16 de septiembre de 1904
103 North Strand Road, Fairview
Queridísima Nora, escribir cartas se está convirtiendo en algo imposible entre nosotros. ¡No sabes cómo detesto estas frías palabras escritas! Creí que no me importaría no verte hoy, pero resulta que las horas se hacen demasiado largas. Es como si ahora mi cerebro estuviera vacío. Mientras te esperaba anoche, estaba aún más inquieto. Me parecía que estaba librando por ti una batalla contra todas las fuerzas religiosas y sociales de Irlanda, y que no podía confiar en nada sino en mí mismo. Aquí no hay ninguna vida, naturalidad ni honestidad. La gente vive junta en las mismas casas durante toda su vida y al final están tan distanciadas como siempre. ¿Estás segura de no estar equivocada respecto a mí? Recuerda que contestaré honrada y fielmente cualquier pregunta que me hagas. Pero si no tienes nada que preguntarme, también te comprenderé. Me llena de orgullo y alegría el hecho de que puedas elegir permanecer a mi lado de este modo en esta arriesgada vida. Espero que no rompas hoy con todo tu pasado. Quizás puedas percibir la lentitud de la próxima mañana escribiéndome una carta. Hace sólo una semana, dijiste, desde que tuvimos nuestra famosa charla sobre las cartas, ¿y acaso no nos hemos acercado tanto el uno al otro debido a estas cosas? Querida Nora, permíteme decirte cuánto deseo que tú compartas toda dicha que yo pueda tener y que estés segura de mi gran respeto por tu amor, que deseo merecer y corresponder.
JIM