Antes de que comience con los agradecimientos quisiera aclarar que jamás he conocido a nadie como Werner Lorth y que nunca he visto una actuación como la de la editorial de Christoph Jahn. Los revisores son personas agradables y las editoriales suelen mantener un comportamiento justo y equitativo.
Y comienzo ya con los agradecimientos.
Mi revisor, Volker Jarck, ha cambiado de ocupación en la editorial y ya no continuará leyendo mis textos. Le agradezco todo lo que ha hecho por mí y por mis novelas hasta la fecha. He aprendido mucho de él y le deseo mucho éxito en su nueva ocupación.
Con El manuscrito he comenzado a trabajar con Iris Kirschenhofer y descubierto que soy afortunado de poder trabajar con alguien como ella, de quien voy a aprender mucho. Agradezco todo lo que ha hecho en este primer proyecto conjunto.
Tal como sucediera en Aquisgrán, también en Hamburgo he coincidido con agentes de policía de lo más agradable que me dedicaron su tiempo y respondieron de forma concisa y paciente a mis numerosas preguntas. No estaban obligados a ello y les estoy muy agradecido.
Igualmente quiero dar las gracias a:
Kerstin Thieme, ganadora de un concurso cuyo premio fue el poder imaginar un personaje secundario para esta novela. Su descripción de Miriam Hansen me agradó tanto que el papel se amplió más de lo inicialmente previsto.
Dirk Seifert, que me paseó por las calles de Hamburgo todo un fin de semana y me mostró muchas de las cosas que necesitaba conocer para este texto.
A las Hamburger Büchereulen, a las que pude consultar sobre Hamburgo en numerosas ocasiones.
Mis amigos, que me apoyan y animan y aceptan que deje de verlos durante largos periodos de tiempo.
Mi familia, que debe renunciar a mí por completo y sin embargo está ahí aunque esté de mal humor porque las cosas no van como deseo.
A usted, amado lector, que me proporciona una inmensa alegría al leer mis libros.