LIBRO DE AMAPOLAS

Debatido el Documento Cero en toda su extensión, se redactaría un librito que se tituló Convocatoria por Andalucía, más conocido como «libro de las amapolas», así llamado porque está impreso con una portada en la que aparece un campo rojo de amapolas.

Ahí comenzó un nuevo tiempo y la creación de un organigrama, el área de presidencia, con una réplica del gobierno andaluz, del Consejo de Ministros, y una cosa muy importante: la elaboración colectiva que tantas alianzas pondría en marcha.

—Venían gentes a trabajar, a explicar sus propuestas, técnicos y expertos en diferentes materias nos ofrecían su esfuerzo. Cuando hicimos las primeras elaboraciones del programa fuimos desbordados. No esperábamos tanta gente en Andalucía. Fue algo increíble. Había prendido la idea, la gente quería participar y hacer un programa y gobernar con ese programa y con el apoyo de la calle.

Lo cuenta Julio Anguita con un entusiasmo desbordante, como si volviera a vivir aquel momento mágico, como si soplara una brisa fresca en mitad del calor, como si se dejara sentir y tocar la historia, como si la vida se pusiera manos a la tarea de todos, aquel despertar. Era como si las rojas amapolas del libro hubieran sido sembradas en el ánimo de las gentes de Andalucía.

El 24 de noviembre de 1984 ve la luz pública el folleto titulado Convocatoria por Andalucía. Estaban las directrices del proyecto y el nombramiento de Anguita como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía para las elecciones autonómicas de junio de 1986. Desde el inicio de 1985, el proyecto de Convocatoria por Andalucía comienza a extenderse como un reguero de pólvora por todo el territorio andaluz.

En el resto del Estado español, mientras tanto, Santiago Carrillo continuaba haciendo la vida imposible a Gerardo Iglesias. Ya en vísperas de las elecciones autonómicas gallegas, hacia finales de 1985, y contra todo lo que había estado diciendo hasta entonces, Carrillo confirmó su escisión y fundó lo que vendría a ser el Partido del Trabajo de España-Unidad Comunista (PTE-UC).

1986 supone un nuevo triunfo para Julio Anguita y un notorio avance para la IU que presidía Gerardo Iglesias. El paso de ocho a diecinueve diputados en el Parlamento Andaluz había resucitado al viejo PCE, que se acaba de embarcar con IU en un nuevo rumbo político. El éxito de Convocatoria marcaba el camino para la naciente coalición Izquierda Unida. En Madrid, en el Congreso, se pasaba de cuatro a siete diputados.

El XI Congreso, clausurado el 18 de diciembre de 1983, no había significado la superación de la crisis interna del partido. Presidido por Julio Anguita, los delegados abandonaron el congreso sin una sensación clara de quién había ganado, ni qué política habría que aplicar en el futuro.

La situación de tira y afloja con Carrillo iba a mantenerse hasta la primavera de 1985, cuando la batalla por las siglas del partido alcanza su momento culminante. Gerardo Iglesias llegaría a bloquear las cuentas bancarias de las organizaciones territoriales con mayoría carrillista. El 19 de abril, el Comité Central decide expulsar a Santiago Carrillo y a dieciocho de sus seguidores de los órganos de dirección del PCE. En la terminología al uso, se autoexcluyeron.

Unos meses antes, Santiago Carrillo había manifestado que jamás dividiría el PCE. «Y aunque este partido tomara actitudes que no me gustaran, y aunque me quedara en mi casa repudriéndome, yo no dejaría el carné del PCE en ningún momento y los que han hablado de que yo puedo encabezar no sé qué otro partido… ¡ni hablar!».

¿Tan poco valen las palabras?

A veces devalúan a la persona que las pronuncia. En ocasiones significan presencia mediática. O lo contrario de lo que proclaman. O apenas ruido. O nada.