Este "Yo soy" garantiza que no te esforzarás por cambiar. El "Yo soy" académico sirve para evitar que tengas que hacer alguna vez el trabajo pesado que se necesita para dominar una materia que siempre te ha parecido difícil y aburrida. Mientras conserves la etiqueta de tu incapacidad ante ti mismo, tienes una disculpa hecha a medida para evitar el esfuerzo.
Este "Yo soy" te da la seguridad de que no tendrás que hacer ninguna de estas cosas en el futuro y justifica cualquier mala actuación en esos campos en el pasado. "Siempre he sido así; así soy por naturaleza." Esta actitud refuerza tu inercia y, lo que es aún más importante, te ayuda a aferrarte a la absurda noción de que no vale la pena que hagas cualquier cosa si no la haces realmente bien. Así que, a menos que seas el campeón mundial, siempre es mejor esquivar el bulto que hacerla.
Aquí se recurre a la genética para apoyar estos "Yo soy". En vez de enfrentarte con ellos y con el pensamiento autodestructivo que los apoya, simplemente los aceptas como confirmación de tu manera innata de ser.
También puedes echar la culpa a tus padres y usarlos a ellos como justificación o como el motivo de tu "Yo soy" actual. Haces que ellos sean los causantes de tus problemas, y no te tienes que esforzar ni trabajar para ser diferente. Escoges este comportamiento como una manera de evitar el ser asertivo en ciertas situaciones que siempre te han resultado molestas. {éste es un residuo de la infancia en la que había gente que tenía especial interés en hacerte creer que eras incapaz de pensar por ti mismo. {éstos son los "Yo soy," que tienen que ver con la personalidad.
Estas autodefiniciones te ayudan a evitar el difícil trabajo de ser diferente de lo que has sido siempre. Defines tu personalidad con un "Yo soy" apropiado y todos los comportamientos negativos diciendo que están fuera de tu control. Niegas la noción de que puedes escoger , tu propia personalidad y permites que una supuesta deficiencia genética sea la explicación de todos esos rasgos de personalidad que te gustaría poder repudiar.
Estos "Yo soy" que aprendiste de niño te permiten evitar el ridículo que podrías sufrir en caso de enfrentarte con ciertas habilidades físicas que tienen otras personas. Por supuesto que tu falta de habilidad proviene de un largo historial de creer en esos "Yo soy" que te hicieron evitar todo tipo de actividad física y no de una falla innata. Sólo puedes ser competente en lo que practicas; no en lo que evitas hacer. Conserva tu "Yo soy" y quédate entonces en los aledaños de las cosas mirándolas y suspirando por ellas, pero haciendo como si este tipo de cosas realmente no te gustara.
Estos "Yo soy" fisiológicos te sirven para evitar correr riesgos con el sexo opuesto y para justificar la pobre imagen que tienes de ti misma y la falta de amor que has escogido para tu vida. Mientras sigas describiéndote a ti misma de esta forma, tendrás la excusa perfecta y hecha a medida para no ponerte en línea para una relación amorosa. Y tampoco tendrás que trabajar para verte bien y ser atractiva. Usas tu espejo como justificativo para no hacer la prueba. Sólo hay un problema: vemos exactamente lo que escogemos ver, incluso en los espejos.
Estos "Yo soy" relacionados con la conducta son muy útiles para manipular a los demás y para explicar por qué las cosas tienen que hacerse de cierta manera. "Siempre las he hecho así." Como si la tradición fuese un motivo para hacer cualquier cosa. "Y siempre las haré así" es el mensaje no formulado. Confiando en la forma que lo has hecho siempre no tienes por qué mantener la noción llena de riesgos y peligros de que podrías hacerlo de una manera diferente, y a la vez asegurarte de que todos los que están a tu alrededor lo hagan a tu manera también. Éstos son los "Yo soy" que recurren a la "política" como sustituto del pensamiento.
Estos "Yo soy" te resultan particularmente útiles cuando quieres justificar algún comportamiento ineficaz. Estos "Yo soy" evitan que trabajes para mejorar tu memoria, o tu descuido y simplemente te disculpas con un cómodo y simple "Así soy yo". Mientras puedas sacar a relucir este "Yo soy" cuando te comportas de alguna de las maneras descritas más arriba, jamás tendrás que trabajar para intentar un cambio. Simplemente sigue olvidando y recordándote a ti misma que no puedes evitarlo, y siempre serás olvidadiza.
Éstos son tus "Yo soy" étnicos y funcionan muy bien cuando se te acaban las otras excusas necesarias para explicar ciertos comportamientos, que no te favorecen pero que son demasiado difíciles de cuestionar. Cada vez que te comportas de manera estereotipada relacionada con tu subcultura, tú simplemente echas mano de tu "Yo soy" étnico como justificativo. Una vez le pregunté a un maitre de hotel por qué era tan excitable y reaccionaba con esos terribles exabruptos ante el menor problema. Me contestó: "¿Qué puede esperar de mí?
Soy italiano. "No puedo evitarlo".