Comentario

[83]

§2Por lo que he podido descubrir, mi padre nunca utilizó «Mannish», humano, referido a una lengua o tradición, antes de su aparición en esta obra. El cambio de «Human» por «Mannish» en F1 (véase nota 33 arriba) señala por tanto la introducción de este término.

§3El uso del término Lembi «los que no se fueron», aplicado a los Eldar que «se quedaron en el noroeste de la Tierra Media», constituye una evidencia clara de la fecha de composición que apoya la conclusión a la que habíamos llegado ya de que esta primera versión del Apéndice F fue escrita antes de mediados de 1950 (véase p. 47 y nota 31). En la larga y extremadamente compleja historia de la clasificación de las divisiones de los pueblos élficos y sus nombres, esto corresponde a la fase del Quenta Silmarillion §29 (V. 249), donde mediante un cambio que puede datarse en noviembre de 1937 el antiguo término Lembi «los que se quedaron» se convirtió en el nombre de los Eldar que «se perdieron en el largo camino» y nunca atravesaron el Gran Mar (V. 249, 254). Así, aunque esta primera versión del Apéndice F corresponde sin duda alguna a la época en que la narrativa de El Señor de los Anillos estaba ya terminada, es evidente que también precedió al nuevo trabajo en las leyendas de la Primera Edad que incluyó (además de los Anales de Aman, los Anales Grises, y muchas otras obras) la revisión del Quenta Silmarillion, en esa revisión el término Lembi primero se sustituyó por Lemberi y luego fue eliminado, y emergió el nombre Sindar (para una descripción detallada véase VII. 192-193, 199-201). Como se observó en VII. 112, el nombre Sindar no aparece en El Señor de los Anillos fuera de los Apéndices.

§4El nombre Lindar había sido reemplazado por Vanyar cuando se escribieron los Anales de Aman [84] y los Anales Grises.

La afirmación aquí de que el Quenya, el «latín de los Elfos», procedía originalmente de la lengua de los Lindar, recuerda a la de la Lhammas o «Historia de las lenguas» de los años treinta (véase V. 200; 224, 227). Puede observarse que la expresión «latín de los Elfos» o «latín élfico» sobrevivió en la forma publicada del Apéndice F (Ap. 155): «[El Quenya] No era ya una lengua nativa, sino que se había convertido, por así decir, en una especie de “latín élfico” …».

§5Al parecer, el nombre Quenta Noldorion, en lugar de Quenta Silmarillion, sólo aparece en este lugar (en ambos textos). Nada se dice en esta obra de la adopción del Sindarin (o, como se lo llama aquí, Lemberin) por los Noldor Exiliados: este cambio fundamental (que aparece por vez primera en la versión original de la «digresión sobre las lenguas» de los Anales Grises, VIII. 36-38) no había surgido aún (para más comentarios al respecto véase en §18 abajo). Sin embargo, la idea presente en las primeras versiones de esa «digresión» (VIII. 37-42, 44) de que dos lenguas, el Noldorin y el Sindarin, evolucionaron de un modo similar y «se aproximaron» aparece en la nota a pie de texto de §5.

§7En la lista de Cambios en la última revisión 1951 (véase VII. 17), mencionada con frecuencia, aparece «Atani N[oldorin] Edain = Hombres Occidentales o Padres de los Hombres». Es posible que la forma presente en F 1, Atanni, en sustitución de Atanatári (nota 35 arriba), fuera la primera aparición del nombre.

En la oración «En aquella guerra tres casas de los Padres de los Hombres ayudaron a los Elfos…» no es casual que la palabra «las» esté ausente delante de «tres casas»: cf. §10 «la lengua materna de los Padres de los Hombres mismos antes de que las Tres Casas atravesaran el Mar».

La afirmación concerniente a la pérdida de la lengua original de los Atani muestra cierta inseguridad (véase nota 36 arriba): desde la versión original F1, «sus caudillos aprendieron el Noldorin, y algunos incluso abandonaron su propia lengua», hasta el texto de F 2 después de la revisión, «los señores de estas casas aprendieron el Noldorin y abandonaron su propia lengua», que luego [85] se cambió por «los señores de estas casas aprendieron el Noldorin». Resulta notable que mi padre tuviera todo este tiempo la idea de que la lengua original de los Atani (de las Tres Casas) se perdió por completo. A este respecto es interesante comparar lo que escribió en los borradores del capítulo Faramir (después llamado Una ventana al oeste), que puede datarse con exactitud en mayo de 1944 (GA. 165). Aquí, en un pasaje acerca de la Lengua Común que sólo se eliminó en el capítulo en una fase posterior (véase GA. 189), Faramir había dicho: «Hay algunos en Gondor que tienen tratos con los Elfos… Tenemos una gran ventaja: hablamos una lengua élfica, o una tan parecida que a veces podemos entenderlos igual que ellos a nosotros». A esto Sam exclamó: «Pero usted habla en lenguaje corriente. Como nosotros, o un poco pasado de moda, si me permite decirlo». Entonces Faramir replicó (GA. 185-186):

—Claro que sí. Pues esa es nuestra propia lengua, que quizá preservamos mejor que lo hacéis vosotros en el lejano Norte. El Habla Común, como la llaman algunos, proviene de los Númenóreanos, siendo sólo una forma que ha evolucionado con el tiempo de la lengua que los Padres de las Tres Casas [tachado: Hador y Haleth y Bëor] hablaban antaño. Esta es la lengua que se ha difundido por el mundo occidental entre todos los pueblos y criaturas que usan palabras, para algunos sólo una segunda lengua que emplean cuando hablan con extraños, para otros la única lengua que conocen. Pero en lo que a mí respecta no se trata de un idioma élfico. Todas las lenguas de los hombres en este mundo son de procedencia élfica; pero sólo si uno se remonta a los orígenes. Lo que quiero decir es: [los señores >] muchos hombres de las Tres Casas abandonaron hace mucho tiempo la lengua humana y emplearon la lengua de sus amigos los Noldor o Gnomos: una lengua alto-élfica [tachado: afín pero modificada del Antiguo Élfico del Hogar de los Elfos]. Y los señores de Númenor siempre conocieron dicha lengua y la utilizaron entre ellos. Y es lo que aún hacemos entre nosotros…

Para más detalles al respecto véase §9 abajo.

§9Esta historia presenta un rasgo extraordinario: no hay indicación alguna de que los Númenóreanos conservaran su lengua humana, y de hecho se dice expresamente que «la lengua de los Dúnedain era el Noldorin Élfico.» Esto explica la afirmación comentada en §7 de que los Hombres de las Tres Casas aprendieron Noldorin y [86] abandonaron su lengua ancestral (como se ha mencionado en la nota 36 arriba, la corrección de F 2, mediante la cual se redujo a «los señores de estas casas aprendieron el Noldorin», se realizó al mismo tiempo que los toscos cambios del textos aquí y en §13 mediante los cuales el Adûnaico se convirtió en la lengua de Númenor).

Me veo completamente incapaz de explicar esto, en vista de la disquisición de Faramir a Sam citada en §7. Además, en el anómalo «Prefacio» que he llamado F* mi padre había dicho (p. 39, §8): «Ahora bien, la mayoría de las que veremos aquí estaban relacionadas con ella [la Lengua Común], pues los Hombres del Norte y el Oeste estuvieron emparentados originalmente con los Hombres de Oesternesse que regresaron del Mar; de hecho, la Lengua Común surgió cuando se mezclaron el habla de los Hombres de la Tierra Media y las lenguas de los reyes del otro lado del Mar». No se explica con mucha claridad, pero parece evidente que la lengua númenóreana que se convirtió en la Lengua Común era humana y no élfica. Uno se siente inclinado a pensar que cuando escribió el presente texto mi padre había abandonado la idea de que la lengua humana de las Tres Casas era el habla común en Númenor; sin embargo, ¿qué significa todo su trabajo sobre el Adûnaico y El Hundimiento de Anadûnê en 1946?

En la nota a pie de página de §9 el décimo rey de la Línea Septentrional se llama Eärendil, no Eärendur, como en el Apéndice A (Ap. 15, 18); véase p. 224.

No cabe duda de que fue aquí cuando surgió el nombre Oestron [Westron en inglés] (aparentemente mi padre lo inventó por analogía de la antigua forma southron, variante de southern, sureño); el texto original de F 1 decía Oésnico [Westnish en inglés] en todas sus apariciones (nota 39 arriba). Oestron aparece sólo una vez en la narrativa propiamente dicha de El Señor de los Anillos, en el capítulo Lothlórien, donde Legolas dice «hela aquí en la Lengua del Oeste» (CA. 468), y sustituyó a «la Lengua Común» en un cambio realizado en el texto mecanografiado que siguió a la copia en limpio manuscrita: véase TI. 261, 281 con la nota 48.

§10En el relato de Faramir (véase en §7) se decía expresamente que la Lengua Común «proviene de los Númenóreanos»: había evolucionado con el tiempo, pero descendía directamente «de la lengua que los Padres de las Tres Casas hablaban antaño». De hecho, en las correcciones realizadas en el manuscrito terminado del capítulo, la idea se modificó hasta el punto que Faramir dice ahora: «El Habla Común, como la llaman algunos, proviene de los Númenóreanos; pues cuando los Númenóreanos llegaron a las costas [87] de estas tierras adoptaron la tosca lengua de los hombres que encontraron y a quienes gobernaron, y la enriquecieron, y desde entonces se extendió por todo el mundo Occidental»; y también dice que «cuando tratamos con otros pueblos usamos el Habla Común que creamos para ese propósito» (GA. 188-189). A este respecto se dice (ibid.): «Aquí se desecha la idea de que el Habla Común provenía de “esa lengua que los Padres de los Hombres hablaban antaño”»; pero con «la tosca lengua de los hombres que encontraron» es posible que Faramir se refiriera a una lengua que había degenerado con el transcurso de los milenios, no que no tenía un parentesco ancestral con la de los Númenóreanos.

En el Apéndice F publicado la sección De los Hombres (Ap. 156) empieza: «El Oestron era una lengua humana, aunque enriquecida y dulcificada por la influencia élfica. Era en su origen la lengua de los que los Eldar llamaron Atani o Edain, los “Padres de los Hombres”…».Y más adelante en esta sección mi padre escribió sobre el gran puerto númenóreano de Pelargir: «Allí se hablaba el Adûnaico, y mezclado con muchas palabras de las lenguas de hombres menores, se convirtió en la Lengua Común que se extendió a lo largo de las costas…».

Todas estas concepciones difieren un tanto entre sí, pero, como suele suceder cuando se comparan varios textos de mi padre, uno puede preguntarse si las diferencias no son tanto una contradicción real como un énfasis diferente. En el presente texto, no obstante, está perfectamente claro que la Lengua Común era en su origen una variante de la madeja de lenguas humanas que se extendían desde el Norte (Valle, Esgaroth, y las antiguas tierras de los Rohirrim) hacia el sur por los valles del Anduin (véase §23); que esta forma en concreto tenía su centro en el puerto númenóreano de Pelargir (§10); y que por esta razón se vio influida considerablemente por la lengua númenóreana; pero que esa lengua era el Noldorin élfico que había evolucionado en Númenor.

§14La afirmación (antes de la revisión) de que los Dunlendinos habían olvidado su propia lengua y sólo empleaban el Oestron contradice el pasaje del capítulo El Abismo de Helm, donde los Hombres de las Tierras Brunas gritaban contra los Rohirrim en su antigua lengua, que Gamelin el Viejo traduce para Aragorn y Éomer (véase GA. 33). En la versión revisada del párrafo se dice que la lengua dunlendina era «por completo distinta del Oestron, y descendía, al parecer, de alguna otra lengua humana no emparentada con la de los Atani, los Padres de los Hombres»; cf. Apéndice F (Ap. 159): «Muy distinto era el lenguaje de los Hombres Salvajes del Bosque de Drúadan. También distinto o sólo remotamente [88] emparentado, era el lenguaje de los Dunlendinos». En una versión anterior de la explicación de Faramir citada bajo §7 decía que había un «remoto parentesco» entre la Lengua Común y «las lenguas de Rohan y del Valle y del Folde Oeste y de las Tierras Brunas y otros lugares», GA. 185.

§16«Los Orcos tenían una lengua propia, inventada para ellos por el Señor Oscuro de antaño»: en vista de lo dicho en §7, «en ese entonces los Eldar estaban librando una guerra interminable contra el Señor Oscuro de aquella edad, mucho más grande que Sauron», puede parecer que se refiere a Morgoth; no obstante, cf. el Apéndice F (Ap. 162), «Se dice que la Lengua Negra fue inventada por Sauron en los Años Oscuros».

§18Por supuesto, la concepción entera de las relaciones de las lenguas élficas en la Tierra Media al final de la Tercera Edad que se presenta aquí se vio modificada sustancialmente con la introducción de la idea de que los Noldor Exiliados de la Primera Edad adoptaron el Sindarin, la lengua (teleriana) de los Eldar que se quedaron en la Tierra Media. Así, la lengua de los Elfos que moraban al oeste de las Montañas Nubladas es aquí el Noldorin (véase en §5 arriba), mientras que el Lemberin (es decir, el Sindarin) de la Tierra Media se halla entre los Elfos del norte del Bosque Negro y Lórien. Al principio de §19 se citan nombres tales que Lórien, Caras Galadon, Amroth y Nimrodel como ejemplos de Lemberin; mientras que en el Apéndice F (Ap. 155, nota a pie de página) se dice que son «probablemente de origen silvano», en contraste con el Sindarin, la lengua que se hablaba en Lórien al final de la Tercera Edad. En relación al presente pasaje cf. el del texto F*, p. 39, §7.

§20Hemos visto antes (nota 45 arriba) que fue en el texto F1 cuando se introdujo la división de los Hobbits en Pelosos, Fuertes y Albos, donde fue eliminada, antes de la redacción de F 2, para trasladarla al Prólogo. En la narrativa propiamente dicha de El Señor de los Anillos no hay referencia a los Pelosos o los Albos, pero los Fuertes se mencionan en una ocasión, en el capítulo La sombra del pasado, donde Gandalf habla de la familia de Gollum. La introducción del nombre se hizo en una fase muy tardía de la evolución del capítulo, cuando el pasaje decía (cf. la primera versión del texto, RS. 103-104): «Creo que eran de raza hobbit, o estaban emparentados con los padres de los padres de los hobbits, aunque amaban el Río y a menudo nadaban en él, construían pequeños botes de caña»; esto se cambió en el texto final (CA. 79) omitiendo la palabra «o» y sustituyendo «hobbits» por «Fuertes» y «aunque» por «pues». [89]

§22Mi padre escribía sobre los Hobbits como si todavía existieran, como hizo en el Prólogo publicado («Los Hobbits son un pueblo sencillo y muy antiguo, más numeroso en tiempos remotos que en la actualidad», etc., aunque cambiando el tiempo presente por pasado en un pasaje de la Segunda Edición, p. 35, nota 14). Aquí atribuyó al menos a unos cuantos vivos un interés por la historia de las lenguas.

§§22-23 En las notas a pie de página de estos párrafos podemos ver cómo evoluciona la historia de los Fuertes. En la nota al pie de F1 (nota 49 arriba) equivalente a la de §23 en F 2, acerca de la opinión de Gandalf sobre el origen de Gollum, se dice que su pueblo «debió de ser un grupo de Fuertes que se demoraron en las cercanías del Gladio» (es decir, después de que los Fuertes como conjunto cruzaran las Montañas Nubladas y entraran en Eriador). En la nota al pie de F 2 (correspondiente a la redacción del manuscrito) mi padre sugería que eran «una familia o un pequeño clan» de Fuertes que habían vuelto a cruzar las Montañas. De ese retorno a las Tierras Ásperas (afirmó) hay constancia en las leyendas hobbits, debido a la dureza de la vida y las tierras que habían hallado en Eriador.

Más tarde se introdujo la historia de que muchos Fuertes se quedaron en la zona situada entre Tharbad y los bordes de las Tierras Brunas: se añadió en el Prólogo (GA. 12-13) cuando el texto estaba ya muy próximo a su versión definitiva (cf. p. 28), y sin duda la nota a pie de página de §22 data de la misma época.

En el Apéndice A (Ap. 20) el regreso a las Tierras Ásperas por parte de algunos Fuertes se asocia directamente a la invasión de Arnor por Angmar en el 1409 la Tercera Edad:

Fue en ese entonces cuando los Fuertes que habían vivido en el Angulo (entre el Fontegrís y el Sonorona) huyeron por el oeste y el sur a consecuencia de las guerras y el miedo a Angmar, y porque la tierra y el clima de Eriador, especialmente en el este, habían empeorado y se hicieron inhóspitos. Algunos volvieron a las Tierras Ásperas y vivieron junto al Gladio, convirtiéndose en un pueblo ribereño de pescadores.

Estos Fuertes del Angulo que regresaron a las Tierras Ásperas se distinguen de los que vivían más al sur y adquirieron una lengua similar a la del pueblo de las Tierras Brunas: véase la sección De los Hobbits del Apéndice F, Ap. 159-160 y nota al pie.

§25El nombre Brandivino surgió poco después del comienzo de El Señor de los Anillos (RS. 44 y nota 5), pero el nombre élfico no apareció en la narrativa hasta el capítulo Huyendo hacia el Vado (TI. 75; CA p. 292), donde Glorfindel, en un borrador desechado, hablaba [90] de «el Branduin (que vosotros llamáis Brandivino)». En F 1, igual que al principio de F 2, mi padre repitió esta idea diciendo: «los nombres más antiguos, de origen élfico o humano olvidado, los traducían con frecuencia… o les daban una forma familiar (como el élfico Baranduin “río castaño” por Brandivino)». Pero en la revisión de F 2 desechó esta explicación, diciendo que el nombre élfico del río era en realidad Malevarn («castaño dorado»), que en la lengua de los Hobbits se transformó en Malvern, nombre que fue reemplazado por Brandivino; se trataba de un caso excepcional, pues no tenía relación alguna con la forma del nombre élfico. También desechó esta idea, y en la versión final de §25 recuperó la explicación original de Brandivino, es decir, que era una alteración típicamente hobbit del élfico Baranduin.

En el pasaje de Huyendo hada el Vado antes mencionado el nombre del río que aparece en el manuscrito es Branduin, sustituido por Baranduin, y luego por Malevarn (TI. 80, nota 36). A primera vista puede parecer sorprendente que Malevarn sobreviviera en la copia final del capítulo, la que se envió a la imprenta, donde mi padre la corrigió por Baranduin; sin embargo, la explicación es evidentemente que esta copia mecanografiada era muy anterior. El uso por parte de Glorfindel de Baranduin o Malevarn es de hecho la única aparición del nombre élfico del río en la narrativa de El Señor de los Anillos.

§27En el Apéndice D (Ap. 12) el Pielamarilla es llamado «Anuario de Alforzada».

§37Con frecuencia resulta imposible saber a ciencia cierta la intención de mi padre al usar las formas de tratamiento de «thou, thee» y «you» equivalentes al «tú» y al «vos» en castellano: cuando escribía rápidamente era muy inconsistente, y en los manuscritos más cuidados vacilaba con frecuencia a la hora de decidirse en esta cuestión irresoluble (si la distinción ha de representarse). En el caso del capítulo El Senescal y el Rey, mencionado aquí, el primer manuscrito (véase FTE. 68) es un borrador escrito con mucha rapidez del que no se pueden extraer conclusiones; en cambio, en el segundo manuscrito, un texto limpio y claro, decidió mientras lo escribía que en el diálogo entre Faramir y Éowyn no haría ninguna distinción. El «súbito uso de thou, thee» que menciona aquí (aunque en F1 sólo hablaba de «la aparición de thou, thee en el diálogo») posiblemente se refiera a su primer encuentro en las Casas de Curación, donde Faramir dice (RR. 316-317): «Entonces, Éowyn de Rohan, os digo que sois hermosa», pero al final de la conversación cambia a la forma «familiar», «Porque los dos hemos pasado bajo las alas de la Sombra, y la misma mano nos ha salvado» [91] (mientras que Éowyn sigue usando «you»). En los siguientes encuentros, en este texto, Faramir utiliza las formas «familiares», pero Éowyn no lo hace hasta el último («¿No lo sabéis?», RR. 320); y poco después de este punto mi padre retomó lo que había escrito y cambió todos los «thou» y «thee» por «you». En el tercer manuscrito (precedente al texto definitivo) no hay rastro de la forma «familiar».

Apunto estos detalles porque son significativos a la hora de poner fecha (relativa) al presente texto, ya que muestran muy claramente que cuando escribió la primera versión de lo que se convertiría en el Apéndice F todavía no había completado el segundo manuscrito del capítulo.

«El thee con el que Sam se dirige a Rosa al final del libro» corresponde al Epílogo (FTE. 142): «Creí que nunca volvería a verte». En ese momento sólo existía la primera versión del Epílogo (aunque en ambas versiones se emplean las mismas palabras): véase FTE. 153, 158.

En una página suelta asociada con los textos posteriores del Apéndice mi padre escribió muy rápidamente:

Thou, thee, thy se emplean principalmente para señalar el uso de la forma familiar en casos en que no era habitual. Por ejemplo, cuando Denethor se dirige a Gandalf en su locura definitiva, y cuando habla el Mensajero de Sauron, su uso pretende ser despectivo. Pero en los demás lugares se suele emplear para indicar un cambio deliberado a una forma de afecto o ternura.

Los pasajes mencionados se encuentran en RR. 163-166 y 215; en las palabras que Denethor dirige a Gandalf aparece «you» en varias ocasiones que no se corrigieron.

§39En lugar del oestron Carbandur (en F 1 originalmente era Karbandul, nota 59) el Apéndice F dice Karningul (Ap. 167).

§41En referencia a la palabra noldorin lhann, de la que aquí se dice que era el equivalente oestron de suza que se usaba en Gondor para referirse a las divisiones del reino, cf. las Etimologías, CP. 424, raíz LAD, donde se citan los términos noldorin lhand, lhann «amplio», y también la región Lhothland, Lhothlann, al este de Dorthonion (véase VIII. 82, 159).

§42El nombre oestron Rasputa «Corneta» sólo aparece aquí (F 1 Rhasputal, nota 64 arriba). Puesto que se dice (§13) que la Lengua Común estaba «enriquecida con palabras extraídas de la lengua de los Dúnedain, que era… una variante del Noldorin Élfico», quizá valga la pena observar que en las Etimologías (CP-442) la raíz RAS da rassë en Quenya y rhaes «cuerno» en Noldorin, y se cita [92] Caradras. En el Apéndice F (Ap. 168) se dice que el apellido Tuk es un antiguo nombre «de significación olvidada».

§43En referencia al nombre Porro, que no aparece en El Señor de los Anillos, véanse pp. 113-114, 118.

§45Los títulos «clásicos» de los cabezas de la familia Brandigamo que se dan en la segunda nota a pie de página de este párrafo no aparecen en El Señor de los Anillos, pero véanse pp. 129-130. Cf. Apéndice F (Ap. 168-169). «Rara vez se han utilizado nombres de origen clásico; porque los equivalentes más próximos al latín y al griego en los conocimientos de los Hobbits eran las lenguas élficas, que los Hobbits apenas utilizaban. Pocos de entre ellos conocieron nunca las “lenguas de los reyes”, como las llamaron».

§46Aparte de la oración inicial, en el Apéndice F no se conservó nada se lo que dice en este párrafo, y el verdadero nombre de Lobelia Sacovilla-Bolsón, Hamanullas, se perdió.

§47Aquí se da mucha información sobre los apellidos hobbits que posteriormente se perdió, entre la que destaca el verdadero nombre oestron de Bolsón y su supuesta etimología; otros nombres (Brandigamo, Coto, Gamyi) comentados en las notas con las que concluye el Apéndice F difieren en los detalles de las formas. Sobre el nombre Gamyi véanse las referencias del índice a las Cartas, y sobre todo la carta dirigida a Naomi Mitchinson del 25 de abril de 1954 (n.º 144, cerca del final), que está estrechamente relacionada con lo que se dice aquí y en el Apéndice F.

§48En la nota que hay al final del Apéndice F se dice que la palabra equivalente a «hobbit» empleada en la Comarca era kuduk, y que Théoden utilizó la forma kûd-dûkan «habitante de agujeros» cuando se encontró con Merry y Pippin en Isengard, que en la narrativa (DT. 218) se «traduce» por Holbytla(n), aunque no se da ninguna equivalencia. En el presente pasaje, tanto en F 1 (véase nota 79) como en F 2, holbytla y las verdaderas palabras en Oestron y la lengua de Rohan reciben el significado de «habitante de agujeros» (cf. también p. 27). En vista de la etimología de bytla (bylta), para la cual véase TI. 498, GA. 59, sería de esperar «constructor de agujeros», pero en realidad esta traducción sólo aparece en un punto anterior del Apéndice F (Ap. 160): la palabra hobbit parece ser «una forma desgastada de una palabra más enteramente preservada en Rohan: holbytla, “cavadores de agujeros”» (para más detalles al respecto, véase p. 108, nota 97).

Resultan notables las observaciones de mi padre en la nota a pie de página de este párrafo sobre su asociación de las palabras «hobbit» y «rabbit», conejo.

§49En el Apéndice F (Ap. 169) el verdadero nombre de Meriadoc [93] era Kalimac, abreviado a Kali; pero nada se dice de los verdaderos nombres de Frodo o Peregrin.

§50En el capítulo El camino de Isengard el descubridor de la hierba para pipa en la Comarca era originalmente Elías Tobiasson, y luego Tobías Smygrave, antes de que surgiera Tobías Corneta (GA. 52). Tobías se conservó hasta una fase avanzada del desarrollo del capítulo antes de rebautizarse como Tobold, aunque en el presente texto vemos que mi padre conservó Tobías afirmando que el nombre (pronunciado Tóbias) no era una «traducción» de origen hebraico.

Bildad (Bolger) no aparece en El Señor de los Anillos (pero véanse pp. 120, 122); además, los nombres abreviados Tomy Mat se explican de un modo distinto en el Apéndice F.

§51Al igual que con Tobías Corneta, mi padre conservó Barnabas Mantecona, a pesar de lo que había escrito en §50, pero lo justificó diciendo que Mantecona no era un hobbit, sino un hombre de Bree. En el Apéndice F se perdieron todos los comentarios sobre el nombre del dueño de El Poney Pisador. El cambio de Barnabas por Cebadilla se realizó en una de las últimas revisiones del texto de El Señor de los Anillos (cf. FTE. 95).

§58Estas observaciones sobre la historia del nombre que dieron los Hobbits al Baranduin (véanse también §§25, 47) volvieron a modificarse en la nota que hay al final del Apéndice F.

Esta es la descripción más detallada que mi padre escribió sobre sus ficticias y elaboradas traducciones, transposiciones y sustituciones. Podríamos preguntarnos cuándo o en qué etapas surgió, pero creo que probablemente sea imposible saberlo: las evidencias son mínimas, y sobre estas cuestiones no dejó ninguno de los comentarios, testimonios de sus debates internos, que en ocasiones tanto ayudan a comprender el desarrollo de la narrativa. A mi parecer, en cualquier caso lo más probable es que la idea evolucionara poco a poco, a medida que la historia, lingüística y demás, se consolidaba y crecía en coherencia.

Por supuesto, la Lengua Común es fundamenta] para la «ficción de autenticidad». Ya concluí que esta se mencionaba por primera vez en los papeles de El Señor de los Anillos en el capítulo Lothlórien (que data de principios de los años cuarenta): véanse TI. 261, 281. En el segundo de esos pasajes mi padre escribió que la lengua de los elfos silvanos de Lórien no era «la de los elfos occidentales, que en aquellos días se empleaba como el habla común entre muchos pueblos». En una nota de la misma época (TI. 325) decía que «Como Aragorn es un hombre y el habla común (en especial la de los mortales) está representada [94] por el inglés, entonces él no ha de tener un nombre Élfico»; y en otra nota (TI. 497), que forma parte de un conjunto de apuntes en una página con la fecha del 9 de febrero de 1942 (momento en que estaba trabajando en los primeros capítulos de lo que se convertiría en Las Dos Torres), escribió:

Lengua de la Comarca = Inglés Moderno

Lengua de Valle = Noruego (usada por los Enanos de esa región)

Lengua de Rohan = Inglés Antiguo

«Inglés Moderno» es una lingua franca hablada por todos los pueblos (excepto por unas pocas gentes aisladas como Lórien), pero poco y mal por los orcos.

La frase «Lengua de Valle = Noruego (usada por los Enanos de esa región)» demuestra sin dejar lugar a dudas que para entonces se había superado un importante obstáculo, quizás el principal, para lograr una «autenticación» coherente. Cuando mi padre escribió El Hobbit no tenía ni idea, evidentemente, de que los nombres en antiguo nórdico de los Enanos tendrían que ser explicados en términos de la historia: se llamaban así, y eso era todo. Como dijo en una carta de diciembre de 1937, citada en la Introducción de El Retorno de la Sombra (p. 17): «No le doy toda mi aprobación a El Hobbit, puesto que prefiero mi propia mitología (a la que apenas se alude) con su nomenclatura coherente… y su historia organizada a esta plebe de enanos con nombres provenientes de los Edda tomados del Völuspá…» Pero ahora había que dar una explicación de ese ineludible elemento nórdico; y de «esta plebe de enanos con nombres provenientes de los Edda del Völuspá» surgió la concepción de que los Enanos tenían «nombres exteriores» procedentes de las lenguas de los Hombres con los que tenían trato, y que ocultaban sus nombres verdaderos, que guardaban completamente en secreto. Y no cabe duda de que esta fue un componente muy importante de la teoría de la «transposición de lenguas»: los Enanos tenían nombres nórdicos porque vivían entre Hombres que en El Señor de los Anillos hablan nórdico. A mi parecer, no sería ir demasiado lejos suponer que (junto con la idea de la Lengua Común) estos nombres enanos de El Hobbit fueron el punto de partida de toda la estructura de las lenguas humanas de la Tierra Media, como se expone en el presente texto.

Mi padre afirmó (§53) que había representado la lengua de los Rohirrim como inglés antiguo porque su verdadera lengua tenía una relación con la Lengua Común algo similar a la del inglés antiguo con el inglés moderno. Esta idea resulta tal vez difícil de aceptar: podría pensarse que el impulso que originó los Jinetes de Rohan y el Castillo [95] de Oro era más profundo, y que la afirmación de mi padre debería considerarse como un aspecto de «la ficción de autenticidad»; pensar que al presentar la idea de «traducción» como concepción establecida desde el comienzo le otorgaba mayor envergadura en la ficción, en el caso de los nombres de los Enanos (y de los Hobbits), era sin duda falso.

Por otro lado, muy pronto supo que los Rohirrim eran originalmente Hombres del Norte: en una nota realizada en la época en que acababa de empezar el capítulo Los Jinetes de Rohan (TI. 456) escribió:

Los Rohiroth tienen parentesco con los Hombres del Bosque y los Beörnidas, antiguos Hombres del Norte. Pero hablan Gnómico, lengua de Númenor y Ondor, lo mismo que en lengua [?común].

Al tomar también «Lengua de Rohan = Inglés Antiguo», una de las equivalencias de la nota citada arriba que data aproximadamente de la misma época, sería recomendable no forzar la distinción, sino decir que la idea «transposicional» emergente (inglés moderno — inglés antiguo — antiguo noruego) pudo muy bien desempeñar un papel en la visión de mi padre de Rohan.

En el presente texto puede verse que según profundizaba en la lógica de la teoría se encontró con problemas de difícil solución. Por ejemplo, parece evidente que cuando escribió en §25 que los Hobbits dieron «una forma familiar» al nombre élfico Baranduin, transformándolo en Brandivino, no tuvo en cuenta el hecho de que los Hobbits no tenían ninguna palabra parecida a «Brandivino» (independientemente de si conocían el brandy o no, §58). Al darse cuenta hizo una confesión en §56: «Esta traducción presenta un inconveniente que yo no preveía. Las “notas lingüísticas” sobre el origen de las palabras hobbits peculiares también debían ser “traducidas”»; y en §58 vemos cómo introduce ingeniosamente el «tercer término» necesario en la historia del Brandivino: los Hobbits «pervirtieron de un modo muy gráfico» el nombre Baranduin a la palabra Branduhim, que en su dialecto del Oestron significaba «cerveza impetuosa». Podía seguir diciendo que Brandivino era una «“corrupción" muy posible de Baranduin», porque al ser Baranduin un nombre élfico no estaba traducido; así, Brandivino debía «imitar» la palabra hobbit Branduhim, y al mismo tiempo ser una corrupción en inglés moderno de Baranduin.

Pronto veremos que en el texto de este Apéndice que ahora sigue mi padre se apartó súbitamente de F 2, y eliminó casi todos los ejemplos de los verdaderos nombres oestron. Es posible que en esta fase hubiera llegado a la conclusión de que los subarriendos que exigía [96] una exposición tan exhaustiva de la «teoría» no eran adecuados para su propósito; por otro lado, no es imposible que se debiera simplemente a una cuestión de espacio.