[460]
Para la relación de esta breve obra, de la que sólo existe una versión manuscrita, y la Dangweth Pengoloð, véase p. 451. Se trata de un texto de dos páginas escrito con esmero, de un estilo similar al del elegante manuscrito de la Dangweth que lo acompaña, pero no de la misma calidad, y en papel fino. Mi padre introdujo algunos adornos en el comienzo con un bolígrafo rojo, y con el mismo bolígrafo escribió en el encabezamiento de la primera página, sobre del título De las lembas: «¿Mana i-coimas Eldaron?» maquente Elendil (la misma pregunta que aparece en la carpeta de cartulina donde se encuentran ambos textos, p. 451). Al mismo tiempo añadió los signos de interrogación del principio y el final del texto, lo que indica que se trata de la respuesta de Pengolod a la pregunta de Ælfwine «¿Qué es el coimas de los Eldar?» Es posible que estas adiciones a bolígrafo rojo se realizaran en algún momento posterior con la intención de que el texto acompañara a la Dangweth; sin embargo, en cualquier caso no hay evidencias de la fecha más allá de los límites de 1951 y 1959 (p. 451).
De las lembas
«Sólo los Eldar sabían cómo preparar este alimento. Se hacía para reconfortar a los que tenían que emprender un largo viaje por las tierras salvajes, o a los heridos cuya vida corría peligro. Los Eldar no se lo daban a los Hombres, salvo sólo a unos pocos a quienes amaban, en casos de gran necesidad.[473]
Los Eldar dicen que recibieron este alimento de los Valar, [461] al principio de los días del Gran Viaje. Porque estaba hecho de un cereal que Yavanna creó en los campos de Aman, y les envió un poco por medio de Oromë para socorrerlos en la larga marcha.
Como venía de Yavanna, la reina o la más noble de las mujeres elfas de cualquier pueblo, grande o pequeño, tenía la custodia y el don de las lembas, por cuya razón era llamada massánie o besain, la Dama, o la dadora de pan.[474]
Ahora bien, este cereal tenía en su interior la fortaleza de la vida de Aman y podía procurársela a quienes tenían la necesidad o el derecho de utilizarlo. Si se sembraba en cualquier estación, salvo en las heladas, brotaba y crecía con rapidez, aunque no medraba en la sombra de las plantas de la Tierra Media y no soportaba los vientos procedentes del Norte cuando Morgoth vivía allí. Por lo demás, sólo necesitaba un poco de luz del sol para madurar, pues arraigaba rápidamente y multiplicaba el vigor de la luz que recibía.
Los Eldar lo cultivaban en tierras guardadas y claros soleados, y recolectaban las grandes espigas doradas una a una, a mano, sin cortarlas con hojas o metales. El tallo blanco se extraía de la tierra de igual manera, y se empleaba en la confección de cestas para guardar los granos: ningún gusano o bestia roedora tocaba aquella paja resplandeciente, y la putrefacción, los hongos y otros males de la Tierra Media no la atacaban.
Desde la espiga hasta la galleta a nadie se le permitía tocar el grano, salvo a las mujeres elfas llamadas Yavannildi (Ivonwin para los Sindar),[475] las doncellas de Yavanna; y el arte de hacer las lembas, que habían aprendido de los Valar, era un secreto entre ellas, y así lo ha sido siempre.»
Lembas es el nombre sindarin, y proviene de la antigua forma lenn-mbass «pan de viaje». En Quenya solía llamarse coimas, que es «pan de vida».[476]
Quente Quengoldo.