MAPAS DE CARRETERA

Me sentía como un hombre con una sola pierna balanceándose encima de una valla muy alta. Podía seguir dando saltitos en busca de una forma más fácil de descender o podía saltar ahora y aceptar los moretones. Decidí saltar.

«¿Cuál es su creencia, Sr. Avatar?».

El viejo se meció un ratito antes de contestarme.

«Digamos que tú y yo decidimos viajar por separado hasta el mismo destino. Tú tienes un mapa azul y yo tengo uno verde. Ninguno de los mapas muestra todas las rutas posibles, pero ambos muestran caminos aceptables —pero diferentes— que conducen hasta el destino común. Si los dos emprendiéramos nuestro viaje y regresáramos sanos y salvos, difundiríamos la noticia del acierto de nuestro mapa a otros. Yo diría —con completa convicción— que mi mapa verde era perfecto, y advertiría a la gente que evitara cualquier otro tipo de mapa. Tú sentirías la misma convicción con respecto a tu mapa azul».

«Las religiones son como mapas diferentes cuyas rutas conducen todas al bien colectivo de la sociedad. Algunos mapas llevan a sus seguidores por terrenos accidentados y otros muestran caminos menos severos. A algunos de los viajeros de cada ruta se les asignará la tarea de erigirse en protectores e intérpretes del mapa. Enseñarán a los jóvenes a respetarlo y mostrarse suspicaces hacia otros mapas».

«Bien», dije, «pero… ¿quién dibujó los mapas?».

«Los mapas fueron confeccionados por los primeros que recorrieron la ruta y no murieron. Los mapas que sobreviven son los que funcionan», contestó. Por fin me había presentado un blanco al que podía atacar.

«¿Me está diciendo que todas las religiones funcionan? ¿Y qué ocurre con toda la gente que muere en las guerras religiosas?».

«No puedes juzgar el valor de algo fijándote únicamente en lo que cuesta. En muchos países mueren más personas a causa de los errores médicos que de las guerras motivadas por las religiones, pero nadie acusa a los hospitales de ser malvados. Las personas religiosas son más felices, viven más tiempo, tienen menos accidentes y se mantienen más alejadas de los problemas que las personas no religiosas. Desde el punto de vista de la sociedad, la religión funciona».