DESCUBRIR SUS TRAMPAS

Afuera hay sol.

No es más que un sol

pero los hombres lo miran

y después cantan.

Lo escribió Alejandra Pizarnik. Una vez más la esperanza. Si descubrimos sus trampas, habrá un rayo de luz.

En la inevitable lucha social y política, el papel que juega el saber, el conocimiento, la búsqueda de las razones últimas y las causas que producen una situación dada son imprescindibles. De ahí que la izquierda debe tener una dedicación preferente a ese método de descubrir la realidad que subyace por debajo del lenguaje propagandístico, bien sea en la política, en la cultura o en los medios de comunicación.

Diariamente las trampas mentales y verbales que se le tienden a la población son innumerables. Mariano Rajoy en rueda de prensa señaló que hay determinados productos que no se verían afectados por la subida del IVA, en cambio otros se verían «tocados». Es obvio que empleó la palabra tocados para no usar la de afectados por la subida. En otras ocasiones Rodríguez Zapatero ha utilizado la expresión «crecimiento negativo» en vez de decir «decrecimiento».

Pero la mayor de las manipulaciones y ataques a la razón proviene de la deificación de la economía como ciencia exacta por encima de visiones, apuestas e intereses. La llamada comisión de expertos para el tema de las pensiones lanza sus propuestas y señala que en las previsiones de las percepciones de los jubilados hay dos elementos que son determinantes: el alargamiento de la esperanza de vida y el efecto del baby boom sobre el futuro de las pensiones.

La opinión pública, poco preparada para el fraude revestido de «ciencia económica», se deja arrastrar por la «lógica impecable» y no repara en que si el paro desapareciese las cotizaciones serían de tal magnitud que no habría problema.

De la misma manera, si el futuro de los empleos no fuera el de los minijobs precarios que no cotizan, la cosa cambiaría. Pero los sabios obvian esta cuestión porque saben que el modelo que ellos no cuestionan se basa en el paro y la precariedad. Sus mantras son repetidos por los medios de comunicación y así se va configurando lo que Vicente Romano llamaba «la formación de la mentalidad sumisa».

La historia del movimiento obrero nos enseña cómo en aquellos tiempos de las internacionales obreras la formación, la lectura, el debate y el amor al saber formaban parte indisoluble de la lucha social.

Recuperar esa línea de actuación es hoy más importante que nunca. En nuestros hogares se instala la televisión, la radio, la prensa. Las noticias —sus productos— pasan a ser consumidas y asumidas como verdades incontestables, ya que solamente una minoría ciudadana es consciente de que se dosifica la información desde criterios, valores e intereses.

Esta situación demanda la estructuración de la función didáctica, pedagógica, interactiva entre la política y la ciudadanía. Recuerdo que cuando el PSOE y sus medios de comunicación lanzaron la campaña de la pinza editamos en la organización de Madrid un folleto titulado «Propaganda y hechos». En él reseñábamos las coincidencias parlamentarias entre PSOE y PP, entre PSOE e IU y entre PP e IU.

«Esa es la idea central que recorre el proyecto en el que hoy en día confío por encima de los demás: el Frente Cívico-Somos Mayoría».

Destacaba sobremanera la abultada cifra de acuerdos entre el bipartito PSOE-PP, el interesante número de coincidencias entre IU y el PSOE, y la única coincidencia de IU con el PP sobre comisiones e investigación de los GAL.

Aquel folleto «Propaganda y hechos», repartido por cientos de miles en fábricas, bocas de metro y mesas ambulantes (yo mismo lo hice varias veces en la Puerta del Sol), no solo consiguió parar el eslogan de la pinza, sino que además nos permitió pasar de cinco a seis diputados por Madrid en las elecciones generales de 1996.

La enseñanza a sacar no es otra que hacer de la política una gigantesca aula interactiva entre los políticos y la ciudadanía que permita, por la vía del conocimiento, la elaboración de la alternativa y la movilización, la formación de un contrapoder ciudadano que cambie las cosas. Por eso, en mi concepción de IU las áreas de elaboración colectiva son el eje central de la misma. Por desgracia eso se ha olvidado.