El crítico

Nuestra cultura está llena de críticos. Hasta pagamos para oírlos.

Al observarte a ti mismo y a la gente que está a tu alrededor, toma nota del tiempo que se le dedica a la crítica en las relaciones sociales. ¿Por qué? Porque sencillamente es mucho más fácil hablar de cómo actúa otra persona que ser la que en realidad actúa. Toma nota de las actitudes de los verdaderos campeones, los que han mantenido un alto nivel de excelencia durante un largo período de tiempo. Los Henry Aarons, los Johnny Carson, los Bobby Fisher, las Katherine Hepburn, los Joe Louis y gente de ese tipo. Hacedores en el nivel más alto. Campeones en todo sentido. ¿Acaso se sientan tranquilamente a criticar a los demás? Los verdaderos hacedores de este mundo no tienen tiempo para criticar a los demás. Están demasiado ocupados haciendo cosas. Trabajan. Ayudan a los que no tienen tanto talento como ellos en vez de criticarlos.

La crítica constructiva puede ser útil. Pero si has escogido el rol del observador en vez del hacedor, no estás creciendo. Más aún, podría ser que estés usando tus críticas para absolverte a ti mismo de la responsabilidad por tu ineficiencia proyectándola en los que realmente están haciendo un esfuerzo. Por otro lado bien puedes aprender a ignorar a los criticones, los que siempre encuentran faltas en los demás y a los críticos autoproclamados. Tu primera estrategia consistirá en reconocer estos comportamientos en ti mismo y en hacer la firme resolución de eliminarlos por completo para que puedas ser un hacedor en vez de un crítico postergador y dilatorio.