II
LA CUARTA ETAPA (1):

DE HOBBITON A BREE

[24]

La reconsideración y reescritura de este período condujo a una situación extremadamente compleja en los elementos presentes en los capítulos-manuscritos del libro. Algunos de los manuscritos de la «tercera etapa» se hallaban entonces, a su vez, llenos de correcciones y tachaduras, e intercalados con adiciones insertadas, de modo que se hicieron caóticos (cf. RS 385-386). En este caso, sin embargo, como las partes importantes del manuscrito no necesitaban corregirse, o muy poco, mi padre escribió de nuevo sólo aquéllas que habían sido muy afectadas por la revisión, y a éstas les añadió los segmentos no alterados de los textos originales de la «tercera etapa». Por lo tanto, para esta «cuarta etapa», algunos de los manuscritos son textualmente híbridos, mientras que otros continúan siendo comunes a ambas «etapas» (sin duda se trata de una concepción algo artificial).

Las partes rechazadas de los manuscritos de la «tercera etapa» fueron separadas y descartadas, y, en un sentido, «perdidas», de modo que cuando se envió la serie de la «cuarta etapa» a la Universidad de Marquette unos dieciocho años después, estas páginas reemplazadas —y buena parte de los bocetos preliminares para su sustitución— se quedaron en Inglaterra. Volver a reunirías, y resolver el enredo de todo el conjunto tan ampliamente separado, no resultó nada fácil; pero no me cabe ninguna duda de que en el resultado, la historia de estos textos ha sido correctamente establecida.[22]

Cuando sea necesario distinguir entre la revisión del borrador y del manuscrito en limpio en el que se ha basado, llamaré al primero «A» y al segundo «B» para el propósito de este capítulo.

La revisión de este período llegó a convertirse en el texto, en casi su totalidad, del Libro I de CA, aunque con ciertas excepciones importantes y notables; y en lo que sigue hay que presuponer una serie de cambios menores, pues tendría poco sentido explicarlos de forma detallada. Ciertamente, es extraordinario ver que, a finales de 1939, la historia hasta Rivendel, después de tantas y meticulosas revisiones, se había desarrollado de tal modo que era posible leer gran parte del texto sin apenas sospechar alguna diferencia con CA, excepto mediante una comparación minuciosa; no obstante, en esa época mi padre no tenía una idea clara de lo que le aguardaba. [25]

En mi narración de la «cuarta etapa», capítulo a capítulo, me concentraré en los elementos importantes de reconstrucción que pertenecen a esa época.

Capítulo I: «Una reunión muy esperada»

La versión de la sexta o «tercera etapa» de este capítulo (RS 392) fue muy retocada en ciertos pasajes, llevando la historia, virtualmente en casi todos los puntos, a la forma de CA. El importante anexo añadido en el comienzo, que introduce la historia de la juventud de Peregrin Boffin o Trotter (véase RS 477, 478, 479, 480), fue rechazado cuando, finalmente, se tomó la decisión de que Trotter era un Hombre, y no aparece en la copia en limpio B.

Muchos cambios reflejan sugerencias de las notas fechadas agosto de 1939 dadas en RS 459 ss., y algunos nuevos aspectos derivan de las notas y esbozos dados en el capítulo I de este libro. Así, Bilbo se llevó con él «un atado envuelto en viejos trapos»: su «armadura élfica» (véase RS 461-462). Ahora bien, al igual que en CA. (p. 50), puso el sobre en la repisa de la chimenea (pero, de repente, lo tomó y se lo metió en el bolsillo), y Gandalf entró en ese momento (cambiando la historia anterior, en la que Gandalf se reunía con Bilbo al pie de la colina, RS 392). Su conversación (para leer su forma antes de la revisión, véase RS 300-302) se convierte exactamente en la misma de CA, hasta donde llega «Ya es hora de que sea su propio dueño» (p. 52), y esto deriva claramente de la nota de «agosto 1939» dada en RS 464: «Ni Bilbo ni Gandalf deben saber mucho acerca del Anillo cuando Bilbo parte. Bilbo se va simplemente porque está cansado, por una inexplicable inquietud…». Las palabras de Bilbo acerca de su libro, que Gandalf dice que nadie leerá, están sacadas de la nota dada en RS 461.[23] Pero aquí, esta versión de la «cuarta etapa» muestra una diferencia importante con CA: ya que todavía no hay una pelea entre ellos, aunque está a punto de ser inventada (sobre el primer germen de la pelea, véase RS 470). Transcribo el pasaje en la forma de la copia en limpio B (al que el borrador A se aproxima mucho):

—¿Todo? —dijo Gandalf—. ¿También el Anillo?

—Bueno… sí, supongo que sí —tartamudeó Bilbo.

—¿Dónde está?

—Lo guardé en un sobre para él y lo puse en la repisa de la chimenea. Bueno, ¡no! ¡No es extraño! ¡Lo tengo aquí, en el bolsillo! [26]

Gandalf volvió a mirar a Bilbo muy duramente, con un fulgor en los ojos.

—Creo, Bilbo —dijo con calma—, que yo lo dejaría con él. ¿No es lo que deseas?

—Bueno, sí… sin embargo, me resulta algo difícil separarme de él. ¿Por qué quieres que lo deje? —preguntó, y un curioso tono de sospecha surgió en su voz—. Últimamente, siempre estás preocupándote por él, pero nunca me fastidiaste con las otras cosas que traje del viaje.

—Los anillos mágicos son… bueno, mágicos —contestó Gandalf—. Y hoy en día, no son muy corrientes. Digamos que estoy profesionalmente interesado en tu anillo, y me gustaría saber por dónde anda. Y también pienso que lo has tenido bastante. Ya no lo necesitarás, Bilbo, a menos que yo me equivoque.

—Oh, muy bien —dijo Bilbo—. Sería un alivio, en cierto modo, no tener que preocuparme más. Me ha obsesionado en los últimos tiempos. A veces me parecía un ojo que me miraba.[24] Siempre tenía ganas de ponérmelo y desaparecer, ¿sabes?, y luego quería sacármelo, temiendo que fuera peligroso. Traté de guardarlo bajo llave, pero me di cuenta de que no podía descansar si no lo tenía en el bolsillo. No sé por qué. ¡Bueno! Y ahora tengo que partir, o alguien me pescará. Ya he dicho adiós y no podría empezar otra vez.

Recogió la maleta y fue hacia la puerta.

—Todavía tienes el anillo en el bolsillo —dijo el mago.

—¡Sí lo tengo, y mi testamento y todos los otros documentos también! —gritó Bilbo—. Es mejor que te los dé a ti para que se los entregues a Frodo. Será lo más seguro.

Alargó el sobre, y justo cuando Gandalf lo iba a tomar, la mano de Bilbo tembló y el paquete cayó al suelo. Rápido como un relámpago, el mago se agachó y lo recogió antes de que Bilbo pudiera hacerlo. Una expresión extraña, casi de ira, pasó por la cara del hobbit. De repente, se transformó en un gesto de alivio y en una sonrisa.

—¡Bien, ya está! —comentó—. Ahora sí, ¡me voy!

Desde este punto, la revisión lleva a la narrativa casi hasta la forma final. Los enanos, que ahora son tres y no tienen nombre, desempeñan sólo el mismo papel que en CA; y cuando Frodo regresa a Bolsón [27] Cerrado, encuentra a Gandalf sentado en la penumbra, momento en el cual sigue la conversación entre ellos en CA (p. 56). Una de las diferencias insignificantes que quedan, pero característicamente sutil, es que no se menciona, en el pasaje que se acaba de citar, que cuando el sobre cayó al suelo, Gandalf «lo puso en su lugar» sobre la repisa de la chimenea; y ahora Gandalf le dice a Frodo: «Dejó un paquete para ti. ¡Aquí está!». Entonces, Frodo tomó el sobre de la mano del mago. En CA, Gandalf se lo señala en la repisa de la chimenea; él no esperaría sentado a Frodo con el sobre conteniendo el Anillo en su mano.

Una vez más, la lista de los legados etiquetados de Bilbo cambia (véase RS 310), y Uffo Tuk recibe el nombre definitivo de Adelardo, mientras que el somnoliento Rollo Bolger, que es el receptor del colchón de plumas, hace su última aparición, con el nombre de pila cambiado a Odovacar, en A; en B ha desaparecido.

La conversación entre Gandalf y Frodo en Bolsón Cerrado al día siguiente (véase RS 304-305), ahora se convierte exactamente en la de CA con, por supuesto, la única diferencia importante de que no hay referencia a las distintas historias que Bilbo había contado sobre la adquisición del Anillo (pp. 61-62). La reescritura de esta conversación surge otra vez claramente de la nota de agosto de 1939 (RS 465), a la que se hace referencia más arriba, en el sentido de que Gandalf aún no sabe mucho sobre el Anillo en esa época; pues Gandalf ahora sabe menos al respecto que antes. Ya no le advierte a Frodo que no permita que gane poder sobre él, ni se hace mención, en su conversación, del estado de «conservación» y de desasosiego de Bilbo como resultado de su posesión del Anillo.

La revisión se deshizo del Enano Lofar, quien, previamente, se había quedado en Bolsón Cerrado después de la partida de Bilbo con los otros Enanos; pero, en un principio, no proporcionó un claro sustituto para el ayudante de campo de Frodo, cuya tarea (como resultó ser) era la de recibir a los Sacovilla-Bolsón. En la copia en limpio B, es Merry, igual que en CA; pero en la revisión del borrador A, mi padre reemplazó a Lofar escribiendo un nombre tras otro: «Merry» > «Peregrin Boffin» > «Folco Tuk»; en posteriores apariciones en este episodio «Peregrin Boffin» > «Folco», y en una ocasión quedó «Peregrin». «Peregrin Boffin» había sido apartado de su papel de Trotter en su juventud; sin embargo, sobrevivió como uno de los allegados de Frodo: como tal, ya nos lo hemos encontrado (pp. 13, 17). Véanse pp. 38-40.

[28]

Capítulo II: «Historia Antigua»

Este capítulo (finalmente uno de los más trabajados en todo El Señor de los Anillos) sufrió una reescritura muy considerable en esa época en ciertos pasajes, pero todavía siguió siendo, en aspectos importantes, muy distinta de «La sombra del pasado» en CA. El manuscrito de la «tercera etapa» (RS 396 ss.), no muy cambiado en esencia de la segunda versión (RS 314 ss.), quedó hecho trizas en el proceso; una vez más, aquí mi padre escribió un nuevo texto (B) del capítulo, absorbiendo todas estas correcciones del borrador y la nueva escritura (A), pero incorporó en el nuevo manuscrito aquellas partes del viejo que quedaron más o menos intactas, de modo que, otra vez, la versión nueva es textualmente un híbrido.

En la revisión del borrador del comienzo del capítulo, «los acompañantes más íntimos de Frodo eran Folco Tuk [escrito a lápiz arriba: Faramond] y Meriadoc Brandigamo (usualmente llamado Merry), ambos unos años más jóvenes que él» (cf. RS 396); en el B, sus compañeros se convierten en Faramond Tuk, Peregrin Boffin y Hamilcar Bolger, mientras que su amigo íntimo era Merry Brandigamo. Con esta cf. las notas dadas en pp. 12-13. En los borradores (A), los nombres Folco, Faramond y Peregrin cambian y se reemplazan entre sí en cada aparición, y apenas es posible distinguir si son los personajes o, sencillamente, los nombres en cuestión.

En lo demás, la versión nueva alcanza la forma final en muchos aspectos en una extensión considerable. La cronología de las visitas de Gandalf a Bolsón Cerrado, desde la Fiesta hasta el momento de este capítulo, se convierte exactamente en la de CA (pp. 69-70); pero el pasaje (CA p. 66) acerca de «rumores de cosas extrañas que ocurrían en el mundo exterior», quedó, en esta etapa, virtualmente inalterada… lo que significa que en esencia cobró la forma que tenía en la segunda versión, RS 317-318.

Ahora la primera parte de la conversación entre Gandalf y Frodo da un gran paso hacia la de CA (pp. 70-71; cf. RS 397); sin embargo, Gandalf aún no comenta nada de la fabricación de los Anillos «en tiempos remotos en Eregion», ni tampoco habla aquí de los Grandes Anillos, de los Anillos de Poder. Aunque sus palabras son las mismas que en CA, se aplican únicamente al anillo en posesión de Frodo; así, dice «Aquéllos que conservan este anillo no mueren», etc. Su descripción sobre el conocimiento y la sensación que tiene Frodo acerca de su anillo es muy similar a la de CA, pero aquí dice que Bilbo «sabía, desde luego, que ceñido a cualquier parte del cuerpo, lo hacía a uno invisible». En borradores descartados para este pasaje, sucede lo siguiente: [29]

Ciertamente, aún no había comenzado a relacionar su larga vida y «buena conservación» con el anillo… pero había comenzado a sentir el desasosiego que es el primer síntoma del estiramiento de los días.

Aquella última noche, vi con claridad que el anillo estaba tratando de apoderarse de él e impedir la separación. Sin embargo, todavía él no era consciente de eso. Y sin duda que no tenía idea de que lo habría vuelto permanentemente invisible, ni de que su larga vida y «buena conservación» —¡cuánto le irritaba la expresión!— tenían algo que ver con ello.

De la pregunta de Frodo al final de los comentarios de Gandalf acerca de Bilbo, la versión nueva retiene el texto existente (RS 397) en lo referente a los recuerdos de Gandalf; sin embargo, a partir de ese momento se desarrolla de forma bastante distinta, aunque todavía alejada de la de CA (p. 72):

—¿Cuánto tiempo hace que lo sabes? —le preguntó Frodo de nuevo.

—En un principio, sabía muy pocas de estas cosas —contestó Gandalf despacio, como si estuviera hurgando en el recuerdo. Los días del viaje de Bilbo y del Dragón y la Batalla de los Cinco Ejércitos parecían oscuros y muy lejanos, y muchas aventuras sombrías y extrañas le habían acontecido desde entonces—. Veamos… fue después del Concilio Blanco en el Sur cuando comencé a pensar seriamente en el anillo de Bilbo. Se habló bastante de los anillos en el Concilio: incluso los magos tienen mucho que aprender a lo largo de su vida, sin importar lo larga que sea. Hay muchas clases de anillos, desde luego. Algunos no son más que juguetes (aunque peligrosos), y no difíciles de conseguir si a uno le interesan esas cosas… que no es mi caso. Pero lo que oí me hizo meditar mucho, aunque no le comenté nada a Bilbo. Todo parecía marchar bien con él. Pensé que estaba bastante a salvo de cualquier mal de ese tipo. Casi tuve razón, pero no del todo. Tal vez debí ser más suspicaz y averiguar la verdad antes. No obstante, si así hubiera sido, no sé qué otra cosa se podría haber hecho.

»Entonces, por supuesto, me di cuenta de que no parecía [30] envejecer. Pero todo daba la impresión de ser tan inverosímil que no me alarmé seriamente, no hasta la noche en que dejó esta casa. Dijo e hizo cosas entonces que eran inequívocos signos de algo que estaba mal.[25] Desde ese momento, mi principal ansiedad fue hacer que se fuera y que abandonara el anillo. Y me he pasado la mayoría de estos años tratando de descubrir la verdad.

—No hubo ningún daño permanente, espero —inquirió Frodo con ansiedad—. Se pondrá bien con el tiempo, ¿no es así? Quiero decir, podrá descansar en paz, ¿no es cierto?

—No lo sé con seguridad —contestó Gandalf—. Pero sólo hay uno [añadido: Poder] en este mundo que lo sabe todo acerca del anillo y sus efectos. Pero no creo que tengas que temer por él. Por supuesto, si alguien poseyera el anillo durante muchos años, probablemente haría falta mucho tiempo para que los efectos desaparecieran. En realidad, no se sabe cuánto. Podría vivir edades enteras, y creo que sin sentirse cansado. Ahora me parece que se detendría tal como era cuando se separó del anillo; y sería feliz, si se separara por propia voluntad y buena intención. Aunque hasta donde yo sé, eso sólo ha ocurrido una vez. Dejé de preocuparme por el querido Bilbo en cuanto abandonó el anillo. Eres quien me hace sentir responsable…[26]

Desde luego, aquí no hay referencia a las «dos historias» de Bilbo de cómo dio con el Anillo; ni tampoco aparece Saruman. Sin embargo, la mención de Gandalf de la discusión de los Anillos en el Concilio Blanco y su sugerencia de que hay magos a los que, a diferencia de él, «les interesan esas cosas», prepara el lugar que Saruman llenará una vez haya surgido… aunque, de forma característica, no apareció para llenar ese lugar.

La versión nueva no introduce cambios en la narración de Gandalf del Anillo Soberano y su historia (para el texto tal como se había desarrollado a través de las tres versiones anteriores, véase RS 103-104, 322-328, 397-399): casi toda esta parte del capítulo está constituida por páginas sacadas del manuscrito de la «tercera etapa» (véase p. 24). Sin embargo, antes de que se completara la nueva versión del capítulo (véase nota 33), mi padre cambió el nombre original de Gollum de Dígol (por Deagol) a Smeagol, e introdujo un anexo que contaba la historia de Deagol y su asesinato: [31]

Tenía un amigo, Deagol, muy parecido, aunque de mirada más aguda, y no tan fuerte y rápido. Vagabundeaban juntos cuando, en el barro de una de las márgenes, bajo las retorcidas raíces de un antiguo árbol-espino,[27] Deagol encontró el Anillo. Smeagol se le acercó por detrás, justo cuando se estaba quitando el barro y el Anillo brillaba con destellos amarillos.

—Dámelo, Deagol, mi querido —dijo Smeagol por sobre el hombro de su amigo.

—¿Por qué?

—Porque es mi cumpleaños…

El resto del texto insertado es, virtualmente palabra por palabra, como en CA (p. 80). Para esta nueva historia, véanse pp. 35-36.

Una reescritura muy importante comienza de nuevo con la discusión de Gandalf de los motivos de Gollum (CA pp. 81-87; para las versiones anteriores, véase RS 105-106, 327-328, 398-400). Aquí hay más de un borrador precediendo el nuevo manuscrito B, y la relación entre estos textos no es del todo clara, aunque difieren principalmente sólo en la colocación de ciertos elementos. Transcribo este pasaje en la forma de B, con algunas variantes de los borradores A registradas en las notas.

—¡Gollum! —exclamó Frodo—. ¿Quieres decir que es el mismo Gollum que Bilbo encontró? ¿Es ésa su historia? ¡Qué espanto!

—Me parece que es una historia triste —dijo el mago—, que podría haberle sucedido a otros, aun a algunos hobbits que he conocido.

—No puedo creer que Gollum estuviera emparentado con los hobbits, ni de lejos —dijo Frodo, acalorado—. ¡Qué abominable idea!

—De todos modos es verdad —replicó Gandalf—. Hasta la historia de Bilbo lo sugiere; y en parte explica los acontecimientos tan curiosos. En el fondo de los pensamientos y la memoria tenían muchas cosas parecidas: Bilbo y Gollum se entendían de modo notable (si lo piensas), mucho mejor de lo que un hobbit jamás ha entendido a los enanos, trasgos o hasta a los elfos. ¡Piensa para empezar en los enigmas que los dos conocían! [32]

—Pero ¿por qué Gollum inició el juego de los acertijos o llegó a pensar en desprenderse del Anillo? —preguntó Frodo.[28]

—Porque era del todo desgraciado y, sin embargo, no era capaz de que su mente malvada tomara una decisión. ¿No te das cuenta de que había poseído el Anillo durante muchísimo tiempo y que el tormento se estaba volviendo insoportable? Era tan malvado que sabía que era malvado, y por fin había comprendido qué lo causaba. No había nada más que descubrir, no quedaba nada salvo la noche vacía, nada que hacer salvo comidas furtivas y recuerdos de agravios. Parte de su mente quería, por encima de todo, deshacerse del Anillo, aunque ello lo matara. Pero odiaba separarse de él lo mismo que guardarlo. Quería dárselo a algún otro y también hacerlo desgraciado.

—Entonces, ¿por qué no se lo dio a los Trasgos?

—¡A Gollum eso no le hubiera parecido gracioso! Los Trasgos ya eran brutales y desgraciados. Además, les tenía miedo: naturalmente, no deseaba un trasgo invisible en los túneles. Pero cuando Bilbo apareció, la mitad de la mente de Gollum vio que ahí tenía una maravillosa oportunidad; y la otra mitad estaba furiosa y asustada, y pensaba cómo atrapar y comerse a Bilbo. Así que probó con el juego de los acertijos, que podría servir cualquiera de los dos propósitos: decidiría la cuestión por él, como arrojar una moneda al aire. Yo diría que muy al estilo hobbit. Pero, por supuesto, si de verdad hubiera llegado al punto de entregar el Anillo, de inmediato lo habría deseado con todas sus fuerzas y habría odiado intensamente a Bilbo. Bilbo tuvo suerte de que las cosas salieran de otra manera.[29]

—¿Cómo es que Gollum no se dio cuenta de que se había deshecho de él y que Bilbo ya tenía el Anillo?

—Sencillamente, porque sólo lo había perdido durante unas pocas horas: no el tiempo suficiente para sentir algún cambio en él. Y también porque no lo había entregado por propia voluntad, eso es importante. En cualquier caso, siempre he creído que lo más extraño en toda la aventura de Bilbo fue que encontrara el Anillo de esa forma: que pusiera su mano sobre él en la oscuridad. Hubo algo misterioso en eso; creo que había más de un poder actuando allí. El Anillo trataba de volver a su dueño. Había destrozado a Gollum, y ya no podía utilizarlo [33] más; era demasiado pequeño y vil. Ya se había escapado de la mano de un propietario y lo había traicionado para morir. Ahora dejaba a Gollum y, probablemente, ello habría significado su muerte si el nuevo poseedor no hubiera sido la criatura imaginable más inverosímil de todas: ¡un Bolsón que venía de la Comarca! Detrás de todo esto había algo más en juego que escapaba a los propósitos del Hacedor del Anillo. No puedo explicarlo más claramente sino diciendo que Bilbo estaba destinado a encontrar el Anillo, y no por voluntad del hacedor. En tal caso, también estarías destinado a tenerlo; quizá la idea te ayude un poco, o quizá no.

—No —dijo Frodo—, aunque no estoy seguro de entenderte. Pero ¿cómo has sabido todo esto sobre el Anillo y sobre Gollum? ¿Lo sabes realmente o te lo imaginas?

—Aprendí algunas cosas e imaginé otras —contestó Gandalf—. Pero ahora no voy a darte cuenta de los últimos años. Los Sabios conocen bien la historia de Gilgalad, Isildur y el Anillo Único. Yo mismo la sabía, por supuesto; sin embargo, he consultado a muchos otros Sabios. Tu anillo ha demostrado ser el Anillo Único por la inscripción en letras de fuego, aparte de toda otra evidencia.

—¿Cuándo lo descubriste? —interrumpió Frodo.

—Justo ahora, en esta habitación —respondió Gandalf con brusquedad—. Esperaba descubrirlo. He vuelto de viajes tenebrosos para hacer esta prueba final. Es la última, y ahora todo está claro. Descifrar la parte de Gollum y meterla en la historia me exigió cierto esfuerzo, pero adiviné casi toda la verdad. Conozco más las mentes y las historias de las criaturas de la Tierra Media de lo que te imaginas, Frodo.

—Pero, hasta donde yo recuerdo, tu historia no concuerda del todo con la de Bilbo.

—Naturalmente. Bilbo desconocía la naturaleza del Anillo y, por lo tanto, no podía adivinar qué había detrás del extraño comportamiento de Gollum. Pero aunque en un principio pude haber comenzado con conjeturas y suposiciones sobre Gollum, ya no supongo más. Lo sé, pues lo he visto.[30]

—¡Has visto a Gollum! —exclamó Frodo, asombrado.

—Evidentemente, no había otra cosa que hacer —dijo Gandalf. [34]

—Entonces, ¿qué ocurrió después de que Bilbo huyera de él? —preguntó Frodo—. ¿Lo sabes?

—No tan claramente. Lo que te he contado es lo que conseguí sacarle a Gollum, aunque no fueron las mismas palabras. Gollum es un mentiroso y hay que desbrozar lo que dice. Por ejemplo, quizá recuerdes que le contó a Bilbo que le habían dado el Anillo como regalo de cumpleaños hace mucho tiempo, cuando tales anillos eran más corrientes.[31] Bastante improbable a primera vista: ningún tipo de anillo mágico fue jamás corriente en esta parte del mundo. Algo increíble, cuando uno sospecha qué anillo era éste de verdad.[32] Dijo una mentira, aunque con un grano de verdad. Imagino que, por si llegaba a ser necesario, había pensado qué decir, de modo que un extraño aceptaría el Anillo sin sospechar nada y creería que se trataba de un regalo natural. ¡Y ése es otro pensamiento muy típico de los hobbits! ¡Un regalo de cumpleaños! Habría funcionado bien con cualquier hobbit. Desde luego, no había necesidad de contar ninguna mentira cuando descubrió que el Anillo había desaparecido; pero tantas veces se había dicho a sí mismo esa mentira en la oscuridad, tratando de olvidar a Deagol,[33] que se le escapaba cada vez que hablaba del Anillo. Me la repitió a mí, pero yo me reí de él. Entonces, me contó, más o menos, la verdadera historia, entre lloriqueos y rezongos. Se veía a sí mismo como una víctima incomprendida…

En la tercera versión de este capítulo, Gandalf había dicho (RS 399): «Algo muy poco probable a primera vista e increíble cuando se sospecha qué clase de anillo era en realidad. Lo dijo solamente para que Bilbo lo aceptara como una especie de juguete inofensivo» (es decir, Gollum hablaba —de acuerdo con la elaborada teoría de Gandalf— desde la parte de su mente que deseaba deshacerse del Anillo, diciendo la insensatez de que había sido un regalo de cumpleaños para que Bilbo lo aceptara fácilmente). Mientras redactaba una versión nueva de este pasaje, mi padre tuvo un pensamiento inquietante. Se detuvo y escribió en el manuscrito: «Debe de ser [es decir, debe de haber sido] un regalo de cumpleaños, pues Gollum no lo menciona hasta después de descubrir que el anillo está perdido».[34] En otras palabras, si la historia de que se trataba de un regalo de cumpleaños era una pura y simple mentira, ¿por qué Gollum sólo la saca a relucir cuando ya no le sirve para nada? Aparentemente, y para contestar esta pregunta, se cambiaron las palabras de Gandalf: [35]

Era una mentira, aunque con un grano de verdad. ¡Pero qué típico de los hobbits toda esa charla de regalos de cumpleaños! Imagino que había pensado qué decir, si llegaba hasta el punto de regalarlo, para que Bilbo aceptara el Anillo sin sospechar nada y creyera que se trataba de un juguete inofensivo. Me repitió esa misma tontería a mí, pero yo me reí de él.

La implicación de esto parece ser que Gollum sacó la historia de que el Anillo había sido un regalo de cumpleaños que le habían hecho hace mucho tiempo sólo cuando descubrió que ya no lo tenía, pues poseía «un grano de verdad»; y fue debido a ese «grano de verdad» que se había decidido por dicha historia. Sin embargo, en el borrador no se sugiere cuál puede ser ese grano de verdad. Únicamente sucede cuando aparece la copia en limpio B, y sólo por insinuación: «Desde luego, no había necesidad de contar ninguna mentira cuando descubrió que el Anillo había desaparecido; pero tantas veces se había dicho a sí mismo esa mentira en la oscuridad, tratando de olvidar a Deagol, que se le escapaba cada vez que hablaba del Anillo». Esto muestra, por supuesto, que la historia de Deagol (pp. 30-31) ya había sido introducida; pero mi padre aclaró aún más el punto escribiendo a lápiz en la copia en limpio después de las palabras «aunque con un grano de verdad»: Asesinó a Deagol en su cumpleaños.

Se veía empujado a más y más cambios complicados para que coincidiera con lo que había sido dicho en El hobbit. No obstante, a mí me parece que es muy probable que precisamente mientras estaba meditando este problema fue cuando surgió la historia del asesinato de Deagol (y, de manera incidental, el cambio del verdadero nombre de Gollum a Smeagol). Que Gollum había mentido diciendo que era un regalo de cumpleaños era una necesidad evidente debido a la historia del Anillo que había cobrado forma; pero la teoría de Gandalf en la tercera versión, que Gollum le contó esta mentira a Bilbo con el fin de hacer que aceptara el Anillo, tenía un punto débil serio: ¿Por qué Gollum la cuenta (tal como se narra la historia en El hobbit) sólo después de descubrir que lo ha perdido? La respuesta fue que se trataba de una invención de Gollum que éste había llegado a creer en parte, independientemente de la llegada de Bilbo; pero ¿por qué es así?

Y esa historia del asesinato de Deagol en el cumpleaños de Smeagol, el terreno de su «mentira con un grano de verdad», se convirtió en un elemento permanente en la narración de Gollum; sobreviviendo cuando, años después, la historia de «Acertijos en las Tinieblas» fue reconstruida y la misma dificultad que (si tengo razón) la había hecho nacer fue eliminada. [36]

Desde «Se veía a sí mismo como una víctima incomprendida» (p. 34), esta cuarta versión de «Historia Antigua» apenas difiere de la tercera (cuyas páginas se han retenido en gran parte)[35] y como la tercera versión siguió estrechamente a la segunda, esta parte de la conversación de Gandalf y Frodo preserva, además del detalle de expresión, el texto dado en RS 329-332. No obstante, desde «Los Elfos de los Bosques lo tienen prisionero, pero lo tratan con toda la benevolencia que es posible esperar de esos prudentes corazones», la versión nueva alcanza la forma de CA (p. 89) casi sin ninguna diferencia hasta el final del capítulo. Las palabras de Gandalf sobre el fuego que podía fundir y consumir los Anillos de Poder (CA p. 90) siguen, sin embargo, más próximas a la forma anterior:

Se ha dicho que el fuego de los dragones podía fundir y consumir cualquiera de los Veinte Anillos de Poder; pero no existe ahora en la Tierra ningún Dragón en quien el viejo Fuego esté lo suficientemente caliente como para dañar el Anillo Soberano. Hay un solo camino: encontrar las Grietas del Destino, en las profundidades de Orodruin, la Montaña de Fuego, y arrojar allí el Anillo. Esto siempre que uno quiera destruirlo de veras o dejarlo más allá del alcance de nadie hasta el Fin.

Aquí encontramos el nombre Orodruin por primera vez.[36] En otro punto, también se retiene la versión anterior: Gandalf, cuando se acerca a la ventana y hace a un lado la cortina, aún dice (RS 401):

En todo caso, ya es demasiado tarde. Me odiarías y me llamarías ladrón; y acabaría nuestra amistad. Tal es el poder del Anillo. Pero juntos soportaremos la carga que nos ha sido impuesta.

Por último, en esta versión Gandalf no le da un «seudónimo de viaje» a Frodo («Te daré un seudónimo para tu viaje: serás el señor Sotomonte», CA p. 93).

La historia posterior de este capítulo, trazada en detalle, casi en sí misma constituiría un libro, pues aparte de las maravillosas complejidades con que la historia de Gollum y el «regalo de cumpleaños» fue resuelta en última instancia, la conversación de Gandalf con Frodo se convirtió en el vehículo para el desarrollo de la historia de los Anillos de Poder, que luego se quitaría de este lugar, y el capítulo no pudo ser tratado como separado de «El Concilio de Elrond». Pero el grueso de [37] este trabajo, y probablemente todo él, pertenece a un tiempo posterior al que hemos alcanzado; en cualquier caso, el intento de seguir de forma «lineal» la historia de la escritura de El Señor de los Anillos no puede, al mismo tiempo, considerar por completo las grandes construcciones que estaban apareciendo detrás del movimiento progresivo de la narración. En lo que concierne a la historia de Bilbo y Gollum, parece que esta cuarta versión de la «Historia Antigua», en la que mi padre seguía constreñido por las palabras de la historia original contada en El hobbit, permaneció durante un tiempo como la forma aceptada.

Capítulo III: «Tres es compañía»

La tercera versión de este capítulo, descrita en RS 402-403, también se revisó en esta época. Ahora el título se cambió de «Los retrasos son peligrosos» a «Tres es compañía» (cf. el título original, «Tres es compañía y cuatro es más», RS 68 y nota 2); y el orden de los pasajes de comienzo se invirtió, de modo que el capítulo ahora empieza igual que en CA con «Tienes que ir en silencio, y pronto», dicho por Gandalf, y su conversación con Frodo precede las especulaciones de La Mata de Hiedra y El Dragón Verde (véase RS 343 y nota 1). Esta reorganización y reescritura se hizo de forma muy tosca en las páginas del manuscrito de la tercera etapa y en anexos insertados («A»); el comienzo revisado luego fue escrito en limpio («B») hasta la conversación del Tío Gamyi con el Jinete Negro en Bolsón de Tirada, y se le añadió el resto del texto existente para formar, textualmente hablando, un híbrido, tal como es el caso en los primeros dos capítulos.

La revisión del borrador A de la partida de Gandalf de Bolsón Cerrado cobra esta forma:

Gandalf se quedó en Bolsón Cerrado dos meses más. Pero una tarde, casi en seguida de que el plan de Frodo quedara establecido de modo definitivo, de repente anunció que iba a partir a la mañana siguiente.

—Necesito estirar un poco las piernas para nuestro viaje —dijo—. Además, creo que debo ir a echar un vistazo y ver qué noticias descubro en la frontera sur antes de que partamos.

Habló en un tono ligero, pero a Frodo le pareció que estaba preocupado y pensativo.

—¿Ha sucedido algo? ¿Te has enterado de alguna novedad? —le preguntó. [38]

—Bueno, para decirte la verdad, sí —contestó el mago—. Hoy he oído algo que me inquieta. Pero no contaré nada hasta que no me cerciore. Si creo necesario que partas inmediatamente, volveré pronto. Mientras tanto no te desvíes del plan…

El resto de sus palabras de adiós son como en CA (p. 99), salvo que dice «Creo que necesitarás mi compañía en el Camino», no que «después de todo» Frodo «quizá» la necesite. Tal como está escrito en la copia en limpio B, el pasaje es igual que ése, excepto que Gandalf ya no se refiere a «nuestro viaje». Dice: «Necesito estirar un poco las piernas. Hay una o dos cosas de las que tengo que ocuparme: he estado ocioso más tiempo del que debería»; y sus últimas palabras son: «Después de todo, creo que necesitarás mi compañía en el Camino».

Los amigos de Frodo, que fueron a visitarlo para ayudarlo a embalar en Bolsón Cerrado, ahora son (como en la reescritura contemporánea de la «Historia Antigua», p. 28) Hamilcar Bolger, Faramond Tuk,[37] y sus amigos más íntimos Peregrin Boffin y Merry Brandigamo. Es ahora Hamilcar Bolger quien parte a Los Gamos con Merry en la tercera carreta.[38] En la revisión del borrador A «Peregrin Boffin regresó a su casa en Sobremonte después de comer», mientras que en el B «Faramond Tuk volvió a su casa después del almuerzo, pero Peregrin y Sam se quedaron», y Frodo «llevó su propia taza de té con Peregrin y Sam a la cocina». Al final de la comida «Peregrin y Sam ataron los tres fardos y los apilaron en el vestíbulo. Peregrin salió a dar un último paseo por el jardín. Sam desapareció».

A lo largo de estos manuscritos, «Pippin» aparece como una posterior corrección de «Folco»; y en el pasaje al que se hace referencia arriba, cuando se menciona a los cuatro amigos de Frodo que se quedaron en Bolsón Cerrado, «Faramond Tuk» cambió posteriormente a «Folco Boffin», «Peregrin Boffin» a «Pippin Tuk» y «Hamilcar Bolger» a «Fredegar Bolger». Éstos, junto con Merry Brandigamo, son los cuatro que se encuentran presentes en esta ocasión en CA (p. 99). Pero tales correcciones no confirman nada respecto a la fecha: pueden haber sido introducidas en el manuscrito en cualquier momento posterior.

No obstante, creo que debió haber sido en esta etapa que «Peregrin Tuk» o «Pippin» entró por fin. Más adelante, en el capítulo V, «Conspiración desenmascarada», se verá que en la parte reescrita del manuscrito de esta época (tan distinto de una simple enmienda al texto existente de la «tercera etapa») no sólo aparece «Hamilcar», como cabe esperarse, sino que aparece «Pippin» por primera vez [39] a medida que el texto era escrito. Esta parte reescrita de «Conspiración desenmascarada» pertenece, ciertamente, a la misma época que las partes («cuarta etapa») reescritas de la «Historia Antigua» y «Tres es compañía». Por lo tanto, la corrección de «Folco (Tuk)» por «Pippin» en estos manuscritos pertenece, de hecho, al mismo período: aunque se trata de textos cuidadosamente escritos, la última etapa en la evolución de los «hobbits más jóvenes» estaba teniendo lugar a medida que mi padre la escribía; y aunque al principio del texto B de «Tres es compañía», el amigo de Frodo era Peregrin Boffin, puede haber sido ya Peregrin Tuk en el momento en que dio su último paseo por el jardín de Bolsón Cerrado.

Quizá no valga la pena dedicar mucho tiempo a la cuestión, ya que ahora, principalmente, se trata de una simple cuestión de nombre; sin embargo, he seguido el tortuoso sendero durante mucho tiempo como para dejarlo al final sin un intento de análisis. Creo que lo que sucedió es lo que sigue. Folco Tuk, de la «tercera etapa» (que tuvo un interesante y complejo génesis de los originales «hobbits jóvenes», Frodo (Tuk) y Odo, véase RS 402-403), fue rebautizado Faramond Tuk (p. 20, nota 1). En esta época, «Peregrin Boffin», quien había entrado primero como la «explicación» de Trotter, se convirtió en uno de los amigos más jóvenes de Frodo. Ésta es la situación en las partes reescritas de la «cuarta etapa» de los capítulos II y III (pp. 28, 38). En el capítulo III, Faramond Tuk «se fue a casa después de comer», y, entonces, queda fuera de la historia. «Peregrin» y Sam se quedaron en Bolsón Cerrado, y resulta claro que van a ser los compañeros de Frodo en la marcha hacia Los Gamos.

Así, «Peregrin» (Boffin) entra en el lugar narrativo de Folco (brevemente rebautizado Faramond) Tuk; o, más bien —ya que la narrativa ahora había alcanzado una forma acabada—, este nombre se apodera del personaje. Por qué Folco/Faramond Tuk no servía, no puedo decirlo con certeza. Sencillamente, puede haber sido una preferencia de nombres. Pero si Faramond Tuk desaparece y Peregrin Boffin se convirtió en el tercer miembro del grupo que marcha hacia Los Gamos, no habría ningún Tuk: mi padre se habría quedado con un Bolsón, un Boffin, un Brandigamo y un Gamyi. Tal vez ésta es la razón por la que el Boffin fue cambiado por un Tuk, y el Tuk por un Boffin: Peregrin Boffin se convirtió en Peregrin (o Pippin) Tuk, y Faramond Tuk, volviendo a su antiguo nombre de Folco, se convirtió en Folco Boffin (quien «volvió a su casa después del almuerzo» en CA p. 100). Es evidente que estas correcciones al nuevo texto del capítulo III fueron hechas antes de que mi padre reescribiera el final del capítulo V, donde «Pippin» aparece por primera vez en un texto así escrito y no por una adaptación posterior. [40]

Así es que Peregrin Tuk del SA ocupa el mismo lugar genealógico que ocupó el Frodo Tuk de las primeras etapas (véase RS 335, nota 4): y así el «Folco» de los manuscritos de la «tercera etapa» es corregido en todas partes por «Pippin».

Creo que sería legítimo ver en todo esto un único o particular hobbit-personaje, que aparece bajo una serie de nombres: Odo, Frodo, Folco, Faramond, Peregrin, Hamilcar, Fredegar y el muy efímero Olo (véase RS 374-375)… Tuk, Bolsón y Bolger. Aunque sin duda parece un hobbit muy «típico» de la Comarca, este «personaje» es, en relación con sus compañeros, muy nítido: jovial, imperturbable, indomable, con sentido común, limitado y extremadamente apegado a sus comodidades. Llamaré a este personaje «X». Comienza como Odo Tuk, pero se convierte en Odo Bolger. Mi padre se deshace de él desde el primer viaje (a Los Gamos), y, como resultado, Frodo Tuk (el primo hermano de Merry Brandigamo), el cual había sido un personaje potencialmente muy distinto (véase RS 93), se convierte en «X», mientras que retiene el nombre de Frodo Tuk. Odo, sin embargo, reaparece, porque ha partido antes a Los Gamos con Merry Brandigamo mientras que los demás van andando; se lo puede llamar «XX». Tendrá una aventura por separado, cabalgando con Gandalf a la Cima de los Vientos y, por último, apareciendo de nuevo en Rivendel, donde (durante un período muy breve en el desarrollo de la narración) se reincorporará con «X», ahora bautizado «Folco Tuk» (ya que Bingo Bolsón ha adoptado el nombre de Frodo).

Entonces, en la «tercera etapa» de la narración, «X» es Folco Tuk, el primo de Merry; y «XX» es Odo Bolger. Pero ahora «X» es rebautizado Faramond Tuk, y «XX» es Hamilcar Bolger. Aparece un nuevo personaje llamado Peregrin Boffin: empezó como una figura mucho más vieja, originalmente un hobbit de la Comarca, quien, a través de sus experiencias, se convirtió en una persona muy inusual, conocida como «Trotter»; él, o más bien su nombre, sobrevive para convertirse en uno de los amigos más jóvenes de Frodo. Se hace a un lado a «Faramond Tuk» y apenas se queda con un papel, transformándose en el inconsistente Folco Boffin; y «Peregrin Boffin», convirtiéndose en «Peregrin Tuk» o «Pippin», se convierte en «X»… y en el primo hermano de Merry.

Por lo tanto, retrocediendo hasta el principio, «Pippin» del SA se adueñará en gran parte de los comentarios de «Odo»; pero, como he dicho (RS 93), «esta evolución se produjo de una manera curiosamente tortuosa y no obedeció en absoluto a una simple sustitución de un nombre por otro». Porque Pippin es el primo hermano de Merry y deriva a través de Folco / Faramond del original Frodo Tuk: no procede de Odo, quien, por así decirlo, ha avanzado de lado, [41] convirtiéndose en Hamilcar (Fredegar). Sin embargo, Pippin deriva de Odo en el sentido en que él, igual que Odo, es «X».

Para el resto, el hijo de Lobelia Sacovilla-Bolsón, al tiempo que mantiene su nombre de Cosimo, pierde sus granos y gana Sandy Haired [de Pelo Rubio] como epíteto. Se registra el comentario del Tío Gamyi acerca de Lobelia como vecina: «No puedo soportar los cambios en esta época de mi vida», dijo (tenía 99 años),[39] «y, en cualquier caso, no los cambios para peor». En CA, Gandalf informó de la queja del Tío al Concilio de Elrond (p. 365).

Desde el punto donde mi padre simplemente retuvo el manuscrito de la «tercera etapa», y en capítulos posteriores, «Folco» se corrigió por «Pippin».

Capítulo IV: «Un atajo hacia los hongos»

En este caso, el manuscrito de la tercera etapa se mantuvo intacto (aparte de «Peregrin» o «Pippin» por «Folco» en su contenido), habiéndose conseguido ya la forma definitiva (véase RS 405).

Capítulo V: «Conspiración desenmascarada»

(con «El sueño de la Torre»)

Sobrevive un borrador de la reescritura del final de este capítulo (para las formas anteriores del pasaje, véase RS 135-136, 376-378, 405-406). Odo se ha convertido en Hamilcar, y la conversación se desarrolla ahora de forma casi exacta como en CA pp. 153-154: que Hamilcar debería quedarse atrás formaba parte del plan original. Frodo ya no le da una carta a Odo / Hamilcar (RS 406), sino que dice: «No habría sido seguro dejar un mensaje escrito, los Jinetes podrían llegar primero y revisar la casa». Los únicos elementos en CA que todavía faltan son que la familia de Hamilcar procedía de Bolgovado en Campos del Puente,[40] y que «él incluso había traído consigo algunas ropas viejas de Frodo para que lo ayudaran a interpretar su parte». Esta reescritura se detiene antes de la descripción del sueño de Frodo aquella noche, de un mar oscuro de árboles enmarañados. De abajo, entre las raíces, venía el sonido de algo que se arrastraba y resollaba (RS 377), pero resulta claro que en esta etapa el pasaje permaneció inalterado.

Aquí es necesario apartarse durante un momento del final de «Conspiración desenmascarada» e introducir una narración notable y breve de esta época, sobreviviente en varios textos, que puede llamarse [42] «El sueño de la Torre». En el esbozo de la narración, fechado «otoño de 1939» que se da en la p. 14, Gandalf es «asediado en la Torre Occidental No puede escapar mientras la custodian con cinco Jinetes. Sin embargo, cuando los Jinetes Negros han localizado a Frodo y descubren que se ha marchado sin Gandalf, se van». Esto es lo que Frodo vio en su sueño.

Mi padre estaba muy inquieto por la cronología de estos episodios (véanse p. 16-17). En los Esquemas de Tiempo A y B la fecha de la huida de Gandalf de la Torre Occidental se dio primero como el 24 de septiembre, y se sugiere que Frodo tuvo su sueño del acontecimiento aquella noche, cuando se encontraba con los Elfos en el Bosque Cerrado. Entonces, se cambió la fecha al 25, cuando Frodo estaba en Cricava, y así aparece en los esquemas A, B y C. El esquema D no proporciona ninguna fecha para la huida de Gandalf, y sitúa «El sueño de la Torre» diversamente el 24, 25 o 26. Por alguna razón, no obstante, mi padre decidió colocarlo después del acontecimiento, la noche del 29, cuando Frodo estaba en Bree y Gandalf en Cricava.

El texto del sueño de Frodo en Bree se encuentra en tres formas, dos borradores preparatorios y un manuscrito terminado.[41] Lo introduzco aquí en la tercera forma, ya que la única diferencia importante con los borradores es que en ellos la figura que llama a los vigilantes de la Torre es vista por el soñador («otra figura con una túnica oscura apareció por encima de la cresta de la colina: los llamó y emitió un grito agudo en una extraña lengua»).

La narración comienza casi de forma exacta como en CA p. 248, con Frodo que despierta de pronto en la sala de El Poney Pisador, donde ve a Trotter sentado alerta en su sillón y volviendo a quedarse dormido.

Frodo no tardó en dormirse de nuevo; pero ahora pasó de inmediato a un sueño. Se encontró entre unos matorrales oscuros. Alzando los ojos, vio delante una torre blanca y alta, que se erguía solitaria sobre un arrecife escarpado. Detrás, el cielo estaba pálido y desde la distancia llegaba un murmullo como el de las voces del Gran Mar que él jamás había oído o contemplado, salvo en otros sueños. En la cámara superior de la torre brillaba débilmente una luz azul.

De repente, descubrió que se había acercado y que la torre se cernía alta por encima de él. Alrededor había una muralla de piedras que refulgían tenuemente, y en el exterior de la muralla se sentaban unos guardianes silenciosos: figuras con túnicas negras sobre caballos negros que, inmóviles, miraban [43] la puerta de la torre, como si estuvieran sentados allí desde siempre.

Por último, se escucharon las suaves pisadas de cascos que subían por la colina. Todos los guardianes se agitaron y giraron despacio en dirección al sonido. Miraron hacia Frodo. No se atrevió a volverse, pero supo que detrás de él había aparecido otra figura oscura, más alta y terrible: los llamó y emitió un grito en una extraña lengua. Los jinetes cobraron vida. Alzaron sus cabezas oscuras hacia la alta cámara, y sus risas burlonas resonaron crueles y frías; luego, se apartaron de la muralla blanca y cabalgaron colina abajo como el viento. La luz azul se apagó.

A Frodo le pareció que los jinetes iban directamente hacia él; pero incluso cuando le pasaron por encima y lo tiraron al suelo, pensó: «No estoy aquí; no pueden herirme. Hay algo que debo ver». Levantó la cabeza y vio a un caballo blanco saltar el muro y dirigirse hacia él. Lo montaba una figura con una capa gris: su cabello blanco ondeaba y su capa batía como alas a su espalda. A medida que el jinete gris se acercaba, se esforzó por verle la cara. La luz se intensificó en el cielo y, de pronto, retumbó el trueno.

Frodo abrió los ojos. Trotter había descorrido las cortinas y empujado ruidosamente los postigos. Las primeras luces grises del alba iluminaban el cuarto. La visión de su sueño se desvaneció rápidamente, pero el miedo y la esperanza entremezclados permanecieron con él todo el día; y durante mucho tiempo el lejano sonido del Mar regresaba a él siempre que se encontraba en gran peligro.

Luego de haberlos despertado a todos, Trotter los llevó a la alcoba.

El manuscrito continúa un poco más, casi palabra por palabra como en CA, y termina con las palabras de Mantecona: «¡Huéspedes que no pueden dormir en cama y buenas almohadas arruinadas y todo lo demás! ¿Qué tiempos son éstos?».

Tomando en consideración las palabras del esbozo dadas en la p. 14, de que Gandalf, perseguido por los Jinetes, trató de dar un rodeo al oeste de la Comarca, y la mención del sonido del Mar en el texto, se ve que Gandalf había huido a las Torres de los Elfos[42] en las Colinas de las Torres, más allá de los marjales occidentales de la Comarca: [44] esas torres que, justo en el principio de la escritura de El Señor de los Anillos, Bingo dijo que él había visto una vez, brillando blancas bajo la Luna: «la más alta era la más alejada, se elevaba solitaria sobre una colina» (RS 121; cf. RS 389 y CA p. 17).

Volviendo a «Conspiración desenmascarada»: mi padre ahora reescribió de nuevo el final, sobre la base del borrador ya mencionado, y le añadió el manuscrito de la «tercera etapa», rechazando la conclusión existente en el capítulo.[43] En este nuevo texto aún mantuvo el sueño original, pero ahora lo combinó con «El sueño de la Torre», transfiriéndolo de vuelta de la noche de Frodo en Bree a su noche en Cricava (véase p. 42). Así, Frodo tiene la visión de la huida de Gandalf de la Torre Occidental la misma noche en que acontece, el 25 de septiembre. En parte, la nueva versión se lee así:

Cuando por fin se acostaron, Frodo tardó en dormirse. Le dolían las piernas. Le alegraba saber que partirían a caballo por la mañana. Al fin cayó en un vago sueño, en el cual le parecía estar mirando a través de una ventana alta, sobre un mar oscuro de árboles enmarañados. De abajo, entre las raíces, venía el murmullo de criaturas que se arrastraban y bufaban. Estaba seguro de que tarde o temprano lo descubrirían por el olfato.

Luego oyó un ruido a lo lejos. Al principio creyó que era un viento huracanado, que soplaba sobre las hojas del bosque. Enseguida comprendió que no eran hojas sino el sonido del mar lejano, un sonido que nunca había oído en la vigilia, pero que a menudo había turbado sus sueños. De pronto se encontró fuera, al aire libre. No había árboles allí. Estaba entre unos matorrales oscuros, y el aire tenía un extraño olor salobre. Alzando los ojos, vio delante una torre blanca y alta, que se erguía solitaria sobre un arrecife escarpado. En su cámara superior brillaba débilmente una luz azul.

Al acercarse, la torre se cernió por encima de él. Alrededor de su base había una muralla de piedras que refulgían tenuemente, y en el exterior de la muralla se sentaban unos guardianes silenciosos: parecía haber cuatro figuras con túnicas negras sobre caballos negros que, inmóviles, miraban la torre, como si estuvieran sentadas allí desde siempre.

Escuchó las suaves pisadas de unos cascos que subían por la colina detrás de él. Todos los guardianes se agitaron… [45]

Desde este punto, la visión se cuenta, prácticamente, con las mismas palabras que en el texto anterior, y termina de la misma manera. «Pero de pronto una luz apareció en el cielo y el trueno retumbó». Cuando Frodo tuvo el sueño en Bree, la luz en el cielo y el trueno estaban asociados con el acto de Trotter de empujar ruidosamente los postigos y la luz de la mañana que iluminaba el cuarto.

En este texto, «Pippin» es el nombre que primero se escribió, no una posterior corrección de «Folco»; véase p. 38.

Después (véase p. 165, nota 172), cuando la historia de Gandalf ha sido cambiada aún más, la descripción de la Torre Occidental y el asedio de los Jinetes fue en gran parte, pero no del todo, descartada de este manuscrito: se mantuvo el principio hasta «Alzando los ojos, vio delante una torre blanca y alta, que se erguía solitaria sobre un arrecife escarpado». Al mismo tiempo, se le añadió una nueva y breve conclusión:

Tuvo entonces deseos de subir a la torre y ver el Mar. Comenzó a trepar penosamente por el arrecife hacia la torre, pero de pronto una luz apareció en el cielo y el trueno retumbó.

Así alterado, éste es el texto de CA p. 154. Y así, la torre blanca y alta del sueño de Frodo en Cricava en el último relato, permanece como una precursora de Orthanc; y el trueno que oye retrocede hasta la interrupción de su sueño cuando Trotter empuja los postigos en El Poney Pisador. Pero Frodo todavía soñará con Gandalf prisionero en la torre: porque mientras dormía en la casa de Tom Bombadil lo vería de pie en la cima de Isengard.

Capítulo VI: «El Bosque Viejo»

De este capítulo se conserva el manuscrito de la «tercera etapa», pero con bastantes correcciones que, evidentemente, derivaban de diferentes épocas. A este período pertenece el cambio de «Odo» por «Hamilcar» al comienzo del capítulo, y de «Folco» por «Pippin»; también le atribuiría el texto dedicado al descenso de los hobbits saliendo del bosque Tornasauce (véase RS 407), y la última adscripción de las partes en el encuentro con Viejo Hombre Sauce, con Merry intercambiando papeles con Frodo atrapado en el árbol y empujado al río (ibid.).

[46]

Capítulo VII: «En casa de Tom Bombadil»

En este capítulo, como en el último, se mantuvo intacto el manuscrito existente. Tal como quedaba la historia en aquel texto, Gandalf llegó a Cricava y localizó a los Jinetes la noche del lunes 26 de septiembre, la primera noche pasada por los hobbits en casa de Tom Bombadil, y se introdujo la narración del ataque a Cricava como una breve historia separada en el capítulo VII (véase RS 379-380, 408-409). Sin embargo, ahora esto se cambió, y el ataque de los Jinetes se retrasó en tres días, con el aplazamiento de la llegada de Gandalf a Bree. Debido a ello, en ese punto mi padre escribió en el manuscrito: «Esto no ocurrió hasta el 29 de sept.», es decir, la noche pasada por los hobbits en Bree (véanse los esquemas de tiempo tabulados en la p. 18). El episodio ahora se encontraba en el capítulo equivocado, y se quitó de este texto.

A menudo es difícil o imposible decir con certeza cuándo se hicieron los cambios que no están relacionados con los movimientos de la estructura de la narrativa (o con los movimientos de nombres) en los manuscritos. Así, la introducción del sueño de Frodo sobre Gandalf en Orthanc resulta evidentemente posterior; pero el descarte de «Soy un aborigen, eso es lo que soy» (y la sustitución de las palabras de Tom en CA p. 185: «¿Todavía no sabes cómo me llamo?…») y de «Vio salir el sol en el oeste y la luna después, antes de que se estableciera el nuevo orden de los días» (véase RS 409), bien pueden pertenecer a esta época.

Capítulo VIII: «Niebla en las Quebradas de los Túmulos»

De nuevo se mantuvo el manuscrito original, y la mayoría de los cambios que se le hicieron eran de un período posterior (notablemente los que introducen a Carn Dûm y Angmar en CA pp. 201, 205). Sin embargo, la última página del manuscrito de la «tercera etapa» fue rechazada y reemplazada por un nuevo final para el capítulo, la mayor parte del cual se encuentra en un borrador preparatorio, marcado «Final revisado de VIII para encajar con la trama revisada (en lo concerniente al retraso de Gandalf y al conocimiento de Trotter del nombre Bolsón)». Ahora Frodo dice: «Recordad, por favor, todos vosotros, que el nombre de Bolsón no ha de volver a mencionarse. Si es necesario darme un nombre, soy el señor Verde». En la narración de la tercera etapa, como en la segunda, Frodo adoptó el nombre de «Señor Colina de Allá Lejos» (RS 350, 416). «Colina» como seudónimo (para Odo) se remonta hasta la versión original (RS 173, etc.). [47]

En este momento, las palabras de Tom (RS 410) «él [Mantecona] conoce a Tom Bombadil, y el nombre de Tom os será útil. Decid “Tom nos envía” y os tratará amablemente» fueron rechazadas, y aquí aparecen las palabras de despedida de Tom en CA: «Las tierras de Tom terminan aquí; no traspasará las fronteras». A este respecto véase la nota dada en la p. 15 sobre las fronteras de las tierras de Tom: allí mi padre estaba pensando en compaginar el comentario de Gandalf en el Concilio de Elrond de que Bombadil jamás abandonó su propio terreno, con la historia de que Mantecona lo conocía, presuponiendo que las «fronteras» de Tom se extendían hasta Bree. Pero concluyó que Tom Bombadil no era conocido por Mantecona, y los cambios aparecidos aquí reflejan esa decisión.