5 de septiembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi adorable muchacha, si me llega el giro, mañana por la noche (martes) espero partir con Eva y Georgie.
Querida, tengo algunas novedades para ti. Mi buen amigo Kettle se casa el miércoles, y esta noche mantuve una conversación de cuatro horas con él. Es el mejor amigo que tengo en Irlanda, creo, y me ha hecho grandes favores. Él y su esposa vendrán a Trieste a pasar uno o dos días durante su luna de miel, y estoy seguro, querida, de que me ayudarás a darles una buena acogida. Ordena la casa, asegúrate de que el piano no esté levantado y repasa tu vestuario. Logra que el carpintero entregue la mesa y los taburetes. Es un tipo con un gran corazón y estoy seguro de que su esposa te encantará. Desgraciadamente no tengo dinero para hacerles un regalo. Pero enviaré a Londres una copia de Chamber Music. Di a Stannie que la lleve a mi encuadernador y que la haga exactamente igual a la de Schott, pero inmediatamente de manera que pueda estar lista cuando lleguen. Trataremos de que lo pasen lo mejor posible, y estoy seguro de que mi bondadosa muchacha será feliz de complacer a dos personas que están en el umbral de su vida en común. ¿No es así, querida?
Y ahora algo sobre nosotros. Querida mía, esta noche estuve en el Hotel Gresham donde fui presentado a unas veinte personas, a todas ellas se les decía que iba a ser el gran escritor del futuro en mi país. Apenas me conmovió todo el clamor y adulación a mi alrededor. Pensé que oía a mi país llamándome o dirigiendo ansioso sus ojos hacia mí. Pero, ¡oh! amor mío, pensé también en otra cosa. Pensé en alguien que me tomó de su mano como un guijarro, de cuyo amor y en cuya compañía aún tengo que descubrir los secretos de la vida. Pensé en ti, querida, tú significas más que el mundo para mí.
Santa mía, ángel mío, guíame. Condúceme adelante. Todo lo que hay de noble, exaltado, profundo, auténtico y conmovedor en lo que escribo, creo que proviene de ti. ¡Oh! Tómame en tu alma de almas y entonces me convertiré realmente en el poeta de mi raza. Siento esto mientras lo escribo, Nora. Mi cuerpo pronto estará en el tuyo, ¡oh, si mi alma también pudiera estarlo! ¡Oh, si pudiera anidar en tus entrañas como un niño nacido de tu carne y de tu sangre, alimentarme de tu sangre, dormir en la cálida oscuridad secreta de tu cuerpo!
Sagrado amor mío, mi adorable Nora, ¿podremos entrar ahora en el cielo de nuestra vida?
¡Oh, cuánto anhelo sentir tu cuerpo confundido con el mío, verte desvanecer, desvanecer y desvanecer ante mis besos!
¡Buenas noches, buenas noches, buenas noches!
JIM