Cuarta parte

«Los agentes de la Alemania fascista fueron estratégicamente enviados a Estonia antes de la ocupación de ésta por parte de las fuerzas hitlerianas. Uno de esos agentes era Mark, cuya novia adoptó la ideología de su prometido. Según los testimonios, los presos soviéticos veían con frecuencia a la novia lavándole la sangre del capote y de sus camisas. Ella afirmaba que Mark sólo había estado sacrificando aves para la cena. “Para mí, sin embargo, estaba claro que Mark participaba en las ejecuciones de soviéticos”, cuenta el testigo M. Afanasjev. Asesinar se convirtió para los nacionalistas en algo cotidiano. Después de cada masacre, los asesinos organizaban festines donde corría el alcohol, u orgías, en las que también participaba la novia de Mark, que se sacudía de la falda las uñas arrancadas a los ciudadanos soviéticos».

La esencia de la ocupación nazi,

Eesti Raamat, Tallin, 1966