosotros. Fue una de las razones por las que me retrasé. El Enemigo ya me ha tendido trampas en el pasado. Pero debo reconocer que intenté convenceros de que me aceptarais como un amigo, por lo que soy y sin ninguna prueba. Un hombre perseguido se cansa a veces de la desconfianza, aun cuando él la predica. [60] Pero en esto yo diría que las apariencias están contra mí.

Aquí sigue la insensata intervención de Folco/Pippin: «Pero luce bien quien hace bien, como decimos en la Comarca», que ha permanecido inalterada del comentario original de Odo en RS 197; y sigue:

Folco [> Pippin] se tranquilizó; sin embargo, Sam no se acobardó y continuó mirando a Trotter de mala manera.

—Si estuviera actuando, podría interpretar un papel —dijo—. Me gustaría saber qué pruebas nos ha dado de que es quien dice ser.

Trotter se rió. [63]

—¡No olvides la carta de Mantecona, Sam! —exclamó—. ¡Piénsalo! Sin duda que Mantecona es el verdadero Mantecona, a menos que todo Bree estuviera embrujado. ¿Cómo podrían aparecer las palabras no es oro todo en su carta y en la mía, a menos que las dos las hubiera escrito Gandalf? Puedes estar seguro de que Gandalf no le dio la oportunidad a un espía de conocer que la carta de Mantecona existía. Y aunque así fuera, un espía no podría conocer las palabras clave sin haberla leído. ¿Cómo podría haber sucedido sin el conocimiento de Mantecona?

Sam se rascó la cabeza larga y pensativamente. —Ah —comentó al fin—. Diría que habría sido difícil. Pero ¿qué le parece esto? Podría haberse deshecho del verdadero Trotter, robándole su carta y, luego, sacándola como lo hizo, después de oír la de Mantecona y ver cómo se presentaba la mano. No pareció muy dispuesto a mostrarla. ¿Qué me responde?

—Que eres un individuo audaz —dijo Trotter—. Veo por qué Gandalf te eligió para que acompañaras a tu amo. No te rindes. Me temo que mi única respuesta, Sam, es ésta. Si yo hubiese matado al verdadero Trotter, podría matarte a ti, y ya lo hubiera hecho sin tanta charla. Si quisiera el Anillo, podría tenerlo… ¡ahora! —Se incorporó y de pronto pareció más alto. Le brillaba una luz en la cara, penetrante e imperatoria. Los hobbits no se movieron. Incluso Sam se quedó mirándolo, boquiabierto—. Pero soy por fortuna el verdadero Trotter —dijo, mirándolos, el rostro suavizado por una repentina sonrisa—. Soy Aragorn hijo de Celegorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, lo haré.

Hubo un largo silencio.

Al fin Frodo habló titubeando:

—¿Entonces los versos de la carta se referían a ti? —pregunto—. En un principio pensé que eran tonterías.

—Tonterías, si así lo prefieres —contestó Trotter—. No te preocupes por ellos. Han servido su propósito.

—Si quieres saberlo —comentó Frodo—, creí en ti antes de que entrara Mantecona. No estaba intentando confiar en ti, sino que me esforzaba por no hacerlo, siguiendo tus propias enseñanzas. Me asustaste varias veces esta noche, pero nunca como lo hubiera hecho un servidor del Enemigo, o así me lo [64] parece al menos. Pienso que un espía del Enemigo… bueno, hubiese parecido más hermoso y al mismo tiempo más horrible. Tú… bueno, contigo es al revés.

—Tengo mal aspecto y me siento hermoso, ¿no es así? —rió Trotter—. ¡Lo dejaremos ahí y no hablaremos más de hombrecitos rollizos!

—Me alegro de que vayas a ser nuestro guía —dijo Folco [> Pippin]—. Ahora que empezamos a conocer el peligro, deberíamos estar desesperados sin ti. Pero, de algún modo, me siento más esperanzado que nunca.

Sam no dijo nada.

Poco después, mi padre abandonó la telaraña de este debate que surgía de la existencia de dos cartas de Gandalf, y manejó la cuestión del verso de reconocimiento No es oro todo lo que reluce y de que Aragorn lo conociera, con destreza, haciendo que el mismo Aragorn empleara las palabras (sin haber visto o escuchado la única carta de Gandalf) por el comentario de Frodo (presente ya en esta versión) sobre «horrible y hermoso» (CA p. 241). Sin embargo, la complicación de las dos cartas sobrevivió a la decisión crucial de que la de Gandalf a Frodo fue escrita para ser recibida por éste antes de partir de Bolsón Cerrado, sin que esto ocurriera a causa del olvido de Mantecona.

Después de «Sam no dijo nada», esta versión es igual que la de CA (p. 241), con las palabras de Trotter acerca de la partida de Bree y de dirigirse a la Cima de los Vientos. Pero su respuesta a la pregunta de Frodo sobre Gandalf es mucho más breve:

Trotter se puso serio.

—No lo sé —dijo—. Para ser sincero, estoy preocupado por él… por primera vez desde que lo conozco. Tendría que haber llegado hace dos días. Por lo menos, deberíamos haber recibido algún mensaje. Algo ha sucedido. Creo que él lo temía, de lo contrario, no habría tomado tantas precauciones con las cartas.

Desde la pregunta de Frodo: «¿Piensas que los Jinetes Negros tienen alguna relación con eso?», el resto del capítulo 10 de CA ya se había conseguido, a excepción de unos pequeños detalles sin importancia, siendo el principal el que tiene lugar cuando Merry cuenta su experiencia. Esta historia ahora retorna a la versión original (RS 205-207), [65] según la cual el Jinete se dirigió al Este a través del pueblo y se detuvo en la casa de Bill Helechal (mientras que en la versión de la «tercera etapa», RS 439-440, fue en la otra dirección, a la Puerta del Oeste); pero difiere de CA (p. 243) en que cuando Merry está a punto de volverse y echar a correr hacia la posada, «otra forma oscura se alzó ante mí —bajando por el Camino desde la otra puerta— y… caí al suelo». En esta versión, Trotter dice: «Después de todo, puede que intenten un ataque antes que dejemos Bree. Pero estará oscuro. A la luz necesitan sus caballos».[61]

Para la subsiguiente historia de este capítulo, véanse pp. 92-94.

Capítulo XI: «Un cuchillo en la oscuridad»

Este capítulo fue otro de ésos que mi padre, en esta época, reorganizó, en parte, del texto existente de la «tercera etapa» (la última del capítulo X y la primera del capítulo XI, véase RS 446) y, en parte, de nuevas páginas manuscritas, y al igual que con los capítulos anteriores en esta forma, algunas páginas rechazadas de la versión más vieja se separaron y no fueron a Marquette.

El nuevo texto empieza con el ataque a Cricava, que, con el cambio en su fecha, había sido trasladado de su lugar original en el capítulo VII (véase p. 46). Para la forma previa del episodio, véase RS 408-409; éste era casi idéntico al texto original, RS 379-380. En ambos, mi padre esbozó en fragmentos la historia de Odo, que se marchó con Gandalf cuando éste cabalgó tras los Jinetes Negros: una historia que sólo parece haber entrado en la narrativa de la «tercera etapa» cuando se alcanzó el capítulo de «Bree», véase RS 418-419. Pero en la segunda versión, Cricava no estaba vacía: una cortina se movió en una ventana… porque Odo se había quedado detrás.

Primero transcribo el borrador preliminar del ataque a Cricava escrito para su nuevo lugar en la historia.

Mientras dormían en la posada de Bree, las tinieblas se extendían en Los Gamos. La niebla se movía por las cañadas y las orillas del río. La casa de Cricava se alzaba envuelta en silencio. No mucho antes, cuando acababa de anochecer, había habido una luz en una ventana. Un caballo subió rápidamente por la senda, y se detuvo. Por el sendero, caminaba deprisa una figura, envuelta en una gran capa y conduciendo un caballo blanco. Llamó a la puerta, y de inmediato la luz se apagó. La cortina en la ventana se agitó, y poco después se abrió la puerta y la figura la atravesó en el acto. Incluso mientras se cerraba, [66] una sombra negra pareció escurrirse bajo los árboles y desaparecer a través de la puerta sin emitir un solo sonido.[62] Entonces, la oscuridad lentamente se convirtió en noche, una noche muerta y nebulosa: no brillaba ninguna estrella sobre Los Gamos.

Se oyó el suave sonido de cascos, de caballos que se acercaban conducidos lenta y cautamente. La puerta del jardín se abrió, y sendero arriba desfilaron tres formas encapuchadas, cubiertas de negro, arrastrándose por el suelo. Una de ellas fue a la puerta, las otras dos a los extremos de la casa, y allí se quedaron, silenciosas como las sombras negras de piedras, mientras el tiempo proseguía lentamente, y la casa y los árboles a su alrededor parecían esperar conteniendo el aliento.

Hubo una leve agitación en las hojas y cantó un gallo. Era la hora fría que precede al alba.[63] La figura que estaba junto a la puerta se movió de pronto. En la oscuridad sin luna y sin estrellas brilló una hoja de metal, como si hubiesen desenvainado una luz helada. Se oyó un golpe, sordo pero pesado, y la puerta se estremeció.

—¡Abre en nombre de Sauron! —dijo una voz atiplada y amenazadora. Otro golpe, y las maderas estallaron y la cerradura saltó en pedazos, y la puerta cedió y cayó hacia atrás. Las formas negras entraron precipitadamente.

En ese momento, entre los árboles cercanos, sonó un cuerno. Desgarró la noche como un fuego en lo alto de una loma, produciendo ecos sobre la tierra. ¡Despertad! ¡Fuego! ¡Fuego! ¡Enemigos! ¡Despertad! Alguien estaba soplando el Cuerno de Llamada de Los Gamos, que no había sonado desde hacía un siglo, desde el Invierno Cruel cuando habían aparecido los lobos blancos y las aguas del Brandivino estaban heladas. A lo lejos[64] se oyeron las respuestas de otros cuernos. Sonidos lejanos de despertar y alarma surcaron la noche. Todo Los Gamos despertó.

Las figuras negras escaparon rápidamente de la casa. Afuera en el sendero se oyó un ruido de cascos, y enseguida un galope que se alejó martillando las tinieblas. Detrás de ellos marchaba un caballo blanco. Lo montaba un anciano vestido de gris, con unos largos cabellos plateados y una barba ondeante. Su cuerno todavía sonaba sobre colina y valle. En su mano derecha ardía y flameaba una vara como un haz de rayos.[65] A su espalda, [67] aferrándose a su capa, iba un hobbit. Gandalf y Hamilcar cabalgaban hacia la Puerta del-Norte, y los Jinetes Negros huían delante de ellos. Pero habían averiguado lo que deseaban saber: Cricava estaba vacía y el Anillo había desaparecido.

La historia aquí debería decir que Gandalf y Hamilcar salieron de la casa por la puerta de atrás, como lo hizo Fredegar Bolger en CA (p. 247), pero luego esperaron entre los árboles que rodeaban el espacio abierto en el que se alzaba la casa. Una nota añadida al esquema de tiempo B (p. 18) parece encajar con esta versión: «Los Jinetes Negros entraron furtivamente en Los Gamos, pero demasiado tarde para ver partir a Frodo. Lo rastrearon hasta Cricava y lo vigilaron, y vieron entrar a Gandalf. Sin embargo, Gandalf (y Ham fingiendo ser Frodo) se marchó al galope la noche del 29 de sept.».

Otro texto corto, escrito en el mismo trozo de papel y, evidentemente, en la misma época que el que se acaba de dar, proporcionaba sólo el final del episodio; y en este texto, que posteriormente fue tachado, no se menciona a Gandalf:

Ham Bolger estaba tocando el Cuerno de Llamada de Los Gamos, que no había sonado desde hacía un siglo… [igual que antes] Las figuras negras escaparon rápidamente de la casa.

En el sendero se oyó un ruido de cascos que se convirtió en un galope frenético hacia el norte por la oscuridad. Los Jinetes Negros habían huido, pues ya no estaban preocupados por la gente pequeña de la Comarca, sino únicamente por el Anillo. Y habían descubierto lo que deseaban saber: Cricava estaba vacía y el Anillo había desaparecido.

Quizás esto encaja con el esbozo § 4 en la p. 14: «Escena en Cricava… sólo está Hamilcar allí. Sopla el cuerno…».

La versión de la historia que aparece en el manuscrito de la «cuarta etapa» vuelve a cambiar. Comienza así:

Mientras dormían en la posada de Bree, las tinieblas se extendían en Los Gamos: una niebla se movía por las cañadas y las orillas del río. La casa de Cricava se alzaba envuelta en silencio. Una cortina se agitó en una ventana y, durante un momento, brilló una luz. De inmediato una sombra negra pareció escurrirse bajo los árboles y desaparecer a través de la puerta sin [68] producir ningún ruido. La noche se hizo más profunda. Se oyó el suave sonido de cascos…

Luego, se sigue muy de cerca el texto del borrador dado en la p. 66; pero desde «Las formas negras entraron precipitadamente» hay una nueva historia:

Las formas negras entraron precipitadamente. En un instante volvieron a salir; una llevaba una pequeña figura envuelta en una capa vieja: no luchaba. Ahora saltaron sobre sus caballos sin cautela alguna; en el sendero se oyó un ruido de cascos, y enseguida un galope que se alejó martillando las tinieblas.

En el mismo momento [tachado: desde la dirección de Balsadera], otro caballo apareció al galope por el sendero. Cuando pasó por la puerta sonó un cuerno.[66] Desgarró la noche como un fuego en lo alto de una loma… [igual que antes]. A lo lejos, se oyeron las respuestas de otros cuernos. Todo Los Gamos despertó.

Pero los Jinetes Negros galopaban como un viento hacia la Puerta del Norte. ¡Dejad que la gente pequeña toque los cuernos! Sauron se encargaría de ellos más tarde. Mientras tanto, se habían ganado su agradecimiento: Bolsón estaba atrapado como un zorro en un agujero. Cargaron sobre los guardias, saltaron la puerta y desaparecieron.

Y así es como Hamilcar Bolger cruzó por primera vez el Puente Brandivino.

Es evidente que esta versión pertenece a la historia del esquema de tiempo D (p. 18), donde el 29 de septiembre «los Jinetes atacan Cricava y se llevan a Ham, perseguidos por Gandalf»… aunque allí aconteció a medianoche, mientras que aquí era «la hora fría que precede al alba». Gandalf llegó demasiado tarde, y (como aparecerá después) pensó que era Frodo el que había sido capturado; sin embargo, ha de posponerse la posterior historia de Hamilcar Bolger (véanse pp. 82 ss.).

El «sueño de la torre» de Frodo había sido cambiado de la noche en Bree a la noche en Cricava (véanse pp. 42-45), y su descanso en Bree ahora se describe igual que en CA: «y esta vez creyó oír un ruido de viento y de cascos que galopaban… y a lo lejos sonó un cuerno, que tocaba furiosamente». [69]

La nueva escritura (es decir, la sustitución del manuscrito de la «tercera etapa») continúa hasta la partida de Bree de los hobbits, acompañados por Trotter, y su llegada a campo abierto. En esta etapa, Folco seguía siendo Folco, no Pippin; pero el texto de CA (pp. 248-253) se alcanzó en todos sus detalles, salvo algunas excepciones insignificantes.[67] Ahora aparece la historia posterior de los poneys de Merry, distinta de la anterior (RS 209) en la que Tom Bombadil, cuando los encontró, se dirigió a la posada de Bree para averiguar qué les había sucedido a los hobbits, y le pagó al señor Mantecona por los poneys; la relación entre Bombadil y Mantecona había sido abandonada (pp. 15, 47).

Desde el momento en que los compañeros vieron a su izquierda las casas y los agujeros de hobbits de la villa de Entibo (CA p. 253), se mantuvo el manuscrito de la «tercera etapa», corregido ligeramente, hasta la llegada de Trotter, Frodo y Merry a lo alto de la Cima de los Vientos. Tal como estaba el manuscrito en esta etapa, ya casi se había conseguido el texto de CA, aunque luego se hicieron algunos añadidos, como las luces en el cielo oriental vistas desde los Pantanos de Moscagua, el pasto quemado y las piedras ennegrecidas en los alto de la Cima de los Vientos, y el antiguo círculo de piedras trabajadas; aparentemente, la alteración del comentario de Trotter de que «no todos los montaraces son dignos de confianza, ni todos los pájaros y las bestias», que se remonta a la forma original de la historia (RS 213), a «no hay que confiar en todos los pájaros, y hay espías más malignos que ellos», también fue un cambio muy posterior. El relato de Trancos en CA (p. 259) de la gran torre de observación en la Cima de los Vientos y su ruina no fue introducido en el manuscrito, y el texto permanece aquí inalterado en su forma primera (RS 215, 441). La canción de Sam sobre Gil-galad fue escrita en esta época, e introducida en el manuscrito.[68]

En lo alto de la Cima de los Vientos la vieja historia sufrió un cambio importante. El mensaje de Gandalf en un papel que salió revoloteando de la pila de piedras (RS 216, 441) ha desaparecido, y sigue el texto de CA (pp. 261-262) (sin, como ya se apuntó, ninguna mención de fuego: la piedra en la que se encuentran las marcas no era «más chata que las otras y más blanca, como si hubiera escapado al fuego», sino «más pequeña que las otras y de diferente color, como si la hubieran limpiado»). Las marcas en la piedra eran X : IIII (todavía se estaba usando la G runa del Inglés Antiguo), cuyo significado se interpreto como que Gandalf había estado ahí el 4 de octubre. Sin embargo, se cambiaron las marcas para que se leyeran X : I.III, y se insertó un nuevo pasaje (posteriormente rechazado):

—Pero hay un punto entre el primer I y los tres siguientes —dijo Sam, leyendo con atención la piedra—. No pone G.4, sino G.1.3. [70]

—¡Tienes toda la razón! —acordó Trotter—. Entonces, si Gandalf hizo estas marcas, podría significar que estuvo aquí desde el uno al tres; o, quizá, que él y otro estuvieron aquí el tres.

Esto es extraño, ya que Sam se quedó en la cañada y no subió a lo alto de la Cima de los Vientos; más aún, esta discusión insertada tiene lugar en la cima, de modo que no ayuda suponer que Trotter bajó la piedra hasta la cañada. Más adelante, de nuevo se cambiaron las marcas a X : III.

Al comentario de Frodo: «Sería un gran alivio saber que está en camino hacia Rivendel», Trotter replica: «¡Sí que lo sería! Pero, de cualquier modo, como no está aquí, tenemos que ocuparnos de nosotros mismos y encaminarnos a Rivendel del mejor modo posible». En respuesta a la pregunta de Merry: «¿A qué distancia está Rivendel?», Trotter en un principio contestó casi lo mismo que en la versión original (RS 216-217), aunque estableció la distinción de tres semanas con buen tiempo y un mes con mal tiempo desde el Puente Brandivino hasta el Vado, y concluye: «Por lo tanto, tenemos ante nosotros como mínimo una marcha de doce días,[69] y es muy probable que sean dos semanas o más». Esto se rechazó más tarde y el texto de CA fue sustituido, y ahora Trotter habla del tiempo que le llevó ir desde la Cima de los Vientos al Vado sin contarlo de forma tan elaborada: «doce días desde aquí al Vado de Bruinen, donde el Camino cruza el Sonorona[70] que nace en Rivendel».

En la «tercera etapa», el capítulo terminaba con Trotter, Frodo y Merry descolgándose de la cima, y el siguiente comenzaba con «Sam y Folco no habían perdido el tiempo» (en la cañada). En la nueva versión el capítulo continúa y, al igual que en CA, incluye el ataque de los Jinetes Negros. El pasaje se inicia exactamente como en CA (p. 264), y las provisiones de Gandalf de cram, bacon y frutos secos (RS 443) se han perdido[71] pero Trotter tiene que informar de cosas distintas del examen que ha realizado sobre las huellas en la cañada, y no asevera que hayan pasado recientemente por ahí Montaraces y que hayan sido ellos los que dejaron la leña.

—Tal como lo temía —dijo al volver—, Sam y Folco [> Pippin] han pisoteado el suelo blando, arruinando y confundiendo las huellas. Alguien con botas ha estado aquí últimamente, lo que significa alguien que no es un Montaraz; sin embargo, es lo único que puedo decir con certeza. Pero no me gusta: da la impresión de que ha habido más de un par de botas.

Cada uno de los hobbits tuvo una imagen mental de los [71] jinetes, calzados con botas y envueltos en capas. Si ya habían descubierto la cañada, cuanto antes Trotter los alejara de allí, mejor que mejor. Pero Trotter aún estaba analizando el significado de las huellas.

—También había algo aún más extraño —continuó—. Creo que hay huellas de hobbits; aunque ahora no puedo estar seguro de que haya un tercer juego, diferente del de Folco [> Pippin] y Sam.

—Pero por esta parte del mundo no hay hobbits, ¿verdad? —dijo Merry.

—Aquí ahora hay cuatro —contestó Trotter—, y no se puede decir que uno más sea imposible; sin embargo, no tengo ni idea de lo que eso pueda significar.

—Que esos tipos negros tienen prisionero al pobre desgraciado —dijo Sam. Miró con gran desagrado la cañada desnuda…

Por supuesto, el comentario de Sam es una mera conjetura, y habla sin ninguna referencia en particular: las botas y las huellas de los hobbits sencillamente sugieren la posibilidad de que los Jinetes tengan a un hobbit con ellos. Aunque los comentarios de Trotter no son concluyentes, algo que dentro de la narrativa es intencionado, resulta obvio que la historia de la cabalgada de Hamilcar Bolger con Gandalf se halla presente aquí.

La pregunta de Merry a Trotter, que comienza: «¿Los Jinetes pueden ver?», ahora adopta la misma forma que en CA (p. 265), y la respuesta de éste es similar, pero menos elaborada.[72]

En este texto, como se apuntó arriba, Trotter no dice nada de que se trate de un campamento de Montaraces en la cañada, y la presencia de la leña queda sin explicación. Donde en CA dice simplemente: «Hagamos que esta leña arda como una señal», aquí añade: «Quienquiera que la haya dejado, la trajo y la colocó en este lugar con un objetivo; ya que no hay ningún árbol cerca. O pretendía regresar o pensó que amigos en apuros podían seguirlo. No hay aquí reparo ni defensa, pero el fuego nos servirá para ambas cosas. El fuego es nuestro amigo en las tierras salvajes».[73]

El pasaje en la antigua versión (RS 444), que describe las historias de Trotter mientras están sentados alrededor del fuego, se cambió, presumiblemente en esta época, por la forma más breve de CA (p. 268); y su historia de Beren y Lúthien ahora aparece como en CA (p. 270-271). Falta la canción; sin embargo, en apariencia la forma definitiva se consiguió por esta época, ya que se encuentra escrita de manera tosca, aunque completa, entre los distintos borradores de este período.[74]

[72]

Capítulo XII: Huyendo hacia el Vado

Este capítulo se redactó sobre el texto existente, con sustituciones de algunas páginas; pero en este caso, la totalidad del manuscrito se mantuvo. Folco sigue siendo Folco en los pasajes de la nueva escritura, pero se lo corrigió por Pippin o Peregrin en todas partes.

El Río Fontegrís, o Mitheithel, y el Ultimo Puente, ahora ya han aparecido, y las Landas de Etten y el Valle de Etten[75] de CA (el Valle del Arroyo Sombrío de la «tercera etapa») son ahora las Tierras de los Ents y los Valles de los Ents (véase p. 15 y nota 16, y p. 19 y nota 21). El «Río Riven» o «Río Rivendel» de la «tercera etapa» (RS 447), ahora es el Sonorona o Bruinen (nota 70); y Trotter le dice a sus compañeros que el Fontegrís se une al Sonorona en el Sur: «De ahí en adelante algunos lo llaman Aguada Grande» (CA. p. 280).

Trotter encuentra la piedra de elfo en el barro del Ultimo Puente, pero el pasaje en que habla de la región al norte del Camino, repite virtualmente la primera redacción de la historia (RS 244-245; cf. CA 281-282); no dice que una vez vivió en Rivendel, y la historia de Angmar y el Reino del Norte aún no han emergido (cf. pp. 46, 69).

La eliminación de los nombres «Bert» y «William» de los Trolls de Piedra también fue una decisión posterior; sin embargo, fue ahora cuando se introdujo la «Canción del Troll» de Sam (después de ciertos titubeos). La intención original de mi padre había sido que la cantara Bingo en El Poney Pisador (véase RS 182-183, notas 11 y 12), y había hecho una versión preliminar e incompleta para aquella ocasión, desarrollada y muy cambiada de la canción original de Leeds La Raíz de la Bota de los años 20 (dada en RS, pp. 183-185).[76]

Aquí se encuentra la «Canción del Troll» en tres versiones distintas y cuidadosamente escritas, además de mucho trabajo preliminar; en el manuscrito se introdujo la tercera versión. La versión de «Bree», que yo no presenté en el RS, ya se hallaba mucho más próxima a la primera de éstas que La Raíz de la Bota, de la que mi padre rechazó todas las referencias como «patio de la iglesia», «aureola», «vestía de negro los domingos», etc. Aquí presento el primer texto, en la forma en que fue escrito en limpio con tinta; hay muchas variantes a lápiz que no se han tenido en cuenta. Para el desarrollo de la segunda y tercera versiones, véase nota 78.

En La Raíz de la Bota el oponente del Troll se llama Tom, y su tío, John; en la versión de «Bree» era John, y su tío, Jim, con John cambiado de vuelta a Tom mientras trabajaba en el texto. En los tres textos presentes los nombres son John y Jim, como todavía lo eran cuando mi padre les cantó la canción al señor George Sayer y a su esposa en Malvern, en 1952;[77] en CA son Tom y su tío Jim. [73]

El troll estaba sentado en un asiento de piedra,
mordisqueando y masticando un viejo hueso desnudo;
había estado royéndolo durante años y años,
y estaba sentado allí duro y hambriento.
¡La lengua seca! ¡Torcida y reseca!
Durante muchos años lo había estado royendo
sentado allí duro y hambriento.
Entonces John se acercó calzado con grandes botas.
Le dijo al troll: «Por favor, dime enseguida qué es eso,
puesto que a mí me parece la tibia del tío Jim,
cuando partió a la montaña.
¡Cazando! ¡Contando!
Pues para mí se parece a la tibia de mi tío
cuando partió a la montaña».
«Compañero», dijo el troll, «es un hueso que he robado.
¿De qué te sirven los huesos que están en un agujero?
Tu tío estaba tan muerto como un lingote de plomo
mucho antes de que yo encontrara su cadáver.
¡Escucha! ¡Atiende!
Tu tío estaba tan muerto como un lingote de plomo
mucho antes de que yo encontrara su cadáver».
«No entiendo», le dijo John, «por qué gentes como tú,
sin nunca pedir permiso se han de servir libremente
tanto la pierna o la tibia de mi familia y mi sangre,
¡pásame pues ese viejo hueso!
¡Bandolero! ¡Zoquetero!
Así que dame la tibia de mi familia y mi sangre,
¡y pásame ese viejo hueso!»
«Mi precio será muy alto», le dijo el troll sonriendo,
«Te comeré a ti también mordisqueándote las tibias.
¡Un trozo de carne fresca, lo tragaré dulcemente,
y tú te unirás a tu tío!
¡Húndete bien! ¡Bebe bien!
Un trozo de carne fresca, lo tragaré dulcemente,
¡y tú te unirás a tu tío!»
Mas justo cuando pensaba que la cena estaba lista,
descubrió que entre las manos ya no sostenía nada,
pero sintió un puntapié a la vez rápido y duro
pues pronto John por detrás se le había deslizado.
¡Míralo! ¡Ciégalo! [74]
Y allí sintió un puntapié a la vez rápido y duro,
pues John por detrás se le había deslizado.
El troll cayó derrumbado y se rompió la cabeza;
y John regresó a su casa llevando la pierna a rastras,
pues ese asiento de piedra era demasiado duro,
y la bota y el pie se le rompieron.
¡Tomado! ¡Hablado!
Pues ese asiento de piedra era demasiado duro,
y la bota y el pie se le rompieron.
Allí está tendido el troll y nunca más se levanta,
con la nariz en la tierra y el asiento contra el cielo;
y debajo de la piedra hay un hueso mordisqueado
que un troll le robó a su propietario.
¡Donatario! ¡Osario!
Y debajo de la piedra hay un hueso mordisqueado
que un troll le robó a su propietario.[78]

Al final del recital, Frodo le dice a Sam: «Primero fue un conspirador y ahora es un juglar. Terminará por ser un mago… ¡o un sapo!». La piedra que señalaba el lugar donde se ocultaba el oro de los trolls sigue marcada, en un círculo, con runas G y B del Inglés Antiguo, y el texto permanece igual que en la «tercera etapa».

Glorfindel ahora saluda a Trotter no como en la versión previa, con ¡Ai, Du-finnion!, sino con ¡Ai, dennad Torfir! Se encuentra un breve borrador preliminar para el pasaje que comienza con el saludo de Glorfindel a Frodo (RS 448, CA p. 292), que es como sigue:

—¡Hola, y feliz encuentro al fin! —le dijo el señor elfo a Frodo—. Me enviaron de Rivendel en tu busca. Gandalf temía que pudieras seguir el Camino hasta el Vado.

—¿Entonces Gandalf llegó a Rivendel? —exclamó Frodo alegremente.

—Hace más de cinco días —contestó Glorfindel—. Cabalgó desde el Valle de los Ents más allá de los manantiales del Fontegrís.

—¡Saliendo del Valle de los Ents! —exclamó Trotter.

—Sí —dijo Glorfindel—, y pensamos que podríais venir por esa ruta para evitar el peligro del Camino. Algunos os están buscando en aquella región. Yo he venido solo por aquí. Cabalgué hasta el Puente de [75]

Aquí se interrumpe el texto. Que Glorfindel hubiera partido después de que Gandalf llegara a Rivendel varía con los esquemas de tiempo (p 20), y este borrador breve debió precederlos. Abandonado en mitad de una frase, fue sustituido por otro muy próximo a lo que Glorfindel dice en CA: había partido de Rivendel nueve días atrás; Gandalf aún no había llegado; y Elrond había salido de Rivendel no por Gandalf, sino porque había recibido noticias del pueblo de Gildor… «gentes de mi pueblo viajando más allá del Branduin (que vosotros llamáis Brandivino)». Esto fue incorporado al manuscrito del capítulo (sin la referencia del nombre que los hobbits le daban al río: el momento era demasiado apremiante para tales reflexiones).[79] Puede que este cambio en la historia surgiera de la consideración de que se le había dado muy poco tiempo a Gandalf para realizar el gran rodeo en dirección norte a través del Valle de los Ent.

En cualquier caso, el esquema de tiempo D refleja el texto revisado: Glorfindel dejó Rivendel el 9 de octubre y encontró a Trotter y a los hobbits nueve días después, el 18, mientras que Gandalf y Ham Bolger sólo llegaron a Rivendel ese mismo día, habiendo viajado dos semanas completas desde la Cima de los Vientos.

En la nueva versión, la fiereza protectora de Sam cuando Frodo es atacado por el dolor y se tambalea, se expresa con más amargura: «—Mi amo está enfermo y herido, aunque es posible que el señor Trotter no se lo haya mencionado —dijo Sam airadamente». Mucho más adelante, se descartó esta última parte.

Al final del capítulo, los tres Jinetes que salieron del túnel de árboles se convirtieron, por corrección del manuscrito existente, en cinco, y los seis que lo emboscaron lejos a la izquierda quedaron en cuatro. Desde luego, este cambio se incorpora con el de tres a cinco Jinetes en el ataque en la Cima de los Vientos (véase nota 74).