EL RELEVO: AÑO 2000

El relevo se preparó. Yo había convocado unas reuniones discretas —no clandestinas— con la dirección del partido. Una vez que hice las consultas debidas, llegué a la conclusión consensuada de que el relevo tenía que prepararse de la siguiente manera, primero la del secretario general, y después la del coordinador general. Es decir, yo tenía dos coronas, y quería abdicar de las dos. Pero eso había que hacerlo bien. Entonces convoqué al Comité Ejecutivo y le entregué una encuesta, que la tengo ahí, una encuesta de cinco preguntas, con el verano de por medio. Los dirigentes me fueron dando sus respuestas y su posición. Y por un 90 por ciento señalaban a Paco Frutos. Ahí están sus respuestas. Con aquellas respuestas por escrito, yo formulo la propuesta de que sea Paco Frutos mi sucesor, como así se hace.

Pero en las reuniones también se había hablado del coordinador general de Izquierda Unida. Y surge, con gran consenso, el nombre de Gaspar Llamazares. Tanto es así que yo voy en un viaje a Asturias y le digo a Gaspar que se vaya preparando porque existe un consenso para que él sea el nuevo coordinador general de IU. Pero Gaspar comete el error de adelantarse al tempus prudente y casi se postula para el puesto.

El día que me iban a operar le digo a Víctor Ríos que reúna a la dirección para elegir candidato a secretario general del PCE. «¿Quién?». «El que tenga más fuerza, más apoyos». Al parecer Paco Frutos. Según me informaron, Gaspar dijo: «Que conste que el que vaya a ser candidato, renuncia a presentarse como coordinador general de IU». Si Gaspar tenía el apoyo de la mayoría, incluido el de Paco Frutos, ¿a qué venía esa precisión?

Establecida la rivalidad entre Frutos y Gaspar por la coordinación general, intenté por todos los medios que se llegase a una solución consensuada. Fracasada tal posibilidad, anuncié mi apoyo a la candidatura que encabezaba Gaspar y que iría en la candidatura de Gaspar Llamazares sea cual fuere el puesto que se me otorgase. Había cumplido con el compromiso contraído. Y mientras vivan los testigos, pueden dar fe de que todo esto fue así.