Capítulo Tres: El Alto Ático

—¿Y quién fue el segundo, Gran Abuela? ¿Quién vino después?

—La Durmiente Que Sueña, niño.

—Qué bello nombre, Gran Abuela. ¿Por qué vino La Durmiente?

—El Alto Ático la llamó por el mundo. El Ático que tenemos sobre nuestras cabezas, el segundo más importante de los altos altillos, el que entuba los vientos y deja oír su voz en las corrientes de aire por el mundo. La Durmiente había viajado en las corrientes de aire de las tormentas, fotografiada por los relámpagos, ansiosa de tener un nido. ¡Y vino aquí, y allí está ahora! ¡Escucha!

Mil Veces Gran Abuela deslizó su mirada de lapislázuli hacia arriba.

—Escucha.

Y más arriba, en una lejana capa de obscuridad, se agitó una semblanza de sueño…