22 de diciembre de 1909

44 Fontenoy Street, Dublín.

Queridísima Nora mía, te mando un regalo de Navidad por correo certificado, urgente y asegurado. Es lo mejor (aunque muy pobre después de todo) que puedo ofrecerte a cambio de tu sincero, verdadero y fiel amor. He pensado en todos sus detalles mientras permanecía despierto por la noche o recorría Dublín en automóvil, y pienso que al final ha quedado bonito. Pero me sentiría muy, muy, muy bien recompensado por mis esfuerzos, incluso si al verlo por primera vez sólo te proporcionara un rápido sofoco de placer en tu mejilla o lograra que tu tierno y amoroso corazón diera un salto de alegría.

Quizás este libro que ahora te envío nos haga sobrevivir a ambos. Quizás los dedos de algún o alguna joven (los hijos de nuestros hijos) pasen reverentemente sus hojas de pergamino cuando los dos amantes cuyas iniciales están entrelazadas en la cubierta hayan desde hace tiempo, desaparecido de la tierra. Querida, entonces no quedará nada de nuestros pobres cuerpos humanos guiados por la pasión, y quién podrá decir dónde estarán las almas que a través de sus ojos se miraban mutuamente. Rezaría para que mi alma fuera esparcida por el viento si Dios lo quisiera, pero me dejara posar sobre una extraña y solitaria flor azul oscuro, empapada por la lluvia en un seto silvestre de Aughrim o de Oranmore.

JIM