[Alrededor del 1º de septiembre de 1904]

7 S. Peter’s Terrace, Cabra, Dublín

Mi amor, esta mañana estoy de tan buen humor que insisto en escribirte lo mismo, te guste o no. No tengo nada nuevo que contarte excepto que anoche le hablé a mi hermana de ti. Fue muy divertido. Dentro de media hora voy a ver a Palmieri, que quiere verme para que estudie música, y pasaré frente a tu ventana. Me gustaría que estuvieras allí. También me gustaría si estás allí poder verte. Probablemente no.

¡Qué mañana tan hermosa! Me alegra decir que esa calavera no me molestó anoche. ¡Cuánto odio a Dios y a la muerte! ¡Cuánto amo a Nora! Con lo piadosa que eres, seguro que te impresionaran estas palabras.

Esta mañana me levanté temprano para terminar un relato que estaba escribiendo. Cuando había escrito una página decidí, en cambio, escribirte a ti. Además, pensé que no te gusta el lunes y que una carta mía te animaría el espíritu. Cuando soy feliz tengo un loco deseo de contárselo a todas las personas que encuentro, pero lo sería muchísimo más si me dieras uno de esos sonoros besos que te gusta darme. Me recuerdan el canto de los canarios.

Espero que esta mañana no tengas ese horrible dolor. Ve a ver al viejo Sigerson para que te recete algo. Lamentarías oír que mi tía abuela se está muriendo de estupidez. Recuerda que en estos momentos tengo trece cartas tuyas.

Asegúrate de dar ese peto de dragón a Miss Murphy, y creo que también podrías regalarle un uniforme completo de dragón. ¿Por qué llevas estas malditas cosas? ¿Has visto alguna vez a los hombres que van en los coches de Guinnes, con enormes abrigos con frisos? ¿Intentas parecerte a uno de ellos?

Eres tan obstinada que es inútil que te hable. Debo contarte de mi sobrino Stannie. Está sentado semivestido en la mesa, leyendo un libro y diciéndose a sí mismo en voz baja, «Maldito tipo», el autor del libro, «En nombre del diablo, quién dijo que este libro era bueno», «¡El loco estúpido de pelo rizado!», «Creo que los ingleses son la raza más estúpida de esta tierra de Dios», «Maldito inglés», etc., etc.

Adieu, mi querida Nora ingenua, sensible, de voz profunda, soñolienta, impaciente. Cien mil besos.

JIM