Quien está al sol y cierra los ojos

al principio no sabe qué es el sol

y piensa muchas cosas llenas de calor.

Mas abre los ojos y ve el sol

y no puede ya pensar en nada,

porque la luz del sol vale más que los pensamientos

de todos los filósofos y de todos los poetas.

Fernando Pessoa, Poesía

You lock the door

And throw away the key

There’s someone in my head but it’s not me

Pink Floyd, Dark side of the moon

En realidad, todo comenzó con un incendio.

Y con un grupo de náufragos varados en un planeta extraño, con máscaras de oxígeno ocultando sus rostros, y marcas del titánico esfuerzo de sobrevivir hiriendo sus pies y manos. Tratando desesperadamente de apagar el incendio que consumía todo su futuro: la astronave semillera, las larvas, los depósitos de combustible, los libros… Todo su porvenir en aquel infierno gris disolviéndose en un agresivo manto de llamas, la noche que la más joven cartógrafa del equipo eligió para dar a luz.

El fuego químico ardía ferozmente bajo la ventisca, negándose a morir pese a los esfuerzos de los colonos por extinguirlo con el barro del cenagal y la tierra inculta que se escondía debajo. La astronave se hundía más y más en el lecho fangoso de una cuenca geológica y lo poco que quedaba al descubierto se desvanecía en volutas de humo tóxico.

La joven que se desgañitaba sintiendo desgarrarse su vientre esperaba tendida en el interior de una tienda, con dos mujeres a su alrededor, una gasa húmeda evitando que sus dientes se astillasen, y mucha sangre y líquido amniótico manchando sus piernas. De reojo, a través de las raídas paredes, podía ver a su esposo correr junto a los demás tripulantes, arrancando fuerzas de la flaqueza y dejándose la piel en el suelo tratando de llenar sus destartalados cubos de polvo.

Cuando el médico de a bordo, extenuado y sangrante, entró en la tienda de la joven y decidió hacer la cesárea, la muchacha le agarró fuertemente por el brazo, lo atrajo hacia sí, y susurró con desesperación:

—Corta si tienes que hacerlo, pero sácamelo ya. Tengo que ir a ayudar a mi marido.

Esa mujer fue la madre de Alejandra Valeska.