Antecedentes históricos de la necesidad de aprobación

La necesidad de aprobación se fundamenta en una sola suposición: "No confíes en ti mismo; confirma todo con otra persona primero". Nuestro ambiente cultural refuerza el comportamiento de búsqueda de aprobación como norma de vida. El pensamiento independiente no sólo es anticonvencional, sino que es el enemigo de las mismas instituciones que constituyen los baluartes de nuestra sociedad. Si has crecido en esta sociedad, no hay duda de que esta idea te ha polucionado. El "no te fíes de ti mismo" es la esencia de la necesidad de tributo y la espina dorsal de nuestra cultura.

Si dejas que la opinión de los demás sea más importante para ti que la tuya propia y si no logras luego su aprobación, tendrás toda la razón del mundo para sentirte deprimido, culpable e indigno, puesto que ellos son más importantes que tú.

La concesión de apoyo y aprobación puede llegar a ser un gran medio de manipulación. Como el sentimiento de lo que vales como persona, se encuentra localizado en los demás y si ellos rehúsan alimentarte con su aprobación te quedas sin nada. No vales nada. Y de ahí en adelante, mientras mayor sea tu necesidad de halago, más podrás ser manipulado por los demás. Cualquier paso dado en dirección a la independencia y a la búsqueda de la aprobación propia es un paso que nos aleja del control de los demás. Como resultado, estas actitudes tan sanas son calificadas de egoístas, desconsideradas, indiferentes y así por el estilo, dentro del esfuerzo externo para mantenernos en una situación de dependencia. Para comprender este círculo vicioso de manipulaciones, piensa en la profusión de mensajes culturales de búsqueda de aprobación que empezaron a dirigirnos desde que éramos pequeños y con los que siguen bombardeándonos hoy en día.