«Pero… ¿de qué sirve todo esto?», pregunté. «Digamos que usted me ha convencido de que la probabilidad es la mejor forma de entender el universo y que es la esencia de Dios. ¿En qué me ayuda eso a mí? ¿Debo rezar a este Dios que me ha descrito? ¿Necesito satisfacerlo de alguna manera?».
«La probabilidad es la expresión de la voluntad de Dios. Es de tu interés obedecer a la probabilidad».
«¿Cómo obedezco a la probabilidad?».
«La reconstrucción de Dios requiere personas: personas vivas y sanas», dijo. «Cuando te abrochas el cinturón de seguridad, aumentas tus posibilidades de seguir viviendo. Eso es obedecer a la probabilidad. Si te emborrachas y conduces sin el cinturón de seguridad puesto, estás luchando contra la probabilidad».
«No entiendo cómo estoy ayudando a Dios a rehacerse», dije. «Yo sólo reparto paquetes. No me dedico a diseñar Internet ni nada por el estilo».
«Todas las actividades económicas ayudan; tanto si programas computadoras como si cultivas cosechas, crías niños o recoges basura de las cunetas, estás contribuyendo a la realización de la conciencia de Dios. Ninguna de esas actividades es más importante que otra».
«¿Y qué hay del bien y el mal? ¿Existen en su modelo?», pregunté.
«El mal es cualquier acción que puede hacer daño a la gente. La probabilidad generalmente castiga a los que cometen actos de malicia. Puesto que la mayoría de criminales acaban siendo capturados y dan con sus huesos en la cárcel, se puede decir en general que la gente que hace daño a los demás tiende a pagar. Entonces la malicia sí existe y, por término medio, se castiga».
«La vida tiene un sentir y un fluir. Normalmente sabes de forma instintiva cuándo estás obrando con la probabilidad de tu parte y cuándo estás luchando contra ella. Cuando te tomas en serio tu educación, por ejemplo, estás aumentando significativamente la probabilidad de que contribuyas a la reconstrucción de Dios. Cuando amas y respetas a los demás y procreas responsabilidad, estás viviendo dentro del paraguas de seguridad que ofrece la probabilidad. En cierto sentido, estás cumpliendo la voluntad de Dios».
«Eso suena a karma», dije. «Cuando haces cosas buenas, recibes cosas buenas a cambio».
«Sí, pero las cosas buenas no las recibes como recompensa por acciones individuales, que no se recompensan de forma directa. Solamente cuando el promedio del bien es favorable se mejora tu calidad de vida y la de los que te rodean».
«¿Dios perdona a la gente, por decirlo de alguna manera?».
«Sí, en esencia, al ejercer control sobre los promedios de la actividad humana y no sobre los actos individuales. Cada persona tiene la oportunidad de mejorar su contribución media a la sociedad, independientemente de lo que haya hecho en el pasado».
«¿Y qué hay del más allá? ¿Dónde está la recompensa? ¿En qué me beneficio yo si contribuyo a la sociedad o no? Moriré de todos modos, tarde o temprano. ¿Qué me importa a mí si Dios adquiere conciencia o no?», pregunté.
«Dios adquirirá conciencia tanto si tú como individuo te encuentras en sintonía con la probabilidad como si no. Dios controla los promedios, no a los individuos. La recompensa a corto plazo que obtienes por contribuir a la conciencia de Dios es menos problemas en tu vida diaria, menos estrés y más felicidad».
«El estrés es la causa de toda la infelicidad y aparece en infinitas variedades, todas ellas con una causa común. El estrés es el resultado de luchar contra la probabilidad, y la fricción entre lo que estás haciendo y lo que sabes que deberías estar haciendo para vivir dentro de la probabilidad».
«Eso suena simplista», dije. «A veces el estrés le pasa a uno porque uno se encuentra en el lugar equivocado y en el momento equivocado. Supongamos que un pariente se muere de viejo. Eso provoca estrés, pero no hay nada que uno pueda hacer al respecto».
«No es posible eliminar el estrés de tu vida. Pero puedes reducir el estrés alcanzando un estado de armonía con la probabilidad. Puedes sobrellevar mejor la muerte de un ser querido si te has ocupado de planificar la cuestión de la herencia y estás mentalmente preparado para lo inevitable. Si has sido un buen amigo para muchas personas y has mantenido lazos estrechos con tu familia, la pérdida se amortiguará. Si permites que tu mente se desprenda del pasado en lugar de desear que el difunto vuelva a la vida o que hubieras hecho algo de forma diferente, entonces el estrés que padezcas será menor».
«¿Y qué hay del más allá? ¿Todos los beneficios se encuentran aquí y ahora? ¿O hay algo más después de todo esto?», pregunté.
«Con el tiempo, todo lo que es posible, ocurre. Eso es una cualidad fundamental de la probabilidad. Si lanzas una moneda al aire un número suficiente de veces, tarde o temprano saldrá cara mil veces consecutivas. Y todo lo que es posible se repetirá, una y otra vez, mientras existan los escombros de Dios. El montón de escombros que comprende tu cuerpo y tu mente se descompondrá y desintegrará algún día, pero volverá a aparecer una versión diferente de ti en el futuro, por azar».
«¿Me está diciendo que me reencarnaré?».
«No es exactamente eso. Estoy diciendo que existirá una réplica de tu mente y tu cuerpo en un futuro distante, por azar. Y las cosas que hagas ahora pueden hacer que la vida sea más agradable o más difícil para tu réplica».
«¿Por qué iba a importarme lo que le pasa a una réplica de mí? Se trataría de una persona diferente».
«Esa distinción es una ilusión. En tu vida actual, todas las células de tu cuerpo han muerto y han sido sustituidas muchas veces. No hay nada en tu cuerpo actual con lo que tú hayas nacido. No tienes equipamiento de serie: sólo piezas de recambio. A todos los efectos prácticos, ya eres una réplica de una versión anterior de ti mismo».
«Sí, pero mis recuerdos permanecen conmigo. La réplica de mí en el futuro distante no tendrá ninguno de los recuerdos y sentimientos que componen mi vida», dije.
«Habrá muchas réplicas de ti en el futuro, no sólo una. Algunas tendrán vidas similares a la tuya, con recuerdos y sentimientos similares. Las réplicas serán diferentes sólo en concepto, no en términos prácticos».
«Lo que me gusta de su visión de Dios es que no cuesta nada seguir las reglas: basta con seguir la probabilidad».
«A veces es fácil», dijo. «Otras veces será difícil elegir las probabilidades correctas. Hoy en el noticiero dijeron que los adolescentes que se comprometen en público a abstenerse de la práctica sexual tienen más éxito en cumplir con su abstención que los que no lo hacen. ¿Qué conclusiones sacarías sobre las probabilidades a raíz de esta noticia?».
«Evidentemente ayuda asumir un compromiso público. Eso ayuda a las probabilidades que uno tiene».
«Tal vez. O a lo mejor los adolescentes que quisieran abstenerse son los únicos dispuestos a comprometerse en público. O a lo mejor los adolescentes que se comprometieron en público tenían más probabilidades de mentir más tarde acerca de si practican o no el sexo. La probabilidad es simple, pero no siempre es evidente».