«Todos sabemos que en el terrorismo fascista también participaron las mujeres, pese a la ternura propia de su sexo y a su fuerza creadora de vida. Las que se vendieron al nazismo ya no eran verdaderas mujeres, sólo parecían especímenes del género femenino. Y se convirtieron en especímenes de los malvados ocupantes».
EDGAR PARTS,
La esencia de la ocupación nazi,
Eesti Raamat, Tallin, 1966