Nota de la autora

Llevaba bastante tiempo buscando un protagonista para mi siguiente novela cuando, en 2009, encontré por casualidad un modelo para él. Yo tenía claros el tema y el material que iba a tratar, simplemente me faltaba un rostro. Cualquiera de los personajes mencionados en el artículo que cayó en mis manos habría resultado adecuado para mi historia, pues todos habían influido de algún modo en los acontecimientos históricos, y siguen determinando cómo se interpreta hoy en día el pasado.

Entre esas personas, una destacaba extraordinariamente: se trataba de un hombre que sentía fascinación por los personajes famosos de su época, por las superestrellas y los ídolos (pilotos), y deseaba convertirse en uno de ellos. Se presentaba como aviador, contaba las situaciones peligrosas que había vivido durante sus vuelos y enumeraba a las celebridades a las que había transportado. Incluso tenía fotografías de sí mismo luciendo el uniforme de piloto.

En realidad, nunca voló; ni siquiera tenía la licencia.

Comencé mi trabajo buscando imágenes de antiguas exhibiciones de vuelo, probando un subfusil finlandés y, especialmente, pensando en la esposa de ese hombre, en un matrimonio construido sobre una mentira.